miércoles, 30 de diciembre de 2020

¡Feliz 2021!

 

Bueno, se va el año más jodido que se recuerda por aquí —dijo Juan Gordal.

La verdad es que es lógico y comprensible que la gente quiera pasar página cuanto antes, pero el fenómeno de la pandemia no distingue de años. Aunque sí, ojalá pase ya esto y pronto podamos recordarlo como algo superado.

Yodesdeluegoestoydeseandopasarpáginaquelamascarillameahoganomeacostumbroallevarlapormás

que lointentoasíquevoyaponermeahacerelcochinilloomejoresejamónfrescoquehabéistraídoyonunca

lohepreparadoperotienepielquesequedaráchurruscada...—añadió Doña Marta Palacios.


Mamá, es un trozo de cerdo normal. Se asa, se churrusca la piel, y punto. Es como todos los años lo tomábamos, solo que si se puede evitar matar de crío a un lechoncito, pues mejor así.

Yoquierouncochinilloyusinoeshoylovoy

apillarundíadeestosqueparecequemequeráis

quitartodoloqumehaceilusiónyovoya

traermeunasuvasperonomariscoquetenemosdelaotravezniobotellasqueparaahorahay...

Mamá, que es igual, vas a recibir este año que tanto hemos anhelado como se merece.



Ese era uno de los caballos de batalla en el último día de aquel aciago 2020. No iba nuestro protagonista a renunciar a uno de sus platos favoritos, pero habiendo en los supermercados pedazos de cerdo con piel adultos, Juan y Fran Gordal habían llegado a la conclusión de que era salvaje seguir matando a los gorrinos con dos meses. El cerdo era un animal destinado a ser matado y comido, cierto. Pero al menos darle la oportunidad de crecer y hozar unos años parecía más lógico que tener a las cerdas en condiciones lamentables para parir lechones que no vivirían más de unos pocos días. Sin embargo Doña marta palacios se oponía con mucha fuerza a ese cambio. Fran era consciente de que ese asado debía salir bien para convencerla. Por la noche, con el asado en la mesa con 'puré de manzana y salsa de arándanos, ya Doñas marta empezó a verlo más claro:


Puesaestámejordeloquecreíahijoaunqueyopquierouncochinilloymelovoyatraerahoraatomarlas

uvasparaqueelañoquevienenosquitelamascarilladeunavezqueparecequeyahayvacunasytodoojalásea

bueno...

Yo considero lo de cambiar el cochinillo a cerdo adulto el primero de los cambios que debe traer el nuevo año. Que este se me han quedado casi todos los proyectos que tenía en el tintero con la mierda del virus.

Probablemente para verano curremos ambos, Fran —dijo Juan Gordal —. Y tengo muchos tebeos que pienso comprar.

Yo este año no me atrevo a asegurar nada, después de lo visto, pero deseemos un Feliz 2021. Y que se puedan hacer más cosas.

YacordaosdeCarolAlvaritolatíaMariaCristinaMarimarelprimoMariolatíaClaraJuliánelGrelos

AbadíaKJaimeytrantaotragentequetambiénqueremosveresteañomásqueelanteriorasíseayoquieroira

hacercosas...

Parece que al menos ganas no nos falta —sentenció Fran.



domingo, 20 de diciembre de 2020

La extraña navidad pandémica.

 

⸺Se hace raro saber que uno no va a reunirse con Carolina y Alvarito, que no podrá salir, que mamá no puede ir a su misa normalmente...

Claro, sí, hasta el día más familiar se ve afectado por la pandemia, Fran

Tendremos que cuidarnos en la distancia y vernos cuando se pueda.

No empieces con sucedáneos, que eso es muy deprimente, que parece de Dickens.


Aunque Fran y Juan solían analizar así todos los años la navidad, y decir que todas eran muy especiales, la de aquel año era en verdad una fiesta sui géneris. Ya conocen el mal que afligía desde hacía ya tiempo el mundo de neustro protagonista. Aunque algunos países parecían estar en trance de superarlo, y en otros se anunciaban grandes progresos en la lucha contra la enfermedad, en las fiestas señaladas tener que quedarse en casa, renunciar al calor de los allegados, a un momento de relaciones humanas, era muy extraño.


Lo importante es hacer las cosas bien, que esto se pasa. Los chinos dicen, con razón, que muchos de ellos también tuvieron que celebrar sin su familia su año nuevo. Y ahora ya hacen fiestas, vida normal, y están vacunando ⸺comentó nuestro protagonista.

No te vayas por las ramas, Fran. Ya sabes que yo sin el contacto humano lo paso mejor. Para mí puede que vayan a ser las mejores navidades posibles. Ya tengo una provisión de tebeos, series y películas tremenda.

Pues celebrémoslas bien, aunque sea de otro modo. Lo que dices, la verdad es que me seduce.


Yyohetraidoaquílascosasparalacenadenochebuenaquetendremosunpavoenormeyademásunpocode

cavaysidrayvamnosallamaraCárolaMóstolesqueyosinmihijanoestoydispuestaapasaraunquenovenga

ellanivayamosnosotros...⸺intervino Doña Marta Palacios.

Bueno, si mamá ya está contenta todo saldrá bien ⸺continuaba Fran⸺. Ahora, que no sé cómo lo vas a hacer para tu misa del gallo.

EsteañoesalasochodelatardeestaríabuenoquenotuvieramisaelnacimientodelSeñoryoiráantesy

cenarédespuiésalcontariodeloquesolemosigualinclusoesmejorparaprepararlascosasquelanavidades

navidaddetodastodas...

Mira, hasta tiene ella su entretenimiento ⸺dijo Frsan.

Pues a disfrutar como podamos, a celebrar así, y los que soportáis el contacto humano seguro que volveréis a juntaros si lo hacemos bien ⸺sentenció Juan.

Feliz Navidad a pesar de todo, madre y hermano.





Solidarios por lucimiento.

 


Aquel estruendo estremeció a nuestro protagonista. Volvió la cabeza y vio su causa: un motorista se había caído unos metros por detrás de él. Al lugar comenzó a acudir mucha gente, y algunos le hacían rudimentarios reconocimientos médicos, le ofrecían el móvil... Sin embargo, Fran le oyó muy claramente decir:


Muchas gracias, estoy bien, y mi móvil tampoco se ha dañado, de verdad, sólo quiero irme.

Te tiene que ver un médico hijo. Que si no las lesiones van a peor ⸺le respondía una señora de mediana edad.

Además yo ya he llamado a los municipales, chaval ⸺añadía un caballero que también andaría por la cincuentena⸺. No puedes irte ahora.

Le digo que estoy perfectamente. Si llegan dígales la verdad, que ha llamado por prevención, pero que me he ido porque me encontraba bien.

¿Qué pasa aquí, Miriam? ⸺oyó que preguntaba una adolescente a su amiga mientras ambas se ponían a mirar.

Se han dado una hostia, tías. Voy a dejarles mi móvil ⸺se sumaba otro chico que debía andar por la mayoría de edad y conocer a las dos muchachas anteriores.

Que no, chaval, que tengo móvil yo y que ya me puedo ir.

¿Cómo te vas a ir después de darte una hostia en moto? Mira que dentro de un rato esto que no parecía nada puede complicarse ⸺añadió otro hombre que se ponía delante delante del vehículo para cerrarle el paso.

¡Coño, déjenme en paz! Se lo agradezco, pero les digo que no ha pasado nada!


Nuestro protagonista observaba en la distancia y veía llegar más y más curiosos, mientras ser preguntaba si eso en realidad ayudaba al caído motorista. Junto a todos los que parecían querer socorrer al accidentado, venías también un montón de transeúntes que solo se agolpaban y miraban, quitando aún más el espacio, la visión y la tranquilidad al hombre siniestrado. Pero el colmo fue aquel hombre que miró a nuestro protagonista y le dijo:




¿Y tú no piensas hacer nada?

¿Pero no ha oído que dice que no necesita ayuda?

Hay que darla aunque no te la pidan. ¡Qué gente más insolidaria! Con gente como tú nos vamos a la mierda.


Nuestro protagonista se encogió de hombros y siguió su camino. Comprendió que para muchos el siniestro de aquel motorista no era un accidente por el que mostrar preocupación, sino la ocasión de llenar un minuto de su vida con algo. Ni siquiera era que aquel accidentado no hubiera pedido ayuda, es que había dicho claramente que le estaban molestando. Pero daba igual. Porque no era el espíritu de colaboración y solidaridad lo que movía a aquella turba. Cosas que uno va aprendiendo a ver en la ciudad.

sábado, 19 de diciembre de 2020

Buscar con pie izquierdo.

 


¿Y esta tampoco te sirve? ⸺preguntó nuestro protagonista a Juan Gordal enseñándole aquella zapatilla de casa.

¿Otra del pie izquierdo? Estoy buscando las cangrejeras que llevo siempre en casa y han aparecido tres diferentes todas del pie izquierdo.

O sea, que has perdido tres pares y te has comprado otras en lugar de buscarlas.

No jodas, Fran, ayuda a buscarlas.


Aquellas zapatillas fueron uno de los grandes descubrimientos de nuestro protagonista. En el establecimiento de chinos de cerca de casa estaban a 2,50 euros el par, lo cuál las había convertido en objeto de consumo habitual de Juan, que no cuidaba demasiado su calzado doméstico.


Y cuando empecé a traerlas decíais que si esto era absurdo, que si imitaba a Frank de la Jungla...⸺recordaba nuestro héroe.

Deja de pasármelo por la cara y ayuda a buscar.

Si estás dando pasos con el pie izquierdo...

Que no hagas chistes y me ayudes.

Yotehechounamanohijoseguoquenoestánentucuartoverdadentreesassábanasquetieneshechasun

burruñovoyaentraraversilasveoperotienesquequitardeenmedioesostebeosqueluegotequejassiempre

cuandoyovoy... ⸺intervino Doña Marta Palacios.

No, mamá, por favor, no te metas.

Ayhijoqueparecequeyodestrozotodonoqueréisniquetoquelacomidaniquepongalalavadoranique

toqueelordenadoraversivoyyoahíylaencuentrotevasaacordaryseguroquenisiquierameloagradecerásvovoyaverlo...

Mira, mamá, buscamos unas zapatillas de casa como estas pero del pie derecho.


Y los tres familiares buscaron por baños, por cuartos, por la ropa sucia, por los armarios... Pasados unos 20 minutos Doña marta dijo lo que Juan no quería oír:


Puesmirahijomañanavoyalos

chinosytetraigootrasporque

aquínohaymaneranovamosaestarasítoda

lanochetendrásquevigilarlomásynodejarloporahíquelouegotodosondisgustosyaguardabienlasque

tienes...

No, mamá, no necesito otro par, ni guardar ocho del pie izquierdo ⸺dijo Juan⸺Necesito que aparezca la derecha.

Puesnpovasaestartodoeldíaasíluegobienquehaycosasabsurdascomoestazapatillatanfeaquehetirado

estaquenadieseponeyquenoséquéhaceahíperonoquieresquesetraigannormalesyaverconestoloque

vamosahacer...


Los dos hermanos vieron aquella zapatilla inútil con asombro:


Pero mamá, si era lo que buscábamos. Una cangrejera del lado derecho.

Unacangrejeradiceshijoestoserácomodicesunombreparairaporcangrejosaverparaquéloqueréis

vosotrtosconlobienqueseestáconunaszapatillasdetelanormalesencasamiraquetraéiscosasrarasaver

siahoralosreyesostraenzapatosnormales...

Mamá, ya hemos hablado de eso, eso era cuando yo las traje ⸺dijo Fran⸺.Bueno, el caso es que ya tienes zapatillas, Juan.

Sí, cuando tenga tiempo le explicaré a mamá lo de las cangrejeras.

Déjalo, Juan. No va a pillar. Mañana levántate con el pie derecho, y punto.

Cómoquenovoyapillaramínuncameexplicáisnadanosoytontaquemedesvivoportyodolovuestroy

vosotrosparecequenoqueréisnadaconmighoalfinyalcabosoyyoquienhaencontradolazapatillayahora

mevenís con esas...

¿Ves lo que te decía, Juan?



sábado, 12 de diciembre de 2020

La Isla de Borbón,1730

 


Pues me ha resultado muy agradable de leer ⸺comentó nuestro protagonista al acabar el Cómic de La Isla de Borbón,1730⸺. Con animalitos antropomorfizados y una historieta de aventuras en el Índico en el siglo XVIII me ha recordado un poco a los dibujos de Willie Fog de cuando era pequeño.

Te pega, porque en efecto es muy rollo Julio Verne. Es curioso que a pesar del uso de los animalitos es más bien seria, y mezcla mucho de historia real.


Este cómic relata una historia de piratas en la actual isla de Reunión, conocida como Isla de Borbón en el año en que se ambienta la historia, 1730. La trama nos habla de un antiguo capitán pirata, El Halcón, que lleva años encarcelado por ser el único que no firmo un armisticio con la corona francesa. Sin embargo parece que hay una conjura para liberarlo, todo ello coincidiendo también con un proyecto de rebelión de los indígenas de la isla, que planean rebelarse próximamente contra los colonos. Todo ello visto a través de la historia de un naturalista que llega a la isla a ver si consigue encontrar un dodó, que ya hace años que no se ven, de una joven hija del gobernador de la isla, y de dos cabecillas de la incipiente rebelión.


Está muy bien equilibrada la parte de historia y de ficción ⸺afirmó nuestro protagonista.

El guionista, el que firma como Appollo es de la isla, Fran. La parte histórica la conoce muy bien. Y Lewis Trodheim, al que ya se conocía de otras series lo complementa justo como había que hacerlo.

Y lo de los animales resulta un tanto extraño, pero casi consigue el tío que así parezca como más verosímil

Sí, consigue el puntito exótico, pero no deja de transmitir que es un enclave real, hechos reales de la isla...

He oído de gente que opina que este cómic hubiera sido mejor en color. Yo no lo creo, así, en blanco y negro transmite una impresión, pues eso, muy de libro de aventuras de esta época.

Yo cuando vi ese título de Borbón me asusté.

Venga no mezcles cosas.


Los dos hermanos se quedaron discutiendo sobre el devenir de dinastía y España, pero lo que nadie puede negar es que en el cómic de aventuras del siglo XXI este es uno de los títulos más recomendables, y que por no seguir un patrón habitual puede que muchos aficionados no lleguen conocer. Que no les ocurra a ustedes. Échele un ojo.

Ficha del cómic, aquí

viernes, 11 de diciembre de 2020

Modelos de enseñanza.

 


Pues tía, me parece muy injusto que a la Bea la suspendan porque no le entrase el correo.

También ella, que a estas alturas se líe entre el Drive y el Classroom...


Curiosa conversación la de aquellas dos adolescentes sobre el nuevo sistema de estudio que la pandemia que afligía el mundo donde vivía nuestro protagonista había olvidado a implantar. Fran no conocía el caso concreto de aquellas dos chavalas, pero sí sabía que al no poder ahora haber concentraciones de mucha gente en los centros de enseñanza se había optado por dividir los grupos y usar la tecnología para que los alumnos que no pudieran acudir a clase recibieran por medios telemáticos instrucciones y explicaciones de los maestros, y a su vez ellos enviaran sus tareas y trabajos por estos canales.


Había en aquel momento un debate sobre si esta modalidad de enseñanza se quedaría definitivamente implantada o desparecería al pasar aquella contingencia, aunque quizás calificar aquello de debate era excesivo, puesto que la primera opción ganaba por goleada. Pero nuestro protagonista no lo veía así. El caso de aquellas dos chicas le había mostrado a las claras una de sus objeciones: en lo mecánico, no siempre llegaban los mensajes de forma fluida. Además, Fran también veía fallos en lo humano: se diluía el trato personal y la convivencia humana. Y en lo económico, comercial y ético, las dos muchachas habían nombrado dos productos de la misma empresa privada, que tenía un historial muy inquietante en cuanto a ética en el tratamiento de los datos informáticos que recopilaba y que se estaba haciendo con las señas y características de una generación desde sus más tiernas edades. En resumen, veía nuestro protagonista muy útil que la opción de esa modalidad de enseñanza existiera, pero no la quería como la preferencial. Cuando llegó a su casa lo comentó:


Pues mira, Fran, a mí me parece de maravilla que los críos aprendan desde ya a manejar la tecnología, y cuantas más herramientas tengan, mucho mejor —le dijo Juan Gordal.

Yo no lo dudo, pero la tecnología a veces parece que va a suplantar nuestra mente. Y no sé hasta qué punto es bueno depender de un aparato para que los niños aprendan.

Bueno, el fallo que hubo ahí es que esa chavala de la que hablaban se lió con el programa. Si se maneja bien...


Juan no pudo acabar esta frase, ya que Doña Marta Palacios, con un retintín de desesperación en la voz comenzó a gritar:


Ayhijosaversivenísqueelordenadormehapuestotodoazulydicequehetoicadonosequénopuedo

moverelratónyasínohayquienescribanadaqueyoquieromandarunafelicitaciónporelmailynosécómo

puedohacerlo...

Bueno, con esto no contaba —dijo Fran—. Por suerte mamá está ya retirada, pero profesores con su habilidad para la tecnología no ayudarán.

Peromevaisaayudaronoquemiradquécosasmesalenynopuedoponerlasmayúsculasademásmehe

salidodelahojaqueestabaescribiendoynosécómometerlasdireccionesalasqueloquieromandarasíno

vamosayhacernadaconlobuenoqueeraelcorreoescrito...

Creo que tienes razón. Con uno así, esta modalidad no tiene futuro —reconoció Juan.



sábado, 5 de diciembre de 2020

Aprendiendo de la pandemia.

 


Estaba nuestro protagonista aún con su paño de agua y jabón en la mano contemplando su obra tras limpiar el ordenador, el móvil y el pomo de la puerta cuando la radio dio la noticia de que si bien las superficies podían transmitir el virus que había sumido el planeta en aquella pandemia, era mucho menos probable de lo que al principio se había pensado.


Al principio no sabía cómo valorar la noticia: era positiva ya que quitaba gran parte del trabajo de unos diez minutos que había que hacer en aquellos tiempos para desinfectarse cada vez que uno volvía de la calle. Pero también se sentía uno estúpido viendo que había dedicado 20 minutos a una tarea no tan necesaria.


Buenohijoperoasítodosestamosprotegidosseguroqueelbichodiganloquediganlohatenidomás

difícilparaentrarenestacasaylapruebaesqueningunolohemospilladocuandoparecequebastantegentede

alrededorlohasufrido...—le comenzó a decir Doña marta Palacios.

También creo yo que es un buen hábito que hemos adquirido con todo esto. Yo creo que voy a seguir haciéndolo.

Perohijosiahoradicenqueyanoesnecesarioparaquétevasapegareltutecadavezquevuelvasqueauno

esolequitaaunocomomediahoracadadíaqueyohenotadoquecadavezmecundemenoseltiempoencasay

noavanzoconloslibrosqueleo...

Pero de todas formas ahora vemos mejor el ordenador y a través de los cristales. No habrá que hacerlo cada vez que se vuelva de la calle pero sí cada día.

Yo el otro día estornudé encima del ordenador y tuve que dejarlo bien —añadió Juan Gordal

¡Joder, Juan! A ver si te quitas la jodida costumbre de hacer eso allí por donde pasas.

Si te estoy diciendo que lo limpié.

Bueno, a ver, si aunque no sirva de nada, el virus nos enseña buenas costumbres a todos, y a que los cristales de esta casa sean transparentes, por ejemplo.


Cinco es multitud.


Pues tienen nada menos que lo de Raf de Lío Portapartes, la casera que tenía al realq uilado a garbanzos. Es difícil encontrar esto, Fran —dijo Juan Gordal viendo el escaparte de aquella tienda de cómics.

No es de sus principales obras, pero estaría bien pillarlo. Vamos dentro.


Sin embargo, al entrar, los dos hermanos recibieron un nuevo ejemplo de que el mundo en el que vivían no estaba aún libre de la pandemia que lo había afligido aquel año. Si las mascarillas y el gel hidroalcohólico eran ya compañeros habituales en la vida de los habitantes de dicho mundo había otra medida de prevención que, si bien la conocían los dos hermanos, no se habían topado con ella hasta ahora. En la puerta del local el dueño les dijo con educación pero con firmeza que el aforo de la tienda estaba completo. Los dos hermanos observaron que en efecto, dentro de la tienda se movían cuatro personas, lo que parecía un número razonable para un local de aquellas dimensiones.


Volved dentro de diez minutos, si eso —añadió el vendedor—. No os creáis que a mí me gusta esto, también me cuesta dinero y vender menos.

Sí, ya imaginamos. Daremos una vuelta si acaso.


Los dos hermanos se fueron de la tienda con la idea de dar una vuelta a la manzana y volver, sin embargo de camino encontraron un bar donde las cañas eran buenas.


Ya ves, aquí también hay aforo, pero podemos entrar. Y casi se acabó el Rastro. Para para las tiendas de tebeos esto está siendo horrible.

Bueno, yo nunca había visto que en esas tiendas hubiera demasiada gente. No sé si notarán mucho la diferencia...—observó Fran.

Y los de los cómics somos un público muy fiel. A ver si siguen.