viernes, 30 de agosto de 2019

La caja de las orquídeas


-Y tú, Juan, ¿qué libro de ciencia ficción que no haya leído me recomendarías ahora que tengo tiempo?
-Pues mira, aquí tienes este de Herbert W. Franke, La caja de las orquídeas.
-Ese es uno de estos de los 60 de hipótesis de futuro ¿no?
-Bueno, podría decirse. Reproduce ese esquema que has visto a veces de Star Trek, donde llegaban a un planeta que parecía un aviso de cosas que podrían suceder a la humanidad.
-¿Es una visión optimista?
-Bueno, léelo.




Nuestro héroe se sumergió en la obra del autor austríaco. Sabía que era físico, matemático y filósofo. No era, sin embargo, un libro de especulaciones sobre la guerra atómica, como había supuesto nuestro protagonista. La caja de las orquídeas daba una visión inquietante donde unos hombres del futuro, en el curso de lo que podría llamarse un viaje de aventura, acaba descubriendo los restos de una antigua civilización. La civilización, al parecer, sigue existiendo, pero sólo se comunican a través de unos extraños guardianes, unos androides. Todo ello mostrando hasta dónde ha llegado el progreso, cambiando todas las percepciones de la humanidad. Y con un final realmente sobrecogedor.




-Joder, esto ,e ha dejado inquieto -dijo nuestro protagonista.
-Es un final feliz terrible ¿verdad?
-No sé, desde luego yo no me lo esperaba para nada.
-Y mira que dan pistas, como esa "resurrección" a mitad del libro.
-Espero que el progreso no sea allí donde nos acabe llevando.
-Bueno, no conocemos a nadie que haya llegado a ese estado.
-Ni esperemos conocerlo.
-Eso es que aún no estás preparado para llegar a esa meta.
-Y ese principio, anunciando un mero viaje turístico espacial.

"Siempre se producen unos segundos de emoción tras el despertar de la conciencia en un planeta desconocido. La escena parece estructurarse como en un cuadro, una tras otra van emergiendo las distintas partes de la nada, uno tras otro se organizan los sucesivos detalles -a veces en sucesivos detalles, a veces en forma brusca y sincopada-. Y sobre todo ello planea la cosquilleante iniciativa de algo inimaginable. Tal vez dotado de una fuwerza sobrehumana, tal vez mortalmente cruel."

El sabor favorito.


-Franhazmeunfavorbajaahoraytraeunaspatatasfritasqueparalacarnevanavenirmuybienyonohetraído
mehedadocuentaahoracreoquenonosquedanbájateahoramismoylassubesyaverásquebienlevanaircoge
dinerodemibolsosieso... -dijo Doña Marta Palacios mientras acababa de aliñar la salsa.
-Y trae las más normales que encuentres, Fran. Yo lo he dicho, pero mamá no ha querido preparar puré de patatas. Yo lo he intentado pero ya sabes que se molesta -añadió Juan Gordal.
-Joder, pues no me hace gracia saber que ahora debo bajar. Pero bueno, lo haré.



Nuesto protagonista se encaminó al supermercado, y dentro de este buscó las patatas fritas y aperitivos. Ante ellas le llamó la atención la gran variedad que había de un producto tan normal y simple: más tradicionales, con sabores, con tratamientos, cortadas de diferentes formas y tamaños... pero en especial le llamba la atención los sabores que iban poniendo a las patatas: de aquellas de jamón que abrieron camino ya habían desarrollado anchoas, queso y trufa, chorizo, pollo asado... Unas en especial llamaron la atención de nuestro protagonista.Unas de queso de cabra y cebolla caramelizada. Su familia le había dicho específicamente que trajera las más normales que viera, pero él siempre estaba decidido a probar cosas nuevas, y las llevó. En casa las respuestas fueron unánimes:




-Ayhijoperocómocogesesosiyatehabíadichoqueloqueríalomásnormalposiblesiempreestáisconcosas
rarasconlobuenoquehaestadosiempreloquesehacomidoenestacasayatiseteocurretraerotrascosasme
vaisamatarmedejáissiempredelado... -comenzó a decir Doña Marta Palacios.
-Bueno mamá, ya sé que atí te gustan las cosas simples, pero Juan y yo tomamos cosas nuevas y...
-Pero no esa mierda, Fran. ¿Cuántas veces te he dicho que odio el queso de rulo de cabra y la cebolla caramelizada? Bueno, mezclado con la carne seguro que está mejor -dijo Juan.




La familia se sentó a la mesa y se sirvió. En los platos las tajadas de carne con la salsa y las patatas lucían bien. Nuestro protagonista comía normalmente, cuando de pronto vio a Juan Gordal probar esas patatas. Reaccionó de un modo muy suyo:




-Mira que te tengo dicho lo del queso este y la cebolla, Fran, y mira que te he dicho que no juegues con la comida. Esto es repugnante. Yo no me explico como esa memez se ha puesto de moda.
-Bueno Juan, pero también que probemos y...
-Ayhijossisiempreosdigoqueaquísehacomidolomismodesiempreyestábuenísimoporqueosmetéiscon
estascosasnovesiquesólotraedisgustosyaveiselratoquenosestamospasandoporlatonteríamiraqueestoy
todoeldíadiciéndooslo...
-Por una vez mamá tiene razón Fran, que una cosa es probar y otra estamierda que ya sabes que no tienes que traer...
-Joder -dijo para sí nuestro protagonista-, estas patatas van a ser mi sabopr favorito desde ahora.

sábado, 24 de agosto de 2019

Aspirantes a la manita de hostias.


Juan Gordal estaba abstraído mirando una estantería de aquella librería de libros antiguos, cuando notó que algo le rozaba los pies. Se sobresaltó, pero pronto vio que lo que le había rozado era un diminuto perro York Shire. Entonces llegó una chica regordeta y con gafas que pronto demostró ser la dueña del perro y preocupada, le habló.




-¡Ay perdona! ¿Te da miedo? ¿Te ha molestado?
-¿Molestar? -dijo Juan sorprendidísimo de la pregunta mientras acariciaba al perro-. En absoluto. Al contrario, me parece muy gracioso?
-Menos mal. A veces la gente me ha dicho cosas terribles de mi perro.

Entonces nuestro protagonista que estaba observando libros de historia en otra estantería intervino.




-¿Qué gente? ¿Tantos gilipollas hay en el mundo?
-No, no, pero es que algunas veces ha ladrado y...
-Pero si es tan inofensivo y tan bonito que le han dejado entrar aquí.
-Pues hay quien no le gusta.

Al acabar ambos hermanos reflexionaban sobre el incidente:




-Pero si no lo había ni visto, y no ha hecho el menor ruido. Cuánto gilipollas -decía Juan Gordal.
-Y la pobre chica tan cortadita... Además era un estereotipò de las que ahora llaman los cursis "no normativas". Ya te digo yo: algún memo le montó un pollo que a ti o a mí no con Diez, con Trece, que sí era enorme no nos montaban
-Pues no se me había ocurrido. Pero vamos, es un perro que hatsa dejen entrar en la tienda.
-Bueno, igual porque la chica es familiar de los dueños de la librería. Pero sí, hasta eso. Ya te digo yo que si al que le haya protestado le ladra Idefix, por poner un ejemplo que todos conozcamos, a Obélix no se atreve a montarle una bronca.
-Sí, más de uno y de dos que necesitan una buena manita de hostias.


¿La edición o el formato?



-Tres días me ha llevado leérmelo, Juan. Creo que nunca me había costado tanto leer un tebeo tan fino. Porque no es que sea un tomaco de 800 páginas -dijo nuestro protagonista tras acabar de leer el recopilatorio del Doctor Niebla que le había pasado su hermano.
-Esta edición cansa, las letras son muy pequeñas.
-No es eso, creo que es el estilo de tebeos de esta época. Con La Familia Ulises, por ejemplo, me pasaba lo mismo. Muchas viñetas en poco espacio, mucha letra... Un estilo con el que no estoy familiarizado.




Los dos hermanos habían pasado dificultades similares para leer aquel cómic. No estaba mal hecho, en absoluto. En tres páginas se planteaba siempre un caso que resolvía el justiciero que le daba nombre, con planteamiento, nudo y desenlace. Pero la diferente composición de las viñetas, de los textos, hacía con mucha frecuencia necesario volver sobre los páginas ya leídas, observar otra vez viñetas... Todo ello había llegado a llevar a nuestro protagonista a necesitar en una ocasión 45 minutos para entender del todo una de las historietas.




-Pues me alivia oírte decir eso, Fran, porque cuando me pasó a mí creía que me estaba volviendo tonto.
-Bueno, es un poco como el cine mudo o en blanco y negro, que hay películas buenas, pero es algo que ya no se hace.
-Pero a mí no me descoloca tanto ver una peli antigua como un tebeo de estos.
-No sé, yo lo achaco al formato. Cuando me leo los de La Familia Ulises me parecen graciosos, pero tampoco me puedo leer más de cuatro seguidas..
-Los primeros del Spirit, o los del Litle Nemo, son iguales. A lo mejor si se hiceran de otro modo o se sacaran en otro tamaño me ocurría menos.
-Pero Juan, es que cualquier tebeo de ese estilo queda con ese aspecto si se edita como se hace hoy.
-No sé. Yo me pregunto cómo se haría hoy una historieta de este estilo.
-Los de grapas serían los más parecidos.

miércoles, 21 de agosto de 2019

Problemas que se te presentan.


-Pero papá, ¿qué era eso? -voceaba aquella niña en la calle Atocha.
-Haz el favor de caminar y olvídate -le respondía su padre de forma cariñosa, pero muy autoritaria.


Fran y Juan Gordal obserfaban atónitos la escena, más aún cuando la niña no dejaba de gritar y preguntar:



-¿Pero qué es esa tienda, papá?



Fran y Juan Gordal andaban todavía unos pasos más adelante y encontraron la explicación: el escaparate que llamaba la atención de la niña era un sex shop que exhibía una serie de productos típicos de aquellos establecimientos: lubricantes, lencería, juguetes sexuales... Todos con los colores más saltarines y las formas más llamativas. Juan hizo una observación sobre lo que en realidad era un consolador:



-Con ojos y rugoso, de lejos parece un peluche.

-No diría yo tanto, pero sí, los críos se quedan mirando esto.
-Es que han intentado suavizar tanto la sexualidad y estas cosas que ya parecen juguetitos. Ahora yo creo que los niños los miran más.
-¿Y esa niña con la edad que tiene no se le podría explicar ya? No te digo con todo lujo de detalles, pero que el padre le dijera: "mira, hija, esa es una tienda de cosas sexuales".
-No sé si ya está en edad de pillar eso.
-Nunca me lo había planteado, pero igual a los críos habría que explicarles las cosas mejor desde el principio, y no añadir tantos misterios a la sexualidad.
-Bueno, puies pídele permiso a su padre.

Nuestro protagonista comprendió que no tenía autoridad para meterse en la educación de los hijos por parte de padres a los que no conocía, pero este asunto, que nunca ole había preocupado tomó cuerpo ante sus propios ojos. ¿Cómo explicar ciertas coas a los niños? ¿Qué es mejor para su desarrolllo? Temas que a medida que envejecía tendría que ir pensando. Otra vez tenía la iompresión de envejecer a marchas forzadas.

lunes, 19 de agosto de 2019

Necesitamos paciencia...


-Bueno, ya tienes otra vez al Atleti en marcha, que se te nota que cuando te rçfalta el fútbol estás raro -dijo Juan Gordal a nuestro protagonista.
-Tampoco exageres, pero sí, tengo expectación por verlo como todos los años. Más aún ahora que el equipo es nuevo.




Y es que aquel verano había sido uno de los mantras que a todas horas horas repetían los informativos de deportes que habían salido del equipo que seguía nuestro protagonista símbolos como Griezmann o Godín, el primero de ellos, además de una forma, digamos poco elegante. Sin embargo, en las últimas semanas, y ya viendo la pretemporada, el comentario había pasado a ser que las bajas estaban muy bien cubiertas. Jugadores como Marcos Llorente en el medio, los defensas Felipe y Mario Hermoso, los tremendos nuevos laterales (Lodi y Trippier) y sobre todo, el gran proyecto de estrella mundial, Joao Felix al que todos ponían por las nubes estaban dando resultados muy esperanzadores. A la hora en que empezaba el partido, por otro lado, ya se había jugado el resto de la jornada y se conocían los resultados.




-El Barça ha perdido, y resulta que tantos siete goles que metimos en pretemporada al Madrid y van primeros. Lo siento por el Getafe pero hay que machacarlos.
-Bueno, no te flipes que esto acaba de empezar. Vamos a ver cómo se da.




El partido empezó muy bien para el Atleti, en plan dominador, con las bandas haciendo trizas al Getafe y ujn gol relativamente tempranero, pero con una extraña sensación de que no acababan de salir las cosas como uno esperaba. Con el 1-0 se llegó al descanso. Y dos expulsiones un tanto extrañas, una en cada equipo reforzaban la sensación de incertidumbre.




-Al menos vamos ganando -dijo Juan.
-Pero ya estoy harto de ver lo que pasa en estos casos si no se cierra el partido, Juan.
Tras el descanso, Joao Feliz por fin apareció, una tremenda jugada suya provocó un penalty, Morata parecía que iba a sentenciar, pero...





-¡Diossssssssss! ¡No hay manera! Al final empatan, ya verás.
-No hay pàra tanto. Relájate, aún vais ganando. Y ha aparecido Joao, que no le habíamos visto.
-A ver si hace más.




Lo cierto es que poco después Joao era cambiado por un calambre, y la sensación de caminar sobre el alambre se alargaba, más aún con un tiro al larguero del getafe, pero la victoria se consiguió.




-Bueno, los tgres puntos están aquí -sentenció Juan
-Pero está primera esa gentuza -se obsesionaba nuestro héroe.
-Ya los pillaréis, a ver si te creías que esto iba a ser un paseo militar.
-Bueno, ojalá siempre que necesite paciencia sea con el fútbol.

viernes, 9 de agosto de 2019

Las brujas de Zugarramurdi.


-Pues veo que ahora parece que la gente vuelve a interesarse por ese género de terror que se llamó Horror Folk -dijo Juan Gordal-, ya sabes, terror basado en tradiciones de algún pueblo recóndito.
-Pues coincidiendo con eso, aquí en España, hace poco Álex de la Iglesia creó Las Brujas de Zugarramurdi, que no triunfó tanto como debería. A mí me gustó mucho esa película.
-Es verdad, tenía una historia muy buena. Ahora que lo dices Álex de la Iglesia lleva muchas películas en su carrera que yo creo que no fueron tan apreciadas como merecían.




Las Brujas de Zugarramurdi era un ejemplo bastante bueno de aquello en lo que Álex de la Iglesia era un maestro: partiendo de hechos pegados a la actualidad del momento, era capaz de llevar a sus personajes y sus tramas a lugares que sólo una imaginación desbordante podía concebir. En este caso, un parado en plena crisis en el año 2013 comete un atraco realmente delirante en los puestos de compra de oro de La Puerta del Sol en Madrid, y huye, usando él y sus cómplices los disfraces con los que han cometido el atraco, robados a su vez...¡a los muñecos y mimos callejeros de la plaza! Y en su huída acaban en un pueblo vasco, Zugarramurdi, conocido por una redada de la inquisición contra las brujas. Pero en pelno siglo Xxi allí siguen quedando brujas, y los fugitivos van a parar a la casa de una familia de ellas. Entonces la trama da un giro total, mezclándose en una pesadilla de aquellares, canibalismo y rituales difícilmente descrptible con palabras. Además, creo que si se lo explicara la película perdería gracia, es mejor que lo vean.




-Sobre todo impresiona qué buenas actrices son Terele Pávez y Carmen maura, musas varias veces de Álex De la Iglesia. Aquí de brujas quedan de maravilla -dijo Fran.
-Quizás tiene un fallo de algujnas pelis de De la Iglesia, empezar mejor que acaba.
-Pero es divertida, da miedo, está bien ligada... De verdad que Álex De La Iglesia, sin ser tampoco ignorado, creo que es un verdadero genio.
-Pero le falta alguna obra maestra indiscutible, quizás porque se lo toma todo a risa.
-Eso es discutible. De momento yo recomiendo sus pèlículas, y disfruto mucho con ellas.


Ficha de la película, aquí.

¿Este pescado es así de verdad?



-Bueno, pues vamos a probar un pescado nuevo -dijo Juan Gordal sacando del paquete aquellas rodajas de congrio.
-Hombre, tampoco es una novedad total. Yo recuerdo haberlo comido otra vez -dijo nuestro protagonista-. Recuerdo que es mejor para guisar o cocer que para freir.




Doña Marta Palacios había vuelto a dejar a los dos hermanos, por primera vez en mucho tiempo ocuparse de la comida. Como solían hacer en esos casos, habían traido una carne para el mediodía y un pescado para la cena. Pero habñían decidido que no querían lo mismo de siempre, ni gallos, ni merluza, ni truchas. En la pescadería había un buen pedazo de congrio y eso les decidió. Además, Fran había visto en internet la receta de un plato de congrio a la cerveza que permitiría aprovechar una botella del mágico liquido de la cebada que se había quedado en la nevera.




-A ver: cebolla, pìmentón, cerveza... ¿Nos falta algo?
-Yo creo que no. Habrá que mirar bien la receta y no meter la pata, eso es todo.




La receta hablaba de hacer un sofrito de patatas y pimiento, sobre el cuál se cocería el pescado con cerveza y se aliñaría con el pimentón. Además meterían alguna verdura propia de guisos como judías verdes, zanahorias etc.




-Quizá haría falta un poco de caldo de pescado -dijo Fran
-No, así está bien. Tiene un color curioso para ser un pescado blanco cocido.
-Es la cerveza. Vamos a ver cómo sabe.
Nuestro protagonista cortó un trozo, y se lo llevó a la boca. Sorprendió lo que se encontró:
-No sabe a nada.
-¿Cómo que no sabe a nada? -dijo Juan.
-Lo que oyes, no sé si habrás metido la pata o será así.




Juan probó el plato, y comprobó que su hermano no le mentía. Pero no caía en cómo era posible.




-Lleva todo lo que ponía nla receta, no sabe ni a cerveza.
-Tendríamos que haber metido el caldo de pescado.
-No, tampoco es eso, porque no es que el pescado sepa poco, es que no sabe a nada.
-Podríamos repetir la receta...
-No, casi mejor no volvemos a traer el congrio y listos.
-Bueno, pero me cuesta creer que esto bien guisado saea así.

sábado, 3 de agosto de 2019

El mal de todos los veranos



-Joder, esta sensación de tener los pies cocidos no me gusta nada -decía nuestro protagonista.
-Perohijosiyaesveranoyallevabassandaliascomotegusta
yonoentiendoporquévuelvesaponertelasbotas
claroquelopasasmalconesoyloscalcetinesen
veranosellevanlospiesmásfrescoscomocasitodoaversi
ahoraenagostocualquierdíateponesunjerseydecuellovuelto...
-Pero mamá, es que se me resecaba el talón.



Nuestro protagonista pasaba por ese problema una vez cada verano, así como el invierno era lógico coger un resfriado o gripe en algún momento, la sequedad del talón en verano era un problema que en algún momento había que pasar. Nuestro protagonista solía pasar una semana de cada verano llevando de nuevo las botas y calcetines que sólo se ponía regularmente en invierno. Tras un mes con los pies al aire, donde la amenaza de grietas se empezaba a materializar, llevaba dos días con las botas y los pies sudando más de lo normal.



-Hijoynjoseríamejorquelodejarasmiracómollevoyosiemprelassandaliasyenveranohagolascosas
normalmenteaversitecreesqueponiéndomelasbotasylasmediasahoraibaahaceralgonohayquiense
muevasíyovoybienatodaspartes...
-Mamá, que has tenido grietas que te han llegado hasta las rodillas. Eso, precisamente eso es lo que trato de evitar.
-Sihijotodoloqueyohagoestámalyvosotroslleváislospiescomoqueráisyosiempremeequivoco
nuncamevasahacercasolasgrietaslastuveporqueyoqueríanoesquemedolieranycasinopudieraandarysillevosandaliashagomal...

-Mamá, que esto no va de sandalias, por favor. Voy a darme una ducha en los pies que ahora los tengo recocidos y en casa quiero estar cómodo.

Nuestro protagonista observó el pie que se le había secado y notaba cómo poco a poco iba a mejor. Con tres o cuatro días más de ese tratamiento podría volver a ir en sandalias. Poco después se sentó en la mesa para cenar creyendo haber olvidado sus diferencias con Doña Marta Palacios, pero no fue así:

-Puestevoyacomprarotrasbotasporqueahoraenveranonecesitarásmáshijoquemetienescadadíamás
preocupadamiraqueempeñarseenrecocerselospiesconloqueestácayendosoistremendosavercuando
osccomportáisconlógica...
-Mamá, en serio, que de mi ropa ya me ocupo yo que soy mayorcito, sabes perfectamente que las botas las llevo por un motivo muy claro.
-Síporqueyolohagotodomalnuncahayquehacerloqueyodigaaversiosvolvéistarumbascomoyopuesno
mevaisaanularyoséloquehagoylovoyahacerquesiosdejaramemandabaisyaaltyaaltanatoriopero
afortunadamentetengoautoestima...
-Juan, explícaselo tú -dijo nuestro protagonista volviéndose hacia su hermano que contemplaba la escena con una media sonrisa.
-Ni pensarlo, yo ya me peleo suficientes veces con mamá, arréglalo. tú.




Seriefilia artificial y cinefagia extinta.


 Paseando por Madrid Juan y Fran Gordal veían anuncios de las últimas novedades que las plataformas online ofrecían en series. Todo el mundo parecía haber descubierto ahora el formato series. Ocupaban el centro de muchos debates culturales y se veía cada vez a más personas del círculo de la antigua cinefagia y de los lectores de Pulp hablando de ello y presumiendo de conocer de haber visto tal serie y tal otra.




-Y en cambio, en la cartelera de cine, cada vez es más difícil encontrar cine que no sea de franquicia o pensando en grandes superproducciones -dijo Juan Gordal-, al menos en el cine o el sistema americano, la serie B ha quedado relegada a las series.
-Pues sí. Porque los que antes decían ser cinéfagos, ahora se ven una serie en dos días. Es paradójico que las series que se idearon para el formato televisivo pasen a ocupar nicho de mercado en serio cuando ya casi no se emiten por ahí. Es lo que me sorprende, el consumidor de series actual tampoco se pàrece al clásico.
-Y las usan como herramienta de información, con series como la de Chernobyl o Alcasser, muchos creen que han descubierto la pólvora y saben más del sistema soviético o de ese crimen que cualquier experto.
-Y gente muy aguda, como Juan Manuel de Prada dicen que las están usando para meter ideología y propaganda, por ejemplo, siempre según De Prada, que yo no he visto lo de Alcasser ni lo pienso ver, usanese caso para hacer propaganda del feminismo actual.
-Joder, ¿ahora caes del guindo? Y Chernobyl, y El Mecanismo, que son propaganda clarísima...

-No sé, precisamente tengo la impresión de que este boom es artificial. Y a lo mejor es por eso, aunque no se puede negar que se han hecho también series buenas y entretenidas sin más intención que la diversión. Pero lo que más me sorprende, es que sea porque antes no había los medios de ahora, o por gusto, ya la gente no ve un capítulo para pasar la última parte del día, se mete la serie entera de un tirón. Y las plataformas parece que las publicitan así, pensando en eso.

-Las series se han gentrificado, como se dice ahora, Fran. Ahora se han convertido en algo que se vende al gran público despojándolo de su esencia, de ese cariño semanal que antes tenía el televidente con sus personajes.
-Bueno, eso pasa con todos los productos, no me preocupa que se hagan series en plan industrial y borrego. Lo que me preocupa es la casi desaparición del cine de Serie B.