jueves, 30 de octubre de 2014

¡Qué verde era mi valle!

 -¿Qué haces viendo esa antigualla? Nunca dejas de sorprenderme.
 -Mira, Cárol, es del año 1941, pero esta “antigualla”, dejó sin Oscar a Ciudadano Kane.

 En efecto, ¡Que verde era mi valle! era considerada por muchos la obra maestra definitiva 
entre todas las que que dejó John Ford. La santísima trinidad gordaliana tenía en ella uno de 
sus pilares. La historia de una familia de mineros durante los años más duros económicamente 
hablando del siglo XIX, y la crianza del protagonista y narrador en ese ambiente deslumbró a 
todo el mundo en aquellos años y muchos después, fascinó a nuestro héroe.

 -Parece mentira -dijo Fran-, que una película que gira en torno a dramas sociales sea tan amena
 y te muestre tantos matices e incluso momentos de diversión.
 -Pero está superada en muchos aspectos.
 -No en la narración ni en la construcción de sus personajes. Y secundarios inolvidables, 
como el boxeador retirado. Y sobre todo el sello del maestro John Ford.
 -Bueno, ¿dirías que es mejor o peor que Centauros del desierto?
 -Pues sinceramente no lo sé. Pero si te gustó ésa a ti que no te va el oeste, no deberías perderte ésta.
 
Ficha de la película, aquí.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Lo más bajo.

 -Pues no sé si me da más lástima o repugnancia -dijo Fran.
 -Yo tengo una cosa clara, no es como un padre quiere ver a su hijo -respondió Juan.

 Ambos hermanos habían visto a aquel mendigo travestido muchas veces. Un hombre de
 mediana edad con gafas que llevaba el perlo largo con un lazo, un vestido y a veces hasta maqullaje.

 -Es patético en varios sentidos de esa palabra -dijo Fran.
 -Pero no deja de ser una persona. Y tiene muy mala cara. A veces me dan ganas de echarle una moneda.
 -Yo creo que necesita mucha más ayuda que la económica. ¿Habrá sido siempre así? ¿No tendrá
una familia?
 -Hombre sí ha sido así, porque no se ha operado. Si tiene una familia que deja en esta situación 
a algunos de sus miembros es para retirarla el saludo.
 -Yo no te dejaría a tí en esa situción.

 Esto encendió a Juan.

 -¿Me estás comparando con esa “criatura”?
 -No he dicho eso, sólo que...
 -¡Mira que te parto la cara!
 -¡Joder! ¡¿No eras tú el que se apiadaba de él?!
 -Me dan ganas de pegarte una hostia.
 -¡No hay Cristo que te entienda! En algo estamos de acuerdo, no queremos ser ese ser.
 

lunes, 27 de octubre de 2014

¿Película o anuncio?

 -Esto es más un anuncio que una película -dijo Juan Gordal a Doña Marta Palacios viendo 
el anuncio de los Boxtroll-. No hay más que verlo para darse cuenta de que es una película de
 vender muñequitos y similares.
 -De todas las películas de dibujos animados se han sacado muñequitos. Diez juega con uno 
de esos... ¿Cómo se llaman, Fran?
 -Pregúntaselo a Carolina que se acuerda. De los de Gru, mi villano favorito. 
 -Ahora no puedo llamarla.
 -Ya las películas -añadía Juan-, se hacen más pensando en eso que en la película en sí, 
singularmente las de críos.
 -Pues a mí me gustaría ir a verla.
 -Pues vamos si quieres, pero no te gustará.

 Diez, trayendo su peluche en la boca, pareció querer intervenir.

 -Hasta los perros se dejan seducir por ellas.
 -Por cierto, lo he buscado en internet en este intervalo. Se llaman Minions. E hicieron 
con ellos hasta videos musicales 

 

miércoles, 22 de octubre de 2014

La lavadora y el invierno.

 -¡Por fin! -dijo Fran viéndolas en el carro-. Te has 
acordado de las mantas, mamá.

 Doña Marta Palacios las había llevado a lavar al 
tinte a principios del verano. Era lógico, pero en la 
ciudad de nuestro héroe ya comenzaba a refrescar 
y, curiosamente, teniendo un montón de ropa de
 abrigo no la podía usar.

 -Yo siempre cumplo, hijo. La verdad es que ya
 hacía falta.
 - ¿Y jerseys? Porque sólo encuentro dos y tú 
dices  que no los eche a lavar porque están en la
 lavadora
 el resto.
 -Ay, hijo, yo no sé cuantos jerseys usas tú al día. Sí que sé que el cajón de la ropa sucia está lleno 
de ellos.
 -Estoy viendo que es mejor que me ocupe yo. Voy a poner una lavadora y...
 -¡Ni se te ocurra tocar allí, que tengo todo organizado, y me lo desmantelas!
 -Esto es lo que me quedaba por ver. Una madre que se niegue a que su hijo se ocupe de su ropa.
 -Puedes vestirte bien, no digas tonterías. Basta que toques allí para que yo no encuentre nada
 -Pero mamá, es que llevo dos semanas tirando con...
 -Ya lo haré yo. Tu madre siempre cumple.
 -Como tú quieras, mamá.¿Pero qué tiene de malo que cada uno lleve su ropa?
 -Que tú te metes en la mía.
 -Huy sí. Yo acostumbro  vestirme de señora de tu edad.
 -¡Yo solo te digo que ahí no toques!
 -Bueno, pero tú tenme a punto lo mío.
 
 

lunes, 20 de octubre de 2014

Desnudo y vilipendiado

 -¿Qué hora tienes Fran?
 -Ya sabes que tengo el reloj estropeado.
 -¡Joder, pues mira la hora en el móvil como hacéis los de tu época!
 -Sí, es cierto, pero a mí no me sale.

 De modo extraño, el cristal que protegía la esfera del reloj de nuestro protagonista, había saltado. Fran 
intentaba arreglar aquello antes de comprar otro reloj, pero entre tanto, de pura costumbre, casi se sentía 
desnudo sin su instrumento horario. Fácilmente hacía cincuenta veces cada día el gesto de mirar la hora. 
Pero además se añadía otra incomodidad.

 -¿No ves que si tú no tienes hora estamos desubicados?
 -¿Y por qué no te compras tú uno?
 -¡Sí, hombre! -dijo Juan de forma tan vehemente como en él era propio-. ¡Voy yo a ir con una pulserita
 que me marque! Tienes que cumplir tú con las costumbres.
 -Juan, cuando haces estas cosas me dan ganas de partirte la cara.
 -¿Encima amenazas? Antes de dos días tienes que tener el reloj puesto.
 -Sí, ya veo que si no, uno encima de cornudo, está apaleado.
 

miércoles, 15 de octubre de 2014

Silver surfer (Moebius)

-Pues la verdad es que es uno de los mejores ejemplos que tenemos de un europeo bueno colaborando con un gran credor americano.
 -Ya viste en la película Marea Roja que los americanos abominan de él.

 Fran y Juan Gordal discutían de este modo sobre la valía del Silver Surfer de Moebius. Era una gran controversia si valía más o menos que el original dibujado por Jack Kirby.

 -Hombre -decía nuestro protagonista-, el mérito de ser el original siempre será de Kirbi, pero yo creo que Moebius añadió mucho más. Por ejemplo la dimensión divina de Galactus aparece retratada de forma mucho más profunda.
 -Y yo diría que los dibujos de Moebius le van muy bien. Son un poco "incalizantes", valga la expresión
 -Y sin embargo, para mí, se trata menos el tema de la empatía de Estela Plateada con los humanos. No es que se ignore, pero es mucho más difusa.
 -Ya sabes que a mí Estela siempre me pareció mi superhéroe favorito. Y como creo que Moebius dibujaba como nadie estos temas me quedo con él. Tiene un trasfondo de empatía y de misticismo que no tiene ningún otro
 -Para mí el gran añadido es esa especie de secta adoradora de Galactus, ilustra muy bien la visión de ambos de los humanos.
 -Eso es muy del estilo del Incal.
 -Lástima que Moebius ya no esté. Tampoco Jack Kirby, por cierto.
 -El que sigue y sigue es Stan Lee, y quizás con más prosperidad y actuvidad que nunca.

lunes, 13 de octubre de 2014

Comunicar el saber.

 -Bueno, me estoy preparando para esa charla que voy a dar, así 
que tú que sabes del tema háblame de los siglos XVIII y XIX 
-pidió Juan a nuestro héroe.
 -¿En qué sentido? ¿Social, político...?
 -¡Pues todo, que pareces tonto! No sabes decir nada.
 -Hombre, pues al empezar el siglo XVIII, los ingleses estaban poco 
a poco...
 -¿Qué ingleses?¿De donde habían salido?
 -Pues eran los grandes enemigos de...
 -¿Enemigos en qué sentido? ¿Cómo llegaron a América?
 -Pues durante muchos siglos España había dominado...
 -¿Qué coño pinta España? ¿Y qué había pasado entre la Europa católica y la protestante? 
 -¿Me estás tomando el pelo, Juan?
 -¡Eso te digo yo, no tienes ni puta idea!
 -¡Cada vez que abro la boca me cortas! ¿Qué quieres que te diga?
 -¡Pues el siglo XVIII y el XIX!
 -A ver te estaba diciendo que desde el fin de la guerra de los 30 años...
 -¿Qué pinta la guerra de los treinta años?
 - ¿Me vas a dejar hablar o no? Porque si no te informa...
 -¡Pero es que no dices una palabra!
 -Hombre, vas mejorando, ni siquiera es ya necesario que empiece a...
 -¡No tienes ni puta idea!¡No eres capaz de hablar ni decir nada!
 -Pues busca información en...
 -¿Ves, ves como no sabes nada?

 Fran se tragó las ganas de pegar una bofetada a su hermano pero por dentro sentía que le hervía
 la sangre. Parecía que le estuviese tomando el pelo un niño pesado. Lo peor, es que no era sólo 
con la historia. Juan se comportaba así con los cómics, con la comida, la informática... Y era un 
mecanismo que se retroalimentaba porque se decía a sí mismo que su hermano era un ignorante 
en todos los aspectos. Pero decidió contraatacar.

 -Oye y tú, ¿qué sabes de Jodorowsky?
 -Pues que básicamente bebe de...
 -¿Cómo que beber?¿Qué fuentes?

 Juan enrojeció de ira y dijo a su hermano:

 -¡No oses interrumpirme, Cabrón! Así, ¿cómo vamos a hacer que aprendas?

 Fran l dejó por imposible y se fue a oír el partido de fútbol de la radio.
 

miércoles, 8 de octubre de 2014

La peor tarea de la cocina.

-¿Ha terminado ya eso? -preguntó Doña Marta Palacios a Fran-. Ya casi está el aceite.
-Pues sí, mamá -respondió nuestro héroe-, pero tengo los ojos fatal.
-Es normal pelando cebollas, ¿lloras?
-Me lloran, pero me escuecen como si me hubiesen echado 6 litros de gas lacrimógeno. ¿no se ha inventado nada para esto? Siempre me asombra cuando veo a Arguiñano hacer esto sonriente.
-La verdad es que no conozco nada para eso, hijo. No sé qué hará Karlos.
Fran siempre estaba contento de ayudar a su madre y de guisar, pero lo de la cebolla siempre le había traído por la calle de la amargura. Sin embargo lo afrontaba, pues para casi todas sus comidas favoritas era necesario trabajar esa hortaliza. De modo que se esforzaba por hacerlo cuanto antes.

-En algunos momentos me pregunto si vale la pena este trabajito.
-No tienes por qué ayudarme si no quieres. Aún no soy tan mayor.
-Si me gusta, mamá. Ahiora dentro de un rato tendré una visión distinta.
-Sí, cuando se te aclaren los ojos...
-No, cuando vea la cebolla frita y caramelizada.

domingo, 5 de octubre de 2014

La base real de los Transformers.

-La verdad es que es todo un espectáculo -afirmaba Fran viéndolo por la ventana.
-Es como las películas de los transformers, ¿verdad? -preguntaba su hermano Juan.

Al parecer, pensaban volver a edificar en aquel solar. Cerca de casa de nuestros protagonistas había un antiguo cuartel, que el ejército había dejado de usar hacía muchos años. El emplazamiento estaba allí, abandonado desde entonces. Ahora aquellas excavadoras echaban abajo los restos del cuartel, seguramente para construir después algo en ese emplazamiento.

-Viendo esto, uno comprende la idea de varios creadores de ficción de enormes robots peleándose en ciudades.
-El Kaiju Eiga japonés, los transformers, todo tiene aquí su origen.
-Y asusta pensar que venga un tipo con eso y a ver quién le puede parar.
-Si hubiesen entrado al cuartel cuando aún había soldados se hubiese podido liar una buena.
-Yo supongo que lo hubiesen parado sí pero sí, hubiese sido algo memorable.

sábado, 4 de octubre de 2014

Miyazaki el anime

 (Publicado originalmente en La Coctelera el  12 de Marzo de 2007)

El Grelos devolvió a nuestro protagonista el DVD de La princesa Mononoke, y casi le reprochó el préstamo:
 
-Es lo más triste que he visto. He llorado como un bendito. -Eres demasiado sensible, Grelos. -¿En serio esto es del tío de Heidi? A Gordal le hervía la sangre cada vez que le planteaban esa pregunta. Como también le hervía cuando Miyazaki era llamado "el Disney Nipón". La gente metía en el mismo paquete todos los dibujos animados. Había que poner al Grelos al día: -Acompáñame a mi portal y espera. -¿Vas a por más material? Gordal le prestó El Castillo en el Cielo y un cómic de Nausicaa. -Yo no leo cómics -dijo el Grelos Aquí acabó la paciencia de Gordal: -Escúchame bien porque vas a aprender varias cosas. Primera, el cómic es arte, y hay que leerlo. Segundo, Miyazaki es el autor de Heidi y Marco, cierto, pero también de un mundo muy personal de animación, que deja a cualquier otro director de dibujos animados a la altura del betún. Tú mismo te has emocionado con La Princesa Mononoke. Dime ¿has visto tal dramatismo en algún otro filme de animación? -Pues cuando mataban a la madre de Bambi... -¡A la mierda Bambi! Todos las pasamos putas cuando su madre murió, pero mira, has escogido un buen punto de comparación. La guerra del hombre y la naturaleza de La Princesa es mucho más dramática y grandiosa que la que aparece en Bambi. Pero no se queda ahí, la comparación. Vete el Castillo en el Cielo y me dirás Pasaron los días y el Grelos volvió: -Me he divertido bastante. El Castillo Mola más de lo que esperaba. -Mucho mejor un mundo con aparatos y ciudades que cualquier otra cosa de las que nos venden en las pelis de dibujos. Pero es que ya es un cineasta como otro cualquiera. El Viaje de Chihiro hizo que ganara un Oscar, que en mi opinión merecía más por La Princesa, pero le mencionan en festivales de cine, produce películas como La tumba de las luciérnagas... -¡No me la recuerdes! –dijo el Grelos mientras le caían dos lagrimones por el rostro. -Esto no, ¿eh, Grelos? -¡Ya me dijo Julián que tú solo lloraste al acabar es Episodio III de Star Wars, pero yo no aguanto tanto! -De todas maneras, no dejes de ver El viaje de Chihiro. Es una especie de Alicia en el país de las maravillas. Y Nausicaa creo que es un avance de la princesa Mononoke. -Oye, y que puedes decirme del Castillo Ambulante que es su última peli?-Allí la cagó. Se ha rebajado al nivel de las sirenitas y tal de Disney. Es capaz dde mucho más. Pero es de agradecer que en la carátula pongan ya "ganador del Óscar por El viaje de Chihiro" y no "Del creador de Heidi y Marco" -¡El Disney nipón! -¡A que te pego una hostia!¡No son comparables!¿no me has oído? -Perdona, pero me mola sacarte de quicio con estas cosas -A quien pones a bajar de un burro es a tí mismo De todas formas Gordal empezó una cruzada de cartas a los distribuidores y a blogs por hacer justicia a Miyazaki. Miyazaki además era el pionero de los animes con los que tanto había disfrutado, y se merecía un respeto

¡Felicidades, Carol!

(Publicado originalmente en La Coctelera el 7de Marzo de 2007)

Gordal separó de su paga 20 €. Quería comprarle un regalo a Carolina, que cumplía años. Pensó en qué sería lo mejor para regalar: Dvds, libros... Pero dado que su hermana nunca dejaba de sorprenderle le preguntó por sus deseos. Y eso produjo la reacción habitual de Carolina:
-¡He llegado de milagro a éste día sin matarme y tú sólo piensas en ti! –dijo con los ojos llenos de lágrimas.
-¿Por qué dices eso?
-¿Tú me has visto alguna vez que quiera algo de eso?
- Pues no, pero por eso pregunto.
-¡No te esfuerzas ni en conocerme!
Fran decidió comprarle un bolso.
Se había pasado buscándolo varios días, recorrido tiendas, preguntado... En resumen yendo de tiendas, una de las cosas que menos le gustaba hacer Le entregó el bolso, seguro de haber acertado, Carolina rompió de nuevo a llorar:
-¿Por qué me has traído esto tan feo?
-¡Mira niña (aunque muy crecidita)! ¡Toma el ticket y píllaté lo que quieras!¡Seguro que será alguna gilipollez de esas de sujetadores, bragas o asi!
Carolina llegó sonriendo (sí, sonriendo) y dijo:
-Ya lo he cambiado y no ha sido en lo que tú decías.
-¿En que, pues?
-En jalea real para untarme las tetas.
Gordal se quedó estupefacto. ¿Qué decir ante aquello? Sólo acertó a decir:
-Felicidades, Carol.





















Dos mongolos en remojo (2ª parte)


-Tío, es que había unos munipas a la puerta de los chinos y era muy cantoso –se disculpaba Julián.
-¡Me estoy cabreando que no veas!
-Tranquilízate. No te pongas como aquel día en Jerez.


Abrieron las tónicas. Su sabor no disgustaba a Fran, pero no había comparación posible con el milagroso fermento de la cebada. Así pasó media hora de gran aburrimiento. Gordal rompió el silencio con una pregunta:
-¿Y qué le vas a decir cuando la veas? Porque no supongo que se le haga el chocho pepsicola con sólo verte.
-Pues yo había pensado...
En éste momento un relámpago seguido de un trueno ensordecedor cortó los pensamientos de los dos amigos. Poco después comenzó a chispear y en pocos minutos caía sobre ellos un aguacero de los que no se olvidan
-Bueno, pues ahora te garantizo que se pondrá húmeda al verte –dijo Fran con evidente irritación
-¡Pero no podemos irnos ahora! ¡Todo lo que hemos hecho habría sido inútil!
-No podemos seguir así. Nos vamos a empapar.
-¡Eres un egoísta! ¿No te compadeces del amor que expreso?
-Tú cuando estás en celo te pones de un gilipollas...
-¿Qué me dices de la Miren? Le diste su nombre a un personaje de... -De Atrox Galaxy. Pero no es comparable a esperar bajo la lluvia.
-¡Pues si no lo haces por mí hazlo por el Ranma!
Y de nuevo Gordal se ablandó ante tal promesa. Tiritando, Julián le preguntó:
-¿Qué te parece la Macarena?
-Por lo menos no es una niña de trece años ni un dibujo animado ni ninguna de las aberraciones que te suelen gustar. Pero después de cómo nos estamos poniendo más te vale que te folle bien.
Pasó media hora bajo aquella lluvia. Gordal no podía evitar pensar que estaba haciendo la de Charlie Brown con la pelirroja.
-¿Cuánto más piensas seguir aquí? –preguntó .
-¡No aguantas nada! ¡No me extraña que no metas ni pa Cristo!
En aquel momento una chica con un casco salió del portal y arrancó una moto que había al lado. Salió a velocidad de la nave Enterprise
y cuando pasó detrás de nuestros protagonistas Julián dijo:
-¡Es ella! ¡Corre Fran!
Las botas de Fran resbalaron sobre el suelo mojado y se dio un buen golpe. Julián se fue tras la moto. Bueno, pensó Fran, me he ganado los Ranmas. Pero poco después un Julián casi lloroso apareció y dijo:
-¡Se ha ido, Fran!
-¡Yo te mato! ¡Hemos pasado las de Caín, hemos esperado horas, nos hemos empapado y todo para...!
-¡Vente al Street a tomar un tercio, yo invito!
Y Gordal con una sonrisa de oreja a oreja dijo:
-De acuerdo, vamos.



















































Dos mongolos en remojo (1ª parte)



(Publicado originalmente en La Cotelera el 28 de Febrero de 2007)

¡Qué tarde, amigos, qué tarde! Fran y Juan habían ido a la Fnac el día anterior. La compra se había dado bien: Traían El Furor del Dragón, que contenía algunas de las escenas más míticas de Bruce Lee (como la del famoso puñetazo a dos de los malos que estaban detrás de él), además de la considerada mejor pelea cinematográfica de artes marciales entre Lee y Chuck Norris, el libro de Star Wars definitivo, Fort Apache de Jhon ford, y habían visto ganar al Atleti. Fran iba a cumplir aquel día con La Santísima Trinidad Gordaliana. Oh sí, oh sí oh sí. Había bajado a los ultramarinos de al lado de su casa a comprar cervezas
y estaba a puntito de dar al play en el dvd para ver a Bruce Lee. Y entonces su móvil le aguó la fiesta:
-¿Diga?
-¡Fran, tío, tienes que venir a toda ostia!
-¿Julián? ¿Te pasa algo?
-¡Tienes que venir! –dijo Julián como si fuese la última frase de su vida.
Rápidamente Fran se vistió. Se calzó las botas e informó a Juan de que no estaría para ver las pelis. Acudió a toda la velocidad que dieron sus pies (poca, por otra parte). Llegó a casa de Julián y le preguntó qué necesitaba con tanta urgencia. Cuando Julián le informó, Gordal sintió que una oleada de furia le invadía:
-Tenemos que ir a ver a Macarena.
Macarena era una chica a la que Julián había deseado durante varios años, casi tanto como a Carmencita. Se había enterado de donde trabajaba y la semana anterior le había comentado a Fran un extraño proyecto: montar una guardia un día ante la puerta para abordarla. Gordal, sin sospechar la subnormalidad que estaba haciendo, bromeó diciendo que se apuntaba a tan insólita idea.
-Mira, Julián. Yo te mato. O sea que he dejado de ver mi material, y de beberme un tercio tranquilo en casa para ir a montar un acecho en plan psicópata delante del trabajo de una chavala que ni me va ni me viene.
-Vamos, tío. Yo lo haría por ti.
-Bien lo puedes decir porque yo jamás te he pedido algo así.
-Por favoooooooooooooor –dijo Julián con auténtica desesperación.
-¿Pero por que tengo que ir yo?
-Porque si no va a pensar que soy un obseso.
-Pues no te comportes como tal.
-Mira, prometo comprarte los dos próximos de Ranma ½ si me la hago.






















Y esta oferta despertó la codicia de Gordal
-Sé que me arrepentiré, pero vamos.
-Yo te invito a un tercio.
Nuestros dos protagonistas se pusieron en marcha, y bajo el portal donde debían acechar como alimañas encontraron un banco. Bueno, se consolaba Gordal. Al menos con una cerveza será más llevadero. Julián fue a buscarlas. Pero no las trajo. Traía tónicas.





Pérdida de fe en los Oscars

(Publicado originalmente en La Coctelera el 26 de febrero de 2007)

Fran se levantó y rápidamente fue a consultar su ordenador. Quería ver los Oscars del año. Lo cierto es que en los últimos años había perdido su fe en los premios de la academia americana, especialmente desde el triunfo de aquel insulto al cine que era la saga del Señor de los Anillos, con su escenografía de todo a cien, sus injustamente valoradas criaturas digitales (aunque él no había visto al famoso Gollum, ya que aunque pudieron llevarle engañado a ver La Comunidad, no pudieron conseguir que viese las otras dos), sus actores que parecían estar de broma y la estúpida sonrisa de Peter Jackson (por cierto, más gordo que nuestro protagonista).
Y encima pretendían que le llegaban a Star Wars a la suela de los zapatos. De modo, que nuestro protagonista no esperaba ya nada de la gala. Y acertó.
Algo había que agradecer y fue el fracaso de Babel, película con pretensiones de grandeza, que no ofrecía nada más que lo típico. Por fortuna no recibió más que el premio de banda sonora. Que hubiese recibido el de guión (estaba propuesta) hubiese sido un escarnio al séptimo arte. Gordal hubiese disfrutado en cambio de haber ganado el Oscar secundario la japonesa, pues sabido era que a Gordal le divertían las quinceañeras japonesas por ser iguales que las que veía en los mangas
Estuvo de acuerdo con el galardón por guión original de Pequeña Miss Sunshine, filme que le había sorprendido para bien aquel año, y el honorífico para Ennio Morricone, que había ambientado magistralmente la trilogía del dólar y tantas otras películas.
Sintió en el alma que una vieja le quitase el Oscar a Penélope Cruz, aunque siendo sincerosHellenMirrenlo merecía, y era de esperar.
Hasta aquí todo bien. ¿Dónde estaba, pues, el fallo? Pues en Scorsese e Infiltrados.
¿Estaba la academia de broma?¿Cómo es posible que el autor de obras maestras como Taxi Driver, Casino, Toro Salvaje y Uno de los nuestros fuese premiado por su peor película? Un film en el que había querido ser Tarantino ( ya vimos con Inteligencia Artificial el absurdo tinglado que resultado cuando un director bueno quiere parecerse a otro genio) y remake de otra.
Y por si fuera poco, el Óscar de animación para Happy Feet, o como decía nuestro hombre, el pingüino maricón.
Gordal perdió la fe en los premios (la poca que le quedaba) y se dijo que sólo la recuperaría cuando recibiese un Oscar una adaptación al cine de Atrox Galaxy.
(Aqui se puede ver la lista completa de premios en el reportaje de Fotogramas)












El síndrome de Peter Pan.

 (Publicado originalmente en La Coctelera el 21 de febrero de 2007)

¡"Asombrosamente sabia la mente de un niño es"
(Yoda, maestro jedi)

"Es triste envejecer, Garfield. ¡Tantos sueños que nunca se lograrán"!
(John Arbuckle, dueño de Garfield)
"Yo estoy con la nada porque quien no tiene sueños no tiene esperanzas. Los que no tienen esperanzas son fáciles de dominar. Yquien tiene el dominio tiene el poder"
(Gmmork, criatura de la oscuridad deLa Historia Interminable)
-Mira Juan: el siguiente tomo de Bola de dragón –dijo lleno de alegría Fran.
-¡Joder, te has quedado en los 12 años! ¡Sólo te va el mongo más mongo!¡No te gusta ninguna película de adultos!
-Si para ser adulto te tienen que gustar las pelis donde una tía sin venir a cuento se corta el coño, sí, soy un crío –dijo Fran aludiendo a La Pianista, película que había cautivado a Juan y donde la protagonista, entre otras acciones rebuscadas mutilaba con un cristal sus genitales.
Al día siguiente, lunes, Fran le dio un abrazo a Doña Marta Palacios y la levantó del suelo como solía. La señora palacios gritó y le dijo a su vástago:
-¡Hijo, a ver a ver si creces!
Juan le dijo que ya no lo decía sólo él.
Al otro, Carolina Gordal llegó llorando con sus sofocos, porque según ella no podía permitirse ningún capricho. Fran le dijo:
-¡Pero si tienes un sueldo que teda para vivir bien! Anda toma La historia interminable y relájate.
Carolina estalló en sollozos:
-¡Esa película me gustaba a los 12 años! Y encima no está en DVD sino en VHS. ¡Crece de una puta vez!
Al día siguiente, Juan le dio a leer , un cómic americano,Stray Toasters, que a él le encantaba, con unos dibujos surrealistas donde unas tostadoras parlantes se mezclaban en la acción. Fran dijo:
-Prefiero seguir dibujando Atrox Galaxy y sacaros de pobres.
-Mira, Fran –dijo Juan indignado-. ¡Ya has cumplido los 25! ¡Tienes un horrible sídrome de Peter Pan que no puede hacerte nada bueno! –Y se marchó completamente irritado.
Al quedarse sólo Fran pensó para sí:
“El síndrome de Peter Pan me hará mucho daño. Sin embargo, son ellos los que lo dicen llorando”.