viernes, 20 de diciembre de 2019

¡Feliz 2020 con un llamativo optimismo!


Bueno, tenemos las uvas, el asado, los mariscos... —dijo nuestro protagonista pasando revista en Nochevieja a sus víveres.
Otro año que se pira, y otra década —observó Juan Gordal
No, las décadas empiezan los años acabados en 1 —corrigió nuestro hombre —. Ya me cobraron en mis primeros años de mayoría de edad dos veces la fiesta de milenio para no saber eso.
El caso es que pasa el tiempo, y seguimos sin notar nada.
Pues raramente te lo digo, pero acuérdate, este va a ser mi gran año.
¿Qué? ¿Tienes un plan para dominar el mundo o algo así?


Fran comprendió que era difícil justificar en términos racionales su optimismo, pero realmente , por alguna razón, tenía la corazonada de que en 2020 todo le iba a ir bien. Que las siguientes navidades serían en mejores condiciones que las que se estaban celebrando, que ese año redondo traería algún cambio.


Fran, tú nunca has sido de cosas esotéricas de esas, dímelo. ¿Qué te traes entre manos?
Nada que no sepas, iré a oposiciones, buscaré trabajos, intentaré ponerme en forma...
¿No tienes ningún motivo pero dices que va a pasar algo?
Sí, en serio lo creo.


Intentando aún nuestro protagonista explicar a qué se debía ese optimismo, hizo su aparición Doña Marta Palacios y habló de planes para la cena.


....Yahepuestouncorderoparaquecenemosperonosésiponerlosturronesamediatardeodespuésdela
cenacómocreéisquequedarámejordesdeluegonoséyocómocasarlosperoesnecesarioquelostomemosy
estoslangostinosteníanmuybuenapinta...
Mamá — inquirió Juan Gordal —. ¿Qué esta Fran tramando que no me quiere decir?
Ayhijoyoqueséperoporquénovaatenerilusiónenelnuevoañomiraloimportanteesesperartodoscon
alegríayojalátodoshubieratenidotuhermanoesasensaciónamímegustavoyallamaratodoslosquehayque
felicitarelaño...
Eso, feliz 2020 a todos. Peero me quedo pensativo —dijo Juan.
Pues no pienses y disfruta, que va a ser buen año —remató nuestro héroe.


¡Feliz Navidad 2019!


Vamos a la compra, mamá. Ya te he dicho lo que yo compraría — comentaba Juan Gordal aquel día de nochebuena.
Síhijoestabaponiendo
elBelénmegustamucho
esepequeñitoqueme
habéisregaladoquees
unimánpara
laneveraeslomejorque
herecibidodemomento
esteañoporqueparecequelaloteríanonossacadepobresunasñomásahoravosotrostenéisquesaliradelante...


Ya por la tarde, Carolina Gordal y Alvarito entraron por la puerta trayendo cerveza y algún paté preparado por ellos para la noche especial:
Morteruelo del que le enseñé en mi libro de cocina, Doña Marta — dijo Alvarito.
Y algunos turrones que creo que te encantarán, mamá, que a ti te gusta mucho el dulce y esto no se ve en todo el año.
Muchasgraciashijaeresunsolteechodemenosperomiravenaverloquemehanregaladotushermanos
estenacimientitoquemehantraídodelaPlazaMayorqueestámuybienenlaneveratushermanospareceque
noperolesgustamucholanavidadylacelebran...
Lo que yo espero que no falte es el buey de mar y los mariscos — dijo nuestro protagonista.
De eso me he ocupado yo, Fran — respondió Juan Gordal.


Con toda sufamilia contribuyendoa la cena, con la televisión emitiendo los clásicos de todos los años, y la comida en la mesa, un año más nuestro protagonista observaba cómo esa cena, año tras año, era uno de los mejores momentos y el bienestar que produce estar en familia era difícil de explicar en palabras, simplemente uno se sentía de maravilla, que podría con todo.


Perovenidaverelimánqueesunapocholadaqueyonoséestosniñosdedóndesacanestascosasmeha
llegadoesincreíblequesevayanellosalaPlazaMayoryseacujerdendemísoislostresunoshijosquejamás
agradeceréalcielolosuficientetener...
Joder, mamá, me alegro de que teguste tanto. Y luegoademás tienes la misa esa. Qué gra día para ti. Muchas felicidades — dijo nuestro protagonista.
Para todos — gritó a coro el resto de la familia.


jueves, 12 de diciembre de 2019

La vida invisible.



¿Entonces te ha gustado? ―Preguntó Juan Gordal.
Sí, es una novela muy curiosa, porque es muy de los temas espirituales, de valores y de moral que le gustan al De Prada pero logra hacerlo entretenido ―contestó nuestro protagonista .
Hombre, Juan Manuel de Prada será rancio, ultracatólico y chapado a la antigua, pero es un pedazo de escritor ―aseveró Juan.


La novela dela que hablaban era La Vida Invisible, que muestra como un escritor joven que ha llegado hace poco al éxito y que está a punto de contraer matrimonio realiza un viaje por los Estados Unidos, durante el cuál conoce a una admiradora que acaba perdiendo la cabeza por él y a un buscavidas herido en el Vietnam que lo pone en contacto con una antigua pin-up de los 50. desaparecida hace muchos años de la escena, pese a ser un mito erótico. Haciendo honor a su título muestra las peripecias y problemas q ue puede esconder gente de la que creemos saberlo todo, y lo oscura que puede ser la realidad de personajes que tenemos idealizados. Personajes quehan tenido momentos muy duros en su vida, que muestran cómo en realidad no deberíamos envidiar o idealizar tanto.


La vida que pone a la playmate es terrible ―dijo nuestro protagonista ―, pero sin embargo parece que está todo lo que dice justificado en la novela por desagradable que sea.
Y la tarada de su admiradora, que a ratos te ríes con ella, y a ratos te acojona.
Si no fuera porque sería un gilipollez que no creo que nadie sea tan imbécil como para hacerla, diría que el escritor que pone es una versión guay del propio De Prada.
Sí, católico, tradicional, cultureta...
Y cómo logra retratar bastante bien las capas sociales más bajas en Madrid, en Chicago...
Por cierto, recuerdo que el escritor decía ser de una "ciudad levítica" que no se nombra en ningún momento

Dedicatoria para todos los públicos.



Pues para una vez que estamos aquí cuando los escribís, es una alegría muy grande poder participar en el regalo a la niña ―dijo la tía Maria Cristina después de mostrar el Belén de peluche que había aportado al regalo de la familia Gordal palacios a la pequeña Marimar.
Puessíhermanala
mandamostodos
losañosennavidad
yensucumpleaños
cosasqueyaestá
muycrecida
yanoesunbebémis
hijotambiénla
escribenhasta
Juanquenoes
muydecríos
nideescribir
parecquelehace
ilusión...―añadió Doña Marta Palacios.
Ya has tenido que meterme la pullita ―respondió Juan Gordal.
Nohijofirmalatarjetaaverquéseteocurrequeparaunacosaernlaqueparticipastodosqueremosque lohagascongustoyséquetúeresunapersonamuybuenaymuycariñosaquecuandoteponesconestolohaces
contodoelcorazón...
Trae.


Y mientras todo esto sucedía, nuestro protagonista que observaba la escena pensaba algo ingenioso que decir a la pequeña. Normalmente nuestro personaje tenía mucha inventiva para las dedicatorias, pero siempre eran chistes de los que no podía decir a una niña de corta edad: chistes de que para nosotros todas las noches son buenas, de que aquí tengo el gordo de navidad con dos aproximaciones, y viendo a Juan dibujar un duende navideño le había venido uno más, de su terrible enano... ¿sería posible que a su edad no fuera capaz de ocurrírsele nada fuera del humor cuartelero?Con la referencia mental al humor cuartelero recordó los chistes de la Historias de la Puta Mili de Ivá donde a veces los soldados del sargento Arensivia hacían verdaderas burradas con los camellos del desierto, y tras darle vueltas pensó en dibujar a un camello para la niña, y ponerle diciendo el clásico: «Basaltar...¡y se cayó!». Al acabar su hermano de firmar la tarjeta le llegó el turno y dibujó el chiste más viejo sobre navidad que recordaba, pero válido para una infante de la edad de Marimar.

Québonitohijosevequetútodavíamantienestuespíritunavideñosenotaquetienesilusiónconestocasi
estásapuntodeescribirunacartaalosReyescuandotienesgustoporlascosassetransmiteenloqueescribesy
parecequelosabes... ―afirmó Doña Marta Palacios
Y qué puro e inocente. Se ve que tiene aún corazón de niño ―dijo la tía Maria Cristina.
No logro hacerle crecer, no ―sentenció Juan.

Nuestro protagonista tuvo ganas de pegar una bofetada a alguien al oír que le decían aquello cuando había hecho esfuerzos para dar una dedicatoria adecuada al público que recibiría la tarjeta. Pensando que era imposible acertar con todos esperó que al menos a la benjamina de los Gordal palacios le gustara y dijo:

Bueno, los pajes de los reyes magos me habrán visto.



sábado, 7 de diciembre de 2019

Adultos y niños ante el alumbrado.



— Pues yo no sé en qué pensaban los que pusieron este alumbrado. Parece que alguien se haya hecho una paja y haya dejado el grumo colgado de la calle — comentó aquel transeúnte.

Juan y Fran Gordal habían oído críticas tremendas al alumbrado de navidad de ese y de otros años, pero aquella había superado en un momento todas las demás. La comparación era grotesca y rebuscada, pero en efecto aquella iluminación de barras colgantes con grupos de bombillitas blancas a lo largo de las mismas producía ese efecto tan grotesco.

— Pues ahora ya no voy a poder volver a pasar por esta calle sin pensarlo — comentó nuestro protagonista.
— Bueno, Fran, no te rayes, que sabemos todos lo que son, bombillitas.
— En otro tiempo las luces de navidad me llenaban de alegría e ilusión, y ahora cada año montan un Cristo por ellas.

Como queriendo confirmar lo que deía nuestro protagonista, un niño pequeño pasó al lado y le preguntaba a su padre:

— ¿Y por qué ponen estas luces, papá?
— Porque es una época muy bonita en la que nació el niño Jesús, en la que las familias se juntan, y en la que vienen los reyes y hay que celebrarlo hijo.

Fran se vio durante unos momentos reflejado en aquel pequeño. Pensó que quizás sólo en la infancia uno podía albergar esa primitiva ilusión y alegríqa. Pero inmediatamente el niño respondió a su padre:

— Pues a mí no me gusta, papá.
— Bueno, hijo, pues se pasa pronto y ya lo quitan.

Cuando aún el niño no se jhabía alejado, Juan Gordal le comentó a Fran entre risas que ni los niños mantenían ya el espíritu navideño. Fran sentenció:

— Pues a beber cerveza, que eso siempre levanta el ánimo y alegra.
— Sabía que dirías eso. Venga, vamos.



Adultos distópicos de Navidad


— ¡Huy, qué bonito! — dijo aquella chica pija viendo esa pila de libros en la FNAC.
— Sí, para la estantería luciría mucho. Ahora miro en el móvil cuánto vale en Amazon — respondió su acompañante —Ahora que viene la navidad hay que ir pensando qué compras hacemos.

Juan y Fran Gordal observaban a aquellas dos chicas con incredulidad. Estas ya rebasaban la mayoría de edad, y parecían mostrar los adultos en los que se convertirían los niños distópicos como aquel que tanto les impactó. Por lo menos parecían conservar el interés por los escritos, lo que al menos garantizaba que no se perdían.

—Pero dicen que los quieren como objetos decorativos, Fran —observaba con horror Juan Gordal—Los quieren para navidad, los pondrán entre muérdagos y espumillón.
—Ya, y se los piden por Amazon.
—Vamos hacia un mundo donde los que rondamos los 40 somos los que van de compras, los otros ya no quieren ni contacto con las tiendas.

Aún les reportaba otra sorpresa impactante la conducta de aquellas dos chicas. Una de ellas se volvió hacia los clásicos Bruguera, y encontró los tebeos de Superlópez:

—Fíjate, ahora hacen tebeos de aquella película que era superanticauda, tía. Que parecía de los 80.
— Los manga de aquí son un poco absurdos. Y conozco bien el manga, que después de leerme Dragon Ball y Naruto sé de lo que hablo. Tendrían que hacer como los japoneses, que no son europeos pero adoptaron la navidad y hacen compras, como nosotros.

Fran observó cómo a su hermano se le hinchaban las venas de la cara y el cuello y se ponía colorado como un cangrejo cocido. Actuó con rapidez, lo sacó a la calle a que le diera un poco el aire, pues llegó a temer que la supina ignorancia y prepotencia de aquellas dos muchachas le provocara algún tipo de problema de salud. Una vez que respiró, Juan soltó un montón de palabras fuertes y malsonantes que no voy a reproducir, Fran intentó calmarlo:

—Juan, que no todo el mundo tiene que saber de cómic, y los pijos siempre han existido.
—Pero acuérdate del crío del otro día, se van haciendo con el mundo, porque encima son los que tienen pasta para críar.
—También había mucha gente normal en la FNAC
—Pero o educamos bien a los críos, o en unos 30 años el mundo estará lleno de subnormales que no concebirán más cómic que el manga, y creerán que las navidades son todo compras absurdas.
—Y ni siquiera el de Tezuka, por ejemplo, el manga más comercial y más burdo.

jueves, 28 de noviembre de 2019

Desde hace un año.


— Pueshijosestoy
asombradísimacon
elalumbradonavideño
deesteañoquelehan
puestounaesèciede
cercodebarrasdeluz
quenosésilequeda
bienperoyonono
todiferencviasconel
anteriorAyuntamientola
navidadsiempreme
haceilusión... decía Doña Marta Palacios en aquel paseo que daba con Juan y Fran Gordal.
Yo esas polémicas no las entiendo, mamá. Siempre me han parecido iguales. Ahora el Ayuntamiento se echa el pegote de que sus nuevas luces consumen muy poco.
Ahora siempre se tiende al LED, que consume menos.

Lo cierto es que si el alumbrado propio de estas fiestas era toda una ilusión para nuestro protagonista cuando era pequeño, desde hacía tiempo lo veía con cierta distancia. Desde hacía años parecía que la iluminación tendía cada vez más a buscar nuevos efectos de luz que a conmemorar las fiestas. Había habido años donde se formaban palabras con la luz, otros en los que se mostraban figuras geométricas, máws colores, menos... Al menos en la mente de Fran eran mejores cuando era pequeño.

Si de esto en marzo del año que viene nadie se acordará. Sólo se va a mirar unos días y no va a ser lo más impotante para nadie sentenció Juan.
Habría que tener buenos sentimientos todo el año.
Puesyocadaañomelopasomuybienynomeparecetaninsignificantecomodecíasenestasfechasintento
siemprepasármelobienyloconsigoporqueponenmuchosconciertosyexposicionesquesonunagozada
deberíaisacompañarmeauno...
—¿Pero te acuerdas de algo del año pasado? preguntó Juan.

Y entonces fran señaló una pared donde curiosamente anunciaban exposiciones y eventos... ¡para diciembre de 2018! Ahí podían verse ciclos sobre Beethoven, exposiciones de belenes, fiestas de fin de año... Todo muy apetecible, pero ya pasado.

Los belenes son donde todos los años, pero desde luego, el Ayuntamiento no ha cuidado esta pared tanto como el espectáculo de las luces, no dijo Juan
Puesyoyavoyairadondelosbelenesyquieroejnterarmedelosconciertosdeesteañoperosobretodovoy
aoírtodaslasmisasquepuedayaveisquetodoslosañosnecesitamosalgoasíyesperoquemeacompañéisa
algodeesto...
Por supuesto, mamá sentenció Fran . Pero ya ves cómo se acuerdan de esto el resto del año.


Un camino por delante.


No tero sentadme, mamá gritaba aquel niño de corta edad que observaba nuestro protagonista.
Se un niño bueno y obedece respondió su prgenitora mientras lo ataba con además cariñoso, pero autoritario en el cochecito . ¿No ves que si no te vas a cansar y que yo no puedo estar ahora mirando por dónde vas?
Pues yo tero andar insistió el infante, y estirando los pies todo lo que podía rozó el suelo desde el asiento y hacía el movimiento de los pasos.

Fran y Juan Gordal, que observaban el incidente rieron. Pensaban que ese niño iba a tener un espíritu aventurero y de esfuerzo toda su vida. Y que como suele ocurrir, si hubiera estado cansado, seguro que su madre hubiera querido enseñarlo a andar.

No debe ser el único, he visto cochecitos de crío pensados para que anden un poco sin cansarse o se suban por detrás sin sentarse comentó nuestro protagonista.
Pues este no se para quieto, parece que ahora quiere soltarse.
Tero andad, mamá gritaba el niño con tono suplicante.
Ahora no. Cuando salgamos del metro, si eso, andas.

Aquí ya el niño parecía empezar a gritar y a no aceptar su situación, y Juan y Fran gordal se reían.

—Está centrado en grandes proyectos de su edad — comentó Juan.
— ¿Como cuántos años tendrá? ¿unos tres? —preguntó nuestro protagonista.
— Sí, creo que es la edad en que los críos empiezan a andar.
—Le va a ir el senderismo, parece.

Los dos hermanos observaron cómo madre e hijo se marchaban a lo lejos por la calle, y pensaban en cómo los niños de las nuevas generaciones parecían adelantar en todo a sus padres. Juan insistió:

—Te digo siempre que esos críos harán grandes cosas.
—Colonias en Marte, me gustaría a mí.


jueves, 21 de noviembre de 2019

Solo un peregrino.


Vaya tebeo. A medio camino entre la ciencia ficción y el fantástico místico comentó Fran después de leer Solo un peregrino.
Bueno, eso es relativo si lo lees entero.
Sí, pero el mundo que se inventa Garth Ennis es la leche.

En esta ocasión, el guionista británico coge elementos de acción y de misticismo bastante propios de su conocidísima serie Predicardor, y los ambienta en una tierra moribunda en la cuál ha ocurrido mucho antes de lo esperado lo que según casi todos los científicos y astrónomos acabará con nuestro planeta: el sol ha agotado el hidrógeno de su núcleo, y se ha expandido carbonizando Mercurio y Venus. La Tierra, consecuentemente se ha convertido en un planeta infernal, es un desierto abrasado por temperaturas extremas, y los mares han desaparecido. En algunas cuevas y grietas con características muy especiales hay algún lugar con vegetación, con temperaturas soportables y una especie de oasis. Este proceso es conocido popularmente en el mundo de dicho cómic como "La Quemadura". En este mundo, un viajero con oscuro pasado, con enormes habilidades guerreras y con una mentalidad cristiana cuasi fundamentalista parece el único capaz de conseguir que un grupo de gente que busca un lugar donde continuar su vida lleve a término su periplo. Es de resaltar que el viaje se realiza a través de desiertos calcinados, que son en realidad los antiguos fondos oceánicos, franqueando cordilleras llamadas cadenas (en realidad las actuales dorsales oceánicas) y precipicios insondables que en el cómic conocen como trincheras (en realidad las fosas marinas). Es un mundo muy al estilo de Mad Max, donde algunos animales han mutado de formas increíbles para sobrevivir, y donde bandas de saqueadores han establecido refugios que son casi poblados pululan robando a los incautos.

Lo principal es que ha logrado crear un mundo propio, tiene hasta su mapa dijo nuestro protagonista.
Y ese misticismo y trascendentalismo que al final pega un giro de 180 grados.
Bueno, el final es demoledor, yo creo que perjudica en general al cómic porque se carga el sentido de su aventura. Pero los personajes, la historia y sus peripecias son la leche. Y encima es casi verosímil porque "La Quemadura" algún día ocurrirá.
Carlos Ezquerra también hace un trabajo de dibujo muy bueno.
Desde luego. Parece el dibujante ideal para este tebeo. Es lo que faltaba.
¿Lo recomiendas, entonces?
  Desde luego, aunque yo le cambiaría el final. 
Ficha del cómic, aquí.


Ver con nuevos ojos.


Bueno,. Pues falta ya poco, una media hora. ¿Cómo estás?
Ayhijospuesmucho
menosnerviosadeloque
creíaqueibaaestarpero
aversipasayaquetengo
muchomiedodeespués
dequenosequedebien
noseloquevaapasar
luegoperoenfinsihay
quehacerloesmejorque
pasecuantoantes...

Pues sí, a sus años, la matriarca de los Gordal palacios iba a saber por primera vez lo que era la cirugía. Una catarata en su ojo derecho había llegado al punto en que los oftalmólogos decidían la operación. Fran y Juan Gordal llevaban unas semanas preparándose para ello, lo cierto es que Doña Marta nunca se quejaba y solo de vez en cuando les daba alguna muestra de acordarse. Lo mas habitual era que en algún momento les preguntara si ellos creían que quedaría bien, que quería seguir leyendo.

Mira, mamá, puede ser que después de la operación, durante los dos días siguientes veas borroso, y eso sería completamente normal respondía nuestro protagonista . Pero lo que de verdad jodería el ojo es no hacer nada.
Buenohijospuesyamelovoyahacerperolaverdadesquenomegustaojaláyopudieratenerelvalorque
hevistoenmásgentequesehaoperadoymiraqueyocreoquenotengolosnerviosquecreíaqueibaateneryo
estoymástranquilaque
¿Marta Palacios Casares? llamó la enfermera..
Sisoyyoahorapasoayhijamenosmalquemellamasestabayadeseandoquetodoacabaseaversime
soltáisprontoquetengounasganasenormesdecomerqueinclusohedesayunadopococonlosnerviospero
sigosiendohumana...
Tranquilícese y póngase estas zapatillas de gasa alrededor de los pies y esta cofia. Y tranquila,que esto va muy rápido.
Creo que solo puede entran uno, Fran. Paso yo, tú espéranos -dijo Juan.
De acuerdo.

Fran esperó tranquilo durante unos 25 minutos. Pasado ese tiempo Doña Marta salió con algún síntoma de mareo y protegiéndose los ojos ojos con unas gafas oscuras como le habían dicho. Nuestro protagonista la cogió y la sentó en una silla.

¿Cómo ha ido? dijo nuestro protagonista
Aypuesnomehe
enteradodenadame
hantumbadoenuna
camaynohevisto
nadaconesteojono
notonada
aúnperomejorasíme
handichoqueahora
medaránlalistade
coliriosymedicinas
quenecesitaréyqueno
puiedoagacharme...
Bueno, ánimos parece que tienes.

Juan llegó con las recomendaciones de la doctora apuntadas en un papel, esta insistió mucho: durante una semana nada de agacharse.

Vale, pues déjame, mamá, que te quite las fundas de gasa de los pies dijo nuestro protagonista.
Ayhijosmenosmalqueyahaacabadoyosigoviendoborrosoconesteojoaversinomehanhechonadasiva
aresultarqueestonohavalidoparanadaqueahoraestoypasandotodoslosnerviosquenohepasadantesyono
sesiestoesnormal...
No que veas borroso ahora, sino esta semana sería normal, mamá dijo nuestro protagonista.

Al llegar a casa, los dos hermanos prepararon la comida, pero mientras Doña Marta estaba sentada pidió sus zapatillas de casa, y Fran y Juan Gordal tuvieron que preocuparse de desatarle los zapatos, cambiárselos...

Yahoratendréisquebajarlabasurayrecogermeloquesemecaigahacermelalavadoraahorasemneha
caídolabolsadondellevolosblolígrafossehandesparramadoyonopuedocogerlosaversiteocupastuyme
tendréisquedarloscolirios...
Y así una semana. Bueno, hagamos todo eso por nuestra madre -dijo resignado Fran.


sábado, 16 de noviembre de 2019

El portal atrincherado.


-Pues no sé a dónde vamos a ir hoy -comentaba Juan Gordal-, ya que hay que administra el poco dinero que tenemos y...
-¡Cuidado! - le cortó Fran, y le agarró.

En efecto en aquel momento dos empleados de mudanzas estaban descargando un enorme armario que debían estar llevando a alguno de los pisos de inmueble, y Juan había estado a punto de darse de bruces con él.


-Creo que ya pueden pasar -dijo una voz de algún punto del gran vestíbulo del portal.



Los dos hermanos continuaron y vieron que detrás de aquellos empleados había un grupo de vecinas de avanzada edad comentando la operación.


-Qué eficientes son esos chicos ¿verdad? -preguntó una de ellas a los dos hermanos.
-Sí, suponemos que sí, no vemos muchas veces a la gente que trabaja en esto para comparar -contestó Fran
-Bueno, a ver si vostros aprendéis un poco que os cuesta trabajar -sentenció una de ellas sin mala intención, pero con tono hiriente.

Los dos hermanos aún comentaban el suceso, cuando llegaron al puesto del portero y lo encontraron hablando con otro de los habitantes del inmueble, el chaval con problemas psíquicos que solía quedarse a veces acomentar las jornadas de liga con él, trayéndose en aquella ocasión una bicicleta que no acertaba a colocar de forma correcta en el portal para no bloquear el paso.

-Buenas tardes, ¿hoy no comenta la liga?
-No, ho zolo, hablo de bicileta. Podque he empezado montarla, pero mamá dice que do suba solo a ella.
-Ah, pues pásatelo bien, pero haz caso a tu madre, que las madres saben -le respondió nuestro protagonista.

Superado este úlmo obastáculo, parecía que los dos hermanos alcanzarían ya la puerta de la calle, pero en el estrecho hueco de la entrada se agolpaban par entrar el vecino del segundo que ayudaba a su madre con movilidad reducida, y otros dos operarios con una mesa larga que debía ser también parte de la mudanza que se habían encontrado.

-Bueno, ¿qué pasa hoy? -musitó Juan-. Sólo faltan minas en el portal.
-A este paso tendrán que dar partes de tráfico de portales en la tele, sí -remachó Fran.
-En tdo caso, guárdate esta estrategia para cuando quieras defender una edificación de un asalto.

jueves, 14 de noviembre de 2019

Doña Marta sufre.


-AyhijoporDiosquitaesoquéhorroryo
sufrounmontónnopuedoconestopobres
niñosyonoseríacapazdealgoasíyonosé
cómovosotrosveisestoynoeslaprimera
vezquelasemanapasadayapusieron
aquelladelosjaponesesquenohacían
másquetorturarniños... -dijo Doña Marta Palacios cuando Los Juegos del Hambre, película que estaba emitiendo la televisión,
-Mamá, sólo son películas, es cierto que han puesto muy seguidas Battle Royale y ésta, pero nadie manda niños a que se maten y..-intentó explicarle nuestro protagonista.
-Auhijoperocómosenotaquetú
nohasdadoclasesamímerecuerdan
amisalumnosymedaunapena...No
puedoverestopiensoencualquier
niñotraviesodelinstitutoensusrisas
yenverlobligadoaestasburradasme
revuelvetodo...

Esto provocó a la vez risas y compasión en nuestro protagonista. Él, como hijo de Dña Marta, conocía mejor que nadie su lado tierno y maternal, pero no pensaba que sufriría con unas películas que exponían como centro de su acción adolescentes obligados a matarse entre sí. Además, sin haberlo buscado, había dado la casualidad de que en diez días, dos películas de temática similar habían sido programadas por la tele.

-Ay, mamá, perdona que me ría, pero esto es buenísimo. ¿Son como tus críos? Pues yo creo que la mayoría de adolescentes que yo he visto salían de esas películas contentos y riéndose.
-Ayhijosenotaquetúnohasestadoconellosylomalquelopasanlospobrescuandotienenunexamenyaveces
inclusoelquemenosteloesperaselmásburrotemuestraquetetienecariñotrayéndotealomejorunregaloen
tucumpleaños...
-Bueno, nadie va a hacer eso, mujer, de hecho, a los críos les gustan estas películas porque se pueden ver en los protagonistas con más naturalidad que en las pelis de acción de adultos.
-Qué bueno, mamá tiene con sus alumnos relaciones como las delos famosos alumnietos -terció Juan-. Mira, mamá, ya ha aprendido con el arco.
-Hijodondetendríaqueestaresrecibiendoclasesdehistoriamatemáticasciencias...ynoahíjugándosela
vidaconotroscríoscomoellosparaeldisfrutedeunoscanallasquequierenmantenersuposiciónyque
disfrutenunosseñoritos....
-Mamá, te aseguramos que todo esto son sólo películas.
-Yquesiganasíporqueseríahorrorosoquellegáramosaesonadiepodríasobrevivirenestemundoesperoque
nadiehagaalgoasíjamásparecementiraquesiquierasepienseenelloamínuncasemehubieraocurridoalgo
asíniparaunapelícula...
-Bueno, son ficciones donde el mundo se ha deshumanizado al máximo. Tranquilízate -decía nuestro héroe.
-Sin querer la que le hemos liado a la pobre -sentenció Juan Gordal.

sábado, 9 de noviembre de 2019

Ciclistas de nuevos tiempos.


Aquel día, después de varios meses sin pasar por ahí, Fran y Juan Gordal volvieron al Retiro y observaron que en la zona central donde iba la gente que iba al parque madrileño a practicar varios deportes había como siempre algunos niños con sus bicicletas o aparatos similares para que cogieran soltura. Pero aquellas bicicletas con ruedecitas que durante tanto tiempo eran compañeras habituales de los cachorros del Tour casi habían pasado definitivamente a la historia. Incluso Marimar, la primogénita del primo Felipe marchaba ya con una bicicleta sin ruedas, que era con lo que empezaban ahora los niños su relación con el vehículode las dos ruedas. Ya lo habían comentado conasombro en casa del clan. Pero incluso había más: los pequeños ciclistas a los seis años ya iban en bicicletas a su medida, claro, pero con pedales, sin ningún tope para el equilibrio, en todo semejantes a los aparatos en los que se movían los adultos que practicaban esta forma de locomoción, salvo en el tamaño. Algunos con pequeños maillots y cascvos cuasi profesionales parecían disfrazados de ciclistas profesionales.




-Pues a un crío de esta generación le das una bicileta con ruedecitas de las nuestras y la desprecia -dijo Juan-. Creería que es hacerle de menos.
-Y fíjate que me dan penita. Eran muy entrañables -dijo nuestro protagonista-. Pero bueno, si así aprendenb mejor y no están como yo, que hasta la edad adulta no fui capaz, pues mejor para ellos.
-La técnica evoluciona, Fran. Supongo que tú tampoco querrías una de esas antiguas bicicletas de adulto de una rueda enorme y otra pequeña.
-Pero me doy cuenta con cosillas de estas que ya voy siendo yo de esos adultos que se asombraban de cosas de las nuevas generaciones.
-A ver si estas innovaciones lesd valen, y no sólo en el ciclismo, para ser más inteligentes que nosotros.
-Para eso es necesario que también consigan las cosas antiguas buenas, que no pierdan los libros, los tebeos... Eso todo es a base de esfuerzo
-Parece mentira en qué cosas más tontas notamos que son críos de ahora, no de nuestros primeros años.


viernes, 8 de noviembre de 2019

Cortar caprichos.


-Pues ya he oído esa conferencia -dijo nuestro protagonista-. Tenía las mismas ganas de ir ahí que de hacerme una colonoscopia, pero ya sabes que a la tía Maria Cristina no se le puede decir que no.
-Ayhijoquécosastienes
perosíhadecididoque
mañanavamosair
alteatroporque
tieneunasentradasyyo
tengoqueirymevienefatal
mañanaibaairacomprarme
unbolsonuevoquemehacefaltayahoramesaleconesasytampocopuedodecirlequeno...-Dijo Doña Marta Palacios.
-Pues dile que vas pasado, eso sí que lo acepta. Yo he ido a la conferencia poprque si no me tocaba otro día.
-Esquelasentradassonparamañanaynosepuedencambiarperolaverdadnotengonipuñeterasganaspero
hainsitidomuchísimoyesmihermandespuésdetodonoquierodarleundisgustoporqueluegoseponeque
llorayquenosreprocha...




Las decisiones de la tía de nuestro protagonista eran bien conocidas del clan de los Gordal Palacios. Ni siquiera Carolina cuando abandonó la casa materna y se fue con Alvarito a Móstoles había dejado de recibir consejos y planificaciones de la tía. De cuando en cuando les buscaba eventos culturales o de ocio a los que tenían quie acudir sí o sí. Y como decía nuestro protagonista, no valía de nada intentar esquivarlo, porque entonces te citaba par otro día.




-Y luego está el tema de que decide ella lo que te gusta o lo que no. Yo no sé porqué ha decidido que esa conferencia sobre el negocio de la harina en Madrid me interesaba.
-Amísimegustanlaszarzuelasquemebuscaperootrasvecesmehallevadoaperformancesdeteatro
conceptualquenoconocíadenadayacircosademásdeconferenciassobreliteraturaquenomeibanypretende
explicartelascosas...

-Y no sé por qué ha preconcebido que a mí me encantan Sabina y el Jazz -dijo Juan Gordal que en ese momento entraba por la puerta.
-PuessídebeserverdadporquetambiénmehadichoquelasemanaquevienetevaallevaraunconciertodeJazz
quehayenelteatroCalderónyqueatitevuelvelocoquecómonotehabíadichonadayqueellavaallevarteyque
elplanesredcogerteunahoraantes...
-Ah, pues no, eso yo no me lo trago -dijo Juan Gordal-. Ya se lo diré cuando llame.




Varios días más tarde la Tía Maria Cristina llamó a cobrarse la nueva pieza, pero Juan Gordal estaba decidido a poner las cosas en su sitio Cogió el teléfono y habló con ademásn educado pero serio:




-Mira, tía, no voy a ir. Yo no sé de dónde te crees que viene mi afición por el Jazz, pero no me gusta nada, y ese día tengo pensadas otras cosas.
-Que no, Florito, que nunca sales y yo he notado que te encanta. Pasaré a buscarte.
-No voy a ir tía, ni a ese concierto ni a ningún otro. No vuelvas a hacer esto.
-Nunca queréis hacer nada y así os pasáis la vida, encerrados en casa. Y a mí que me desvivo por vosotros nunca me hacéis caso
-No te desvivas, nosotros iremos donde queramos ir, no es necesario que nos buesquesnada. -dijo Juan y colgó.
-Ayhijopuesyocreoquehashechomuybienperoesmihermanayonotengoelvalordecortarlaasíinclusome
haparecidoalgobruscoloquehashechoaunqueestábienperonosésiahoranotendráundisgustotremendoa
versaihabloconella...
-Pues a mí me ha parecido cojonudo -sentenció nuestro protagonista-. A lo mejor es momento de darle un disgusto, pero que nos deje ya en paz. Otra cosa que he aprendido de mi hermano.

sábado, 2 de noviembre de 2019

¡Tarántula!


-¡No me digas que estás viendo otra vez cine de efectos especiales cutres de los 50! -dijo Juan Gordal.
-De cutre nada -respondió nuestro héroe-.¡Tarántula! es una cumbre de la serie B, y encima sale el genio, el grande entre los grandes del cine en todos los puestos, como actor, como director, como productor...
-Bueno, siento decepcionarte, pero aquí casi no se le ve, aunque sí, Clint Eastwood hizo sus dos primeros papeles en el cine en dos pelis de éstas de los 50 en papeles casi de extra. Mucho antes que ser icono del oeste y del cine de acción era figurante en películas de monstruos.




En efecto, ¡Tarantula! era la segunda película en la que el tan icónico intérprete y artista aparecía en la gran pantalla, pero lo cierto es que más allá de este episódico cameo, el film ofrecía muchos puntos de interés y era buena en casi todo: partía de una composición muy típica de la ciencia ficción, un científico que sufría una catástrofe en una investigación que llevaba adelante con el más noble de los propósitos, en este caso buscar un superalimento que desterrara definitivamente el hambre del mundo, y que liberaba una criatura monstruosa como consecuencia de sus experimentos, ni que decir tiene que aquí es una tarántula gigantesca. Pero el ritmo era exactamente el que le convenía, el suspense se administraba de modo muy inteligente, y todos los efectos eran muy buenos, incluso aceptables hoy con todo lo que había avanzado el cine. Quizás se podía exigir un final un poco mkás lucido y aparente, a la altura de lo que era la película hasta ese momento, pero eso no deslucía en modo alguno las virtudes de la cinta.




-Cuando aparece el bicho sobre las colinas es la leche, no importa cuántas décadas pasen -decía nuestro protagonista.
-La verdad es que incluso el momento de la catástrofe y otros, que con lo que ha avanzado la técnica podrían haberse quedado desfasados ahora incluso parece que son mejores así, que no se necesita, tanto ordenador ni tanta animación.
-Cierto, a veces me gustaría que volvieran a hacerse las cosas así y no rezumando píxeles y apaños.
-Y un papel más lucido del más grande, ahora que sabemos que da de sí para ello.


Ficha de la película, aquí.

El rechazado.


-Bueno, pues ya estoy de vuelta. En las fiestas de Móstoles lo he pasado muy bien -dijo nuestro protagonista-. El cocido estaba muy bien, he visto el partido, y también tenían libros a la venta...
-Qué bien te lo pasas siempre. Yo en cambio cada vez estoy más sólo -dijo Juan.
-¿Otra vez con esos lloros? Sabes tan bien como yo que te ofrecieron ir.
-Pero se nota que es por compromiso. Nadie me aguanta.




Otra vez nuestro protagonista lidiaba con esa persistente manía de su hermano. Cada cierto tiempo lo veía deprimido por no salir nunca de las cuatro paredes de la casa, pero cuando le daban oportunidad nunca quería ir a ningún sitio.Según él todo el mundo lo detestaba. Y como en cualquier proceso de este tipo, el decaimiento y la angustia se retroalimentaba.

-Esta semana se han interesado por ti mamá y la Tía Maria Cristina, Carolina y Alvarito...
-Sí, me apetece mucho ir a cine de señoras mayores o a fiestas de mi cuñado.
-Pero tam,biéjn tus compañeros de la facultad...
-¿Y cómo quieres que muestre mis miserias ante ellos?
-Y el Canijo, al que hace tiempo que no ves...
-Un borracho tirado. Nadie me quiere, no voy a salir nunca.
-Mira Juan, no te quejes si no haces nada cuando te dan la oportunidad.
-¿Pero no ves que es por lástima y no quiero que me vean lo jodido que estoy?
-¿Y yo sí? Pues mira, va a llegar un momento en que yo también voy a renunciar a levantarte la moral.
-Sí, eso, abandonadme todos. Yo hasta que no haga algo no voy a salir.

Nuestro protagonista estaba preparando la respuesta, que era imposible hacer nada con un bajonazo que ni se atrevía a salir de casa que ver a otra gente era el principio, y el teléfono sonó. Juan lo cogió, y cuando volvió exclamo con alivio:




-¡Menos mal que me he librado de esto!
-¿De qué?
-Que el Chus, el de la facultad, quería que fuera este sábado a Villaverde y ya me he librado. Bueno, a ver cómo hago para salir de este círculo.


jueves, 24 de octubre de 2019

Lo que a Juan no le apetece.


Aquel día, Juan tenía que ir a actualizar su situación con la Seguridad Social, paso necesario para participar en un proceso selectivo de guionistas de cómics. Ya lo había intentado el día anterior pero se había levantado con un ojo hinchado hasta extremos increíbles. Se mareaba y había preferido dejarlo para entonces. Entonces, a la hora convenida, Doña Marta Palacios acudió a despertarlo:



-Juanlevántateeslahora
vanaabrirlosedificioso
ficialestienesqueirahacer
esoquesepasanlosdíasnunca
vasahacercosascuandonoteapeteceaversiyaestásbuenoayernopodíasirperohouyesyahoradequete
levantesaversilohaces...
-Buedo, do tse si buedo bodque dengo anginas -dijo Juan.
-Mirahijotienesquelevantartenuncapuedeshacernadaparecementiraquecadatrámitehayque
arrancárteloconuncalzadornopuedesdejarloparamásdíasparaunavezquetienesposibilidaddehaceralgo
quetegustelomismo...
-Joder, ya ves cobo dengo las anginas y cómo hablo.
-Sí, es cierto que cada vez que tiene que hacer algo que no le gusta se pone malo. No sé cómo lo hace, porque fingir no finge. No sé cómo somatizas así -habló nuestro protagonista.
-Joder gue do buedo, biradlo vosodros bisbos.
-Buenohijopuestúverásloquehacesaversimañanaestásbienquenohaymaneradequehagaslascosasnosé
cuántasveceshemostenidoestaconversaciónnuncahacesnadasinoquierestodoelmundotiene
obligacionesnoslevantamosycumplimosconellas...
-De aseguro gue gue bañana voy.

Entonces la familia acordó dejarlo para el día siguiente. Esperaban que se les pasara, pero al día siguiente cuando fueron a despertarlo de nuevo se encontraron con el mismo cuadro:

-Esdoy bal. No me siendo gon gadas.
-Hijonohaymaneranosepuedehaceresoportiesunacosaquetetocayaeshoradequeasumastulugar
llevamostresdíastirandodetinosabemoscómohacerparaquetedecidasamovertellevamostiempoqueno
hayformadequehagasnada...-se desesperó Doña Marta palacios.

Entonces nuestro protagonista tuvo una idea. Él se había dado cuenta como ya se dijo de que su hermano no fingía, pero que respondía a sus deseos en contra de hacer algo, y tuvo una idea.

-Bueno, si no quiere guionizar tebeos...
-¡¿Cómo que no quiero?! -dijo Juan-. Voy ahora mismo.

Juan saltó de la cama, y aunque se le veía haciendo esfuerzos, pues como se dijo, estaba de verdad enfermo, fue con mucha energía, aguantó una cola de media hora, y cogió número para resolver su problema. En cuanto lo hizo, pareció que su problema había desaparecido.

-Yo no sé cómo he podido, esta mañana estaba fatal -dijo Juan.
-Bueno, hemos visto que tu mente es muy poderosa. A ver si podemos usarla para que hagas cosas -sentenció Juan.