sábado, 26 de noviembre de 2022

1917

 

 

La verdad es que como

peli bélica es muy buena,

sin embargo yo no sé

si nadie podría salir
vivo de todas las hostias

que se lleva este chico

―comentó nuestro

protagonista viendo 1917.

Pues Sam Mendes dice que  son historias que le contó su abuelo ―le contestó Juan Gordal

1917 era una visión de la primera guerra mundial contada a través de la misión de dos soldados
que deben llevar un mensaje a un grupo destacado del ejército británico para prevenirlos de que
no deben atacar a las fuerzas alemanas ya que los germanos están dispuestos para un contraataque
cuidadosamente planeado. Por el camino se encuentran en diversas situaciones representativas de
esta contienda, como un combate aéreo, un grupo de tropas coloniales, etc. Cada uno de esos
acontecimientos le va dejando marcas físicas y psicológicas progresivamente más profundas hasta
llegar a un desenlace verdaderamente impresionante.

El chico este actúa muy bien. Casi toda la película se sustenta en él ―comentó nuestro
 protagonistaY rodada en plano secuencia, que aumenta la tensión y el suspense.Y además incluye, en mi opinión, una variedad de sensaciones propias de la guerra muy variadas:
 desde la soledad, la angustia, el miedo a un ataque, la incertidumbre, la tensión de la batalla...Y usa relativamente pocos recursos, la mayoría de las situaciones son un tío en campo yermo.A mí, de todas maneras, ya te digo que me parece un poco exagerado que le explotan bombas, le
 caen avalanchas, le lleva la corriente de un río... Por muy decidido que esté uno a cumplir su misión.En todo caso, viendo esta película me reafirmo en algo que a veces he pensado, que no siempre se
 recuerda lo terrible que fue la I guerra mundial, porque en relativamente poco tiempo ocurrió la 
segunda.Cierto. Pero yo la considero entre las mejores bélicas que he visto. Si a uno le gusta el cine 
bélico debe verla.

Ficha de la película, aquí.

El capricho de un gilipollas

 


Volvía Doña Marta Palacios con nuestro protagonista de una vuelta por el parque. Mientras
se acercaban al domicilio, Doña Marta comentaba:

Pueshavenidoelfríoycómosenotaenelparque
miraalosniñosqueyanojueganmeacuerdoen
veranoqueveníanenbañadorajugarenlossurtidor
esdelafuenteyahoravanabrigadistosalgunos
vienenajugaralfútbol
perosetapanenseguida...Los surtidores de la fuente parece que ahora
 no están ni encendidos, creo.Puesnopasanadaperoahoramedaunpoquitode
penaestonotienenadaqueverconelveranoestátodo
muchomásalegreaunquebuenoesleydevidadespuésdelveranovieneelinviernoperobuenolosniños
siemprejueganestánalegres...Mira ―interrumpió Fran al acercarse a la mencionada fuente―, sí está encendida y hay un perro
 y un señor metidos entre ellos.Ayhijoquéalegríatambiénsemetíanallíalgunosperrosssísonmuyricosqueestánsiempre
pasándoselobiencomolosniñosylesgustamuchoelaguaeseparecequevaacogerlapelotaysudueñoestá
conéljugando...

Entonces Fran vio que la escena no era exactamente como les había parecido nen un primer
momento. Aquel hombre tenía el móvil en la mano y estaba empeñado en sacarle una foto a su perro
en los surtidores. El animal solo pensaba en salir de ahí.

¿Pero será posible que el perro sea más inteligente que el amo? ―comentó nuestro protagonista.Danganasdedecirlealgoespératequlovoyaponerensusitionopuedeserqueporsucaprichitodelafotoel
perroestéempapándoseenundíafríoparecementiraquehayagentetancaprichosayridículanopuedeserque
lotengaasíyovoyparaalla...No, mamá voy yo ―dijo Fran queriendo mantener a la matriarca de los Gordal palacios lejos de
un choque verbal con desconocidos.

Cuando nuestro protagonista se dirigía para allá, no sabía si por refexión propia o por imposibilidad
de llevar a cabo su capricho, el perro y su dueño salieron de la fuente. Fran prefirió darle el
beneficio de la duda y lo dejó ir, pero al volver con su progenitora comentó.

No sé si he hecho lo correcto. No apetece una bronca, pero me asusta que este gilipollinas lo
 vuelva a hacer.Buenohijoloimportanteesquehasalidodeallíperohijotendríasquehabérselodichocuandolohahecho
unavezlovolveráahacereresdemasiadobuenoyalomejorsólohasalidodeahíporquetehavistollegaryluego
igualledaporhacerseunafotoenunacantilado.Sin el perro, espero.

Probablemente aquel sujeto no era malvado y quería a su perro, pero ver a alguien obligar a joderse
a seres inocentes por un antojo personal siempre era desagradable. Nuestro protagonista no podía
dejar de dar vueltas al suceso y no lograba decidir si su decisión era la buena. En todo caso, se
consoló, evitar una bronca siempre es bueno.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Pagar por el olvido de otros

 


Nuestro protagonista había bajado a hacer unas pequeñas compras a aquel supermercado. Se
dirigía a pasar por casa las bebidas y las bolsas de basura que había adquirido para su hogar,
pero debía esperar. Antes que él iba una mujer de mediana edad. Cuando pasó el último de
sus artículos el cajero le comunicó el importe que debía abonar:

21,75€.
Un momento que saco la tarjeta —espetó la
mujer y comenzó a rebuscar en el bolso.

Pasado como un minuto y medio de

búsqueda se dio cuenta de que no tenía la tarjeta de la
cadena de hipermercados en cuestión.

Pues espérate un momento, porque no son 20 céntimos, es que es una cuarta parte más de lo 
que cuesta —dijo al cajero—. ¿Tú no tienes tarjeta? —preguntó a nuestro protagonista.No —respondió Fran.Pues a ver qué hago¿Puedo al menos pasar mi compra? —inquirió Fran con educación, pero sin poder evitar que
 se le notara el hartazgo en la voz.Sí, pero deja esto aquí.

La mujer se metió dentro del establecimiento preguntando a todos los clientes si alguno tenía
la famosa tarjeta del establecimiento.

La que está montando y yo no puedo tener este montón de cosas esperando a que encuentre a
 alguien que le deje una tarjeta —dijo el cajero.Pues si piensas eso tú, imagínate yo —le respondió Fran.Pero es que me está estropeando el ritmo, molestando a los clientes...Sí, tenemos que pagar todos su olvido. 


Dedicatorias

 


Aquella noche el tiempo no era apacible, de modo que nuestro protagonista optó por
quedarse en casa donde tenía pensado comenzar la lectura de aquel ejemplar de
Colmillo Blanco que había encontrado en un baratillo. Se disponía a sumergirse en
las aventuras de Jack London cuando en la primera página vio una dedicatoria:
«Para mi hermano para ayudarle a superar su mal de amores». Una firma ilegible remataba
esta frase, y nuestro protagonista se quedó intentando intuir por la letra si el autor era la madre
o el padre del mencionado hijo. Cuando uno compraba en librerías de segunda mano a veces
se encontraba dedicatorias así de sugerentes o enigmáticas. Fran pensó en lo apropiado que
era para ese propósito un libro de Jack London, que siempre había sido un gran defensor de
las mujeres y lamentaba que El hombre es el único animal que maltrata a su hembra. Cuando
se encontraba una dedicatoria, nuestro protagonista intentaba imaginar la situación que provocara
el regalo al anterior propietario del libro: había encontrado simples felicitaciones de cumpleaños,
despedidas de amigos que se marchaban, deseos de enseñar cosas nuevas... Comentó con su
familia esas cosas:

PuesnoeraunadedicatoriaperoenunlibrosobreelpapaJuanPabloIIyomeencontréunas
anotacionesdeldueñoanteriorquedejabanverqueeramuydederechasyagradecíalaincansablelabor
contraelcomunismodelSantoPapa... —comenzó a decir Doña Marta Palacios.Lo que tú dices de todas formas eran apreciaciones personales del dueño, pero a mí me daría
 verdadera pena deshacerme de un libro dedicado por alguien —respondió nuestro protagonista.A lo mejor al poseedor de ese libro le recordaba a su novia que tanto daño parece que le había 
hecho —dijo Juan.Puede ser. Yo no sería capaz.

Entonces la familia vio a Carolina que estaba llorando aparte de la conversación en un rincón.
Lloraba con verdadera pena recordando algo.

¿Qué te pasa, Cárol? —preguntó nuestro protagonista.Lo que decíais, que me ha recordado algo terrible.¿Qué? Sólo era un juego

Carol se enjuagó las lágrimas, ahogó un sollozo y se paró durante un minuto antes de responder.
Cuando respondió dejó a todos alucinados:

Que yo vi una dedicatoria que decía «Para mi pequeño esperando que le de fuerzas para
 curarse». Si el libro estaba en una tienda de segunda mano no es difícil suponer lo que debió
 pasar ¿no?

Toda la familia se quedó en un silencio producto de la sorpresa y el desconcierto. Fran jamás
hubiera podido imaginar algo así. Fran se fue a su cuarto y se puso a leer intentando como nunca
concentrarse en su lectura para alejar los malos pensamientos de su cabeza. Pero aquella noche ni
siquiera pudo dormir pensando en el recorrido que hacen los libros y las dedicatorias.



miércoles, 9 de noviembre de 2022

El reflejo

 


Pero si hasta tu amigo el Julián tuvo una, Fran
Pues ya te digo que a mí son caso el único animal que de verdad me da repugnancia. Respeto
porque sé que son peligrosos me dan unos cuanto, pero asco, estas hijas de puta y nadie más.
Bueno, no te pongas así que esta es de plástico.

Juan y Fran Gordal observaban como en
aquel escaparate retiraban los adornos de
la fiesta de difuntos, como ya iba tocando,
y entre ellos había varias telas de araña y
algunos de estos artrópodos de plástico.
Juan le comentó a Fran que ahora vendrían las de verdad y nuestro protagonista dijo que esperaba
que no fueran de ese tamaño, y la conversación fue degenerando.

Las arañas normales de casa, que son lo mismo pero más pequeñas no me repugnan. Las migalas,
 que es el verdadero nombre de las arañas grandes a las que solemos llamar tarántulas, sí.Pues es el mismo bicho a gran escala, Fran.Sí, pero eso me da igual. Incluso aquella vez que de críos vimos un nido de arañitas lleno hasta
 los topes no me importaba.Te regalaré una para reyes.Vamos, Juan, tampoco les deseo mal, si lo hicieras la daría a una protectora de animales y punto.

Aquí nuestro protagonista se entrecortó. De pronto una enorme migala estaba subiendo por su
cuello hizo un gesto para espantarla y... No, obviamente eso no había podido ocurrir. A pesar de
lo que le pareció en un primer momento, lo que había visto con el rabillo bajo del ojo no era sino
el reflejo de la araña del escaparate en los cristales de las gafas de sol que llevaba colgando del
cuello de la camisa. Pero el susto lo había tenido. Aunque solo fue por un segundo.

Te voy a dar una para que grites y patalees —dijo Juan.Nunca sabrás por qué, pero me da que aguantaría sin gritar —sentenció nuestro protagonista aún 
recelando de aquel reflejo.


Esperando llamadas

 


Pasaba el día con tranquilidad nuestro protagonista. De hecho con demasiada
tranquilidad. Estaba esperando una notificación relativa al desarrollo de su
siguiente trabajo que le tenía en tensión, pero al mismo tiempo aburrido. De pronto
sonó su móvil. Se lanzó como un poseso a cogerlo, pero en la pantalla vio el mensaje:
«sospechoso de spam». Hirviendo de ira, nuestro protagonista dio al botón de rechazo. Y lanzó
un grito l volumen más alto del que le hubiera gustado

¡Me cago en todos los hijos de puta con empresa! Llevpo todo el día esperándolos y sólo me
llaman para molestar.
¿Te sabes el teléfono de los que te tenían que llamar? Igual eran ellos ―le comentó Juan Gordal.

Fran se quedó petrificado. Igual había cometido un error que tendría consecuencias para su trabajo
y consecuentemente para su cuenta corriente. Pálido y temblando llegó a decir:


Ponía spam, no el nombre de la empresa.Pero igual tu teléfono la cataloga como spam, so burro.

Transmitiendo en sus movimientos la desesperación y la ira Fran intentó devolver la última
llamada que había recibido. Solo le respondió el pitido de la línea telefónica.

Ahora no te cogen ellos. Ya la has jodido, Fran. Hay que pensar un poco antes ―le dijo 
Juan con un tono de reproche condescendiente. ¡No me jodas porque tú hubieras hecho lo mismo!No, Fran, porque yo no soy un cacho carne.

Nuestro protagonista estaba a punto de responder una barbaridad muy gorda, pero entonces el
teléfono volvió a sonar. En la pantalla volvía a aparecer el mensaje del spam, pero nuestro héroe
no dudó en cogerlo.

¡¿Diga?!Buenas tardes. ¿Don Francisco Gordal Palacios?Sí, soy yo. ¿Cuando debo incorporarme?Hombre, en vodafone le queremos cuanto antes en nuestros clientes escuche nuestra maravillosa 
oferta de...¡Vayanse a tomar por el culo! ―gritó nuestro personaje ya fuera de sí.Así nunca te van a dar el curro que buscas, Fram ―volvió a intervenir Juan.`¡Pero si este era spam de verdad! ¿Qué coño dices!Si contestaras las cosas pensando, tendrás el curro y no hubieras.¡Vete a la mierda tú también, que entre los capitalistas y tú me sacáis de quicio!Hay que ser más asertivo FranPor lo menos no uses frases de coach motivacional, coño ―dijo nuestro protagonista, pensando 
en la tarea de mandar currículums a una nueva tanda de empresas y en una lista de bloqueos
 telefónicos necesarios en su móvil. 


jueves, 3 de noviembre de 2022

La venganza del conde Skarbek

 


Es una vuelta sobre el relato de Alejandro Dumas muy interesante —comentaba nuestro
protagonista una vez acabada la lectura de La venganza del Conde Skarbek.
Y sabía yo que una cosa de aventuras del siglo XIX a ti te gustaría mucho.
Está muy bien logrado además el efecto de la época, en el guión casi de Folletín y el dibujo estilo
Delacroix o similares.

La venganza del Conde Skarbek nos cuenta en

dos tomos una aventura en la que un conde polaco
caído en desgracia logra rehacer su vida en el París decimonónico como pintor de gran talento. Tras
sufrir el asesinato de su amante y la acusación del mismo por parte de un mecenas poderoso
desaparece y maquina una venganza pública realmente impresionante, con tantos golpes de efecto y
giros de guión que sería casi imposible resumirlos aquí.

Lo curioso es que casi todo se puede adivinar. Hablando de polacos y de París en el siglo XIX
 cualquiera pensaría en cierto personaje histórico que acaba siendo decisivo —dijo Fran.No sé, yo no lo supe. Igual tengo que repasar la historia del siglo XIX, pero las referencias a 
Dumas son muy claras. Como a mí me va más la literatura las vi en seguida —respondió Juan.El guión además logra encajar todos los giros muy bien, y mira que cambia varias veces de dirección.Yves Sente es muy bueno y precisamente el género de detectives se le da de maravilla.Y el dibujo de Rosinsky aquí es todo un ejercicio de estilo.Hablar de la patria polaca le habrá encantado.Sí, bueno, es que encima los dos cuentan lo suyo de modo muy homogéneo, pegan muy bien.Y el golpe final es una apoteosis tremenda.Mejor no decirla, que lo lean y que vean lo que es un tebeo de aventuras bien hecho.Al mejor estilo de las aventuras decimonónicas. 

Ficha del cómic, aquí.

Las niñas del agua

 


Aquel día llegaron a la ciudad donde vivía nuestro protagonista las lluvias que durante
largo tiempo habían estado esperando. El verano aquel año se había alargado más de lo
normal, muy probablemente debido al destrozo medioambiental que sufría el planeta de
nuestro héroe. De modo que aquel día las lluvias sorprendieron a gente que quizás había
pensado en salir para otro día de sol y calor, como aquellas adolescentes de unos quince
años que encontró Fran en aquel cruce. Las mencionadas jóvenes corrían a refugiarse
empapadas hasta los huesos bajo una cornisa.

No era buen día para la fiesta, tía —dijo una de ellas a sus amigas.
Bueno, ahora estoy como en la playa este verano, con los tirantes y empapada.

Fran las observaba hasta que se dio cuenta de que un hombre adulto curioseando a
tres chicas menores de edad de ese modo hacía muy mal efecto. Pero no había podido
evitar recordar a cierto maestro de su instituto que alguna vez amenazó con no aceptar
justificantes por resfriado a la que en pleno invierno llevara el obligo al aire. Mientras
las veía empapadas con unas camisetitas de tirantes que casi se les caían del efecto de
la lluvia pensaba que algún degenerado hasta se pondría palote, mientras que a él le
daba cierta lástima y no podía ni ayudarlas ni hacer nada por ellas. Continuó su camino
observando al resto de la gente bien pertrechada, con sus paraguas y sus prendas de
lluvia, y cuando llegó a su casa se dio cuenta de que apesar de sus precauciones tenía
buena parte del pantalón empapada y que tender su chaqueta fuera era imposible.
Decidió dejarla en la ducha con una percha. Entonces por la tele pasaron un reportaje
de unos aventureros en la selva. Tras cruzar un río, uno de ellos comentaba que
llevando ropa corta se le secaría mucho antes. Fran volvió a acordarse de las tres
niñas que huían del agua y pensó que ahora que tocaba secarse en casa, quizás ellas
tuvieran menos problemas. ¿Podría ser que a pesar de todo las que hubieran acertado
con su vestimenta fueran esas menores?