miércoles, 22 de julio de 2015

¿Cuándo se acaban las series?

 -Pues yo que hasta el indio tenga ya una novia, no lo termino de ver. Ya no reconozco a los personajes
 iniciales -afirmó nuestro protagonista.
 -¿Y cómo llevarías tú entonces el avance de la serie? -preguntó Juan.

 Ambos hermanos discutían sobre las últimas temporadas de The big Bang Theory, una serie que había 
acercado la física y la ciencia en clave de sitcom. Ya se trató en este blog en otra ocasión, pero nuestros 
protagonistas discutían si ahora después de todos los cambios la serie había perdido su esencia. No 
parecía muy lógico que aquellos sabiondos y aislados socialmente del principio ya quedasen tipo Friends
 con las novias a merendar, a hacer salidas normales... Sin embargo Juan tampoco veía alternativa. 
Nuestro protagonista se puso a pensar en las últimas series de éxito: Héroes fue perdiendo interés por 
repetirse, Prison Break por ser al final demasiado disparatada... Perdidos sí mantuvo su esencia hasta el
 final, aunque este no gustase al público.

 -El tiempo mata las series hagas lo que hagas, Fran. O te repites, o pierdes el concepto del principio.
 -Yo siempre he dicho que lo suyo es que una serie dure cinco temporadas. Y creo que todas tienden ya a
 eso.
 -The Big Bang Theory va por la octava y creo que seguirá.
 -Pero no será lo mismo si ya no se reconoce a los personajes.
 -Puede ser que hagan lo que dijo el propio Sheldon Cooper: “En Héroes redujeron progresivamente la 
calidad hasta que los fans pedimos su retirada.” Si no, ¿cómo se para una serie con esas audiencias y 
seguimiento? Los fans siempre rechistarían.
 -Pues será 
 

Que siga así.

 Fran observaba el asado y sonreía. Un año más en compañía
 de su gente, de su familia, de sus amigos... Y acercándose a
 una barrera psicológica de edad, pero aún feliz.

 -Nos gusta que por mucho que cumplas siempre se te ve 
contento -dijo carolina que había traído aquel asado para 
celebrar la comida.
 -Porque sigo teniendo a mi alrededor gente, porque veo que
 cada año os esforzáis por mi, pero sobre todo porque no es 
hoy por ser mi cumple, siempre estáis ahí. ¡Hasta Juan ha 
hecho el esfuerzo de levantarse pronto para poder celebrarlo!
 - Y además no me he puesto tus calzones ni tus botas -añadió éste.
 -Da igual, hermano. Por mucho que tú hagas eso, que Carol llore, queTía Maria Cristina quiera 
dirigirme, el apoyo es fundamental. Y muchas gracias por colaborar en los regalos que he recibido, 
porque mamá no creo que sepa comprar estos tebeos. 
-MeheinformadodetodoJuansabíaperfectamentelosqueteníasylosquenoademásdeiluminarmeSantiago
queeselsantodeldíayhasidotodomuchomásfácilapartedequeCárolyAñvaritosupiesendeesacomidaque
queríasconeljamónqueyopensabaponeruncochinilllo...
 -Deberíais venir en la autocaravana a celebrarlo -dijo Alvarito-. ¿A dónde vamos?
 -Eso es lo único que pido al nuevo año, salir de vacaciones el año que viene -dijo Fran.
 -Pues vente ahora con nosotros -iinsistió Cárol
 -No, no voy a pegarme a vosotros. Me esforzaré para tener unas vacaciones dignas el año que viene.
 Con vosotros a mi lado será mucho más fácil.

Entonces vino Juan con el postre especial que había preparado. Una mousse y frutas.

 -No puedo creerme que hayas sido capaz de esto por la mañana.
 -Por un hermano se hace todo, y si es un hermano como tú más.

 Y en este momento, Fran recibió un mensaje e Marcelo en el móvil preguntando por cuándo saldrían 
a celebrarlo. Y hasta Diez dejó el hueso del jamón que estaba mordiendo para restregarse con nuestro
 héroe.


 -Es un tópico -dijo-, pero no me envejecéis, me rejuvenecéis cada año más. Que siga así.
 

miércoles, 15 de julio de 2015

Juan te consigue el cielo.

 -¡Joder, Juan! -gritó nuestro héroe-. ¿Has vuelto a coger mis zapatillas?
 -Pues sí, no encuentro las mías.
 -¿Por qué no te compras unas?
 -Bueno, tú eres como Imelda Marcos, pero yo no tengo tanto dinero para mis pies.
 -¿Tanto dinero dices? ¡Cuesta un par dos euros en los chinos!
 -Claro, ¿y cuántas te has comprado en los últimos meses?
 -¡Coño, pero es que tú me las quitas, que por cierto, no sé que haces con ellas, porque no paras de 
romperlas!
 -Bueno, pues píllate unas para tí, si son tan baratas.
 -Claro que lo haré. Que tienes una jeta...

 Fran compró otra vez las zapatillasy pasó una semana. Un día no las encontraba al llegar a casa.

 -Juan, no me digas que las has cogido. ¡Pues esta vez no estoy dispuesto! ¡Gástate dos euros cabrón!
 -Sí, ya vez, en menos de una semana has vuelto a comprar.

 Fran agarró muy fuerte un cojín para reprimir los impiulsos de lo que su cuerpo le pedía hacer con su 
hermano.

 -¡Y no hagas gestos forzados! Suelta ese cojin.
 -Macho, al final te estaré agradecido, porque si hay un cielo después de aguantarte no sé quién me lo 
puede arrebatar. 
 

Un enano negro en verano.

 - Está fundido el pobre. Ten en cuenta que a nosotros
 el calor nos molesta, pero él es pequeño negro
 y peludo -dijo Fran sobre Diez.
 -De todas maneras no creo que tu idea sea buena.

 Juan discutía una ocurrencia de su hermano, que se 
resumía en que Diez lo que necesitaba era una 
ducha fría. Después de salir con sus  lanas y todo el sol
 que había absorbido, Diez jadeaba como pocas
 veces y parecía incluso a punto de la hipertermia. 
Nuestro hombre había leído que se aconsejaba meteren agua fría hasta a los  niños pequeños en esos
 casos. Un animal tan pequeño lo necesitaría. Pero Diez no se dejaba coger.

 -Parece que está de acuerdo conmigo ¿eh? -dijo Juan.
 -Pues ya ves, solo con pensarlo se ha recuperado hasta el punto de poder revolverse para evitarlo.

 Fran puso al perro bajo la ducha, y lo mojó por todas partes con el chorro más frío que pudo. El perro
 se resistió, pero no obstante luego salío moviendo la cola y todo el cuerpo, parecía otro.

 -Ahora le pondré un bebedero con hielos bien frío.

 Diez se puso a beber frenéticamente y tenía cara de felicidad. Fran supuso que habría ganado ya la 
confrontación anterior, pero Juan no daba su brazo a torcer:

-De todas formas, no ha sido cómodo para él. Lo que hay que hacer es volver a esquilarle. -Pues se quejaba más de que lo esquilasen que de la ducha. 
Mañana mismo te quiero ver con la maquinilla y la tijera.
 -Pues seguro que eso hace más que tú ducha.
 -Bien, pero mira.

 Fran apareció con los útiles de esquilar a Diez y este 
empezó de nuevo a gruñir.

 -¡Lo que pasa es que tú eres un burro que le haces daño!
 -Tienes respuesta para todo, tú.

sábado, 11 de julio de 2015

Foreman-Chuvalo, consecuencias de intercambiar.

 
-Pues el blanquito logró aguantarle dos Rounds al mejor Foreman. No 
es fácil -dijo Juan Gordal.
 -Hombre, Juan. Era la famosa “esperanza blanca” en aquel momento.
 -Pero ya sabes cómo noqueaba Foreman.

 Ambos hermanos hablaban del combate que en 1970 enfrentó a una 
joven promesa negra, George Foreman, quien como todos sabemos 
asombraría al mundo durante décadas por su impresionante pegada, 
con George Chuvalo, seguramente el mejor peso pesado blanco de los
 sesenta y setenta. El canadiense se  enfrentaba a diez Rounds contra 
un Foreman con un record que empezaba a meter miedo: 21 a 0 con un 
único oponente que le hubiese llegado al término del combate.  Su 
tocayo, por el mero hecho de ser un gran boxeador blanco recibía
 múltiples ofertas y oportunidades por parte de los organismos de la
 época, que querían que el peso pesado volviese a manos caucásicas. Y la verdad, es que no empezó
 mal.

 -Se estaba moviendo, no diré que lo tuvo ganado, pero 
desde luego le creó incomodidades.
 -Eso era lo que tenía que hacer, pero en cuanto la pegada 
de Foreman te caza una vez te deja tonto.
 -Yo no diría que fue eso. Me parece que en este momento
 del tercer Round, Chuvalo pierde la cabeza e intenta 
intercambiar con Foreman. Y ya sabes lo que pasa si eso 
ocurre.
 -Bueno, una nueva victoria para Foreman. Aguantó así
 cuatro años más, hasta Alí.
 -Y sólo dejó de noquear una vez en ese intervalo.
 -Y al contrario de la tormentosa vida de Chuvalo, después
 le ha ido bien. 
 -Sí, encima eso.  
 
 
 
 
 
 
                                                             
 Record de George Fóreman, aquí.
 Record de George Chuvalo, aquí. 
 
  

El castillo ambulante de Alvarito.

 -Y éste es el interior -decía Alvarito emocionado al abrir aquella puerta.
 -Por supuesto -dijo nuestro protagonista-, el interior de casas y vehículos suele estar dentro.

 El cuñado de nuestro protagonista estaba orgullosísimo de su última adquisición. Desde luego, 
aquella autocaravana, a pesar de sus años, por el módico precio al que había salido, era para estar 
contento. Pero el anfitrión de los Gordal Palacios la observaba desde todos los ángulos, la vigilaba, 
recelaba del que se acercase... 
 
 
 -Tan preocupado como pareces con ella, no sé si no estabas mejor antes -dijo Juan Gordal.
 -¡Cómo iba a estar mejor! ¿Pero tú has visto que tiene baño, literas...?
 - Está muy bien para ellos, hijo. Salen, acampan, les gusta moverse... -intervino Doña Marta Palacios.
 -Claro, y usted va a venir ahora con nosotros, que pueden hacerlo.
 -Deningunadelasmanerasyonomemontoallíporquenohayespacioconlobienqueseduermeencasapara
quévoyaquerermetermeallíyonosoycomovosotrosyademásnosepuedeiramisalosdomingfosconesto
conloimportantequees...
 -Álvaro, deberías ya conocer a mi madre y saber de su tics -dijo nuestro protagonista.
 -Lo comprendo, pero podríamos ir con ella a ver a la sobrina, la hija de vuestro primo Jorge.
 -Por mí no hay problema, si traes mujeres, vamos donde quieras.
 -Me parece que tendrás que buscarlas tú -dijo Carolina Gordal a su hermano.
 -¡Mírala, Cárol! -dijo de nuevo Alvarito-. Es como un hijo, lo mejor que hemos hecho juntos.

 En este punto, Alvarito se quedó mirando con desconfianza a un niño que se acercó a verla.

 -Bueno, cuñado -dijo de nuevo Fran-. Vas a tener que comprarte una escopeta para vigilarla.
 -Pues la compraré, es la obra cumbre de mi vida, mi sueño hecho realidad.
 -Esperemos que hagas muchas más obras hombre. Eres buen cocinero, cuidas bien a mi hermana...
 -¡¿Pero la has visto?! Es mi autocaravana, con la que he soñado diez años.
 -Bueno, bueno, que la disfrutes.
 

viernes, 3 de julio de 2015

Problemas veraniegos.

 ¡Qué bien lo había pasado nuestro héroe la noche 
anterior! Aquella salida con cervezas, con chicas con 
sus amigos, viendo los fichajes del verano, hablando
 de boxeo y de cine veraniego había sido una de las 
mejores noches para él en los últimos meses. Ahora 
pensaba arreglarse, dar una vuelta con la bici pero... 
¡Eran las doce! Y los encargos que le había 
encomendado Doña marta Palacios y su entrevista 
de trabajo...
 Todo se había ido al garete respecto de sus planes.
 ¿Cómo era posible, pensó? Bueno, no se había
 tomadola molestia de modificar la alarma de su
 móvil que volvió a sonar a las ocho. Pero habiendo salido la noche anterior, pensó qe por levantarse a 
las diez no ocurriría nada, se rehízo un poco de su salida nocturna... Pero las diez pasaron de largo. 
Ahora era tarde para la entrevista y tendría que darse mucha prisa para cumplir con su madre. Se 
arregló, hizo la lista de la compra... Pero en el supermercado no habíaleche en aquel momento. 
Preguntó por ella a un reponedor:

 -Bueno, se ha accidentado una de nuestras furgonetas y hoy hemos tenido un problema de
 desabastecimiento.

 Ahora tendría que explicarle a Doña Marta que no había leche por su culpa. El resto de la compra la
 encontró sin problemas. Pero cuando acabó de colocarla eran as dos, tendría que ocuparse de la 
comida. Logró sacar unas haburguesas bastante decentes.

 -¡Qué bien has cumplido con todo, hijo! -dijo Doña Marta-. Y de la entrevista ya te llamarán, ¿no?

 Fran se sintió un miserable ocultándole aquello a su madre, y pensando una vez más que en verano es 
muy fácil que se te vaya la mañana. Habría que reajustar el despertador y obrar en consecuencia de las
 nuevas condiciones. Pero aquella tarde, además sintió que tenía el deber de conseguir la leche que 
había faltado por la mañana, Doña Marta tenía derecho a un desayuno al día siguiente. No fue un 
problema pero De nuevo ésta le felicitó por su eficacia. Y de nuevo se sentía un miserable. Y valía la
 pena tomar la lección para no repetir aquella lacra típicamente veraniega.
 

jueves, 2 de julio de 2015

La franquicia ausente.

 Mientras esperaba aquel autobús, Fran observaba el cartel de la nueva película franquicia de ese verano,
 Los Minion. Aquellos seres de  número variable de ojos, amarillos y cilíndricos, aunque lo
 suficientemente individualizados entre sí para distinguirse unos de otros habían sorprendido como 
secundarios en otras películas de animación, y en pleno auge de las franquicias cinematográficas, estaba 
cantado que tendrían película propia. Aquel verano, casi todo lo que había en cartelera eran grandes 
franquicias comerciales, ya sea de nuevo cuño, como aquella, o recuperadas de los 80, como Terminator
Fran repasaba las que volvían y casi todas las de los 80 y 90 tenían su hueco ya en la cartelera. Realmente,
 se había recuperado todo el viejo cine que le hizo disfrutar tanto, aunque a veces se echaban en falta
 novedades. Y entonces apareció aquella chica. Llevaba una bicicleta de estas con una caja para poner 
carga detrás del sillín, y en ella asomaba... Un muñeco de Gizmo, el primero de los Gremmlins, otra
 película de los 80 de factoría Spielberg. Y fran se dio cuenta de que los Gremmlins eran entre sí tan 
semejantes pero a la vez distinguibles como los minion, que habían reventado la taquilla como Parque 
Jurásico o Terminator, que dieron para dos película muy conocidas... Y sorprendentemente aún nadie 
había recuperado aquel verano la franquicia. Sí, aquella debía ser la única criatur del cine de 
entretenimiento ochentero que no volvía, aunque alguna muestra de ellos se veía por la calle, como la de 
aquella chica. Y se dijo nuestro héroe, que no siempre era tan sencillo como quería venderse el reventar 
la taquilla, el hacer cine de éxito. Una pregunta quedó flotando en su mente: ¿qué habría podido llevar al
 abandono de una de las criaturas cinematográficas más famosas, cuando todas sus coetáneas volvían?