Nuestro hombre tardó un buen rato en asimilar lo que veía. Una mujer de las que el siempre había deseado en carne y hueso era algo que no se ve todos los días. Carolina le sacó de sus pensamientos: -Fran esta es Ana. -Buenas noches, pecosa. Gordal se enrojeció y comenzó a sudar frío al darse cuenta de que instintivamente había saludado como lo hubiera echo Sawyer.
sábado, 4 de octubre de 2014
Decepción y alegría.
(Publicado originalmente el 27 de enero de 2007)
Nuestro hombre tardó un buen rato en asimilar lo que veía. Una mujer de las que el siempre había deseado en carne y hueso era algo que no se ve todos los días. Carolina le sacó de sus pensamientos: -Fran esta es Ana. -Buenas noches, pecosa. Gordal se enrojeció y comenzó a sudar frío al darse cuenta de que instintivamente había saludado como lo hubiera echo Sawyer.
Era completamente ridículo que un chico de veintipocos años con sobrepeso evidente y gafas se equiparase al duro de una serie de televisión. Rápidamente se fue a por un tercio, remedio para todos sus males. Al tomárselo confió en que no se hubiese notado mucho su desliz, pero Carlos le quitó toda esperanza:
-Mejor imita a Hurley, chaval.
Sin embargo nuestro protagonista se armó de valor y volvió a encarar a Ana. Kate bien merecía un esfuerzo:
-¿Tu de que conoces a mi hermana?
- La conocí hace algunos años. Soy algo mayor que ella, pero...
Gordal ni siquiera atendió al final de la frase. Si era algo mayor que su hermana podía rondar los 40 años. No era recomendable para él pero sólo pensaba en una cosa en aquel momento: Kate, Kate, Kate... De pronto se le ocurrió una idea que en su opinión haría que Ana cayese rendida a sus pies:
-¿Nunca te han dicho que te pareces a Kate? Te voy a convertir en Heroína de Atrox Galaxy.
-¿Quién es Kate y qué es Atrox Galaxy?
Eso descolocó por completo a nuestro hombre. ¿Quién podía estar preparado para eso después de soltar el mayor halago que podía recibir una mujer?¿Cómo era posible que al nombrar su obra nadie reconociese a un creador de mundos? Intervino Carlos de nuevo:
-Dice que eres como la de Perdidos y quiere que seas heroína de una Space Opera.
-No entiendo lo último pero, ¿os gusta Perdidos?
-¡Claro! –dijo Gordal en el tono de quien expresa algo evidente.
-¡Qué gracioso! A mi novio también.
Aquello ya era incontestable. Imaginen las caras de Gordal y Carlos. Este último le dijo:
-Te invito a una birra, chaval.
Justo lo que nuestro héroe necesitaba en aquel momento. La aceptó de buen grado y, tras beber un sorbo, dijo:
-Estabas equivocado, esas pibas no existen.
-Bueno, pero ahora al llegar te vas a llevar una alegría.
-¿Ponen algo bueno?
-¡Claro! Vuelve Pressing Catch.
Gordal estalló en júbilo.
-¿En serio?
-Si, hoy lucha El Enterrador.
¡No podía ser! ¡Encima seguía su luchador favorito!
-¿Sabes que tiene un hermano, Kane? Lo vi en internet. También lucha.
Gordal recordaba cuando vio a aparecer al Enterrador por primera vez. Hoy volvería a verle. Y de este modo mientras Carolina caía en brazos de Carlos el aliviaba sus penas con cerveza y pensando en todas las sorpresas que descubriría en el nuevo Pressing Catch. De momento, ya iba una, Kane, el hermano del Enterrador.
Nuestro hombre tardó un buen rato en asimilar lo que veía. Una mujer de las que el siempre había deseado en carne y hueso era algo que no se ve todos los días. Carolina le sacó de sus pensamientos: -Fran esta es Ana. -Buenas noches, pecosa. Gordal se enrojeció y comenzó a sudar frío al darse cuenta de que instintivamente había saludado como lo hubiera echo Sawyer.
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