lunes, 30 de marzo de 2015

Aquello era lo de menos.

 -Pues la verdad, yo no quería pelearme con tu amigo, pero no sabía que aquel chico era su novio y yo 
quedé con él -decía a voz en grito aquel homosexual por el móvil. Su tono y su deje de voz ya habían 
dejado entreverlo antes, pero ahora confirmaba su condición sexual.

 Fran, que había reparado en aquel personaje, no dejó de oírlo. Desde hacía diez minutos, aquel ser enano,
 con unas lentillas de ojos de gato, tatuado por todas partes, con un piercing grotesco en la nariz y 
arrastrando una enorme bolsa rosa con dibujos complicados de describir estaba centrando su atención. 
Además, no paraba de hablar por un móvil más grande que él y a un volumen que todo el vagón de metro 
no dejaría de oír. Encima resultaba que perdía aceite. Bueno, pensó Fran, la verdad es que aunque sea tan 
discreto como una ambulancia no se ha metido con nadie. Un hombre no pensó lo mismo.

 -¡Qué asco, ahora todo está lleno de sarasas! -exclamó aquel viejo antes de soltar una retahíla 
incoherente de homofobia y senilidad.
 -No diré nada en respeto a su edad -dijo con su voz el extraño individuo.

 Nuestro protagonista observó la escena sin intervenir, y en sus adentros pensó otra cosa: “¿Que sea 
maricón le recrimina el viejo? ¡Pero si eso es lo más normal de este ser! Si parece un maarciano.
 Sí, este hombre está senil.”
 

miércoles, 25 de marzo de 2015

Más allá del límite.

"No le ocurre nada a su televisor. No intente ajustar la imagen. Ahora somos nosotros quienes controlamos la transmisión. Controlamos la horizontalidad y la verticalidad. Podemos abrumarle con miles de canales o hacer que una simple imagen alcance una claridad cristalina, y aún más. Podemos hacer que vea cualquier cosa que conciba nuestra imaginación. Durante la próxima hora controlaremos todo lo que vea y oiga. Está usted a punto de experimentar el asombro y el misterio que se extiende desde lo más profundo de la mente, hasta más allá del límite."

(Entrada de la serie, en sus dos etapas)




 - Pues son unas historias muy inquietantes pero que me gustan. Y 
esta serie hace pensar sobre muchas cosas en la condición humana
 -dijo Fran viendo el episodio de  
Más allá del límite titulado  Resurrección.
 -Pues todos los episodios son así y con colaboraciones
 relativamente importantes, como aquí Heather Graham, a la cual 
luego hemos visto hacer el tonto en miles de películas chorras. 
Aquí hace un papel serio y no desentona, muy alejado del
 estereotipo de rubia explosiva y tontita.


 Fran sabía que la serie que el conocía de la segunda mitad de los 
noventa era una reedición de una 
serie original de los 60, un poco al modo de La Nueva Generación 
 de Star Trek. Sin embargo, en  The Outer Limits, según su título 
original, cada historia era autoconclusiva, y no había personajes 
fijos, apareciendo diversos actores que como Heather luego 
llegaron a cimas más altas.

 -Pues cuando tú alucinas viendo esto ahora, piensa en los 60.
 -Sí, y además, mantiene muy bien el interés, desde esa entrada inquietante, hasta la voz que da la 
conclusión de cada capítulo.
 -Y plantea interrogantes profundos sobre la eternidad, el poder, los sentimientos...
 -Debería ver no obstante la serie original.
 -Pues ya sabes, ahora está todo al alcance de la mano.
 -Y qué lástima que se cancelara en 2002.
 -Por segunda vez, quizá ya en el nuevo siglo la ciencia ficción se plantease de otro modo. 
 Ficha de la serie, aquí.

jueves, 19 de marzo de 2015

No parará hasta el Tour.

 -Venga inténtalo una vez más -dijo Carolina Gordal a nuestro protagonista.
 -Sí, siento que estoy a punto.
 -Qué valor has tenido de ponerte a tu edad -añadió Juan Gordal.

 Los dos hermanos mayores de nuestro protagonista, actuando una vez más a modo de padres, le
 animaban con la bicicleta. Fran había decidido a principios del mes de marzo comprarse una y ponerse a 
aprender, cosa que llevaba pendiente desde que de niño se le rompiese su primera bici de ruedecitas. 
Ahora estaba a punto de dominarla. Metió el pedal, subió el otro y... ¡Sí, ya la controlaba, al menos en 
parte! Ahora quedaba coger los giros, las cuestas... pero lo primero, el equilibrio, ya estaba logrado.

 -Nunca dejas de sorprenderme, Fran -dijo Juaán-. En fin, una cosa menos que te queda por aprender.
 -Ya llevas casi una hora, Fran, y has conseguido avances. Vámonos.
 -¡Joder, yo quiero aprender a gurar! Y a bajar, y...
 -¡Ay, Dios! -dijo Juan-. Que le ha dado una de sus obsesiones.
 -¡¿Y cómo consentísteis tú y mamá que pillase una bici?!Mira ahora lo que pasa.
 -Callad y controladme, que voy a dar una vuelta.
 -Ahora, este es capaz de irse al Tour.
 
 

miércoles, 18 de marzo de 2015

Cuidar las zapatillas

 Aquel día nuestro protagonista se decidió a tirar aquella zapatillas viejas que aún usaba pese a tener ya
 compradas las nuevas. No las usaba mucho, se dijo, y aunque estuviesen muy castigadas aún podría 
usarlas un tiempo antes de gastar las nuevas. Después de que el día anterior les descubriese un agujero en 
la suela, ya su tiempo había terminado. Por suerte, pensó no tocaba ir de nuevo de compras pues tenía 
unas nuevas muy aparentes. Pero al ponérselas... ¡Cómo era pisible! Estaban persdiendo la suela! Pero si 
nunca habían sido usadas. Nuestro héroe se estremeció nte lo que se venía encima: los 30 euros de 
desembolso, las tardes de mirar zapatillas... No, antes les pondría pegamento y las usaría todo el tiempo 
que pudiese. Pero no hubo manera. La suela no se sujetaba bien por mucha cola que pusiese, y no podía 
andar bien. Al final tuvo que comprar unas nuevas.

 -A qué ritmo de zapatillas vas -le recriminó Doña Marta-. Ya podrías usar las que tienes en lugr de 
comprar tantas.
 -Quizás -respondió Fran-, o quizás usar las buenas antes de que se rompan. 
 

lunes, 16 de marzo de 2015

¡Otra semana de once!

 -¡No me lo puedo creer! -dijo nuestro protagonista viendo el resumen de aquel partido, a priori 
intrascendente contemplando el gol del jugador del Elche Jonathas. Aquel gol era sin embargo 
sumamente ftídico para nuestro héroe y Juan Gordal.
 -¡Otra puta semana con 11 en la quiniela! ¡Parece de coña!

 Los dos hermanos habían vuelto a interesarse por la tradicional apuesta futbolística del estado, y 
llevaban dos semanas jugando. Perder una quiniela le puede pasar a todo el mundo, pero dos veces
 seguidas de aquel modo tan cruel era tremendo.

 -Con el fútbol nos ha marcado aquella Champions perdida en el último minuto -observó Juan.
 -¡Guárdate esa comparación! -respondió nuestro héroe.
 -A ti te sigue jodiendo más que pierda el Atleti que dejar de ganar dinero.
 - Mira por donde, ahora ambas cosas van unidas.
 -Si te interesases por cosas de adulto te sabrías la segunda división, y sacaríamos esos resultados 
en las quinielas.
 -Si me interesase por la segunda dirías que el fútbol me sorbe el coco. Yo no tengo la culpa de 
que ganar una quiniela sea tan difícil. Al menos son apuestas del estado, y no como el Bwin y 
esa basura de casas de apuestas.
 -Sí, jugamos quinielas para aportar al estado. ¡Cuánto nos debe el país!
 -Y se siente uno mejor si gana o si pierde.
 -Si gana aún no lo sabemos, llevamos dos semanas rozando, a ver si cae. 

miércoles, 11 de marzo de 2015

Foto de primavera.

 Aquel día nuestro protagonista se levantó pronto. Había una serie de cosas que quería hacer, desde 
inscribirse como demandante de empleo, a acudir a dos convocatorias abiertas de empresas que buscaban
 gente, y comprar algunos enseres para María de Pilar, como él llamaba a su nueva y flamante bicicleta 
que se proponía aprender a montar. En aquellos primeros días de marzo, en invierno aún pegaba, y nuestro
 héroe salió bajo una mañana fría y lluviosa., y así siguió durante todas sus tareas, en el INEM, en los 
procesos, en las compras. En una de las convocatorias a las que se apuntó acabó en la estación de 
Chamartín. Ésta ofrecía una imagen muy invernal, pero bonita, la de las cuatro torres de Plaza de Castilla 
envueltas en una espesa niebla que desde allí de cerca no dejaba casi ni verlas. Nuestro héroe sacó una 
foto, y después contó en casa su mañana.

 -Bueno -le dijo Juan, su hermano-, supongo que después de todo lo que has hecho te apetecerá dar una
 vueltecita con Diez.
 -Por supuesto, pero deja que saque mi chaqueta y mi bufanda.
 -Estamos cerca de la primavera, Fran, ya hace bueno.
 -¡Coño, si he visto la ciudad esta mañana! ¡Voy a por mis cosas!

 Fran se empeñó, y se envolvió en su ropa de abrigo, temeroso de la lluvia. Pero cuando salió el sol 
hacía que la bufanda fuese molesta.

 -Te lo dije, Fran. Nunca me haces casi y así te va -le recriminó Juan
 -Pues esta mañana estaba como vews en esta foto -dijo Fran y le eneñó la foto que había hecho en 
Chamartín.
 -¡Claro, por eso marzo es el mes más traicionero! Se alternan frío y calor, primavera y verano.

 Fran lo pensó toda la tarde después de agobiarse, y cuando el sol declinó y volvió el fresco lo 
agradeció más que nunca. Al menos aquel día le dejó una foto bonita.
 
 

lunes, 9 de marzo de 2015

No hacía falta lista.

 -Bueno -dijo orgulloso nuestro protagonista mientras 
observaba en la nevera las vituallas que había sacado del 
carro-, tenemos todo lo que hacía falta.
 -Y esa pescadilla por ese precio era una ganga que no 
debíamos dejar pasar -respondió Juan-. No era necesaria 
una lista, está todo.

 Los dos hermanos recibieron de  Doña Marta el encargo
 de hacer la compra de aquel día. La casa estaba tan vacía
 que nuestro hombre, después de sus clases de natación 
ni siquiera había podido fregar por falta de productos. 
Ahora tenían comida y cena, algunas latas y el friegasuelos, prioritario a juzgar por cómo estado el 
suelo desde el día anterior. Creían haber cumplido del todo sus encargos. Pero cuando llegó la hora de 
la comida empezaron a ocurrir cosas extrañas.

 -Esta lechuga no sabe a nada. ¿Podemos aliñarla otra vez? -dijo Fran
 -Pues resulta que hemos olvidado el vinagre, no quedaba.
 -Vaya, no hemos hecho tan buena compra. Dale algo de comer a Diez que está pidiendo.

 Juan tardó diez minutos y el perro se impacientaba.

 -¿Pero qué pasa? -preguntó Fran.
 -Pues que no encuentro nada que darle.
 -¡Me cago en la leche! ¡Pues van dos! Vaya mierda de compra al final.
 -Pues tú también venías ¿eh?
 -No te hecho la culpa. Sólo digo que nos han faltado cosas.
 -En fin, acabemos de comer y ya veremos.

 Durante la comida llegó Doña Marta Palacios, y los dos hermanos la pusieron al día.

 -Bueno, yo también suelo tener olvidos cuando voy de compras. Habéis traído comida y limpiado, es lo fundamental. Ahora voy yo a fregar. ¿Dónde habéis puesto el lavavajillas?

 Fran recibió otra bofetada en su orgullo viendo que también había olvidado aquello.

 -No hemos traído, mamá.
 -La próxima vez os voy a dejar no una lista, sino cuatro.
 -Y yo me callaré sobre que no es necesaria -sentenció Juan.
 

miércoles, 4 de marzo de 2015

El Hombre sin miedo, el primer superhéroe de Miller.

 
-Es increíble, me parece mejor incluso que el Dark Nigth -dijo Fran 
Gordal tras leer aquel cómic.
 -Pues mucho gente lo ningunea -le respondió Juan-. Se ha quedado 
como una de esas obras que dan una pista de la capacidad de su 
autor, pero que se las come una obra posterior más grande.

 El Hombre sin Miedo era la versión y giro argumental que Frank 
Miller había hecho del superhéroe Daredevil. En ella , como 
siempre, Frank Miller cogía un argumento de entrtenimiento, y un 
producto en principio lúdico, y le daba un tono más oscuro. Aquí los
 sentimientos de Matt Murdock están muy presentes, y tienen un 
sesgo trágico desde su relación con Elecktra, a la traición que sufre a
 manos de una novia yonqui. Miller no elude ninguno de los pasajes
 del mito del personaje: su ceguera, su entrenamiento, sus relaciones
 complejas con el resto de la humanidad... 
 
 
 -Lo que a mi me asombra de Miller -explicaba Fran-, es que poniendo siempre las cosas en ese plan 
tan trágico y desolador, no obstante logra divertirte y entretenerte.
 -Y siempre pone a las mujeres como agente destructor -decía Juan-. Pero hacen que el protagonista 
continúe por muy difíciles que sean sus circunstancias.
 -Ya, aquí una de ellas le entrega a los malo, le vende por droga, pero Matt Murdock la perdona, y en 
esa situación saca las fuerzas de flaqueza que le permiten resolver heroicamente las cosas.
 -La historia tiene un poco de trasfondo en un paralelismo con  Jesucristo, es traicionado por uno de 
los suyos para salvar la ciudad y luego lo perdona. 
 -Eso también suele ocurrir en Miller, un uso de trasfondo de la imaginería cristiana, y que sin embargo
 siempre sorprende.
 -Es uno de los graandes, y por fin estaba llegando algran público. Esperemos que se cure de su 
enfermedad.
 -Esperemos. 
Ficha del cómic, aquí.
 

lunes, 2 de marzo de 2015

El catarro eterno.

 -Que no puedo dormir, en cuanto lo intento me dan unos 
accesos de tos terribles. Yo voy a volver al médico -repetía 
Doña marta Palacios.
 -Mamá, en serio. Tienes que parar y cuidarte eso. Nadie va a 
darte una cura milagrosa que te libre de
 todo -dijo Juan Gordal.
 -Pero es que ya llevo una semana.
 -Una semana en la que no has hecho el menor caso a los 
médicos. Así no se te va a pasar.

 Los dos hermanos intentaban explicarle a su madre que era 
imposible recuperarse de forma instantánea de un catarro de 
pecho. Doña Marta aseguraba que nunca le había pasado, que 
eso era extrañísimo, que no se le pasaba... Hasta dos médicos 
diferentes le habían dicho que reposase y se curase, pero no 
quería. Y lo malo es que dormía poco porque en cuanto lo 
intentaba la tos le despertaba.

 -Vamos a ver, mamá. ¿Tú no has visto que a los futbolistas les mandan descansar cuando se lesionan? 
-Intentó razonar nuestro héroe.
 -Yonosoyunfutbolistaynovoyapararporqueloquequieroesseguiryyallevoasíunasemana...
 -¡Joder! Yo no sé cómo puedes hablar así con el catarro. En fin, el médico te volverá a decir que 
reposes, no le harás caso y seguirás.
 -Estonoesuncatarroporqueamínomehabíapasadonuncaytienenquevolveravémelo...
 -Bueno, y cuando por tercera vez te digan lo mismo, ¿Les harás caso?
 -Nomevanadecirlomismoporquellevounasemanay...
 -Bueno, pues vete mañana.

 Al día siguiente, Doña Marta fue a verse de nuevo su “terrible” mal al médico. Y al volver estaba 
angustiada.

 -Yo creo que no saben lo que tengo, y me va a dar una neumonía y me voy a morir.
 -A morir no, pero como no nos hagas caso este catarro será igual de eterno.
 -Noyoquierovolveratrabajaryadormiryasíno puedoy...
 -Explícaselo tú, Juan ´dijo nuestro protagonista-, que a mí me cansa.