jueves, 28 de mayo de 2020

2012

¿Aún sigues viendo películas de catástrofes y de fin del Mundo? Si ya se está pasando la pandemia. Ya salimos casi normalmente ⸺dijo Juan Gordal a nuestro héroe.
Es que sigue sorprendiendo el contraste entre el espectáculo de todas estas ficciones y lo suave que ha sido en la realidad.
Y precisamente esa que estás viendo, 2012, permite contrastarlo dos veces, que por algo lleva esa fecha.

2012, en efecto, era una película pensada para el año en que salió, en el cuál aún había cierto temor en algunos círculos, ya que se interpretaba que según una profecía maya, sería el año del fin del mundo. Enlazando con ello, el director Roland Emmerich, ya para entonces famoso por haber revolucionado el cine espectáculo y el género de catástrofes, creó una historia en la que se empiezan a suceder catástrofes naturales a gran escala a causa de un desequilibrio en la física del sol. Varios gobiernos e instituciones desarrollan un proyecto secreto para salvar a los humanos más válidos y los tesoros más importantes de la civilización. Sin embargo, por pura casualidad un escritor de ciencia ficción y su familia entran en contacto con científicos del proyecto, y comienzan dos luchas en paralelo: una por salvarse ellos y a la gente que puedan, y otra contra la perversión del proyecto inicial, ya que como era de esperar, se decide quién se salva y quién no en función de la renta.



De todas maneras, esta ya me parecía una vuelta de tuerca a lo que hacía ya este hombre ⸺dijo Juan Gordal⸺ Y como siempre esas escenas de persecución, donde el perseguidor es una catástrofe natural.
Bueno, pero aunque sea abundando en lo que se sabía de él, por eso es una película que en este subgénero hay que ver, porque lo lleva al máximo. Y el tío siempre consigue meter una historia humana entre medias de su superespectáculo.
En este caso, además, tenía un reparto de puta madre, con Joh Cussack, Woody Harrelson, Danny Glover...
Que logran a ratos hasta hacer que nos lo tomemos en serio...
Eso en su momento, ahora después de ver que aquel año no ocurrió nada, y que cuando ha ocurrido ha sido tan suave y tedioso, no sé yo.
En todo caso buena para recuperarla ahora que todos hemos buscado cine de este tipo.
Que la apunte la gente para por si, ojalá no ocurra, la pandemia tiene un rebrote. 


 Ficha de la película, aquí.

miércoles, 27 de mayo de 2020

Cuerpos postpandémicos.


A esto debían referirse cuando decían que el confinamiento nos haría mejores ⸺dijo Fran observando las rotundas curvas de la chica que pasaba a su lado.
Los tíos hemos echado algo de tripilla. Las tías se ve que lo que ha pasado es que se han marcado más sus formas.
Seguramente porque en general estaban en mejor forma y más delgadas que nosotros.

La limitación de horarios que las autoridades sanitarias habían impuesto en la vuelta a la vida ordinaria tras superar la pandemia que había castigado todo el planeta donde vivía nuestro protagonista, destinada principalmente a proteger a los grupos de población más vulnerables a aquel virus, había hecho que Juan y Fran coincidieran frecuentemente con corredores y otros deportistas individuales, ya que debían salir en la misma franja horaria. Los dos hermanos solían intentar deducir los hábitos de cada uno de estos deportistas observando su aspecto: por ejemplo había algunos muy obesos que claramente se habían lanzado a ponerse en forma tras la pandemia, quién sabe si tras replantearse su vida en el confinamiento, y otros a los que se veía muy en forma que probablemente de algún modo habían mantenido su entrenamiento. Pero el grupo más numeroso lucía músculos marcados y cuerpos cuidados, pero también muestras de haber abandonado un poco las costumbres sanas que debían tener antes de la plaga. Los hombres, como decía Fran parecían engordar. Las chicas se ponían más rotundas en sus formas femeninas.

Parece mentira, hasta engordan mejor que nosotros, las jodías.
Te va a dar lo mismo, Fran, esos culazos y tetazas no los vas a tocar.
Ya, por ir contigo, que yo he salido ganando. Tú pareces un orangután. Me siento como Clint Eastwood en Duro de pelar.
Oye, no te pases que tú tampoco estás hecho un figurín.


Fran se quedó callado pensando alguna réplica, pero encontraron a una señora amiga de Doña Marta que los conocía. Los saludó con todos los tópicos de las señoras de edad: mis niños, vuestra madre... Pero sobre todo algo marcó el devenir de la tarde. Le dijo a Fran:

Oye, tú has mejorado. Sigue así.

Era lo que faltaba en el orgullo de nuestro protagonista. De pronto hasta se sentía más guapo, alto, joven... No tardó en pasárselo por la cara a Juan:
¿Has oído? Y el oráculo matriarcal nunca falla ⸺dijo nuestro protagonista.
Sí, bueno. Ahora a todas se les derrite el chocho contigo. Cuando te haga caso una mujer de menos de sesenta años me hablas. Lo del oráculo era con los abrigos, nada más. Y ya casi es verano.
Qué mala es la envidia.
Que rápido te sacas la chorra.
Sí, para que vengan las tías, que lo están deseando.

Basura normal y basura pandémica.

Cuando nuestro protagonista y su familia pudieron volver a las calles cualquier aspecto de la vida urbana que hubiera cambiado despertaba interés. En aquella ocasión, Fran y Juan se fijaron en unos trabajadores importantes y no siempre bien considerados.

Míralos. A estos no se los reconoce tanto como a los sanitarios, pero son importantes y no han dejado de dar el callo, los pobres ⸺dijo Juan Gordal viendo trabajar a aquel barrendero.
Sí, porque las calles se han mantenido razonablemente limpias y a ellos se los ha visto expuestos y trabajando por la higiene para que las ciudades estuvieran lo más salubres posible.

En efecto, para mantener a raya al terrible virus que había paralizado la vida en el planeta de nuestro protagonista la limpieza era fundamental. La disminución de gente en las calles, sin duda, habría ayudado a generar menos desperdicios, pero era importante retirarlos y tratarlos cuanto antes, y además, en muchos casos, eran precisamente las barreras que la gente se ponía para que se quedaran los gérmenes en ellas: guantes, mascarillas...

Y no se ve que los protejan especialmente, ¿eh? Los barrenderos van con el traje de siempre, unos guantes y pare usted de contar ⸺comentaba nuestro protagonista.
No todos podemos ir con el traje de máxima protección, Fran.
Pero precisamente estos trabajadores están muy expuestos. Además, mira ⸺dijo Fran señalando un acúmulo de desperdicios en el alcorque de un árbol ⸺ Se ve que producimos basura solo con movernos para que haya esto con la disminución de la actividad. Y joder, la de mascarillas que se ven tiradas. Cunado hasta hace poco había literalmente hostias por ellas.
Ahora dan más miedo que un nublado. Y las tienen que tocar.
Entonces nuestros protagonistas entraron en uno de los primeros parques que abrieron. Se preguntaban si allí entre árboles sería prudente quitarse las mascarillas y respirar un rato sin ellas.

Cuidado donde la pones, no la pierdas ⸺dijo Juan⸺. Precisamente hablamos de ello.

Nuestro protagonista aún pensaba en ello cuando vio otro desperdicio de los especialmente poco deseables en el suelo del parque: una jeringuilla.

Los yonquis se ve que no han parado ⸺comentó.
Pues ya ves, los basureros enfrentándose a la mierda habitual y a la específica del momento ⸺remató Juan.

lunes, 25 de mayo de 2020

Ser del Atleti en tiempos de pandemia.

F.C Union Berlín,0; Bayern de Munich, 2, goles de Levandowsky de penalty en el minuto 40 y de Pavard en el 80.
 
 En tiempos normales era lógico que llegara cierta información de equipos grandes como el Bayern, pero pocas veces había visto nuestro protagonista ⸺y esperaba con toda su alma seguir sin verlo en el futuro⸺ que en su país un partido y una jornada entera de la Bundesliga alemana despertara tanto interés. El fútbol era una más de las cosas que se habían visto dramáticamente afectadas por la pandemia que afligía el planeta en el que vivía. En las últimas semanas era un tema muy discutido si el deporte rey podría acabar aquella temporada y sobre cómo empezaría la siguiente. Se daba por hecho que aquel verano los fichajes, de haberlos, serían mucho más baratos por falta de tiempo y de dinero, y ya había ligas como la francesa o la holandesa que habían dado por finalizada la temporada adoptando como clasificación final la que tenían en el momento de la suspensión. Y aquello preocupaba a nuestro protagonista:

El Atleti ni entraría en Champions ⸺decía repetidamente Fran cada vez que aquel tema salía a relucir.
Eso, preocupándose de lo importante ⸺respondían Juan Gordal y Doña Marta Palacios cuando lo decía.
Pues sí, mira, he tenido la inmensa suerte de que esto no afecte a nadie cercano, y si preguntan al aficionado, pues digo lo que pienso. Siento los muertos, pero no puedo pasarme el día recogido llorando.
Y además de lo último que se vio fue un gran partido del Atleti que eliminó al vigente campeón de Europa ⸺añadía Juan Gordal
¡Eso! ¡Encima eso! A ver si se puede acabar la Champions, que nadie puede garantizar que el Atleti fuera a ganarla, pero joder, había hecho méritos.
Además con la personalidad del Atleti le pega ganar justo esta edición si puede reanudarse ⸺le picaba Juan.
Sí, sin público, sin ruido en los estadios...

  Solo unos días más tarde , el presidente del gobierno del país de nuestro protagonista confirmó que la liga volvería en tres semanas. Pero eso no cambiaba las precauciones y restricciones que debñian mantenerse en el regreso del fútbol. En la reanudada Bundesliga que debía servir de ejemplo para ver cómo era posible continuar el resto de las competiciones no se podían dar abrazos para celebrar los goles ni había público. Esta última particularidad había dado lugar a inciativas muy curiosas de varias aficiones. La del Atleti, en concreto, había propuesto que cada hincha rojiblanco grabase sus cánticos en su casa y los enviara a un depósito de internet, con la idea de hacer una mezcla en video y que se sintiera el calor de la afición en el Wanda Metropolitano cuando se  volviera a jugar.


A mí eso me parece excesivo ⸺decía nuestro protagonista⸺ Si no puede haber público habrá que asumirlo.
Sí, tú desde que el Cholo grabó aquel video en el que decía que había cosas más importantes lo tienes claro
¡Faltaría más! ¡¿Quién es ningún aficionado de mierda para discutir al Cholo?!
Pues se hizo famoso un error que cometió al grabarlo, dijo "concientización" en vez de "concienciación".
¡Pues se cambia la palabra en el diccionario! ¡A Don Diego Pablo Cholo Simeone no se le discute! Y además lo importante es el contenido del mensaje. 
 

miércoles, 20 de mayo de 2020

Vuelta al culto.

⸺Bueno, mamá, cálmate ya. ⸺Esquenohayderecho
hijohayqueverlo
complicadoque
hacentodoyoentiendo
quehayaquetener precauciones
poreljodío
virusperoquehaya
quetenernúmero
paravolveralaiglesia
queunovaprecisamente
 aencontrarconsueloypaz...

 Doña Marta Palacios estaba pensando ya en volver a la iglesia en cuanto el gobierno del país de nuestro protagonista permitiera en su plan para recuperar la vida ordinaria acudir a los lugares de culto. Sin embargo toda la calma que la contemplación mística podía proporcionarle se le había venido abajo al enterarse de que ahora, igual que en los comercios, tendría que pedir hora y que tendría sitio fijo en la iglesia para oír el sermón. Para evitar la propagación de la pandemia que afligía a este planeta todos los edificios y lugares donde tendieran a congregarse multitudes debían reducir su aforo y eso incluía los edificios sagrados. 

⸺Yavessiunotienequeiraunahorafijanocuandolevengabienqueestonoeselcinevamosaencontraral Señorysiyoluegopierdolahoraquénopuedeirotrapersonalohanorganizadodelapeormaneraposibleyyase lohedichoalchicoquehabíaahíperoselocontaréalpárroco... 
⸺Mamá, hasta el Papa Francisco ha dicho que hay que buscar nuevos caminos en la pandemia. ⸺PeroalaIglesiasevadeotromodoseorganizaunocuandopuedesevaabuscarreposoyayudaelespíritu descansayteconsueladecuantopasealrededoryahoranohayquerezarencorsetadoaverporquénopodían contarlagentequellegueyponerlímite... 
⸺Bueno, mamá, pero el monaguillo no tiene la culpa. ⸺Yaselodiréalpárrocoquenohayderechoaqueaunoleorganicenasíyloobliguenaestarahíaunahoraque parecequelequieranlimitarelaccesoaDioscuandoélnoshacreadoatodosymurióenlacruzporsalvarnosy ahoranopodemosseguirlo... 
⸺Pero eso lo aguantamos todos, hombre. A mí también me dieron hora en el peluquero y en las tiendas de tebeos. ⸺Nomecomparesunsimpleentretenimientoconelremedioespiritualylaseguridadqueproporcionael cultoyademásqueeslavoluntaddeDiosylalimitanprecisamentelossacerdotesquedeberíanserquienes másladefendieran... 

 Entonces Fran pasó delante de un periódico que mostraba como los paletos de cierto país del planeta donde vivía habían decidido nada menos que entrar armados en edificios de los gobiernos provinciales (estatales en aquel caso) para pedir que levantaran las medidas que evitaban la propagación de la pandemia. 


⸺Puedes hacer esto, entrar con un rifle en la iglesia y gritar al párroco que eso es comunista. ⸺Nohijoatantonovoyallegarperosíquelediréloquepiensoyqueestoesunavergüenzaenunsiervodel Señorquetendríaqueadministraratodoslapalabradesalvaciónynoponerdifícilelaccederaellaqueaveces parecequequierandesalentarte...
⸺Ya, todavía no has llegado a eso, pero cuando el párroco persista te veo en la armería.


viernes, 8 de mayo de 2020

Precauciones.

Cuánta gente apelotonada, y eso que se ve que intentan guardar la distancia y que se protegen ⸺Comentó Juan Gordal llegando a Atocha por primera vez en más de un mes después de semanas de cuarentena.
Igual hay que regular esto de algún modo, las aglomeraciones son inevitables en algunos puntos añadió Fran⸺. Y lo de llevar un condón de cuerpo entero tampoco lo tengo claro.

Aunque nuestros protagonistas estaban disfrutando de la calle, y desde luego se sentían más liberados y holgados, la experiencia de la que venían les había hecho adquirir ciertos recelos, muy evidentes ahora que poco a poco las autoridades pensaban en cómo levantar la cuarentena. Se percibía que si bien la mayoría de la gente era estricta en las medidas de prevención de la pandemia que asolaba el mundo donde vivían nuestros personajes, conciliar una vida normal y al mismo tiempo vigilar la distancia de seguridad era mucho más complicado que permanecer en el domicilios salvo para lo estrictamente necesario. Además, si bien las autoridades solo prescribían estas medidas de protección en ciertos ambientes, lo cierto era que uno se sentía mucho más seguro llevando guantes, mascarillas y otras prendas preventivas.

Las mascarillas dicen que sirven más para evitar echar el virus tú que para que te lo echen, que las recomiendan solo para los enfermos y sus cuidadores o en espacios cerrados con gente, pero yo prefiero llevarla, porque es mucho más cómodo que andar quitando y poniendo ⸺dijo nuestro protagonista.
Los guantes sólo deberías ponértelos cuando vayas a tocar superficies expuestas, Fran.
Oye, yo tengo cuidado y sé manejarlos. No dejo de lavarme las manos. No hago como esos dos hombres ⸺explicó Fran señalando a dos amigos, o eso debían ser que hablaban uno enfrente del otro a muy corta distancia, y con la mascarilla a la altura del cuello.

Este último era un extremo especialmente irritante, gente que parecía llevar las medidas de protección de adorno, que se las quitaba al entrar en comercios ⸺justo lo contrario de las prescripciones sanitarias, que decían que en lugares cerrados y con gente era donde había que llevarlas⸺, que las manoseaba... Los primeros días de la pandemia era normal que uno no supiera usarlas, pero después de días repitiéndo las instrucciones de uso a todas horas ya resultaba hasta molesto ver aquello.

De verdad, a veces dan ganas de pegarles collejas ⸺afirmó con rabia Fran, y entonces al hablar la mascarilla se le movió.
Colócatela bien, Fran, aplícate el cuento ⸺respondió Juan aguantando la risa.


Fran cogió la mascarilla por los cordones que la sujetaban tras las orejas, como había que hacerlo, sin tocar la superficie, tiró con mucho cuidado... Y la sujección se rompió. Fran se quedó a cara descubierta en plena calle.

¡Joder con lo que llaman nueva normalidad! ⸺gritó Fran.
Bueno, si quieres ahora te pillamos otra ⸺dijo Juan riéndose.
No, déjalo, si tampoco es tan imprescindible según dicen. Pero encima de que hay pocas se rompen. Así no hay manera, hombre.
Como ahora te encuentres uno de los amargados que echan broncas al que no lo haga bien...
Pues yo igual me contagio, pero él se va a traumatología.

La profecía.

Pues después de comparar este apocalipsis mundial con cómo lo habíamos imaginado en la ficción, en esta película casi nadie se entera de que se está acabando el mundo.
Y aun así es más espectacular y movido que la pandemia.

Nuestro protagonista seguía comparando aquel denominado "apocalipsis suave" que estaba experimentando su planeta con diversas ficciones apocalípticas. Hoy tocaba La Profecia, el film de 1976 donde un matrimonio anglosajón pierde a un hijo durante el parto, y convencidos por un sacerdote, adoptan a otro niño que a su vez perdió a su madre al nacer. Al llegar el niño a los cinco años gente que rodea al matrimonio comienza a sufrir extraños accidentes, y cuando otro sacerdote explica que el niño que han adoptado podría ser el mismo Anticristo se desencadena una búsqueda desesperada por algún modo de detenerlo.

En realidad tampoco fuera del círculo de los protagonistas pasa nada en esta película, Fran.
Pero el suspense y terror que transmite mola mucho, y es mucho más entretenido que recogerse en casa.
Parece mentira lo bien que funcionan los niños, que encarnan la inocencia y la ternura, en películas de terror ¿verdad?
Y los sacerdotes. Joder, esto también cambia de las películas a la realidad, donde curas y niños lo que han producido son escándalos de pederastia.
Yo a ese Anticristo le daba dos hostias.
Tendrías un accidente, Juan.
Ficha de la película, aquí.

Un cumpleaños confinados.

Estaeslaensaladilla
hijoestámuybuena
aunquequizáyo
hubieratreidocordero
perosivostrosqueríais
estooslotraigoque
loquequieroesque
todoelmundoesté
muycontentoenmi
cumpleañosahora
voyacoger
algodepostre...
Me siento un poco raro, mamá, celebrando un cumpleaños sin reunirnos con la familia, sin poder traerte un regalo...⸺dijo nuestro héroe sintiéndose un poco estúpido por no haber tenido la previsión de pedir por internet algo para su madre unos días antes.
Yo te iba a preparar una comida, pero he creído que era mejor que te trajeras tú lo que querías.

Desde que se se declarase la plaga que tenía recluida en sus casas a la tercera parte de la población del planeta de nuestra protagonista, la familia Gordal Palacios había visto en la tele reportajes sobre gente, usualmente niños, que recluidos en sus casas habían cumplido años. Solían aparecer en la tele porque a través de balcones o de videoconferencias les intentaban hacer una fiesta y llevar una tarta o regalos. Doña Marta había dicho varias veces que esperaba que para su cumpleaños ya se hubiera levantado el confinamiento, pero al llegar su día, si bien ya se permitían salidas a la calle bajo ciertas condiciones, la pandemia seguía presente. Dado que la matriarca de los Gordal Palacios había pedido varias veces ocuparse un día de la comida, Juan, que usualmente compraba y preparaba en aquella época, le dejó que lo hiciera en su cumpleaños. De modo que extrañamente, lo que recibía Doña Marta era ocuparse de una tarea que normalmente le evitaban.

Ayhijossinopasanadateníamuchasganasdeprepararunacomidaydesaliralacalleyverlagentehayquienmedicequeestoymásguapaoqueteníanganasdevermemepreguntancomohepasadoelconfinamientopero
loquemásmehagustadohasidoescoermelatarta...
Esto no puede quedarse así, mamá. Te hemos fallado ¿Qué quieres o qué necesitas? En cuanto abaran las tiendas lo tendrás.
EstoybienconvosotroshijossiacasocambiaríaquevenganCarolinamihermanayAlvaritosoislomás
importanteymehabéisayudadomuchoteniéndomebienlacasayvigilandoquenomeexpusieraenla
cuarentenanituvieraquehacernada...

Entonces Fran recibió una señal que no conocía en su móvil. No le anunciaba una llamada, sino una videollamada, algo que antes del confinamiento no había hecho nunca. Era Carolina quien apareció en la pantalla de su móvil. Fran se sorprenció un instante, pero luego comprendió:

Pues yo ni sabía que esto se podía hacer ⸺dijo nuestro protagonista.
Ya ves, Fran. ¿Dónde está la del cumpleaños? ⸺contestó Carolina a través de la pantalla.


Doña Marta, que estaba al lado, intervino con muchas ganas al ver aquello.

Ayhijaquealegríaverteibaallamarteyoperoestoesincreíbleyyoqueibaallamarteydecirtequenopoder
verteeralopeordeldíayquenopoderhablarteenpersonaeraterribleyquetengoqueprepararteotracomida
porquetútemerecestodo...
Mamá, precisamente quiero preguntarte qué querías para ti.
Aytodosconlatonteríahijopuesloquequieroestenerosmuchosañosmegustaríadarteuntrozodetartay
abrazarteperomehagoaloquehayparamidescubrirelcosoestedelapantallitayaesalgoincreiblequeno
sabíaniqueexistíatengoqueaprenderausarlo...

Oyendo esto Fran pensó en regalos inmateriales para su madre. Vio que su hermana había logrado darle una alegría muy grande con algo muy simple. Y propuso:

¿Quieres en espera de algo más que te enseñe a usarlo, mamá?
Túmeenseñashijohayqueilusionesperoaprenderrapidoqueyonopensabaenestohastaquenolohevisto
peroesincreibleyyanosehacenllamadasnormalesperoloprimerotendrásqueexplicarmedondetieneeste
móvillosbotones...

Oyendo aquella pregunta sobre un móvil de pantalla táctil Fran se asustó pensando en la tarea que tenía por delante. Pero era por su madre y lo haría. A fin de cuentas bastante había metido ya la pata no previendo nada para aquella fiesta. Y hacer que Doña Marta pasara muchos años feliz era su deber.