sábado, 30 de marzo de 2019

Blankets

-Pues me sorprende que te guste, porque no es en absoluto el cómic que yo te hubiera recomendado -dijo Juan Gordal a nuestro héroe.
-La verdad es que yo tampoco pensaba con lo que sabía de él que me fuera a gustar, pero como tiene fama me ha parecido justo leerlo -dijo nuestro protagonista.

Blankets, de Craig Thompson, era un cómic de esos que narraban una historia muy personal, en este caso una oda del autor a su infancia y adolescencia, en un pueblo de Wisconsin, muy ligado a la comunidad religiosa local. Vemos su crecimiento, su descubrimiento del mundo, unas vacaciones donde conoce a su primera novia, y su distanciamiento de la comunidad, aunque por supuesto sigue conservando el amor y los lazos con su familia.

-Lo que pasa es este tebeo es que me deja un poco como pesimista -dijo nuestro protagonista-, porque veo a este hombre primero con una visión, quizá ligada a la infancia, de inocencia feliz, y va precisamente de cómo lo pierde, al tomar contacto con más cosas y tener una visión más amplia. Acaba que no es que esté jodido, porque eso no, pero que añora esa época, en esa comunidad, con unas ideas tan claras. Es un poco una historia que casi cualquier adulto de nuestro tiempo.
-Ya pensé que por eso no te gustaría, tú que dices siempre que cosas tristes ya tienes en la vida real.
-Hombre, tampoco puede decirse que sea triste. Lo que hace bueno este cómic es que es una historia muy común en nuestros días, y está muy bien contada. Y me parece interesante también que retrata el hecho de que un hombre criado con unos valores ligados a la religión y el cristianismo se siente en cierto modo más indefenso cuando pierde la fe.
-Tampoco llega a perderla, según pone. Sólo que se ñle amplía la visión
-Y el dibujo es el típico en blanco y negro muy personal, le queda de puta madre.
-A mí la relación que tiene con su hermano me hace pensar el la mía contigo
-Lo más grande aquí es eso, lograr que casi todo el mundo se indetifique con la historia. Una historia muy personal pero a la vez con la cuál todos se identifican.
-Sí, muy clásico, pero mejor contado que nunca. 

 Ficha del cómic, aquí.

Enfermedades de cocinero.

-Está muy bueno, Doña Marta -dijo Alvarito de aquel cocido en la comida familiar-, me gusta no tener que guisar yo un día, y además me vendrá bien para el catarro.
-Joder, cuñado, yo estuve la semana pasada así -dijo nuestro protagonista-. Pero no has estado aquí o sea que no creo que telo haya pasado.
-No, no -decía Alvarito-, en realidad esto es una enfermedad laboral de cocineros.

Fran se asombró, pues del trato con su cuñado iba conociendo cómo era esa profesión de cerca, más allá de tantos chefs que ahora aparecen en los medios con atención. Ya conocía el callo de cortar con el cuchillo, la gran cantidad de chaquetillas que deber tener, trucos para que los niños coman verdura... Sin embargo nunca había oído que los cocineros fueran más propensos al catarro que otras personas.

-Le pasa a todo el mundo una o dos veces al año, cuñado.
-Sí, pero mira, resulta que los cocineros trabajamos entre fogones, con el horno a tope, etc. Y claro, al salir, la diferencia de temperatura se nota. Los cambios de temperatura son una cosa habitual para nosotros, y aunque trato de abrigarme, de quitarme la chaqueta, etc, a la mínima que nos descuidamos tenemos un catarro
-Yo también una vez al año, pero más imsomnio y dolor de cabeza -dijo Juan.
-Esas som enfermedades de profesiones más abstractas, más de cabeza -dijo Alvarito.
-Ayhijopuesdebeserhorribleparavosotrosyocuandoestoyacatarradatengolavozechaunascoynoestoya
gustoenningúnsitioybuenoahoraestoyencasaperoaveceslosniñosmeponñianlacabezapeorynosabíaya
quehacer...
-En cualquier caso, cuñado, como cuando haces ejercicio, que hay que controlar ropa y temperatura, eso tendréis que hacer.
-Sí, como los futbolistas, pero yo de momento gano menos,
-Bueno, los cocineros también se pueden convertir en estrellas.
-El problema es que yo juego al fútbol y soy cocinero y no consigo el estrellato por ninguna de las dos actividades.
-Bueno, en cuanto Juan o yo coloquemos nuestras creaciones esto será distinto -sentenció nuestro protagonista y toda la familia rió.

domingo, 24 de marzo de 2019

Tinto de verano embasado.

-Pero si no era hoy, Juan. Cárol y Alvarito vienen a comer mañana -dijo nuestro protagonista a su hermano.
-Pues no lo sabía, pero bueno, ya que lo he traído, vamos a tomar este tinto de verano.
-¿Ahora? ¿No sería mejor dejarlo para mañana?
-No, Fran. Yo quiero ahora, reconozco que es raro, pero es mi ndebilidad.

En efecto, Juan Gordal parecía haber desarrollado una extraña querencia por el tinto de verano embasado, y no dejaba de buscar excusas para traer una botella. La más usual eran las visitas de su hermana y cuñado. Los dos hermanos tomaron un vaso y ofrecieron a Doña Marta Palacios, que como era de esperar en ella, lo rechazó con vehemencia.

-Me gusta más que el vino puro, y me parece mejor que la coca cola -decía Juan Gordal
-A mí este me parece como muy azucarado y muy artificial. Pero bueno, he tomado. Casi no queda, hay poco en cada envase encima.
-Bueno, pues lo acabamos.
-Ayhijosyonosécómoospuedegustaresoyademásesotrabotelladeplásticoparalosembasesluegonos
quejamosdequesellenenlosmaresnohayformadequitarlosdeenmedionidecasayluegoestánbuscando
dóndemeterlosenlosmares... -intervino Doña Marta.
-Tranquila, mamá, yo lo bajo -dijo nuestro protagonista.

Así lo hizo nuestro protagonista, y el día pasó. Carolina y Alvarito llegaron como prometieron para la comida del día siguiente.

-Hay que celebrarlo, Fran. Tráeles un tinto de verano -dijo Juan
-¿No preferirán cerveza, conociéndolos? -preguntó nuestro protagonista.
-Pues traeles cerveza, pero a mí un tinto de verano.
-Mira que te ha dado fuerte con esa mierda -dijo nuestro protagonista, y bajó. 


Programas de pseudomúsica.

Aquella noche, nuestro protagonista legó a casa, y encontró a Doña Marta Palacios viendo un programa musical. Estaba Raphael, del cuál era fan incondicional, y parecía muy contenta viéndolo:

-Holahijoesincreiblelavozquetieneestehombrey
cadavezselevemenosenlatelecuandoesúnicoacabade
cantarlodeMigrannocheyhastaesoparece
lalecheensuvozséqueeshistriónicoy
quehacegestosexagerados
peronadiecomoélcantaesto...
-Bueno, mamá, pues me alegro de que lo difrutes, pero ¿qué programa es éste?
-SellamaProdigioslopresentaBorisIzaguirreyvadequevienenniñosquesabenhacercosasparael
espectáculounoscantanyotrosbailanotroshacennúmerosluegolosvaloranperosiestáRaphaelparamíya
estájustificadoverlo...
-Hombre, yo me alegro de que tú tengas algo que ver en la tele, pero estoy harto de programas de estos, que yo llamo "de niños cantores" y en este caso es literal. Está que si La Voz, que si La Mejor Canción Jamás Cantada, que si Got Talent... Todos de espectáculo de forma que no cueste muy caro, y que siempre dan la impresión de descafeinados. Ya no se hacen programas de música de verdad.
-HijoyonoveíaaRaphaeldesdenocheviejaeylohevistoaquíquesiempremeagradayonuncavoyadejarde
admiraraRaphaelaversinovoyaverlolaspocasvecesquesaleesúnicoylevicantarunavezendirectonoeslo
mismoperoestohasidolaleche...

Nuestro protagonista pensó en aquello, pero hasta los artistas de verdad que aparecían ahora en la televisión parecían hacerlo solo en un momento perdido entre aspirantes a artistas, adultos o niños, que no siempre dejaban buena impresión, de hecho pensaba nuestro protagonista que por dar tele con no poca frecuencia los seleccionadores del programa dejaban pasar a gente poco dotada. En cualquier caso, le agradaba que su madre encontrara un espacio televisivo donde oír a gente que admiraba, y que no fuera en canales de esos con una programación que parecía diseñada expresamente para las personas de edad.

-Bueno, mamá, que lo disfrutes.
-AynohijoqueahoravieneelIzaguirreynotengonadacontraélperonoloadmirotantoRaphaelesunacosael
otronolelleganialasueladelzapatomepareceincreíblequetnegaquevenirunmomentoaunprograma
presentadoporél...
-Ahí lo tienes, mamá, programas que reciclan a los resto de aquí y allá.
-Raphaelnoesunrestonoteconsientoquedigasesodeélnosésinuncalohasoídonohayformadeno
admirarlopuedellenartresprogramaselsoloaversienlateleledanmástiempoqueestosniñosparecenque
quiereneclipsarloyquéva...

Nuestro protagonista no quiso discutir aquello, pero sí, no podía evitar irse con la impresión de que la música, que tantos programas y tan buenos había tenido en televisión, estaba siendo apartada del medio en beneficio de artistas veteranos a los que ya no seguían más que la gente de más edad, como la matriarca de los gordal palacios, y figuras de capa caída.

sábado, 16 de marzo de 2019

Tropas invasoras.

Las cotorras, esos pájaros invasores de la comunidad donde vivía nuestro héroe. Hacía algunos años que se hablaba de cómo esta especie, que empezó siendo una especie exótica que se criaba para venderla como mascota, había logrado a través de individuos que escapaban y sobrevivían hacerse con un hueco en los parques y bosques de aquella región. Podían parecer simpáticas, y para muchos lo eran, no en vano eran una especie que se había introducido con la idea de que fueran animal de compañía, pero como casi toda especie introducida estaba causando daños en el ecosistema local: construían nidos enormes que dañaban los árboles autóctonos, y quitaban el sitio a las especies locales. Por no hablar de sus continuos voceos, muy molestos para algunos. No pocos residentes, tanto ecologistas como simples paseantes de la comunidad donde vivía nuestro héroe las habían acabado odiando. Aquel día, tras aquella comida familiar, los allegados de nuestro protagonista as encontraron en un parque comiendo pan que les echaban a las palomas.

-Perosonmuybonitasylospobresanimalesnotienenlaculpadequeloshayansacadodesusitioyolasquiero
megustanmuchoysonasítanverdecitasytanmonaslagentesólolasodiaporserunaespeciedefueraesun
problemacuasixenófobo... -decía Doña Marta Palacios.
-No, hermana -respondía la tía Maria Cristina-, yo las tengo cerca de casa y no paran de molestar y gritar. Las oigo todo el día y me hacen nidos por ahí...



Fran, que pensaba con más distancia, creía que en efecto podía haber un componente de miedo a lo extraño, pero conocía la suficiente ecología para saber lo que era una especie desubicada, y los daños que siempre ocasionaban.

-Lo curioso -dijo Juan Gordal-, es que parece que se han aburguesado en la ciudad. Míralas, sacan pecho y andan como las palomas.
-Yo ya odiaba a esas ratas de cloaca voladoras para que encima vengan los bichos verdes estos -contestó la tía Maria Cristina.
-La verdad -terció nuestro protagonista-, es que como dice Juan parece que estén asimilando el comportamiento de los pájaros de aquí.
-Aymiradesaquémonacómosehacogidounpedazodepanenormeyselollevaalnidoselocomeellasola
subidaenunaramaesosíquenolohacenlospájarosdeaquíserándestructivasperosonmuygraciosasno
puedodejardereírme...

En efecto, una de aquellas cotorras estaba comiéndo un enorme pedazo de pan, casi parecía un bocadillo, al modo en que lo hacían las aves de su grupo, posada en una rama, cogiendo el mendrugo con una pata, lo que reforzaba la impresión de bocadillo. Todo esto cerca de uno de sus enormes nidos.

-Eso no lo hacen los pájaros autóctonos -dijo Fran-, no sé si tendrá algún efecto en la comunidad.
-Ayhijosiestonisiquieraesuncampoesunaciudaddondeestosbichosnoestánencondicionesrealesyes
muygraciosayparecequeyaestánhechasvienenacomerdelamanoytodosoncomoanimalesdomésticos
noentriendoeseodio...

Entonces desde su rama, la cotorra dejño caer el mendrugo y este dio en la cabeza de Doña Marta.

-¿Ves, mamá, cómo traen problemas? -dijo nuestro protagonista.

Pero sin embargo, para su sorpresa, Doña Marta rió la gracia al pájaro:

-Puesnomehahechonadahijoyesoesmuybonitodevernodudoquenoseanpájarosdeaquíperomecaen
simpáticasqueparaalgunosparecequeseanloshunosysonmuchomáslistasquelaspalomasestán
sobreviviendolejosdesusitio...

Fran comprendió entonces que no habría manera de explicar a su madre cómo esas cotorras eran causantes -por su puesto a su pesar-, de muchos males ecológicos impropios. La solución al problema era difícil, si ni siquiera parecía gengte capaz de tomar conciencia. Y por supuesto, Fran sabía que en realidad ellas no eran las responsable, por lo que tampoco las odiaba. Pero sí, le preocupaban los daños ecológicos y que la gente no los percibiera. De momento ya eran una especie más de los parques urbanos, y hasta parecían aburguesarse en ellos comportándose como las palomas.



Heroismo casero con la colada.

- Pues no queda otra, habrá que ponerse a organizar la ropa -dijo nuestro protagonista a Juan Gordal.
-No, claro, pero ya sabes cómo se va a poner mamá.
-Es absurdo que habiendo muchos y sabiendo donde están, no tengamos nunca calcetines.

En efecto, los dos hermanos habían traído hacía poco calcetines, pues casi todos los que tenían estaban en mal estado.Sin embargo, tras dos o tres lavados de ropa les costaba mucho encontrarlos. Doña Marta Palacios solía olvidar meterlos en la lavadora, y se quedaban en el cajón de la ropa sucia. Claro, pensarán ustedes, dos tíos adultos y en condiciones podían ocuparse perfectamente de su ropa y no encargárselo a su madre... ¡Pero es que Doña Marta tenía una extraña obcecación en que esa era su tarea y no les permitía intervenir! Sí, sí, como lo leen, Doña Marta se enfadaba hasta extremos difíciles de explicar para quien no los viera cuando alguien intentanba usar la lavadora, o hacer la colada de otro modo diferente al que ella tuviera pensado.

-Joder, Juan, también somos mayorcitos para eso, creo que tengo ya pelitos para aguantar una bronca de mi moooooooomá -dijo nuestro protagonista.
-Sí, claro. No parece que haya más alternativa. Sí, lava.

De modo que nuestro protagonista recogió no sólo los calcetines, sino varias prendas más amontonadas en el cajón de la ropa sucia, y realizó el acto de valor supremo. La lavadora se puso en marcha, y en mitad del proceso, Doña Marta Palacios llegó a casa. Su reacción fue la esperada:

-Holahijosmelohepasadomuybienfuerapero...Esoeslalavadoraostengodichoquenolatoquéisy
además... -En este punto se dirigió al cajón de la ropa sucia- Ademáshabéiscojidojuntosloscalcetines
ycamisetasytodocuandoostengodichoclarísimamentequenolohagáismevaisamatarmiopiniónparece
quenocuentanadiemehacecaso...
-Mamá, razona. Había que adelantar un poco la colada. Nos costaba encontrar calcetines y...
-Puesyaloshubieralavadoyomevaisamatarnohacéisnadamásquedejarmedeladosoisinsufriblesahora
avercómosetiendesitengounacoladadesábanasahípreparadanovaasecarsemiraqueostengodichoque
estoesmío...
-Bueno, mamá, tú también lo tenías difícil para encontrar calcetines.
-Puesesoesrazóndemásparaquelohubierahechoyosoisinsufriblesmetenéisdeladoaverquiénos
mandabatocarnadayademáslosabíaisdeantemanonoseráquenooslohabíadichotodolotenéisque
trastocarconloquemedescolocaquetoquéiscualquiercosa...
-Pero era necesario.


miércoles, 13 de marzo de 2019

Mayweather-Hatton. Gran campeón y momento álgido.

"Tenía un plan, pero el combate no salió como esperaba". Esta manida frase de los derrotados por los grandes boxeadores la decía estavez Ricky Hatton tras caer en diez asaltos ante Floyd Mayweather. Fran y Juan Gordal comentaban el combate que acababan de repasar por el monitor.

-Mayweather es casi intocable ahora. Figúrate en 2007 -decía Juan Gordal
-Pero ni siquiera puede decirse que es que el inglés fuera bueno en Europa pero no estaba para competir con los más grandes. Acababa de vencer al temible Castillo en su combate anterior.
-Ya, Mayweather es muy bueno, no lo sabíamos.

En el combate, Hatton había demostrado empuje y valor, pero el gran boxeador de los últimos años no le había dejado ni acercarse. Fran intentaba dilucidar cuál podría ser el plan, si es que como decía, Hatton tenía uno.

-Pues está claro, Fran. Intentar llegarle con fuerza y acortar distancias. Pero con Mayweather eso solo sirve para cansarse.
-Y por contra, Mayweather cada vez que tira, aunque tira menos, le caza.

Además, la superioridad del norteamericano, ya de por sí asombrosa en los primeros asaltos iba in crescendo, con lo que el desenlace fue el que todos esperaban. Tras diez asaltos, en opinión de casi todos los aficionados, alargados intencionadamente por Mayweather, que podía haber acabado antes, pero buscaba dar tele, el británico dobló.

-Al menos se sacó dos buenas bolsas con Mayeather y Pacquiao -dijo Juan.
-Sí, y a partir de las victorias de ambos frente a Hatton fue cuando se empezó a hablar de juntarlos.
-Y ocho años que tardaron.
Sí, descafeinaron un poco aquella pelea. Pero uno y otro dejaron exhibiciones de superioridad frente a púgiles como Hatton, que también eran un espectáculo. Y como siempre, este blog les ofrece la exhibición de Mayweather para que juzguen ustedes mismos. Aquí tienen lo que es un gran campeón en su momento álgido. Disfrútenlo.


Récord de Floyd Mayweather, aquí
Récord de Riccky Hatton, aquí.

viernes, 8 de marzo de 2019

Un estudiante jodido.

-Pues dirán lo que quieran, Fran -dijo Juan Gordal a nuesttro protagonista, pero esta calle tiene menos papeles.
-Ya no nos ocurrirá otra vez que encontremos diez euros, como aquel día -respondió éste.

Atocha, después de las obras de mejora parecía otro lugar, y con frecuencia se veía trajinar por la plaza a los barrenderos. Parecía, en efecto, difícil encontrar papeles en el suelo, pero al volver una de las esquinas, ambos hermanos encontraron algo sorprendente. Había un fajo de apuntes para algún estudio, algo relacionado con fórmulas químicas, por lo que se veía desde fuera. Y era un fajo bastante grande, con muchas páginas.

-Joder, esto sí que no le vale a nadie más que al estudiante que lo haya perdido -dijo Juan.
-Y llegando casi a los exámenes. Pobre chaval -remachó nuestro protagonista.
-¿Y en estos casos qué se hace? -preguntó Juan.

Ninguno de los dos hermanos sabía qué contestar. Desde luego, como ambos habían convenido, ese hallazgo era inútil para nadie más que su dueño. Y para éste, sin embargo, podía ser sumamente importante e incluso decisivo en próximos episodios de su vida. ¿Se le ocurriría buscarlo entre la plaza de Atocha? ¿O habría algún lugar donde se pudiera guardar para que llegara?

-¿Si se lo damos a los del Metro? -dijo Juan.
-Si no ha vuelto a su casa en Metro no creo que se le curra mirar ahí. Me temo que la conclusión es clara: este chaval va a tener un serio hándicap en sus estudios esta vez.
-Yo también lo creo. ¿Lo echamos al menos a reciclar?
-No sé, si volviera a por él...

Mientras los hermanos pensaban cómo resolver aquello, una ráfaga de viento elevó y dispersó las páginas en mil direcciones.

-Pues nada, decide el viento por nosotros -dijo Fran.
-Y la verdad, parece que somo los únicos en la ciudad que les ha preocupado. Nadieha movido un dedo.
-Sí, a veces no sé si somos muy solidarios o muy idiotas, visto lo visto.


domingo, 3 de marzo de 2019

El mono.

-Bueno, Juan -decía nuestro protagonista-, entonces, te sientes mucho mejor desde que no fumas ¿verdad?
-Sí, si mejor me siento, pero... ¡Espera!

Juan persiguió como hipnotizado a una chica que pasó a su lado. Parecía como levitar, hasta movía ligeramente la cabeza. Además no mantenía una línea recta, zigzagueaba levemente según se movía la chica de delante. Al cabo de un rato, ésta se detuvo en un cruce y en la papelera que había pegada al semáforo depositó un cigarrillo. Y entonces Fran comprendió.

-Ya ves -dijo Juan-, cada vez que alguien fuma a mi lado me vuelve a dar esta especie de mono, y a veces hasta intento tragarme los humos.

Nuestro protagonista se quedó muy sorprendido, aunque entendía lo duro que era siempre superar una adicción de cualquier tipo. Pero ver a su hemano casi levitar por aquello le parecía el colmo.

-Joder, Juan, cuando te has puesto tras esa chica creía que eras un puto baboso que la perseguía pensando obscenidades. Luego he visto que no, pero no sé qué es peor.
-Es que no se me pasan las ganas. Ya te digo que sentirme, me siento mejor. Pero sigo todo el rato pensando en esto.
-Bueno, por lo menos ya no sales de los bares para fumar ni te vas por las noches...
-Si eso es de lo peor. Muchas veces más que el fumeteo echo de menos esas cosas que van asociadas, salir a la calle, tomar el aire...
-Pero si todo eso lo estás haciendo ahora.
-Sí, pero no es lo mismo. Esa pausa de estar en un bar viendo un partido y salir en el descanso es única.
-Pues mira, en lo que no pienso yo cuando veo un partido es en el descanso.
-Pues ya lo ves, hasta ese punto es jodido dejar esto.
-Con lo fácil que era no empezar, como hice yo.
-Bueno, no te tires el rollo, que tñu con la comida eres la leche. Cuando intentas hacer dieta eres mucho peor
-Pero comer, de un modo u otro, hay que hacerlo siempre.
-Sí, el caso es ver la paja en el ojo ajeno,