—Es buena en todo,
en la historia, visualmente, en el ritmo...—comentaba Fran viendo otra vez El Viaje de Chihiro —Aunque siempre
queda un poco de duda de si uno se entera y de si si uno supieratodos los símbolos y creencias sintoístas lo vería igual —le comentó Juan.El Viaje de Chihiro fue la película que por fin consagró en occidente a su creador, el genial
Hayao Miyazaki, si es que no lo estaba ya. Desde luego fue la que le permitió ganar un Oscar
y, según la impresión de nuestro protagonista, la que más repercusión tuvo en occidente del
director nipón. La película nos narra una historia fantástica, de una niña que, a causa de una
ofensa de sus padres a los dioses sintoístas, queda atrapada en un mundo surrealista, poblado
de espíritus, monstruos y criaturas propias de la cultura japonesa, en el cuál debe sobrevivir
y trabajar. En este empeño conoce a varias criaturas, algunas más bondadosas que otras, y
aprende varias lecciones sobre la vida, la amistad, etc.
—Los padres que le ponen son un poco estúpidos, la verdad —decía Juan. —Bueno, no sabemos si nosotros nos hubiéramos comportado de modo diferente. —El trabajo en una casa de baños es algo muy propio de los japoneses. —Es muy sorprendente también la evolución del personaje de Haku, el amigo que ayuda
a Chihiro desde que llega. —Y quizás es más infantil que otras películas de Miyazaki. —Probablemente buscando un punto de vista más occidental que le diera el Oscar de una vez. —También hay cierta moralina ecologista, no muy evidente, pero con todos esos espíritus de
ríos que quedan manchados y deformes por acción humana. —La liberación por Chihiro de uno de esos seres es uno de los puntos más importantes
de la película. —Pero en fin, que no hay duda de que es una película muy recomendable. —Y en occidente, diferente a lo que estamos acostumbrados.
Ficha de la película, aquí.













