jueves, 27 de octubre de 2016

Haciendo Halloween sin quererlo.

-Pues un año más ha llegado el día de difuntos, Juan -dijo nuestro protagonista.
-Sí, pero todavía se ven muchos de los que se disfrazaron celebrando el Halloween.
-Cada año más, no hay manera de pararlo.
-Pues dicen ahora que aquí se celebraba el Halloween desde los tiempos de los antiguos iberos.
-No, mira, fiestas similares de hogueras, leyendas de brujas y monstruos había aquí, como en casi todas partes, pero ahora se celebra por lo que se celebra.
-Y somos tú y yo los únicos que parecemos resistirnos.
-Depende, que una cerveza en los sitios que lo celebran y un poco de bromas con las chavalas disfrazadas de brujas sí que hemos hecho.
-Pero no nos hemos disfrazado -dijo Juan.
-No, porque nosotros no damos de vampiros ni de zombies...
-Bueno, si sales con un jersey un poco castigado, algo roto y...

Aquí Juan se interrumpió bruscamente. Se dio cuenta de que el jersey negro que llevaba tenía manchas de yeso y aún más grave: ¡la cremallera de sus pantalones no cerraba bien!

-¡Vámonos a casa! -dijo
-¿Por qué?
-Joder, echa un vistazo, si eso luego te lo explico.

Fran rompió a reir y no dejó de gritar:

-¡Te has disfraazado de zombie sin preteenderlo!
-Eso, encima ve pregonándolo.

Ya en casa, Juan se cambió de arriba a abajo, y con otro animo abrió una caja de buñuelos de viento:

-Sigue siendo lo mejor de estas fechas, los buñuelos y los huesos de santo.
-Pero si ya nos disfrazamos hasta sin querer, a ver cuánto tiempo los mantenemos.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Pérdidas por la lluvia en Madrid.

Juan y Fran Gordal volvían aquella tarde bajo una lluvia persistente. El otoño este año había venido, al menos a Madrid, como se espera de la estación: con temperaturas imprevisibles tendentes a la bajada y lluvias intermitentes. Aquella había pillado a los hermanos de lleno.

-Bueno -dijo Juan-, nosotros nos mojaremos, pero no vamos a perder nada.
-¿Y qué íbamos a perder? Nosotros no tenemos cosechas que puedan pudrirse, ni vivimos en un piso bajo que pueda inundarse ni...
-Sí, la verdad es que viviendo en pleno Madrid en esta época estamos un poco alejados de eso.
-Voy a pensar qué podría joderme a mí la lluvia. Recuerdo una vez que bajé a por los periódicos, me pilló un chaparrón y el periódico llegó a casa empapado y borroso.
-Pues si eso es lo máximo que has perdido... Yo recuerdo una chaqueta de ante que tenía, que ya sabes que le va muy mal la lluvia, y un día que salí con ella hubo una tormenta y se le quedó un color muy raro.
-Pero todo esto tiene arreglo, yo creo que aquí en Madrid nadie se queda sin comer por la lluvia.

Y entonces ocurrió algo inesperado: una mujer que cruzaba la calle llevando un paquete de panadería o pastelería tropezó y el paquete cayó en un charco. La mujer, que aparentaba una situación económica y social cómoda, se lamentaba:

-¡Joder! Esta empanada era para la cena. ¿Y ahora qué hago?

Los dos hermanos observaron la empanada empapada de agua sucia y pensaron que no le quedaría otra que pedir comida a domicilio.

-Pues ya ves, Fran, sí que te puede dejar aquí la lluvia sin cena.
-Este mundo nunca deja de sorprendernos.


jueves, 20 de octubre de 2016

Arqueología casera.

Todo empezó el día en que nuestro héroe quiso guardar en uno de sus cajones un recibo, y no podía meterlo. Más aún, cuando abrió el cajón salieron despedidos varios papeles en una suerte de explosión de baja intensidad. Sí, había llegado la hora de mirar lo que había ahí guardado y deshacerse de lo supérfluo. Había manuales de instrucciones de aparatos que habían dejado de usarse hace años, tales como un discman de nuestro protagonista de cuando aún era menor de edad, restos dee números dominicales de revistas rotos, algún recibo bancario ya completamente inútil, pilas que tenían todo el aspecto de estar gastadas... ¿Cómo he podido llegar a acumular todo esto? se preguntaba nuestro protagonista. Al final que pudiese tener aún uso solo había en el cajón dos cuadernos,una linterna, un manual de la carrera que acababa de terminar y algunos objetos de oficina: rapadoras, bolígrafos... E incluso alguno de estos en muy mal estado. Con todo el montón de lo que había sacado empezó a mirar y aparecieron... ¡Revistas de los años 70 relativas a la FE de las JONS! ¿Cómo habría llegado eso al cajón? Pensaba Fran, si ni él había nacido en esa época ni tenía simpatía por aquella ideología. Doña Marta Placios aportó la explicación:

-Ayhijoesquelasteníayomeparecíaqueteníanvalordocumentallasmetíentucajónsabiendoqutúlas
guardaríasporqueteintereresalahistoriasinolashubieseperdido...

-Joder, mamá, me dejas de piedra. ¿Quieres ver si hay algo más tuyo?

-MíonoperomiraestáaquellatarjetaquetetrajistedelMuseoBritánicoyquehabíasperdidoyfichasdeese
ajedrezdelquesolotequedabaeltablero...

-Va a resultar que vamos ha hacer arqueología en casa.
-Síhijoatitegustalahistoriaseguroquesibuscasencontrarás...

-Mamá, lo decía irónicamente. Lo que habrá que hacer es revisar más a menudo lo que guardamos.

-HasestudiadohistoriatevaelestudiodelopasadoysiemprehasadmiradoaIndiannaJones..
.
-Bueno, deja la ficción. Aquí hay que hacer un expurgo más a menudo.


miércoles, 12 de octubre de 2016

Alfred Hitchcock presenta.

-Esta de hecho dio origen a un chiste de Tarantino en Four Rooms -dijo Juan Gordal cuando Fran se puso a ver El Hombre del Sur, una de las más míticas historias de la serie Alfred Hitchcock Presenta.
-Ya te contaré, de todas formas, me gusta mucho esta serie, el propio Trantino le pegaría mucho hacer algo así con lo que le gusta la tele.
- Aunque este episodio es ya de la segunda etapa, en los 80, toda la serie es muy buena. Ahora, Hitchcock no hacía más que presentar.
-Pero todas las historias son muy suyas. Y además no duran demasiado y siempre sorprenden.
-Colaboraron directores muy buenos: Robert Altman, Sydney Pollack.. Y aquí, aunque como actor, John Huston.
- Es una serie muy recomendable. Ahora es el final, que tanto suspense tenía y que Trntino parodió reduciéndolo a un solo intento.
- Y son historias muy variadas, de drama, de thriller... Pero siempre misteriosas. Y con moraleja.
- Aunque a veces con mucho humor negro, como las propias introducciones de Hitchcock, muy grciosas.
-Sí, la verdad, la mejor incursión de un director en la Tele.
-Bueno, yo la compraría si acaso a las historias de Los Maestros del Terror que sacaron hace poco y a las Historias para no dormir de Chicho Ibáñez Serrador. Pero por algo la recuperaron en los 80 tras la primera etapa, entre los 50 y los 60.
-Muy recomendable en todo caso. Y esa into y la musiquilla, que son míticas.



Ficha de la serie, aquí.

La naturaleza está en todas partes.

Aquel otoño, Diez ya tenía una edad respetable para un perro, 11 años y medio, y cada vez costaba más sacarlo de casa. Ya no llegaba al Retiro, y la familia Gordal Palacios debió buscarle otro emplazamiento más cercano para sus paseos. Lo encontraron en un parque al que hbían dado lugar unos viejos cuarteles militares abandonados.

-Joder, ahora no hay manera de salir lejos, nos va a dar un jamacuco -dijo Juan Gordal.
-La verdad, solo salimos dos manzanas más lejos de casa, no hay quien lo aguante -admitió nuestro héroe
-Y por el Retiro ibas viendo gente, naturaleza...
-Aquí no hay nada... ¡Pero aun así se esconde, el muy cabrón! ¡Diez! -llamó nuestro hombre-. ¡Diez! ¡Diez!
-Ha desaparecido, a ver donde se ha metido.
-¿Cómo es posible? Aquí solo hay dos parterres, unos barracones...
-Pero es enano y negro.

La agitación de unos setos al fondo del parque les mostró a los hermanos dónde se habí metido su perro y al ir a buscarlo, Fran observó algo: Un araña blanca de considerable tamaño había tendido una enorme tela entre esos setos y un árbol cercano.

-Mira, Juan. Es muy bonita.
-Joder, Fran, te quedas embobado con cualquier gilipollez.
-Y aquí hay unas hormigas sacando sus pulgones a paseo. Son los únicos animales granjeros ap`rte de los humanos.
-Lo que quieres o intentas decirme es que aquí también hay cosas que ver.
-Pues sí, entodas partes si uno sabe donde mirar.
-¡Anda vámonos a casa, a ver si en la tele tenemos algo mejor.
-Hombre, solo te digo que intentes disfrutar con lo que hay.
-Pues eso haré, con lo que hay en la tele. ¡Y no me compares esto con el Retiro!

Doña Marta y sus objetos perdidos.

-¡Cuidadonotemuevasquetelollevastodoymevas
atiraralabasuraunpendientequetengoperdidodesde
ayerynohaymaneradeencontrarloaversiahoramelo
barres...-dijo Doña Marta Palacios a nuestro protagonista cuando pasaba la escoba.
-Joder, mamá, no se puede hacer nada. Hasta barrer es malo para tí.
-Nohijonoeselbarrerperollevovariashoras
buscandoesependienteynohaymanerade
encontrarloysimelobarresyanoaparecerá...
-¿Pero por otro lado, no te había ncontrado el otro día mientras hacía mis ejercicios el pendiente?
-Peroesqueahorasehaperdidootrodeotroparanolotendrásclavadoentuszapatillasqueavecesapareceahí
yyoyanosédóndemirar...
-¿No es más probable que esté en un joyero o neceser?
-Hijoloshemiradotodosnohaymaneradeencontrarlonosédóndemiraryaynomeayudáisennadasoloos
ponéisalimpiarsinmirar...
Doña Marta observó el contenidoo del recogedor con el que nuestro protagonista barrí y no vio el pendiente. Comenzó a llorar.

-Mamá, siempre igual, luego aparece todo lo que pierdes.
-Nohijoestaveznoyesospendienteseranunregalodetupadrenosepuedensustituirmesientounainútilpor
haberlosperdidoy...

En ese momento, Juan Gordal apareció por la puerta:

-Oye ¿qué es esto que ha aparecido en mi estantería?
-AymipendienteDiostelopagueytelopremiemelodebídejarallícuandobusquéuntebeoentucuarto...
-¿Ves cómo todo aparece, mamá?
-Síhijotienesrazzónmevoyaoírlaradioy... ¡Dóndeestámiradio!Nomeimportatantoperolahabíadejado
aquíyahoranoaparece...
-Para mí que se empieza a desorientar con la edad -dijo Fran.
-Bueno, ahora la encontrará y perderá otra cosa.

jueves, 6 de octubre de 2016

Pautas.

Fran y Juan Gordal ojeaban los cómics de la Fnac. Aunque más o menos sabían ya de memoria lo que había siempre estaban atntos a ver si surgía alguna novedad.

-Allan Moore ha sacado Providence, pero a mí me sale Lovecraft ya por las orejas -dijo Juan.
-Y está todo lleno de cómic político, como Arenas Movedizas, Gaza, La primavera de los árabes...
-Y mucho cómic de tías, de si una con cáncer de mama, aspirantes a Marjane Satrapi...
-Bueno, es lo que hay, aparte de los clasicorros.
-Es difícil encontrar una forma de a clasificar el cómic actual ¿verdad?
-Bueno, mejor que haya variedad, así nadie se encasilla.

Entonces, ambos hermanos oyeron a un chico de unos veinte años hacer lo que él sin duda consideró una gran observación o verdad irrefutable:

-Yo he observado, y fíjate ¿eh? -decía al amigo que lo acompañaba-, que todas las novelas gráficas de tías o vienen en tapas de color rosa o azul celeste.

Ambos hermanos se quedaron de piedra oyendo aquello. ¿En seri a alguien le podía importar eso lo más mínimo hablando de cómics?

-Menos mal que he oído a este chaval -dijo Juan-, ha cambiado completamente mi visión del medio.
-Lo triste -dijo Fran-, es que estoy casi seguro de que ha estado horas cavilándolo en casa.
-Bueno, por lo menos parece que alguien sí ha encontrado una pauta en los cómics de ahora.
-Para encontrar eso, mejor no encontrar nada.