miércoles, 29 de octubre de 2014

Lo más bajo.

 -Pues no sé si me da más lástima o repugnancia -dijo Fran.
 -Yo tengo una cosa clara, no es como un padre quiere ver a su hijo -respondió Juan.

 Ambos hermanos habían visto a aquel mendigo travestido muchas veces. Un hombre de
 mediana edad con gafas que llevaba el perlo largo con un lazo, un vestido y a veces hasta maqullaje.

 -Es patético en varios sentidos de esa palabra -dijo Fran.
 -Pero no deja de ser una persona. Y tiene muy mala cara. A veces me dan ganas de echarle una moneda.
 -Yo creo que necesita mucha más ayuda que la económica. ¿Habrá sido siempre así? ¿No tendrá
una familia?
 -Hombre sí ha sido así, porque no se ha operado. Si tiene una familia que deja en esta situación 
a algunos de sus miembros es para retirarla el saludo.
 -Yo no te dejaría a tí en esa situción.

 Esto encendió a Juan.

 -¿Me estás comparando con esa “criatura”?
 -No he dicho eso, sólo que...
 -¡Mira que te parto la cara!
 -¡Joder! ¡¿No eras tú el que se apiadaba de él?!
 -Me dan ganas de pegarte una hostia.
 -¡No hay Cristo que te entienda! En algo estamos de acuerdo, no queremos ser ese ser.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario