martes, 28 de junio de 2016

No paran de irse los mejores.

“Yo lo único que siempre quise plasmar en las películas es algo por lo que lucho en la vida real: terminar con la injusticia"

(Bud Spencer)

-¡No puede ser, no hay derecho! -gritó nuestro protagonista.
-Pues sí, Fran -dijo Juan Gordal, se ha ido Bud Spencer.

Nuestro protagonista era uno de los muchos españoles nacidos en los 80 que se había criado viendo las películas del gran Carlo Pedersoli, conocido en el cine como Bud Spencer. El gran actor cómico italiano que junto a Terenc Hill formó una de las parejas más míticas del cine cómico de acción. Seguramente nadie le metería jamás entre los mejores actores en términos artísticos, pero lo que hizo disfrutar y reír a toda una generación estaba fuera de toda duda.

-Él mismo lo decía: “Terence sí actua, yo curro”. -explicó Juan
-Es que encima era un tío muy inteligente. ¡Qué coño, era un máquina! Campeón de natación, estuvo en tres juegos olímpicos, empezó química y era un fiera, aunque tuvo que dejar la carrera al emigrar su familia, fue guionista y productor., trabajó construyendo carreteras en Sudamérica, hablaba seis idiomas...
-Y daba hostias como panes. ¿Sabs por qué se puso el nombre de Bud Spencer? Porque le gustaba la cerveza Budweiser y admiraba a Spencer Tracy.
-Eso fue en los 70, cuando Terence y él coincidieron en una peli del oeste y se hicieron amigos para toda la vida. Le llamaban trinidad reventó los cines. Y además luego colaboró en muchas más por separado, algunas muy divertidas, como El sheriff y el pequeño extraterrestre. Terence Hill dijo en los 70: 

“Cuando actúo junto con Bud, es como si algo surgiera entre nosotros y conseguimos ser divertidos”

-Y tú de pequeño discutías si pegaba mejor él o Terence.
-.De pequeño, en esa edad en que uno no distingue de películas que le gustan y que son buenas, consideraba Quien tiene un amigo tiene un tesoro el summun del cine. Y aún hoy están entre mis fs
favoritas Par, impar, Dos superdos, Dos superpolicías...Me lo he pasado de puta madre con él, es otro que no debería morir. Y cantó en algunas d sus películas, como Estoy con los hipopótamos o Banana Joe.

-Bueno, también hizo política a favor de Berlusconi.
-Una tontería que hace cualquiera en su vida. Si obtuvieron los dos juntos en 2010 un premio David di Donatello de la academia italiana en reconocimiento a su carrera. ¡No hay derecho, este año nos hemos quedado sin Bud y sin Muhammad Ali!



 Dedicado con respeto y admiración a un grande a su manera del cine italiano. Descansa en paz, maestro. Gracias por todas las películas que nos dejas para divertirnos y recordarte.


miércoles, 22 de junio de 2016

Doña Marta y el Parque.

-Bueno, mamá ya debe estar a las seis a punto de llegar -dijo Fran Gordal.
-Hoy había ido con sus alumnos al Parque de Atracciones. Creo que vendrá agotada. Vamos a prepararle un poco la cena y la casa.

Los dos hermanos se enfrascaron en limpiar el comedor, preparar los boquerones que había de cena, bajar la basura y adecentar los sillones par que Doña Marta Palacios pudiese cenar y descansar en cuanto llegase. Pero una hora más tarde , su madre volvió a dejarlos mudos:

-AyhijosquebienlohepasadolosniñossonmaravillososyelParquelesencaantabaperoyonosécómose
subenenesascosasyonohesidocapazperosíhenetradoenelPaseodelaprehistoria...
-¿Que ni siquiera te has subido en las atracciones? Te habrás aburrido como una ostra.
-NoporquelosalumnostenetretienensiempreyunonovaasubirencosasqueledanmiedoelPaseodelaPrehistoriareseno
hentendidoquéhabíaquehacerperomelohepasadomuybienylacosaesadelExpedienteWarrendecíanque
eramaloparaloscardíacosporloquenoheentrado...
-Joder, lo que le ha gustado eran los jueguecitos de tiros del Star Laser -aseveró Fran.
-Pero si no se ha subido en nada y está pletórica.
-¿Vas a cenar al menos?
-Yohambrenotengomuchaporquemehcomidounbocadilloperoaguasíquequieroestoysecaperoahora
voyaponermeelpijamayaversillamoparaquedarmañanaconmiscompañeroslosalumnossiempreledana
unoenergía...
-¿Seguro que ese bocadillo no estaba dopado? -preguntó Fran.
-YaestáéseconlaEPOseguroquesehubiesesubidoenlasmontañasrusasyencimahubiesedisfrutadoaversivaisvosotrosalParque...
-A mí esos sitios no me gustan, mamá, -dijo Juan- pero mno entiendo que sin montarte en nada telo hayas pasado bien.

jueves, 16 de junio de 2016

La Jungla de Cristal.

No había tenido nuestro héroe un buen día, no había logrado resolver el papeleo que tenía pendiente, y por la tarde no lo había pasado demasiado bien. Tenía una de esas tardes en que uno, sin haber hecho nada llega agotado a su casa. Cenó de maleee gana pero al buscar en los canales de le tele encontró una de esas películas míticas de acción e su infancia: La Jungla de Cristal.

-Joder, menos mal, es una de esas películas que a uno le levanta siempre la moral.
-Y uno de los personajes más míticos del cine d accción, John Mc Clane que interpreta Bruce Willis y que le hizo famoso -dijo Juan Gordal.

La película, como todo el mundo sabe, narra cómo un policía de Nueva York que había acudido con su mujer a una cena de negocios se ve envuelto en un ataque terrorista de un comando de ultraizquierda venido de la vieja Alemania del Este. El atentado, como era de esperar, acaba encubriendo el plan del jefe del mismo, que busca dinero, y no ninguna acción política John Mc Clean, como es lógico en una película de acción, lo evita dando tumbos y usando con maestría diversas armas.

-Además -decía nuestro héroe-, que yo no la veo que haya quedado anticuada. Ls escenas siguen siendo hoy muy impresionantes.
-De hecho -dijo Juan-, yo prefiero este cine de acción sin tanto píxel.
-Por otro lado está muy bien narrada. Es divertida.
-Y los personajes tan buenos, que ya van por la quinta.
-A partir de la tercera ya cayó mucho la calidad.
-Además, Bruce Willis dice aquí la frase que todos se saben de él: "Yippi ka yei, hijo de puta.”
-Y todos estos saltos, la tensión, el edificio... Y como se mezcla todo con el mundo de fuera...
-Desde luego nadie encontrará en ella el sentido de la vida, pero de las mejores de los 80.
-Tanto que la saga ha llegado a nuestros días. Y ya me siento mucho más animado que antes de verla.
-Lo que demuestra que es buena, eso es lo principal en una peli de acción y entretenimiento.


 Ficha de la película, aquí.

¿Querrán quitársenos de en medio?

Era una carga que cada cierto tiempo soportaban todos los habitantes del país de nuestro héroe. Había que renovar la documentación una vez que caducaba. Pero en aquella ocasión nuestro protagonista se enfrentaba a una dificultad añadida: lo necesitaba para acreditar su asistencia a un examen de oposiciones. En contra de lo que pensaba, el certificado de tener la petición de su nuevo DNI en curso no bastaba como acreditación. -Pero entonces ¿qué es lo que necesito? 

 -Las bases son muy claras: DNI o Pasaporte en vigor o Carnet de conducir. Todo lo demás no nos sirve. 
-Pero no creo yo que sea la única persona en España en esta situación. 
 -Sí, pero otros han presentado pasaporte, carnet, usted no.
 -¿Y qué puedo hacer? Ya le he explicado que tengo el DNI caducado y la petición de que me lo están haciendo. Creo que nadie puede pensar otra cosa que que yo soy yo y he venido a hacer mi examen. -Las bases son muy claras. A lo mejor si le damos un certificado puede haé´rselo de urgencia y aportarlo en 72 horas. 
-Bueno, buen consejo. Deme el certificado. 

Al día siguiente nuestro protagonista acudió a la comisaría con el papel del examen y explicó su caso, pero un policia con malas pulgas que atendía allí parecía no estar por la labor de facilitarle las cosas:

 -Usted ya hizo el examen, ya no le sirve. 

Tragándose un poco las ganas que en aquel momento sentía nuestro protagonista de agredir a un policía, pero dejando translucir su enfado dijo: 

 -Oiga, lea el certificado, ahí le explican mi situación y por qué lo necesito. 
-Yo esto no lo he visto jamás. 
 -Pues no me parece un caso tan excepcional el que le estoy contando. Dígame qué hacer.
 -No me replique. Siéntese allí y déjeme hacer mi trabajo. 

Fran se sentó a esperar, mientras veía a un montón de gente hacer sus trámites. Al final el funcionario con el que había hablado le llamó: 

 -Tiene usted razón, esto puede ocurrir. Pero debería hacer el esfuerzo de estar al tanto de sus documentos. 
 -Y ustedes deberían avisar de que esto puede pasar, que me ha demostrado que no conocía ni el caso. 

 Cuarenta minutos más tarde estaba nuestro protagonista siendo atendido y poniendo las yemas de los dedos para la huella dactilar. Por fin la funcionaria que lo atendía se había portado con normalidad. Al acabar Frn le hizo una sugerencia:
 -Si no le importa, sé que usted no tienen la culpa, pero deberían avisar para que a nadie le pase lo que a mí que llegado el caso, la solicitud no vale como acreditación. 
 -Pero usted también, señor Gordal, tiene su parte de responsabilidad, que debería vigilar la vigencia de su documentación. No olvide que aquí somos muchos, y todos necesitamos los mismo servicios. Si usted se descuida... 

 Entonces Fran cayó en la cuenta. ¿Somos muchos? ¿No sería que la administración pone tantas trabas buscando que algunos abandonen los trámites a medio hacer y vacíen los servicios? La verdad es que en cuanto un mínimo papel se jode en la administración todo es una odisea y daba que pensar. Pero sería horrible que las instituciones que están para servir a todos pretendan simplemente quitársenos de en medio. Pensando n que precisamente intentaba ser funcionario, Fran se fue muy preocupado, y prometiéndose a sí mismo que él sería incapaz de algo así. Esperaba que una vez se pusiese del otro lado del trámite no cambiase su visión. 

miércoles, 15 de junio de 2016

Falsos calamares en su tinta.

Aquel día Doña Marta Palacios no había venido en todo el día. Había estado en varias reuniones en el instituto donde daba clase. Por eso cuando ambos hermanos llegaron por la anoche les recibió muy efusivamente. Se había acostado ya pero les oyó entrar.

-Hola, hijos, venid a verme, que en todo el día no os he mirado la cara.

Fran y Juan Gordal acudieron a verla.

-Hemos salido un poco, sabíamos que podrías entrar porque tenías llaves. Por eso hemos tardado
-¿Habéis estudiado?
-Sí esta mañana. Te prometo -dijo Fran-, hacerlo lo mejor posible para que dejes de trabajar.
-Ya sabes que no quiero. A mí me gusta mi trabajo. Bueno, he cenado unos calamares, pero los vuestros están sin hacer. Allí tenéis calamares, harina y aceite.
-¿Hay que sacar a Diez? -preguntó Juan.
-Sí, no ha salido.
-Pues ahora me voy yo con él, Fran. Tú prepara la cena.

Fran se puso manos a la obra, pero según dejó loa sartén con aceite sobre el fuego, le distrajo lo que salía en la tele. MasterChef, el famoso programa de cocina del que era seguidor estaba expulsando a un concursante, y Fran sentía la necesidad de comentar en el Hashtag de Twitter. Se debatía en una pelea consigo mismo en su cabeza. Ya tenía experiencia de otras veces que se le había quemado comida por ir al ordenador. Pero el aceite no estaba caliente. ¿Podría ir y hablar en Twitter antes de echar la comida al fuego? Al final se decidió. Tres comentarios hizo. Ni un minuto he tardado, pensaba al volver a la cocina pero... Sí, el aceite estaba apunto de prenderse y un humo muy denso inundaba la habitación. Bueno, pensaba, al menos podré freír... Los calamares que hizo, siendo fritos, se llenaron de polvillo negro, producto seguramente de que la harina se había quemado al instante. Pensó que era mejor sacarlos... Y el sabor era repugnante: crudo pero con regusto a quemado. Parecían unos calamares en su tinta en vez de fritos, blancuzcos flotando en aceite negro. 


Por suerte había unas hamburguesas y resto de la comida del mediodía que salvó a los hermanos de irse a la cama sin cenar. Pero lo había vuelto a hacer, se había vuelto a ir al ordenador con la comida en el fuego, y el resultado era el mismo de siempre. Tuvo que admitirlo ante Juan.

-Joder, Fran, una vez que tu madre nos ha dejado hacernos los calamares.
-Sólo puedo decir que lo siento.
-Y encima para irte a opinar de MasterChef. ¿Qué crees que diría el jurado allí si uno hiciese esto?
-Bueno, allí no tienen ordenadores pero...
-¿Estás diciendo que hay que hacer como con los críos y quitarte el puto juguetito?
-Yo prometo no volver a hacerlo.
-Pues a ver si esta vez es la buena, que van unas cuantas. Y encima con el MasterChef. Si al menos te hubieses ido a ver el porno como Dios manda...

lunes, 13 de junio de 2016

Max. ¿Evolución o traición?

-Pues yo creo que es una evolución lógica en él, Juan.
-Yo en los noventa jamás hubiese creído que este tío dejaría el cómic para hacer esto.
-Bueno, yo creo que podría seguir dibujando cómic, pero para este proyecto no se me ocurrre quién podría hacerlo como él.

Los dos hermanos hablaban del giro que había dado el gran dibujante catalán Francesc Capdevila, conocido como Max, autor de grandes historietas como La Biblioteca de Turpin o La Muerte Húmeda. Estaba llamado a ser uno de los grandes de la historieta española, pero siendo también un genial ilustrador que había hecho trabajos para la revista The New Yorker entre otras, había pasado a dedicar más tiempo a esta faceta que le dejaba más dinero. Ahora había retomado levemente el pulso al cómic y había realizado una versión en este medio del famoso cuadro de El Bosco El Jardín de las Delicias. Pero éste había adoptado forma más de libro ilustrado que de cómic. Ambos hermanos veían en los últimos tiempos cómo este formato se estaba haciendo más y más abundante, y los dos pensaban que era absurdo. Pero dentro de esto, Fran no tenía la menor duda de que el estilo fantástico y a veces rayano en el surrealismo convertía al dibujante barcelonés en el hombre ideal para tal proyecto. Juan, por contra sólo quería que volviese al cómic, deseo compartido por Fran, pero el menor de los hermanos encontraba lógico que hiciese ese proyecto si le pagaban.


-Al final todo es por el puto dinero, Fran. Tú odias este formato.
-Sí, y no lo compraré, pero creo que un tío que vale tanto como Max hace bien si le pagan por ello, y además, para un ilustrador que aparezca su nombre ligado al de un artidta tan importante como El Bosco es un caramelo. No es sólo ya por dinero.
-Max se ha vendido.
-Bueno, yo creo que puede cuando quiera volver a hacer cómic, pero admito que si le pagan un huevo más por esto será difícil que vuelva.
-Me parece terrible.
-Pero peor era cuando aquí un dibujante no tenía ninguna salida y no se les valoraba en absoluto.


sábado, 4 de junio de 2016

Parece mentira que esta persona pueda morir.


"No voy a recorrer 10.000 kilómetros para ayudar a asesinar a un país pobre simplemente para continuar la dominación de los blancos contra los esclavos negros".

"El Vietkong no me ha hecho nada. Ningún vietkong me ha llamado nunca negro con desprecio, nigún viertkong me ha impedido el acceso a una biblioteca, ningún vietkong le ha quitado el asiento a mi madre en el autobús."

(Muhammad Alí al negarse a ir a Vietnam)


Era un sábado. Nuestro protagonista, como era costumbre aquellos días se levantó más tarde de lo habitual. Sin embargo, recién levantado vino Doña Marta Palacios con una noticia que había oído por la radio:

-Fran, Juan, tengo una mala noticia.
-¡¿Qué?! -preguntaron estremecidos los dos hermanos.
-Ha muerto Muhammad Ali.

Los dos hermanos respiraron aliviados en un primer momento de que no le hubiese pasado nada a nadie cercano, pero efectivamente, la noticia les entristeció. Como debería entristecer a toda la humanidad. Alí, el gran boxeador, el activista de los derechos de los negros, el primer rebelde contra la guerra de Vietnam, el ejemplo a seguir por los que sufren discriminación racial en todo el mundo, el que había convertido el boxeo (su magnífico boxeo) en un arma mediática al servicio de causas justas, se había ido. No era especialmente mayor (74 años), pero un estado avanzado de enfermedad de Parkinson hacía temer algo así. Dos días antes había sido ingresado por problemas respiratorios que no eran graves según su familia. Pero desde el principio sobrevoló la duda de si la familia decía aquello con sinceridad o para tener tranquilidad en momentos duros. Al final parecía que lo segundo.


-Francamente, otro de esos que no deberían morir -dijo Fran.
-No creo yo que pueda superarse lo que él dio en este mundo.
-Lo apuntaba desde su famoso combate con Sony Liston. Allí Casius Clay dejó a todos con la boca abierta. Que iba a ser un magnífico boxeador estaba claro.
-Pero luego tuvo los cojones de no ir a Vietnam en protesta por el trato que recibía la comunidad negra. Y se cambió el nombre porque decía que no quería ser un esclavo.
-Es increíble, es que toda su vida son momentazos únicos. Y afrontando las consecuencias, que le costó tres años de suspensión en su mejor momento.
-Pero después siguió convirtiendo el boxeo en algo superior. Su rivalidad con Frazier y Foreman nunca se olvidará. Y que llevase el combate con Foreman al Zaire para reivindicar el África Negra y encima pusiese en práctica una estrategia que asombró a todo el mundo y le diese para ganar.

-Y luego el tercero con Frazier, en Manila, siguiendo reivindicando al tercer mundo.
-¡Buf, el combate más duro de los pesados!
-Y encima ocurrente, que hacía rimas y se reía de sus rivales antes.
-Hoy dirían que todo ello es marketing. Bueno, y hasta el final fue un rostro del olimpismo. En 1996 encendió la llama en Atlanta y en los juegos de Londres acudió y tomó la bandera. Y eso que él tiró su medalla al río Ohio como protesta, porque se negaron a atenderlo en una cafetería por negro. Dicen que desde que la ganó en los juegos de Roma de 1960 hasta que la tiró nunca se la quitó, que todos los días la llevaba colgada del cuello.

-Bueno, esa historia hay quien la pone en duda. Parece que después de todo lo que mimaba y exhibía la medalla que ganó la perdió y se inventó aquello. Pero sí, todo lo que hacía tenía un significado. Cuesta escoger un momento definitorio de su vida.
-Pues quizás para mi su combate con Ernie Terrel en Houston, aquel en que se acababa de cambiar el nombre y no dejaba de gritarle: “¡¿Cómo me llamo?! ¿Eh? ¡¿Cómo me llamo?!”
-Recreándose, que no le daba el golpe de gracia aunque le dominaba de cabo a rabo para seguir con aquello.
-Y una vez más como acto reivindicativo.
-De verdad, es injusto que alguien así pueda morir.


                                                                                                                                                                                                                                                               
 Dedicado desde la admiración y respeto más absoulto al más grande. Parece mentira que un simple deportista y boxeador pueda significar lo que significaste tú, Alí. Vete tranquilo, porque aquí cumpliste de sobra.