lunes, 29 de febrero de 2016

Los Oscar 2016 y un chaval de 87 años.

Los Oscar 2016 no fueron especialmente interesantes para nuestro protagonista. Un año más, y ya iban unos cuantos, le faltaba, al menos en su opinión, una película que fuese recordada, una que sin duda fuese a quedar en la historia del cine. Una vez más la Pixar ganó el Oscar de animación, por una película sin duda buena, pero en ausencia de rivales dignos. Leonardo di Caprio, un buen actor pero muy lejos de lo que llegó a hablarse del él cuando protagonizó Titanic, consiguió por fin el galardón a la quinta oportunidad, algunos ya pensaban en catalogarlo entre los grandes olvidados de la historia de los premios, a la altura de monstruos como Peter O´Toole. Su película, El Renacido, la más apetecible para nuestro protagonista entre las nominadas a premios grandes, consiguió tres en total, entre ellos el de mejor director para Alejandro Gómez Iñarritu, que ya empezaba tener un palmarés digno de consideración. Spotlight, un film sobre la labor periodística que desenmascaró la pederastia en la diócesis católica del estado de Massachussetts ganó seis estatuillas, las mismas, para desesperación de nuestro protagonista que Mad Max: Furia en la carretera, filme que recuperaba esa franquicia y que todo el mundo pareció disfrutar menos nuestro héroe. La diferencia es que esta obtuvo los técnicos, mientras que la primera (que tampoco entusiasmaba por tema y tratamento a nuestro héroe) consiguió varios de relumbrón. A Fran le llamó la atención el premio a actor y actriz de reparto, mientras que los principales de esta película fueron ignorados. Como se dijo, nada que le entusiasmase. Pero un cosa le emocionó, casi hastalloró. Al día siguiente su hermano Juan le comentó todos los premios y remató con una noricia muy del agrado de nuestro héroe:

-Bueno, y Tarantino logró con sus Odiosos Ocho el premio para Ennio Morricone. ¡Y cómo lo recogió a los 87 años!
-¡Pero si ya nadie esperaba que lo consiguiese! ¡Hasta le habían dado ya el honorífico por el conjunto de su carrera!
-Pues fíjate, Luis Aragonés demostró que uno podía alcanzr el mejor momento en su trabajo a los 70 años con la selección. Énnio, un tío que ha hecho grndes todas las películas donde participó con su música, es el mejor en lo suyo a los 87 tacos.

Por la mente de Fran psaron muchas cosas: su agradecimiento y admiración a Tarntino por recuperar el cine del oeste y actualizarlo, su respeto por el gran dierector de Tennessee al recordar a los clásicos en su filmografía, y su alegría porque alguien así tuviese aún un premio. Y también cierto asombro porque tntos años después, la famosa Trilogía del Dolar de Sergio Leone y Clint Eastwood siguiese dando legado.


Lista completa de los premios, aquí.

miércoles, 24 de febrero de 2016

El gigante de hierro.

Ahora que se estaba generalizando el uso de los dibujos por ordenador en tres dimensiones (incluso para llevar a Charlie Brown al cine), nuestro héroe recordaba una de las últimas grandes joyas en dibujo tradicional. El Gigante de hierro era seguramente la mejor obra¡a de Brad Bird, director posteriormente contratado por la Pixar para Los Increíbles. Aun cuando ésta última era muy buena, el director, autor también de uno de los episodios más vistos de la serie de los Simpson, Bart en suspenso, tuvo más libertad en el Gigante, y nos narró una historia entrañable en la que un niño americano de los años cincuenta llamado Hogarth recibía en su casa la caída de una artefacto alienígena. El pequeño descubría un enorme robot en el mismo artefacto al que salvaba de la electrocución y a partir de ahí ambos se hacían amigos. Todo se complica cundo, como al estilo de las grandes obras de la serie B de esa época el ejército interviene e investiga el incidente en el marco de unas operaciones de defensa y un funcionario especialmente quisquilloso hará la vida imposible la familia de Hogarth.

-La verdad es que era todo un descubrimiento -dijo nuestro protagonista-. No sé cómo no tuvo más éxito.
-Hombre, es conocidilla -reconoció Juan-, pero sí, me parece genial. Y además relativamente sencilla.
-Sí, porque los personajes son pocos, el pueblo pequeño, y la historia sencilla. Pero tan entrañable que atrapará a cualquiera.
-Y ese gigante, que Crolina decía hasta que sonreía.
-Y el malo este, que se hace odiar como él solito.
-Pero además, todos los homenajes a la serie B, al cine de ciencia ficción, als películs de l guerra fría...
-Una obra, en suma, que hay que ver.


 Ficha de la película, aquí.

miércoles, 17 de febrero de 2016

A punto de cacarear.

Tras acabarse aquella pechuga por la noche Fran no podía creerlo: allí ante él estaba la carcasa del segundo de los dos pollos que se habían juntado tres días antes en el horno. Tranquilo exclamó:

-Joder, nos va a salir el pollo por las orejas. Menos mal que ya se acabó.
-A ver si nos entendemos mejor, hijo -sentenció Doña Marta.


Y es que el origen de aquellas seis comidas seguidas de producto avícola tuvo origen en un malentendido de ambos. Hacía tres días, los dos, cada uno de forma independiente, se habían dado cuenta de que no tenían comida para el día siguiente. Entonces Fran, con unos billetes que había encima de una repisa decidió traer un pollo, solo para descubrir que Doña Marta había tenido la misma idea. Consecuentemente dos pollos se juntaron el el horno, y con ellos más cantidad de comida de la que podían tragar en un ágape. Comieron y cenaron, pero quedaba uno entero y un ala. Por suerte Carolina venía a casa al día siguiente y entre todos se tomaron medio más. Pero para la cena ya empezaban Fran, Doña Marta y Juan a estar rebosantes de pollo. Sólo quedaba una pechuga y un la, pero cansados casi no la tocaron a medio día. Solo en la cena pudieron acabárselos.

-Bueno, ha sido graciosete, pero no quiero nada que tenga plumas y alas en un mes -dijo Juan-. Yo aquel día te confirmé que mamá traería comida, pero no escuchas.
-El caso es que nos lo hemos acabado.
-Sí, hijo. Pero como dice Juan, yo nunca os dejo sin comer. Si no tenenos comida la traeré.
-Pero es que se hacía tarde y..
-Bueno, tú otra vez piénsalo, que un poco más y nos salen plumas y cacareamos.
-Al menos Diez no parece molestarle -dijo Fran viendo cómo limpiaba su bebedero.
-No, a ése no -dijo Juan.

jueves, 11 de febrero de 2016

A Doña Marta no le falla el gas.

-Qué bien hemos comido, ¿verdad Cárol? -dijo nuestro protagonista cuando los tres hermanos acabaron su yantar.
-Pero me preocupa que no he visto a mamá.

Aquel día Carolina venía a comer, y Doña Marta había anunciado que por la mañana se haría un análisis de sangre. Pero creían los tres hermanos que estaría al medio día. Lo prepararon todo, pero Doña Marta no había llegado a las tres y media, por lo que decidieron comer ella. Carolina, como siempre se había puesto en lo peor, que a Doña Marta le hubiese pasado algo, pero los dos hermanos decidieron que a las cuatro lo mejor era sacar a Diez. El perro, que parecía comprenderlo, se puso a ladrar agitarse y dar muestras de alegría. Le pusieron su correa, pero justo cuando iban a salir, la voz de Doña Marta en la escalera les anunció su llegada:

-HolahijosnohesalidohastaahoraporquelosniñosteníanunexamenmealegrodeverteCarolinaproque
teníamuchoquedarteyquehablarcontigosacadaDiezsiqueréisyahorahablamosquetengoqueiralbaño...

Fran miraba absorto la retahíla de su madre que en menos de un minuto había tocado una cantidad de asuntos enormes, cuando otra persona llamó al telefonillo:

-Seráelrevisordelgasquehabíaquedadoconélhoyqueyaestabacambiadoelcalentadorpararevisar
porqueantesno teníamoselnuevoperovieneahora....
-¡Joder! -dijo Carolina-. ¿Y la cocina está como está para recibirle?

Fran se sonrojó. Su madre había llegado cansada, con cosas por hacer, y él de primeras la había fallado no preparando la cocina y además acababa de guisar en ella.

-Buenohijaestámuybienyoahorahabloconéldéjame...
-Perdona, mamá -dijo Fran sonrojado- Si hubiese sabido...
-Ayhijositelodijeayerbuenoyallegadéjameconél...

En este punto Juan intervino:

-Mejor vámonos con Diez.
-Pero después de horas, sin comer, ni beber, recibe a este tío así -dijo Carolina.
-El gas de la cocina no sé, el de mamá, va a todo trapo -remachó Fran.

El boxeo busca nueva generación.

Después de ver la séptima película de la saga Rocky, en la que un nuevo personaje, Adonis Creed, hijo de Apollo, toma el relevo del veterano Stallone en el argumento, Fran y Juan Gordal reflexionaban sobre cómo si bien esta querida saga exageraba muchísimo el mundo del boxeo la realidad se transmitía a ella. Cada entrega recogía aspectos del momento en el que se rodaba y este era muy claro:

-Pues Mayweather parece que sí se ha retirado en serio. Y sinceramente no veo que venga nadie por detrás capaz de reemplazarle-decía siempre Juan.
-Pacquiao también se va. Su rival, Bradley, le ganó una vez, pero parece que no va a llegar al nivel de estos dos monstruos -admitió Fran.
-También si te fijas, en Rocky han bajado una división, Creed no es un peso pesado.
-Pues yo creo que en el peso pesado puede volver el espectáculo. También se van los Klitschko que no gustaban por su dominio exagerado de la división, pero ya hay un inglés, Tyson Fury que ha ganado a Vladimir, y el negrazo ese, Deontay Wilder, que pega como un animal.
-Pero es que hace mucho que no coinciden grandes estrellas. Pacquiao y Mayweather solo se enfrentaron muy al final, y ahora, los que van a dominar grandemente, para mi no llegan a la altura de los demás.
-Para mi está claro, el mejor de ahora es Genady Golovkin, pero le rehuyen porque seguro que ganaría al Canelo Álvarez, a Cotto, a cualquier peso medio y más ahora que ya no está Maravilla Martíne, que en su mejor momento sí hubiese sido rival a su altura.
-Puede ser. Yo diría que el mejor combate sería que Maywether se decidiese a probar el peso medio, como colofón a su extraordinaria carrera y pelease con Golovkin.
-Yo creo que Wilder y Fury pueden dar un gran espectáculo. Pero no sé si bastan par devolver a los pesados al primer lugar. Rocky y Creed lo dirán.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Electrodomésticos.

-Bueno, Juan, apaga la tele y vamos a la cama, que hay que levantarse pronto -dijo Doña Marta.
-Eso Fran y tú, yo ya apagaré la tele cuando me vaya.
-Apaga también la lucecita, que luego eso consume un huevo -dijo nuestro protagonista.
-Que sí, que todo se quedará bien.

Como era lógico, en algún momento de la noche nuestro protagonista cayó dormido profundamente, y dejó de tener noción de lo que hacía su hermano. Pero Doña marta le despertó de forma muy brusca:

-¡A ver! ¡¿Quién fue el último que se fue a dormir ayer?!
-Fui yo, mamá -dijo Juan desde su cama-. Y dejé la tele apagada.
-¡La tele sí, animal, pero la calefacción, que gasta más y es más peligrosa, encendida toda la noche!
-¡Hostia! Pues lo siento mucho.
-¡Encima blasfemando! -dijo Doña Marta, y empezó una de sus retahílas contínuas-.Medanganas
dedarosdebofetadasnosepuedeconfiarnadaenvosotrossuertequemetengoqueirquesinoeracapazde
matarosylotendríaisbienmercidoporquesiempreosdejísbierto...
-Mamá, en serio, lo siento. Dúchate y vete que se te hace tarde.
-Claroquemevoyperoalavueltahablaremosestoesparamatarosnosécómomecontengomiraquelodije
vecesyahoraencimamevoyairenfadada...
-No lo intentes, Juan, hoy vas a estar todo el día de bronca con mamá.
-Ymañanatambiénytúporquénohicistenadatútevasadormiryahítelasdentodasimbécilnosésiespeoréste
otúquemetenéisharta...

Así estuvo Doña Marta hasta que se fue y sólo paró para desayunar y decir la comida.

-Yaversiahoradejáisestoapagadonosécómonoosmatomedanganasdepegarosdebofetadashstaqueme
aburrasuertequemetengoque...

Cuando cogí la puerta dejó de oírse su voz, aunque el murmullo permaneció de fondo mientras estuvo en la escalera.

-Joder, Juan, aver si tienes más cuidado. Ahora no te creas que será la última vez que la oigas. Durante días va a estar hablando de este incidente.
-Bueno, y veremos si se le pasa.
-No, Juan, ya verás.

Afortunadamente para los hermanos, Doña Marta aquel día no vino a comer pero cuando llegóa cenar el saludo no se hizo esperar:

-Buenas noches, mamá.
-Buenasnochesperomedaanganasdematarosdeverdadosdejásteislaestufaencendidasuertequeteníaque
irmeerapara mataros...
-Te lo dije, Juan -dijo nuestro protagonista.

Doña Marta estuvo con la retahíla hasta que se acostó, salvo cuando cenaba y al acostarse avisó:

-Noosdejéisnadaencendidocomolohagáismañanasíqueospegolomereceríaisestáissiempredándome
disgustosnomehcñeisnucnacasoynospordemosquemarconlaclefa...

Cuando se metió en la cama, los dos hermanos respiraron, y Fran dijo:

-Ya ves, es cuestión de que esto se le pase, a ver cuánto tarda.
-Joder, dijo Juan, prometo tener más cuidado en adelante.

Nunca pensé que me cería así con la bici.

Como si fuera una premonición, todo empezó cuando Doña Marta preguntó a Fran si había llegado a caerse alguna vez con la bici:

-Yo es que no comprendo cómo en solo tres días la dominaste y sin ningún problema.
-Bueno, tampoco tengo todavía mucha práctica y en algún momento supongo que me caeré, pero si uno fuese con miedo a los accidentes, al final no haría nada.
-Lo comprendo, pero a mí, por ejemplo, que se me despellejen las rodillas me parece horrible. Será porque me la he esguinzado varias veces.
-Mamá, uno no puede ir pensando en ello.
-Bueno, llévate estas camisas que te he planchado a tu cuarto.

Fran lo hizo y al abrir la puerta de la habitación tropezó con la rueda delantera de la bicicleta. Las camisas volaron y se arrugaron de nuevo, y nuestro héroe cayó de rodillas. Se levantó sintiendo un escozor en las mismas que no recordaba desde muy crío. No sabía si de adulto había llegado a caer de aquella forma.

-¿Ves, hijo? ¿Te has hecho daño?
-Puedo soportarlo -dijo nuestro héroe aún escocido-, pero ya ves, voy y me caigo con la bici sin montarla. ¡Es la leche!
-Ponte hielo en las rodillas, hijo y mira que cuando te digo las cosas es por algo.
-Bueno, yo lo que veo es que sin montar también te puede pasar y uno no debe tener miedo.
-Sí, pero ahora estás dolorido y te has tenido que tragar las palabras.


Bangkok 8

-Juan -dijo nuestro protagonista-, tú que sabes de género negro, ¿tienes algun libro que recomendarme?
-Bueno, ya sabes que tengo varios de Ellroy, Connely... Sin embarg, creo que te daré este, que es un poco diferente: Bangkok 8.
-¿Uno que no es anglosajón?
-Buno, no del todo. El autor es un inglés al cuál le gustó mucho la ciudad. Y la víctima del asesinato es un marine americano. Pero de lo que va es que le han matado en Bngkok haciendo que le muerdan serpientes venenosas, y todo parece apuntar a un ritual de los de la cultura popular del sudeste asiático. Por supuesto lo investigan dos policías tailandeses que van mezclándose con lo más oscuro de la ciudad.
-Y supongo que sale lo más oscuro de Bangkok: protitución barata, bandas de maleantes...
-Sí, de hecho hay una escena bastante impactaante con un ladyboy de esos, pero no sólo, el libro muestra también el Bangkok reluciente de laas clases altas, los turistas que solo quieren diversión, el misticismo... Pero por supuesto la acción y la investigación es lo principal. Bueno, si quieres leerlo aquí lo tienes.
-Me recordará un poco a las películas de chinos, pero supongo que bien hech, vaale, lo leeré.

Ficha dl libro, aquí.