miércoles, 28 de septiembre de 2016

Nadie está libre.

-Pues no sé si alguien debería indicárselo -dijo nuestro protagonista a Alvarito y Carolina Gordal en aquellas gradas.
-Es que lleva todo el culazo al aire -añadió Cárol.

Nuestros amigos hablaban del gordo que se había sentado delante de ellos en aquella feria de la cerveza. Como últimamente le pasa a mucha gente entrada en kilos, los pantalones dejaban ver el principio de su raja. Fran y sus allegados discutían sobre si debían hacérsel notar o no.

-No es que se intuya levemente, es que es todo el canal -dijo Cárol.
-Yo me solidarizo un poco con él -añadió Alvarito-, porque a veces al agacharme me pasa.
-Y a mí -sentenció nuestro protagonista-, pero es que lleva así como veinte minutos.
-A lo mejor también haríamos bien en dejar de comentarlo -dijo Cárol.
-En eso tienes toda la razón. Aprovecharé para ir al baño -dijo nuestro protagonista.

En mitad de la escalera, Fran perdió por un momento la cartera que llevaba en las manos. Cuendo se agachó a recogerla, un niño gritó a voz en cuello:

-¡Ja, ja!¡Le he visto el culo a ese tío.

Nuestro protagnista se ajustó bien los pantalones, y comprobó lo mal que había estado haciendo al hablar del hombre anterior. Nadie está libre de esas cosas. ¡Y encima ya los niños le llamaban tío! Se hacía mayor.


El mal de los zapatos.

-¡Me cago en la leche, otra vez! -dijo nuestro protagonista.
-¿Qué pasa, Fran? -preguntó curiososo su hermano Jun.
-Otra vez que la suela de los zapatos se parte por la mitad!
- ¡Ah, sí! Es una brasa. Antes los zapatos te duraban no menos de tres años. Ahra no sé si será por la mala calidad de los materiales o por qué, pero en meses se parte la suela por la mitad. A mí también me ha ocurrido.
-Creo que es esta tienda, que no tiene buenos materiales como la anterior donde comprábamos. Desde que hemos tenido que cambiar no duran nada, nada.
-Pero yo no conozco otra como aquella que había en la Gran Vía. Si la encontrase con gusto cambiaría allí mis zapatos.
- Esto para romper topicazos, no en todos los sitios tienen lo mismo.
-Desde luego, pero tendrmos que encontrar otra tienda buena, porque encima cobran igual que los de antes.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Pacquiao - Cotto. ¿El mejor boxeador de siempre?

Tras la anunciada vuielta de Manny Pacquiao a los rings contra el mexicano Jessie Vargas, Juan y Fran Gordal compartían un mismo pensamiento: no debería volver, no está como estaba, lo único que Manny puede sacar de aquí es una lesión, ni va a ganar lo mismo, ni le va a dar más prestigio.

-De hecho, para mí Manny nunca ha sido el mismo después de 2011 -dijo Juan Gordal.
-Joder, esa estapa fue increíble. El Manny de entonces yo creo que igual sí hubiese podido con Mayweather.
-Los tres combates con De La Hoya, Hatton y Cotto...
-El de Cotto era incríble. Vaya repaso a un tío que venía de asombrar a todos.
-Hay quien dice que le sacaron de su peso, que quizás el welter era entonces mucho para él.
-Pero ahora stá en el medio, y sigue siendo un pedazo de boxeador. Mira, Manny le dio un repaso y punto. Vamos a ver la pelea.

Los dos hermanos repasaron aquel combate del 24 de noviembre de 2009, época de esplendor del mejor pacquiao. Fran con frecuencia decía que viéndole en aquel momento uno pensaba que era sin duda el mejor boxeador de la historia. Enfrente Miguel Ángel Cotto, la gran estrella puertorriqueña, que si bien había perdido un extraño combate contra Margarito en tiempos recientes, llegaba a este combate impresionando a todos por la limpieza y la pureza de su estilo, por la elegancia de sus movimientos y por su dominio del boxeo. En los dos primeros asaltos ambos púgiles se tantearon, pero Pacquiao ya dejaba ver quién mandaba:

-Hay que reconocer que Cotto fue muy valiente y salió a por él -dijo nuestro protagonista.
-Sí, pero mira, solo al segundo asalto ya se ve que Pacquiao con su velocidad lo desarbola. Es el que llega con claridad al otro. Y eso que Manny siempre tuvo tendencia a comerse alguna mano.

En el tercer asalto llega la primera caída de Cotto, cuya guradia había sido limpiamente penetrada por el filipino.

-Es increíble su velocidad y cómo entraba ahora en la defensa contraria. Y eso que Cotto reacciona bien y le mete un buen Uppercut por entre su guardia al final -dijo Juan.
-Y también le tiró en el quinto. Cotto estuvo muy valiente, cualquier otro hubiese abandonado.
-Pero incluso en su derrota ante Margarito, Cotto había estado siempre metido en la pela y con opciones. Este repaso que le dio el filipino es inaudito.
-Y se iba viendo a medida que pasaban los asaltos. Manny le iba poniendo la cara como un mapa. El mismo Cotto lo expresó al final con claridad meridiana "No veía por dónde me venían".
-Yo no sé ni cómo llegó al último.
-Ya, hasta parecía excesivo.
-Y que esperasen tanto para cerrar la pelea con Mayweather...
-Y que ahora vaya a volver...
-De verdad, ¿qué fue de este Pacquiao.

 Como siempre, este blog les ofrece la oportunidad de que juzguen ustedes mismo con este vídeo. Aunque el combate sale repetido, disfrutarán mucho de este pedazo de boxeador filipino. 


Récord de  Emmanuel Dapidran Pacquiao, "Manny Pacquiao", aquí.
Récord de Miguel Ángel Cotto, aquí.

El primer paso, menos tetas.

-¡Venga, Juan, vamos a pesarnos! -dijo aquel lunes nuestro protagonista.
-Pero qué ganas tienes. A ver si luego no te llevas un disgusto.

Nuestro héroe se había mirado al espejo aquella mañana y se veía más delgado. Además llevaba varios días haciendo los ejercicios gimnásticos que ambos hermanos se habían marcado, y se iba sintiendo progresivamente más en peso justo. Por el contrario Juan aquella mañana no había entrenado y se veía con un gran bulto a la altura del vientre.

-Ya tengo dos monedas para el pesaje, Juan -dijo nuestro protagonista en la farmacia.
-De acuerdo, yo voy primero -dijo el hermano mayor introduciendo las monedas en la báscula. Esta escupió el papel-. ¡83.2 kg!-dijo Juan-. Esto no hay Cristo que lo aguante.
-Bueno ahora voy yo -dijo Fran y cuando salió el ticket se llevó una alegría-. ¡107.3 kg! Voy perdiendo.
-Pero no olvides que tú sigues pesando bastante más que yo -dijo Juan resentido.
-Porque soy más alto.
-Y porque estás más gordo.
-Venga, Juan, no hay para tanto, que yo haya perdido dos kilos y tú no es normal con lo que hemos hecho.
-Espérate a ver si se mantiene, que te veo muy eufórico.
-Bueno, de momento un primer paso he dado, el más importante al adelgazar: tener menos tetas.
-Parece mentira, tanto exigírselas a otras personas y tú no las quieres.
-Porque cda persona es un mundo, Juan.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Decepciones e ilusiones otoñales.

 Nuestro protagonista se disponía a bajar a la calle y se estaba vistiendo. Aquel día ya comenzaba a haber
 temperatura otoñal. Acostumbrado como aún estaba a la manga y el pantalón cortos tuvo que interrumpir
 la tarea para buscar pantalón largo, calcetines, botas... Otra estación del año se iba escapando y él se daba
 cuenta, usualmente le apenaba un poco despedirse del verano, pero casi siempre encontraba un motivo de
 cierta ilusión en estrenar alguna prenda nueva. Aquel año eran sus botas. Unas botas recién compradas 
 que ahora, recubriendo los pies y calctines de nuestro protagonista sustituían sus sandalias. Recogió su 
cartera y bajó a la calle. En el ascnsor iba pensando sobre lo dicho: “Bueno, si uno no está 
exageradamente en buena forma, el invierno disimulará mejor sus carencias, las botas son muy buenas y
 aún no tengo que llevar chaqueta.” Sin embargo, al llegar a la calle notó que la temperatura era más f
resca de lo que había supuesto, y eso le incomodó. El tiempo se escapaba más rápido de lo que pensaba. 
Al menos hayó consuelo rápido insistiendo en lo que solía levantarle la moral: “Así estreno también 
chaqueta o jersey”.
 

jueves, 15 de septiembre de 2016

¿Son las series de ahora o me hago viejo?

 -Pues la verdad, aquel boom de series que hubo hace algunos años parece que no ha prendido -dijo Juan 
Gordal comprobando que cada vez conocía menos de las  que aparecían en los reportajes.
 -Ahora solo veo a nivel internacional The Walking Dead y Juego de Tronos. Y esta cada vez menos 
porque antes quiero leer los libros.

 Nuestros protagonistas recordaban que a principios del prsente siglo, impulsada por el DVD que permitía
 que la gente tuviese los capítulos a mano y disponibles por primera vez desde que la televisión emitía 
series, y por un entusiamo de los productores, una oleada de productos televisivs muy buenos inudaba 
todo: Perdidos, Héroes, Jericco... Sin embargo una vez terminadas estas aparecieron nuevos 
superproductos telvisivos, pero salvo las dos mncionadas no parecían haber llegado a sus niveles de 
popularidad. 

 -Bueno, The Big Bang Theory y Breaking Bad sí que han dado hasta para merchandising-dijo Juan.
 -Pero no me parece que Breaking Bad haya llegado a los niveles de seguimiento de Perdidos. Yo sigo
 tenindo mi camiseta de Dharma y no me apetecería una de Heisemberg. Y Big Bang Theory me parece 
una comedieta, no creo que sea comparable.
 -Y están haciendo un Spin off de Braking Bad, Better Call Saul.
 -Yo lo que querría es una fantástica que me enganchase como Perdidos.
 -A lo mejor te estás haciendo viejo, si todas las camisetas que tienes son de series viejas.
 -Podría ser.
 

jueves, 8 de septiembre de 2016

Hermanas en la FNAC.

- JodernompuedocreerlomihermanatrabajandoenlaFNAC... -repetía compulsivamente Juan Gordal más al estilo de Doña Marta Palacios que al suyo propio.
-Juan, que no, que no está propiamente n la FNAC -respondía nuestro portagonista.
-Ytodoslostebeospelículasydemásquetieneasualcance...
-Que no, Juan, que estoy respondiendo llamadas en una centralita -respondió la propia interesada.

Carolina Gordal había conseguido un trabajo en el que estaba a gusto en el servicio de recepción de llamadas de la FNAC, pero Juan solo era capaz de ver que en una tienda repleta de todo lo que él deseaba tenía un familiar trabajando.

-Ycuántostebeoste dejan sacaralmesyonecesitovarios...
- Juan, de verdad, que solo va a estar en una centralita respondiendo llamadas. Tu hermana es una teleoperadora vulgar.
-PerohadichoFNACFrantúlohasoídocomoyo...
-Joder, casi me dan ganas de gastarme lo que gane en comprarle cosas -dijo Carolina.
-Para eso gástatelo en mí -sentenció nuestro protagonista.
-FNACtebeoslibrospelículas...
-Tráele un poco de agua, que a este paso l va a dar un desmayo -dijo Fran.

Pero yo tenía razón.

Aquel día toda la familia Gordal Palacios había ido al Retiro por expreso deseo de Doña Marta que añoraba otros tiempos en los que acudía con sus hijos entonces pequeños al parque y echaba pan a los peces y patos de los estanques. Acudía feliz con una enorme bolsa de pan duro:

-Ya veis, hijos, que es mucho mejor darles el pan a los peces que no dejar que se endurezca en casa.
-Pero ahora además de peces hay también unas tortugas que comen como limas-dijo Fran-.

En efecto varios quelonios, semejantes a los de las casas pero de muy gran tamaño, acudieron al pan de Doña Marta según se reblandecía y lo mordieron de forma ansiosa.



-Pues la que tú tuviste, Fran, se alimentaba con carne y pescado, nunca le dimos pan -añadió Juan Gordal.
-Pues parece que les gusta -dijo Doña Marta.
- Igual te equivocaste alimentándola -sentenció Carolina.
-No -respondió Fran-, no me equivoqué. Es lo que comen de forma natural. ¿Y casi creció tanto como éstas.

La familia se embarcó en una discusión hasta que el pan se acabó, y luego al volver a casa, seguían picando a nuestro protagonista.

-A ver, Fran, si las has visto devorar el pan y no comerse a los peces será por algo. Enséñame algo que te de la razón.

Nuestro protagonista estaba a punto de responder airado cuando vio en el estanque un espectáculo no muy agradable, pero que en aquel momento le llenaba: varias tortugas estaban en un esquina del mismo mordisqueando una paloma muerta:

-Allí lo tenéis, lo del pan es lo artificial.
-¡Ay, que cosa más repugnante! -exclamó Doña Marta Palacios.
-Claro, ahora que se ve que tenía razón, os ponéis tiquis miquis.
-¡Joder, fran, tuviste un repugnante bicho carroñero en casa! -contestó Juan.
-No, tuve un bicho carnívoro al que alimentaba. Y ahora se ve que lo hacía bien.
-Pero míralas, tragándose un aa paloma putrefacta y con a saber qué gérmenes y bacterias... -dijo Carolina.
-Pues para eso sirven estos animales, para hacer desaparecer esos cadáveres.
-Bueno, vámonos -dijo Doña Marta-, que ya he tenido suficiente de esto.
-Claro, cualquier cosa con tal de no reconocerme la razón.