miércoles, 28 de febrero de 2024

Gervonta Davis - Ryan García: solo podía haber una estrella

 

 

¡Madre mía,
qué paliza! 
—exclamó 
Juan Gordal 
al concluir la
 pelea entre 
Gervonta Davis y Ryan 
García.Se nota que lo lleva Mayweather porque es que es increíble. Como el manager, que boxeadores que
 parecen magníficos quedan reducidos a la insignificancia con él.


La que fue calificada como pelea del 2023 enfrentaba en peso

pactado de 136 libras a las estrellas emergentes del peso ligero

y superligero, que respectivamente eran Gervonta Davis, que

respondía a la clásica imagen de boxeador afroamericano

escandalosamente bueno pero algo macarra y desequilibrado

—de hecho en el pesaje había protagonizado un incidente

desagradable con Bernard Hopkins, que colaboraba en la

organización de la pelea, y llegaba envuelto en polémicas
sobre posibles actos de conducción temeraria y violencia de

género— mientras que el mexicano nacionalizado estadounidense Ryan García sorprendía a todos

por su velocidad y precisión. Pero sin embargo, al subirse al ring, Gervonta Davis simplemente lo

anuló como si fuera un sparring de tercera.

Es que no es sólo lo que hace, es que es a quién —comentó Juan.Si vieras este combate sin saber nada pensarías que Ryan García es un pobre chicano al que  han
 dado una oportunidad.

Los dos hermanos repasaron la pelea y observaron cómo ya en el segundo Gervonta Davis había
logrado deribar a García, y manejó la pelea como si no tuviera rival.

Mira que hemos visto muchas veces dominar así las peleas a Ryan García. Debe estar pensando
 que ahora sabe lo que se siente del otro lado —dijo Juan.Desde luego ahora a Gervonta debe parecerle todo maravilloso. Ojalá sea Mayweather capaz de
 inculcarle algo de cabeza, que eso es lo único que parece que puede perderle.


Como siempre, esta cuenta les ofrece la pelea para que saquen ustedes mismos sus conclusiones.
Disfrútenla y vean a una superestrella demostrando que lo es.


Record de Gervonta Davis, aquí.

Record de Ryan García, aquí.

Ganarse el descanso

 

Bueno, es la hora. ¡Por fin
 me libro de ti! ―dijo aquel 
encargado a nuestro protagonista.Muchas gracias. Has
 sido muy amable todo el 
día ―respondió con retintín Fran.

Desde que se había levantado

nuestro protagonista había visto

que aquel trabajo, por alguna razón, parecía ir en desgracia. Empezando por una avería en el primer

metro que tuvo que coger... ¡Y otra más en el segundo! Luego el laberinto de calles hasta llegar al

local de trabajo, y para acabar de rematarlo el típico jefecillo que piensa que las cosas salen mejor

cuanto más moleste a los empleados. Todo el día se lo había pasado cambiando de herramientas

porque sí, corriendo sin necesidad, disculpándose por manchas naturales del trabajo... Y soportando

la voz estridente de aquel personajillo. Pero ahora todo había terminado. En el metro se sentía como

el triple de cansado de lo que solía dejarle una jornada como la que había tenido. Pensaba si era sólo

por aquel mequetrefe o también podía haber sido por las dificultades que le había reparado el llegar

hasta el local y salir de él. Pensaba nuestro protagonista en llegar a su casa, ponerse cómodo, leer

un poco, y todas las cosas que a él le relajaban tras sus días de trabajo. Pero al abrir la puerta y

dirigirse a su cuarto todo lo que había pensado se fue al garete. ¡Si había salido tan rápido por la

mañana que ni había podido hacer la cama ni ordenar su cuarto! La primera tarea en casa estaba

servida.

Cuando el día empieza jodido, raro es que no siga así hasta el final ―dijo mientras buscaba las 
sábanas.Y encima te ha fallado el metro por muy rápido que salieras ―le comentó CarolinaPues no sé, la próxima vez que trabajo habrá que levantarse a las cuatro o directamente no dormir
 la noche anterior.Bueno, al menos hoy sí podrás descansar.Y sabrá mejor que nunca, créeme. 

jueves, 22 de febrero de 2024

Amor de madre vs tarta congelada

 


Después de los días duros que había pasado Doña Marta Palacios por una serie de trámites
que no eran de su agrado, Juan Gordal estaba dispuesto a compensarla como fuera. Se
trajo de la compra una tarta de queso que, creía el hermano de nuestro héroe, le iba a
dar muchas fuerzas y moral. Doña Marta no dejó de agradecerlo:

Ayquéhijostanbuenostengonotendríaisque
haberosmolestadohombrequelosmédicosy
lospapeleshayquehacerlosnovamosaestarsiemprecelebrandoperodesdeluegonovoyadejardetomarun
pedazoquéalegría...Después de comer, mamá —dijo Juan Gordal.

 Doña Marta comió muy a gusto sabiendo que después le esperaba un placer nada despreciable. Al 
acabar su segundo plato de chuletas de cerdo no dejó de recordarlo:Buenoestoyaestáestabamuybuenocomomedecíaisperoyoloquequieroesesatartaquetengomuchas
ganasdetomaralgobuenoqueheestadoesperandollevomuchotiempopensandoenestepostrenopuedo
esperarmás...Tráelo, Fran —dijo Juan.

Nuestro héroe se encaminó a la nevera y sacó la trata. La llevó a la mesa y también estaba deseando
hincarle el diente cuando descubrió un pequeño inconveniente al intentar cortarla:

Juan, a esto le falta media hora por lo menos para que se pueda comer.Bueno, tú pónselo a mamá.

Nuestro protagonista obedeció y la matriarca de los Gordal Palacios devoró gustasamente un plato,
aunque no dejó de reconocer lo acertado de la observación de Fran:

Estámuybuenonoescomosiestivieratienroperomehalevantadomucholamoralquéhijostengola
próximavesolohayqueacordarsededescongelarlaantesosestoymuyagradecidadadmeunabrazoqué
graciasledoyaDiosdeteneros...

Los dos hermanos recibieron el abrazo materno, y nuestro protagonista se preguntaba pensaba
para sí: «si llega a estar del todo bien no sé los arrumacos que nos hubiera hecho».



Sin inteligencia natural

 


Juan y Fran Gordal discutían del asunto de moda en el mundo del cómic y de la ilustración,
la irrupción de la Inteligencia Artificial en la elaboración de carteles, anuncios o viñetas
y cómo esto afectadba a los autores tradicionales de cómic.

Yo creó que sí puede ser una herramienta 
más si se usa bien, pero es que ya hemos visto 
individuos que se han creado una carrera de
 ganadores de premios de ilustración con sólo 
apretar un botón —dijo Juan Gordal.
Lo que yo no entiendo es que no sé cómo evolucionará eso en el futuro, pero hoy por hoy
 las imágenes que genera son una mierda, además de tener todos el mismo estilo —respondió 
nuestro protagonista.

Los dos hermanos entraron en una tienda donde se exhibía un libro sobre Juan de Arco cuya
portada había recorrido todo internet por ser una imagen donde el batiburrillo que solía ser el
producto de la inteligencia artificial cantaba de modo extraordinario.

La coraza que no se ve si es de cuero o de metal me tiene loco —comentó nuestro protagonista.Pues tú eres más de libros de historia que yo, pero yo no compraría un libro que empieza por una
 imagen tan lamentable.Desde luego es indicio de que mucho no se han esforzado.Pues yo me pregunto cómo esto gana concursos y está dejando sin empleos a artistas de verdad.El puñetero sistema que parece premiar las chapuzas.O igual lo que sobra no es la Inteligencia Artificial, sino que falta inteligencia natural.Lógico que así corramos riesgo de que nos sustituya. 

jueves, 15 de febrero de 2024

El superhéroe

 


Nuestro protagonista pasó por la cocina y vio a su hermana Carolina lavando los platos
con el apaño que habían hecho con un alargador para poder enchufar la lavadora y el
calentador del agua. Cárol lo había fijado al armario superior con algo de cinta aislante.

De momento ahí nos sirve, pero me 
acojona lo cerca que pasa ese cable de la
 pila de agua —comentó
 nuestro protagonista.Por eso lo he sujetado arriba. Ahí está
 algo más seguro.Quizá, pero no puede ser que teniendo un enchufe al otro lado de la habitación donde perfectamente
 puede enchufarse esto tengamos que estar haciendo estos equilibrios sobre el alambre.Ya sabes lo que pasa cada vez que algo se enchufa ahí: se van los plomos. Debería venir el 
electricista a verlo, pero de momento algo hay que hacer.

La odisea de la familia Gordal Palacios con respecto a esa avería eléctrica había pasado por múltiples
etapas: primero una obra menor en otra toma de corriente, luego se pensó en una avería en el
calentador, más tarde se observó que era el enchufe lo que saltaba. Ahora llevaban casi dos semanas
esperando al electricista.

La verdad es que casi dan ganas de dejarlo estar, porque de momento esto tira —dijo Carolina.Tira hasta que deje de tirar, como en el otro lado, que la lavadora iba bien allí hasta que saltó.Además esto le preocupa mucho a mamá. Desde que empezó ha habido días que ni quería ducharse.Sí, parece que no pasa nada pero estamos todos con el resquemor latente.Que venga ya ese hombre y lo arregle.Sí, nos va a parecer un superhéroe cuando llegue. 


La colada de nunca acabar

 


Acabó nuestro protagonista a las ocho de la tarde, hora en la que en aquella época del año
ya había anochecido, de hacer su colada. La tendió y se fue a dormir. Por fin, pensó, había
aligerado de ropa aquel cajón que llevaba días lleno a rebosar. Durmió bien, a gusto, con
la conciencia tranquila de haber cumplido con su deber. Sin embargo a la mañana siguiente se
encontró con que una lluvia torrencial estaba descargando sobre la ciudad. La ropa estaba
relativamente a cubierto, en un balcón, pero ¿sería conveniente meterla a secar dentro?

Yo creo que sí —le dijo Carolina Gordal—. Si no no se va a secar en varios días.Pero si lo metemos en casa habrá que buscar un buen sitio para extenderlos o empezará a oler a 
humedad todo —razonó nuestro protagonista—. Yo creo que ahí fuera puede aguantar un día o dos
 y que no le caer agua.

Bajo el saliente de la terraza la colada de nuestro protagonista fue secándose y acondicionándose
durante tres días, hasta que el frente de lluvias se pasó. Nuestro protagonista recogió su colada y
tras una hora de doblar, de llevar a los diferentes cajones y habitaciones la ropa de cada inquilino
de la casa, de doblar carlcetines, vio que había quedado toda la colada en buenas condiciones. Por
fin parecía que podía relajarse un poco en la frecuencia de lavado hasta que recordó que...

¡Si estos día hemos seguido vistiéndonos y manchando ropa!Y ya se estaba llenando el cajón cuando ayer dejé mis gayumbos —le avisó  Juan Gordal.

Nuestro protagonista volvió a abrir el cajón de la ropa sucia, y una vez más rebosaba. Aunque en
un primer momento sintió verdadera desesperación, sonrió y pensó para sí: la colada interminable.



miércoles, 7 de febrero de 2024

El coleccionista

 

 

Bueno, aventuras
muy clásicas. Está 
claro que en torno 
a un personaje
 carismático se puede 
desarrollar una serie 
sobre lo que sea 
⸺dijo nuestro 
protagonista al 
acabar aquel tomo
 recopilatorio
 del personaje de Sergio Toppi.Y además parecía que no era muy del rollo del autor.Ya, por eso de que toca muchos palos y siempre dijo que le costaba implicarse con 
un personaje durante largo tiempo.

El coleccionista apareció a principios de los 80, cuando a Sergio Toppi, que muchas veces fue
considerado más ilustrador que historietista le sugirieron crear un personaje de cierta permanencia
en el tiempo. Toppi dudó pero aceptó, y creo un aventurero bastante peculiar. No sabemos de él ni
su nombre ni su procedencia, sólo que vive en el último tercio del siglo XIX y que es adicto a
coleccionar objetos históricos. Con históricos no queremos decir pertenecientes a determinada
época, sino que tengan aventuras y peripecias detrás. Y va a buscarlos a los lugares más remotos,
donde con frecuencia la civilización apenas ha llamado a la puerta de las culturas locales. Por
supuesto, va encontrando diversos antagonistas que se interponen en sus proyectos pero
implacablemente va logrando su objetivo, que no es otro que poseer dichos enseres. Porque no

quiere exhibirlos ni darlos a conocer, sólo poseerlos.

De todas formas se nota mucho el estilo de Toppi aun sacándole de aquí. Cada viñeta es un
 trabajo de ilustración magnífica ⸺comentaba Juan.Aparte de los lugares donde ambienta las aventuras, que le permiten lucirse en lo que sabe.El personaje este del coleccionista, además, engancha mucho sin que sepamos mucho de él.Eso demuestra que Toppi también sabe lucirse como guionista. Crea un personaje muy
 ajustado a lo que él sabe hacer y lo desarrolla muy bien.En todo caso, como cómic, seguro que es el mejor de este autor.Sí, buen tomo recopilatorio. Se lo recomendaría a todo el mundo. 

Ficha del cómic, aquí.

Cuevas del tesoro en casa

 

 

¿Cuánto ha podido
 salir de aquí? Parece
 increíble ⸺dijo 
nuestro protagonista 
cuando Juan 
Gordal le enseñó 
aquel bote transparente
 lleno de monedas
 cuyo valor iba desde l
 céntimo hasta un euro.No me apetece
 contarlo, pero la última vez que recogí algo similar llegó a los 20.

Nuestro protagonista se asombró pensando entonces en la cantidad de dinero que céntimo a céntimo
debemos perder que no aparece hasta que nadie acomete una limpieza como la de Juan en sus cajones.

La verdad es que a partir de ahora, cuando quiera comprar algo y no tenga suelto, lo primero
 creo que va a ser mirar debajo de mi cama, en los armarios y hacer limpieza ⸺prosiguió nuestro
 personaje.Pues eso irá bien, lo tendremos todo mucho más limpito ⸺le respondió Juan.

Aunque nuestro protagonista empezó a pensar la últimas veces que había limpiado sus cajones y su
cuarto y ni mucho menos había llegado a tal cantidad de dinero. Por contra entre los libros de la
estantería apareció alguna moneda pero no sumaron más de cinco euros.

Parece que tenías tú en tu cuarto la cueva del Tesoro, Juan.Por lo menos aquí tendremos para el pan y los periódicos de varios días.No sé si vale la pena por la paliza de limpiar que te has pegado ⸺dedujo nuestro protagonista.Bueno, tener mi habitación libre para mis cosas y bien organizadas y además 20 euros creo yo
 que no está mal para una tarde de esfuerzos.Y nos ayudará a poner en valor el trabajo y el sueldo de la gente que trabaja limpiando. 


jueves, 1 de febrero de 2024

Trabajo añadido

 

 

Bueno, hoy te
comprometiste 
a hacer tú la
 comida, ¿eh? 
Ponte con ello
 —dijo Juan 
Gordal a nuestro protagonista.
En seguida, en unos tres cuartos de hora lo tendréis —contestó Juan.Seguroqueestarábuenísimoqueelniñohaaprendidomuchoymásdesdequetrabajatodavíasabemásy
seguroquevaadejarnosasombradosporqueelniñoesmuylistohabráqueconfiarenélyyaveráscómonos
asombraatodos...—peroraba Doña Marta Palacios.

Fran, henchido de orgullo por la confianza de su madre entró en la coina cavilando sobre la comida
que pensaba hacer, un puré y unas truchas a la navarra. Primero pondría las verduras a cocer, iría
sacando las espinas a las truchas, y justo al final después de pasar el puré freiría el pescado pero...
La pila de platos que había en la pila y la cocina lo echó un poco para atrás. ¿Cómo era posible que
eso se hubiera puesto así? Y que él no hubiera notado nada. Lo primero, antes de operar en nada, era
limpiar un poco aquello. Ni abrió la nevera para sacar los ingredientes y se puso manos a la obra.
Observó con terror que no había solo unos cuantos platos, sino ollas, sartenes, instrumentos de cocina
varios y cubiertos, vasos... Abreviando: toda la cocina estaba allí pendiente de limpieza. Después de
unos cinco minutos de frotar y colocar se oyó la fatídica voz de Juan.

¿Cómo vas? ¿Te apañas?Me apaño, pero me atrvería a asegurar que la comida va a tardar diez minutos más.Elniñosaldráasdelantenoleatosiguesquetienesuideaysiemprelallevaacabonosevaaecharatráspor
nadaigualesquelefaltaalgúningredienteperoloarreglarádecualquierformayoconfíoenélysacarátodo
porqueesmuyválido...

Una vez más la confianza de su madre infundió ánimos a nuestro protagonista, y acabó el fregado
de los cacharros. Estaba cansado sin haber hecho nada, pero procedió a la receta. Al final sacó unos
platos envidiables, pero veinte minutos más tarde de lo previsto. Juan le felicitó, pero no dejó de
recordarle ese detalle:

Tienes que tener más claro lo que hay y lo que no, Fran. Mira lo que hemos esperado. En cualquier
 sitio donde sirvieras así te protestarían.Bueno, pues me quedaré luego fregando cacharros para compensar —sentenció con ironía nuestro 
protagonista. 


Tebeos, sí. Experimentos, no.

 


¡Joder! —exclamó
 nuestro
 protagonista al leer 
el segundo volumen
 de The Acme Novelty
 Library—. 
Y a este tío, ¿cómo lo 
dejan seguir haciendo
 cómics y se los editan? Tiene muchísima personalidad, Fran. Mira esos dibujos y esa organización de las páginas...—le 
explicó Juan GordalEs el David Lynch del cómic —respondió Fran.
 

Chris Ware era un personaje popular en el mundo de la historieta. Conocido era por varias
excentricidades, entre las que no era la menor no tener ni televisión. Había desarrollado
un peculiar estilo de viñetas y organización de las páginas de sus historietas que había
recibido muchas alabanzas del medio. Aseguraban él y varios de sus seguidores que se
inspiraba en los comics de principios del siglo XX. Sin embargo Fran encontraba que todo
eso no servía de nada sin una hilazón de las historias ni nada que contar.

Pues se queda ahí con los del tebeo de las tostadoras, la Possy Simmonds... No pienso volver a leer 
nada de este tío —concluyó Fran.Stray Toasters es lo de las tostadoras. Y tranquilo que yo ya tengo todo lo de Chris Ware que quiero. 
No hace falta que me lo digas.Cojonudo, pero es que aunque traigas otro no me lo pienso leer. Que quede claro. Bueno, empezaré con comics experimentales británicos, que ya he visto que te van.Los experimentos con gaseosa. ¡Habiendo cosas como Nevada, que es una serie que promete ser 
magnífica en comics.No se te puede sacar de lo típico. Que leas tú os tebeos que quieras, yo quiero ver cosas buenas. Tebeos, no experimentos.