sábado, 27 de mayo de 2023

Muhammad Ali - Ernie Terrel : ¿superioridad o crueldad?

 

 

Hubo quien lo llamó
 el espectáculo más 
cruel jamás visto en 
un ring, Fran
—comentó Juan Gordal.Puede ser, pero la 
exhibición que dio
 aquí Ali, para el aficionado, es
 una auténtica gozada—respondió nuestro protagonista.Eso, Ali, que no Clay.


Los dos hermanos hablaban de una

de las peleas donde la superioridad

de Muhammad Ali fue más
notoria, lo cuál ya es decir mucho.

Ernie Terrel, el oponente, había

hecho una carrera interesante
y llegaba como campeón de la

AMB después de que este

organismo hubiera retirado el título a
Ali de una forma un tanto extraña.

Por su parte Ali, que acababa de cambiar su nombre original de Cassius Clay al apelativo por el

que siempre sería conocido, era aún visto como el legítimo campeón por otro organismo, el CMB

y por gran parte de los aficionados, dado que no había perdido el título en el ring. La pelea se

celebró el 6 de febrero de 1967 en Houston, Texas. Por si había poca tensión, Ernie Terrel se había

referido a Ali por su nombre de nacimiento, Clay. Dado que Ali había escogido ese nombre por

consideraciones muy específicas consideró la confusión un desprecio. Terrel juró siempre que no

era así, que él solo le había llamado por el nombre por el que conocía desde amateur a Ali porque

le costaba llamarlo de otra manera, pero Ali lo sometió a un castigo tremendo en el ring, intentando

—y consiguiendo— humillarlo en cada lance de la pelea y preguntándole a cada poco «¿Cómo me

llamo, tío Tom? ¿eh? ¿cómo me llamo?».



¿Tu crees que hubo intención en lo de Terrel? Aún muchos le llaman Cassius Clay —preguntó
 Juan Gordal a nuestro protagonista.Bueno, yo creo que Ernie Terrel intentó picarle antes de la pelea, pero sin reparar en que para
 Ali era un asunto mucho más importante de lo que él pensó. De todas formas las esquivas que
 hace, que han dado hasta para gifs son tremendas.Era un campeón del mundo y había defendido el título, Terrel no era un piernas, pero Ali juega
 con él de una manera increíble. Y no le daba el golpe de gracia para seguir humillándolo.Al final del séptimo asalto Terrel sigue en pie de milagro.Lo que no se puede dudar es que es una de las peleas más significativas de la gran era de los
 pesos pesados.Claro que no, hay que verla.

Y como siempre, este blog les ofrece la pelea para que ustedes juzguen. Superioridad pugilística
de Ali, fintas, nombres... ¿Ustedes qué opinan?



Record de Muhammad Ali, aquí.

Record de Ernie Terrel, aquí.

viernes, 26 de mayo de 2023

Lo que faltaba con el mando

 

 

¿Dóndeestáelmando?
Miraqueyosiempre
digoquelodejo
enunsitio
peronunca
apareceaversila
próximavezos
acordaíspara
quéloqueréis
averquiénes
elúltimoque
lohacogido
miraquelousopocoperonohaymanera...—decía Doña Marta Palacios.¿Otra vez el mando?—contestó Carolina Gordal—. Si no lo usa nadie más que tú. El resto
 ya nos informamos por otro canal.Puesaverquécanalvaasersinopodéisniponerlateleporquenotenemoselmandomiraquepidopocopero
nolotengonuncaaversivoyatenerqueponermetodoelratoapedirquenohayderechoaquenuncapuedaver
loquequiero...—continuaba Doña Marta?¿Tú lo has visto Juan?—preguntó nuestro protagonistaPero si yo he estado todo el rato en el ordenador. Anda búscalo tú.Más vale que me ayudéis porque si no va a tardar en aparecer.

De este modo los Gordal Palacios empezaron a remover la sala de estar de un modo que a
ratos recordaba a los movimientos de los Teletubbies. Lo cierto es que esa situación era
relativamente frecuente en casa para desesperación de Doña Marta Palacios, que en efecto
era la única integrante de la familia que en el Año del Señor de 2023 seguía informándose
mayoritariamente por la televisión. El resto de miembros de la familia no pasaba de
seguir alguna película o evento deportivo. Fran solía dejarlo en el mismo mueble de la
televisión, pero nunca estaba ahí. Por fin apareció justo al lado del teléfono fijo de
la familia.

Aquí lo tienes. Pon lo que quieras—habló nuestro protagonista.Pásameloquevoyacambiardecanalqueestonohayquienloaguanteestodelfútbolydemásquesiempre
esigualyhablandelomismoconlosmismosprotagonistasaversihayalgodemisasodeiglesiasquevalgala
penaver...— respondió Doña Marta alargando las manos¡Pero no me des manotazos, mamá!

Ocurrió entonces lo que nadie quería: el mando cayó de las manos de nuestro protagonista
al suelo y se partió en tres partes desparramando sus pilas por el suelo.

Ahora sí que la has cagado—sentenció Carolina.Ahoranopuedesusármelopuesbúscameenlatelelodelaiglesiaqueestoycansadadelfútbolloschistessin
graciaylosdocumentalesdela2queestamoscnsadoyadeverloymañanamevasatenerquecomprarun
mandonuevo...—peroraba Doña Marta.Dejadme que lo arregle—suplicó nuestro protagonista.Déjatedeesoyponloquequierasquenosotrosyaestamoshartosmiraloquehashechoelcasoesquenunca
sehaceloqueyoquieroyahoradicesquevasaarreglarloperoallíestádesparramadoymiraloquetenemos
nuncapuedo...Es que es verdad, Fran. Una cosa que quiere la mujer y la jodes—insistió Carolina.

Fran cambió el canal y se mordió la lengua mientras recomponía el mando, pero se prometió
que esa sí, sería la última vez que se perdiera. ¿Lo lograría?



viernes, 19 de mayo de 2023

También era un ser vivo

 


Fran observaba la maceta anonadado. No podía creerlo. Se sentía un completo inútil y fracasado.
Aquellos tres palos resecos eran todo lo que quedaba del limonero que había adquirido en la
festividad de los Reyes Magos.

NotetorturesFranhashecholoquehaspodido
yhasseguidomuybienlasindicacionesquete
handadonohasalidobiennoesculpatuyaha
estadomuybonitotodoeltiempoquehadurado
ynoeresculpabledenada
esopuedeocurrir...—le intentaba consolar
 Doña Marta Palacios.Es que no lo concibo. No voy a llorar, pero me siento un inútil—respondió nuestro héroe.Igual simplemente es que no era una planta de interior—le comentó Carolina.Sabes que la puse fuera al sol como me dijeron, Cárol. No sé qué pero algo ha fallado

Como contaba nuestro protagonista una planta no se mueve, ni te saluda como un perro, pero
ver un ser vivo que dependía de tí secarse ante tus ojos es una experiencia muy dolorosa. No
dejaba nuestro protagonista de repasar los cuidados que le habían dicho que necesitaba: sol, un
vaso de agua cada cuatro días, moverlo lo menos posible... Todo lo había cumplido, pero allí estaba
ese manojo de ramas secas.

Además es que ha sido como muy repentino. Tenía flores, fruto... Y dicen que es una planta muy
resistente. No me cabe en la cabeza. En como dos semanas se ha ido a pique del todo.
Era un frutal, no podia estar en una casa bien, Fran—le respondió Carolina.Cuando me lo vendieron me dijeron que podía estar en las condiciones que yo he intentado que
 tuviera. No soy un puto crío que trae a casa seres que van a morir.Nadiepiensaesohijotevaloramostodostuesfuerzotuvimosunasfloresqueolíanmuybienyeramuy
bonitonadieteculparáporestocreoquenadiehubierapuestotantoesmerocomotúademásnosetepasaba
niundíaderiego...No se me pasaba pero aquí está. Y no lloro. Pero me jode, me jode —sentenció nuestro
 protagonista—. Igual que uno se informa bien cuando quiere una mascota a lo mejor tendré que
 informarme bien para traer una planta.

Descubriendo un género de otro tiempo

 


No tienen ni finales espectaculares, cómo se nota que no se hacían pensando en una franquicia—comentó nuestro protagonista observando el anodino remate de La aventura del Poseidón.

Bueno, de Aeropuerto hubo varias—le respondió Juan 
Gordal—. Lo que no entiendo es por qué ahora 
te ha dado por el cine de catástrofes setentero. Llevas 
La aventura, El Coloso en llamas, la primera de
 Aeropuerto...Sólo es porque en la tele han debido comprar el pack y las han
 puesto.Encima por la tele. Te estás volviendo claramente a los setenta.

Fran se rio, pero lo cierto es que el subgénero de acción por

excelencia de la época de los pantalones de campana, los peinados de ondas y las medias melenas

con patillas le parecía en muchos aspectos mejor que las últimas superproducciones Marvel. Se

empatizaba mucho más con los personajes y la osadía que había observado en La Aventura del

Poseidón de mostrar en pantalla la muerte de varios de los personajes principales la dotaba de un

dramatismo que ni siquiera los sacrificios en las escenas apocalípticas de las superproducciones

actuales podía transmitir. Aparte del asunto de los repartos, en los cuáles aparecían actores mucho

más dotados que las estrellitas del siglo XXI.

Bueno, eso es discutible—le dijo Juan—. Que Paul Newman y Steve Mc Queen de El Coloso en
 llamas eran los mojabragas de su momento, no grandes actores.Cierto, y Geene Hackman apareció en Superman, las de superhéroes de su momento, pero les
 dan mil vueltas a los de ahora. El único que creo yo que podría acercárseles en dotes de
 interpretación es Robert Downey Jr, y prefiere hacer el gilipollas.Lo curioso de estas películas es que no hay un villano y mantienen una tensión increíble.Mira, Roland Emmerich intentó recuperar el cine de catástrofes con medios del siglo XXI y 
tampoco le queda igual. La Aventura misma tuvo un remake que no le llega ni a la suela de las botas.
Te lo digo en serio, hay algunas cosas que se deberían plantear recuperar 
en los estudios de cine.Sí, claro, y tú vas a salir a la calle con pantalones de campana, bigotito y patillas.No me hables así, que en los 70 yo no había nacido, pero tú sí. Es tu estilo.



viernes, 12 de mayo de 2023

La acera espacio/temporal

 


Nuestro protagonista había subido miles de veces aquella cuesta. Un día notó que siempre que lo había
hecho iba por el mismo lado de la calle. Entonces optó por cambiar de acera para ver los establecimientos y locales que se encontraban al otro lado. En realidad conocía bastante bien aquella juguetería, la escuela de yoga, la mercería... Únicamente no solía pasar por su lado. De este modo nuestro protagonista llego a la plaza donde finalizaba la cuesta. Y notó algo curioso: había subido a mucha más velocidad y con mucho menos cansancio de lo que era habitual. En un primer momento pensó que igual era que en esa acera no daba l sol, pero de hecho fue exactamente al revés. La acera de la sombra era la contraria, probablemente ese fuera el motivo por el que solía subir por ella. Después de unos minutos en la plaza emprendió la vuelta, en camino por el mismo lado en el que había llegado. No se paró en ningún local, no miró nada, pero comprobó que la bajada le había llevado diez minutos más
de lo habitual. Ahora era todo al revés. En una bocacalle cercana se encontró por pura casualidad a
Carolina:

Hola, Fran. Resulta que he salido del parque por otra puerta que no había visto nunca y he venido a
 parar aquí.Pues no está tan lejos de casa, raro es que no conocieras esa zona.Mira, ven aquí.

Carolina llevó por aquel atajo a nuestro personaje y pudieron ver un enorme centro comercial muy
cerca de su casa y su barrio que no conocían.

Parece otro lugar ¿verdad?Pues yo he comprobado que el tiempo y el esfuerzo tampoco son iguales por esta acera.Habrá una grieta espacio/temporal de esas.Pues no sé si volver por aquí, a ver si acabamos en otra dimensión.Igual nos convertimos en reyes.Yo por lo menos quiero ser héroe. 


Nidos de bacterias

 


Nuestro protagonista procedió a deshacerse de todas las esponjas que tenía en el baño. De
acuerdo a varias informaciones que habían llegado a sus oídos aquel utensilio extrañamente
popular en la ducha era un nido de gérmenes y bacterias poco recomendable. Durante un
tiempo, nuestro personaje pensó que cuando era tan popular debía ser por algo. Quizás
porque era mejor para enjabonarse que las simples manos. Pero recientemente había oído
que tampoco eso era cierto, que las mismas manos eran perfectamente válidas para
extender el gel por todo el cuerpo.

La cantidad de gente que hay que tiene ese nido de bacterias y no es consciente―comentó Fran.
Las creencias populares a veces son muy difíciles de cambiar, Fran ―Le contestó Carolina.
Yosolodigoqueamímedejéismiesponjaporqueyolaheusadotopdalavidaynopiensocambiarporquelo
digacualquiertontodeinternetyonopiensousarsololasmanosparaestoconlpoagradablequeesycomoos
llevéislamíatenemosfollón...―comenzó a decir Doña Marta Palacios
Ahí lo tienes, Fran―le señaló Carolina.
No esperaba yo otra cosa de mamá. Por cierto, también se recomienda limpiar los platos concepillo,
que los estropajos también acumulan un huevo de bacterias.
Pero yo ahí lo veo más lógico―dijo Carolina―. A veces hay que desincrustar cosas pegadas y
eso sólo sale con un estropajo de los fuertes.
Y en las sartenes hay que usar esponjas, que si no se rallan ―comentó nuestro protagonista.
Yousaréloquemedelaganaynovoyacambiarahoraporvuestroscaprichostodalavidasehahechoasíy
hemosestadomuybiensinpreocuparnosdeesoparaqueahoravengáislosdosniñoscursisacambiarloque
esdecajón...―volvió a intervenir Doña Marta.
Desde luego, con gente como mamá, el progreso lo tiene fácil para avanzar―concluyó entre risas
Fran.
Bueno, tú haz tus cósas y déjala a ella―sentenció Carol.

Nuestro protagonista pensó que era lo mejor, pero desde luego, después de informarse sobre los
instrumentos que usamos cada día, Fran comprobó que se veían las cosas de otra manera. Ya nunca
podría ver una esponja sin imaginar un montón de bacterias correteando por ella.