domingo, 25 de febrero de 2018

Todo por una olla a presión.

-Otravezsehaquemadolagomadelaollaapresiónyheperdidolaválculaahoraelpurévaaserincomibley
miraquecambiamoslagomahacepocoperonohaymaneraestaollanodamásquedisgustos... -decía Doña Marta Palacios.
-Mamá -dijo nuestro héroe-. Después de volver a atornillar la tapa, comprar otra válvula, cambiar la goma... ¿no sería ya hora de comprar otra olla?
-Buenohijoesquetúloquierestodonuevoperoalomejoryasíloquehayquehacerescomprarotraollaporque
hemoscambiadoéstamilvecesynoparadedarproblemasperoesquenotengotiempo...
-¿Quieres que compre yo otra? ¿Por qué no me dejas el dinero y te la traigo yo?
-¡Haced lo que queráis, pero no queméis mi comida ni mi cocina! -dijo Juan Gordal que llegaba en ese momento.
-AyhijoquepesadoeresdesdequetehadadoporlacocinaerespeorquelosdelprogramadelChicoteaversite
vasalateleadecirlo...
-¿Pero mejor que todo esto no sería traer otra ollla? -preguntó Fran
-Hijotehedichoqueesloquehayquehacerperonotengotiempoyademássepuedetraerotragoma...
-¡Idos de mi cocina!

Y fran dejó por imposible aquella discusión.

Cerveza Y tebeos.

-Que no, Fran, que esta tarde no pienso tomar hoy una cerveza -dijo Juan con tono grave-. No podemos emborracharnos siempre ni gastar todo mi dinero.
-Pero si tenemos más dinero del que hemos tenido en meses y años -dijo Fran.
-Pues aprovecha y guarda. No pienso gastar hoy.

Juan llevaba toda aquella semana pensando qué día iba a salir de su casa, porque pensaba que el dinero se le iba demasiado rápido. También le preocupaba si saldría con su dinero, o por el contrario se compraría algún tebeo para su colección. La combinación de una oferta en cervezas en un Pub y dos chicas monas le habían decidido por la tarde del viernes. Ahora se lamentaba de que se le había ido el dinero en cerveza mientras que los tebeos hubieran sido algo físico.

-Joder, nunca estás contento. Seguro que si tuvieras el tebeo dirías que es una mierda y que deberías haber salido.
-Lo que quieras, pero he tomado una decisión que no cambiaré por nada.

En esto, ambos hermanos entraron en una tienda de cómics atraídos por varias novedades.

-No pienso gastar, Fran, porque.... ¡Hostias! -exclamó de pronto Juan
-¿Qué pasa?
-Tóxico, el tebeo de linea clara en plan chungo que había buscado en meses. Ya lo daba por perdido. Lo pillo, vaya si lo pillo.

Juan se dejó veintidos euros en aquel tebo y luego intentaba explicarse:

-Es que este era excepcional, tenía que conseguirlo ya como fuera.
-Sí que debe ser excepcional sí: has pagado por el 22 pavos tu palabra, tu fuerza de voluntad, tus propósitos...
-¡Vete a la mierda, he cumplido lo que decía!
-Sí, y también has vendido tu elección. Al final el finde ha sido cerveza y tebeos.

domingo, 18 de febrero de 2018

300 euros.

Por fin había llegado el momento. Aunque a nuestro héroe no le gustaba nada ir de compras, por primera vez en mucho, mucho tiempo tenía dinero y tiempo para ir de compras y adquirir un abrigo que reemplazase su ya muy dañado anorak para el frío. Con esta intención se plató en el establecimiento habitual. Tras un vistazo observó varios abrigos colgados que le llamron la atención. Con cualquiera de ellos estaría caliente en los días de frío y elegantes. Pero al mirar el precio se desanimó: ¡Más de trescientos euros! Tenía asumido que debería gastarse el bolsillo, pero no hasta ese extremo. Bueno, se dijo. Voy a dar una vuelta por aquí. Algo habrá. Pues había miles de modelos, de colores, de tallas... Y solo ese precio. Pasados unos diez minutos uno de los dependientes de la tienda se interesó por nuestro héroe.

-¿Le puedo ayudar en algo, caballero?
-Pues estoy buscando un abrigo, más o menos del estilo del que llevo que cueste entre 100 y doscientos euros.
-Muy bien. Venga aquí.

El dependiente le llevó a un rincón donde había varios abrigos que eran poco más que una tira de plástico, sin forro interior ni ningún tipo de aislante.

-Hombre -dijo nuestro héroe-, me gustaría algo más abrigado.
-Bueno, de eso tenemos, pero el precio le va subir un poco.

Le mostró justo lo que nuestro héroe pretendía evitar esos anorak de ahora estrechos y con un acolchado que parecían el muñeco de Michelín. ¡Y a 300 euros!



-Vamos a ver -dijo nuestro protagonista-. Le he pedido algo más barato y que no fuese en ese estilo, y me muestra ese estilo y al mismo precio.
-Bueno, es que un abrigo bueno cuesta
-Si voy atener que gastarme lo que vale un abrigo de lujo en uno normal, para eso me llevo el de marca.
-Ahí tiene todos los de marca.

Nuestro héroe hervía de rabia. No podía ser que en todo aquel establecimiento no hubiera un abrigo de uso diario a precio normal. ¿Realmente costaba ese dinero vestirse en estos tiempos? ¿Y aunque el abrigo fuese horroroso? Seguro que no. Por esto -se dijo- por esto odio comprame ropa. Cada vez que la quiero es una tarea de semana y media.

¡Está mejor que cuando está sana!

-Ayhijosestoeshorribleayonosésialgunavezlohabréistenidoyovoyavolveralmédicoporqueesqueno
puedorespirarymepitanlosoídosestonopuedesernormalyodeboteneralgomuymaloynohaymanerade
dormirconestoporquenodejaunodepitar...-decía DoñaMarta Palacios sin parar ni un momento para tomar aire.
-Mamá -respondió nuestro héroe aburrido ya de aquella verborrea-, todo lo que dices nmo son más que los síntomas de la gripe. Aunque te parezca increíble, tanto Juan como yo hemos estado acatarrados.
-Peroesquyemepitanlosoídosymispropiosruidosrespiratoriosmeimpidendormiryaunquemehetomado
loquemediceelmédiconovaamejoryovoyair...
-Has ido al médico cinco veces -intervino Juan Gordal-. Todos te han dicho lo mismo. ¿Por qué no los haces casos dos días de una vez y te curas?

Cada vez que Doña Marta se acatarraba en invierno esta escena era habitual en la casa de los Gordal Palacios. Se obsesionaba con que estaba sufriendo una enfermedad respiratoria desconocida. A veces hasta lloraba y preparaba sus posibles exequias. Juan y Fran se admiraban de cómo en tales condiciones podía hablar a esa velocidad y ,moverse de la forma en que lo hacía.

-Hijosyovoyairaotromédicoporquenosabéisloqueeeselpitidoesteylomolestoqueesporlasnochesy
quererdormirynopoderporelpitido...
-Mamá, el único remedio es echarte en la cama, tomarte lo que te han mandado y no forzar. Es decir, justo lo contrario de lo que estás haciendo.
-Peroesqueyonosésimeentendéissonunospitidosdebronquiosyoídosy...
-¡Lo que no entendemos es cóm o hablas a esa velocidad estando acatarrada y con bronquios y pecho cogidos!

domingo, 11 de febrero de 2018

Río Grande.

-Otra de John Ford ¿Verdad?-dijo Juan Gordal- En cuanto te veo viendo una del oeste en blanco y negro me lo figuro-
-Río Grande, Juan -dijo nuestro protagonista-. Tan humana, divertida y tradic ional como es costumbre en Ford.
-Sí, el siempre decía que se llamaba John Ford y hacía westerns. Pero a mí quizás me guste un poco más un western donde los protagonistas no sean militaritos y tan incorruptibles.
-Hombre, desde luego, esta película es defensa a ultranza de los valores tradicionales, de la familia, del ejército, de las instituciones americanas... Pero es una historia tan humana y tan bien contada que nadie puede echarle nada en cara. John Ford es el más grande porque esto nadie lo hace como él.
-Lo de la familia me interesa. Porque va de un militar y su hijo ¿no?
-Exactamente. Un coronel de caballería, cuyo hijo no estaba a gusto en la academia, y se pone a trabajar bajo sus órdenes. Y la madre, distanciada de los dos porque no es tan apegada al ejército como ellos va a buscarlos. Todo esto en medio de una campaña contra los indios que atacan en la frontera.
-Vaya, o sea que precisamente Ford mide aquí a la caballería del oeste y a la familia, dos de sus obsesiones.
-Sí, y tiene varios clichés y topicazos, pero las escenas de batalla son una gozada, la historia de la familia es emocionante, y a pesar de lo previsible que pueda ser a veces, la historia es muy entrentenida y atrapa. De verdad, será lo clásico, lo que se ha hecho toda la vida, pero nadie lo hace como Ford. Igual que el boxeo en estilo clásico y ortodoxo de Marvin Hagler.
-Bueno, tanto no será, pero si tú la recomiendas la veré.
-Y harás muy bien, juan.


Ficha de la película, aquí.

Juan investiga.

-Y para mañana, os voy a preparar unas carrilladas de cerdo al oporto, que ya he mirado en el youtube cómo se hacen -dijo Juan Gordal después de servir orgulloso aquel pudding americano.
-Joder, no paras -respondió nuestro protagonista saboreando aún los restos del pollo en salsa que había hecho de segundo su hermano.

Desde que por los horarios le tocaba a Juan preparar la comida se había apasionado buscando nuevas recetas, preparaciones, trucos... Hacía comidas buenas, pero estaba llegando a un punto obsesivo. Obsesivo hasta el extremo de que si nuestro protagonista o Doña Marta miraban en la nevera se alteraba porque le descolocasen algún ingrediente que tenía marinando o pelearse por hacer él la compra.

-Lo que no sé es si sustituyendo el oporto por sidra no quedará mejor, porque con el pollo iba muy bien.
-¡Coño, Juan! ¿Y no podemos un día tomar algo más normal como unas legumbres o cocido?
-No si ya estoy investigando sobre ello...
-Investigando. Te has crecido. Te crees un puñetero chef internacional. Hazlo en la tele y te pagarán más.
-Es que hay que reconocer que no se ha comido aquí mejor desde que yo me ocupo.
-Oyeesonoesciertoqueyosiemprehetraidoaquífiambresycosaparalacomida... -dijo Doña Marta callada hasta ese momento.
-¡Pero es que eso no vale! ¡La comida es Proteína! Todo el resto es accesorio. Hay que traer proteína. Por tenerla he llegado a ver cómo conservan en Groenlandia un frailecillo, un pájaro en piel de foca.
-Y porque eso es difícil de hacer aquí. Si no nos lo preparabas -dijo nuestro hombre. 


domingo, 4 de febrero de 2018

¿Me estoy malacostumbrando?

-Soy un mierda. Me estoy ablandando.
-Que no, Fran, es normal, hoy era el día más frío del invierno y estaban nevando copos -dijo Juan Gordal
-Pero como un marica posmoderno de ahora, duchándome con agua caliente. Yo me duchaba con agua fría y...
-Hijoducharsepuedeserunamaravillaconelagua
calentitanotienesporquésufriryestosetratade
higiene
diarianodeverquiéneselmásbruto...
-Pero mamá, es que ya estaba acostumbrado.

Nuestro protagonista llevaba entre tres y cinco años duchándose siempre con agua fría. Era mejor para un montón de cosas: la piel, la circulación, los nervios... Cuando decidió hacerlo es verdad que lo había pasado mal los tres primeros días, pero ya había logrado acostumbrarse y lo hacía con la mayor naturalidad. Sin embargo, aquel día se levantó viendo una capa de nieve caer sobre la ciudad, y el frío alcanzó valores que no solía alcanzar. Fran siempre era muy reacio a hacer cualquier cosa que supusiera un acomodamiento o aburguesamiento excesivo. Pero creía que aquel día justificaría una comodidad extra que no solía darse a sí mismo. Sin embargo, aun así luego estaba enfadado consigo mismo.

-Fran, cualquier ser humano moderno hoy se ducharía con agua caliente no hay que exagerar -le dijo su hermano.
-Pero es que corro el riesgo de mal acostumbrarme. Yo sé que cuando se pase esta ola, probablemente ni me acuerde de esta controversia conmigo mismo, pero...
-Anda, en lo que de verdad debes centrarte es en vigilar tu alimentación, que no logras adelgazar.
-¡Pues imagínate si encima voy perdiendo los pocos hábitos buenos que me quedan!


Llevando más allá lo peor del cómic.

-¿Pero esto es un tebeo o un juego de mesa? -dijo Fran contemplando aquella amalgama que su hermano Juan había traído de la Fnac.
-No, hombre, es Fabricando Historias.
-¿Y eso cómo se lee?

Nuestro protagonista no era capaz de quitar ojo de aquella amalgama de minicómics, mapas, posters y otros adminículos. Llevaba el estilo recortable de los nuevos cómics del que siempre había abominado un paso más allá. Este ya ni se sabía cómo había que incarle el diente.

-Pues esa es su gracia, se hizo pensando en ello. Yo tampoco sé por dónde empezar -dijo Juan
-Pues yo cuando compro un tebeo, quiero un tebeo. ¿Estás seguro de que no te gustaría ir a campeonatos de puzzles como la Sarita esa que conocí?
-¿Aquella chica regordeta y que no andaba? Vete a la mierda. Esto es grandioso. Nunca se ha hecho un cómic como este.
-No me extraña, y si por mí fuera no se volvería a hacer. O sea, ya no se conforman con dibujitos poliédricos y colorines. Ahora ya te dan el cómic en pedazos. ¿Y vienen tijeras, cola y un plano?
-Fran, yo soy el primero que le gustan los cómics clásicos, pero esto es lo que le gusta ahora a los aficcionados. Habrá que verlo.
-Pues yo veo todos los días que a algunos les gusta el tomar por culo, y nunca se me ha ocurrido probarlo.
-Hombre, esto por lo menos no te dejará escodido.
-Es que solo faltaría. Mira, no te dejes timar. Has pagado lo que vale un tebeo bueno por un recortable para críos. Yo no voy a comprar eso. Y si quieres quédatelo, pero al menos no digas que es un tebeo delante de mí.
-Hombre, es llevar el tebeo a otro terreno.
-Sí, le da una vuelta de tuerca al tipo de tebeo que en mi opinión, no debería existir.