viernes, 28 de julio de 2023

Sólo era el pestillo

 


Bueno, pues como usted ve se ha roto el pestillo. No podemos usar la lavadora porque no puede

 cerrarse ⸺explicaba nuestro protagonista a aquel 
técnico.
De acuerdo, pero es que resulta que esa pieza no 
la tienen suelta. Habrá que cambiar la 
tapa entera.

Nuestro protagonista sintió cómo su ánimo caía a

plomo. Eso seguramente supondría bastante
más dinero a pagar del que había supuesto la

familia Gordal Palacios desde que de la forma
más absurda su lavadora se había roto obligándoles a hacer la colada en la lavandería de la
esquina, algo que siempre hacía de por sí Carlonia o peor aún, a mano como se empeñaba en

hacer Juan.

Mire, además las bisagras de la tapa están rotas. Eso supone que habrá que cambiar otra 
pieza ⸺comentó el técnico⸺. Y estas sujeciones están rotas. Han movido la lavadora más
 de la cuenta ¿verdad? 

 Fran se horrorizó oyendo aquellas observaciones del técnico y recordando que varias veces Juan
 le había llamado la atención sobre el hecho de que cerraba la lavadora demasiado de golpe.Acabe, por favor. ¿Cuánto es?Pues déjeme que calcule: piezas, mano de obra... 218 euros si tengo las piezas.

Aquello supuso un palo en la moral de Fran difícilmente explicable. Ahora tendría que pensar
cómo decirles aquello a su familia. Doña Marta Palacios y Juan Gordal lo vieron de forma distinta:

Pues eso lo pagas tú que eres quien más ha jodido todo ⸺dijo Juan.Déjalohijolopongoyosilalavadoralausamostodosaversielniñonovaapoderequivocarsemirayotengo
dineroparaestoaversinovamosatenerlavadoraporqueteempeñesenculparatuhermanoéltieneotrascosas
lopagoyo...⸺peroró Doña Marta.No, si no pasa nada, ya soy mayorcito. Lo pago yo ⸺sentenció Fran⸺. Además me 
merezco una multa por imbécil y así la pago.Deberíais usar siempre la lavadora de la esquina como hago yo ⸺terció Carolina.La que faltaba ⸺se lamentó nuestro protagonista.


El proyecto de un día de verano

 

 

Bueno, Fran. Aquí sí
que no hay un alma. 
No me digas que no
 es mejor esto que
 dormir la 
siesta en casa —dijo 
Juan mientras se 
sentaba debajo de aquel árbol.No sé, si uno duerme, que cuando el Tour no siempre es así, no veo la necesidad de hacerlo
 bajo el solazo.Pero si aquí en el árbol hay una de las mejores sombras de todo el parque.

Lo cierto es que aquel lugar era muy acogedor bajo el sol de los meses estivales. Normalmente
cuando se encuentra un lugar a la sombra en día de calor esos refugios suelen ofrecer uno de
los lugares más agradables que hay. Además recordó que no tenía por qué echar la siesta, que
en la mochila tenía dos comics pendientes de lectura. Una vez se puso cómodo devoró dos
tebeos de respetable tamaño como si nada y antes de que los dos hermanos se dieran cuenta.

No me digas que no se lee aquí mejor que en ninguna parte —dijo Juan—. Joder, me habría
 traído otros dos tebeos para leer.Podrían poner aquí una tienda de cómics —dijo nuestro protagonista con sorna.Coño, es lo que falta. Sí, creo que si junto las pelas pondré una.

Fran, sorprendido, miró el paisaje con la ciudad a lo lejos y todo el descampado que había
entre aquel parque y los bloques de pisos más cercanos.

¿Tú crees que nadie iba a comprar aquí?Tendríamos que publicitar que aquí es donde mejor se lee del mundoEntonces se gentrificaría —comentó nuestro protagonista— Imagina este parque lleno de latas, 
picnics y gente fumando.Tranquilo, no lo diré antes de poder ponerla.Bueno, de momento recoge eso de Frank Miller que se lo comen las hormigas. 


viernes, 21 de julio de 2023

Un cumpleaños diferente

 


Llegó un año más el momento de abrir los regalos de un nuevo cumpleaños. Nuestro protagonista
notaba cómo a medida que estos iban pasando los años los regalos iban tendiendo a ser menos físicos y más en forma de dinero o de experiencias.

Amímedacosaquesoloquierasesetebeohijoyo
tevoyacomprarmásvediciendoloquequieresqueyo
tevoyacomprarmáscosasquetucumpleañoessolo
unavezalañoynopuedesquedarteconganasmiraque
necesitaslevantarelánimo... —decía Doña Marta PalaciosBueno, mamá, muchas gracias, pero voy aceptando mi edad —respondió Fran.Yo quiero que comási todos en un sitio nuevo que conozco que ponen unas mariscadas muy 
buenas —dijo Carolina GordalPues yo iba a hacerle una comida para este día que tenía ya pensada —intervino JuanNo os peleéis. Podemos hacer las dos cosas dos días diferentes —comentó Fran—. Lo que sí
 quiero son unos cuantos pantalones de verano.

Además a lo largo del día diversos mensajes en su móvil le fueron mostrando que sus amigos
tampoco se olvidaban de él y allí aparecían Julián, Marcelo... Parecía que un año más se cumplían
los mismos rituales que convertían ese año en especial, pero ante la tarta nuestro protagonista se dio
cuenta de que algo había variado: lo que pedía siempre, un trabajo y ganar dinero por fin parecía
estar en camino. De modo que le costó encontrar un deseo que pedir mientras soplaba las velas y
partía el pastel. Al final lo hizo, deseando que el próximo año tuviera la suficiente holgura
económica para organizar él todo su cumpleaños.

Pues un año más ¿no? —dijo Juan.Sí, pero también un paso más hacia adelante —sentenció nuestro protagonista.


jueves, 13 de julio de 2023

Yo no perdono mi helado

 

 

Pueesparece
mentiralacantidad
decomidaqueme
ponéisyoyano
puedomásesto
esincomible
perome
lovoyaacabarporquequieroestarbienalimentadaperonosécómovosotrososcoméistodoestomiraque
yonofallo...⸻peroraba Doña Marta Palacios mientras se acababa la ración de carne que Juan Gordal le había servido.Bueno, mamá, sólo intentamos que comas bien para que tengas fuerzas ⸻respondió Juan Gordal.Yyoloséyosloagradezcoperomecuestasiempremuchoacabármeloperonodejodehacerlomiradtodo
loquemehecomidoyaytodoslosdíasmeloacabosinchistaraunqueestoyllenísimaaversiterminoque
encimaelcalormeasa...

 Esta escena era habitual en la casa de los Gordal Palacios de un tiempo a esta parte. La matriarca de la familia juzagaba demasiado copiosas las raciones que le servían en las comidas y hacía grandes esfuerzos para terminarlas. Sin embargo nunca había dejado de comer. Por fin terminó su plato.¿Quieres más? ⸻le preguntó irónicamente Juan GordalNograciashijoyanopuedomásyonosycomoFranquesehacomidotresplatosytodavíaquieremásyono
sécómolohacéisqueencimaosloacabáismuchoantesqueyoperobuenoporlomenosestababiendíseloa
tuhermano...Yo me he comido lo normal, mamá. Me preocupa tu desgana ⸻respondió nuestro protagonista.A mí a veces también. En fin, vamos a recoger la mesa.Ehunmomentodondeestámiheladoyoenestasfechasmetomounheladosiempreymeapeteceyahe
acabadoymemerezcolomíoaversiahoramevaisaquitarloqueyoquieroqueelheladobienconsumidoes
sano...

 Esta respuesta también era habitual en Doña Marta, que después de todas sus quejas para comer, sin embargo siempre estaba dispuesta a un buen postre, usualmente un helado. Eso solía aliviar las preocupaciones de los dos hermanos.Yo no sé si tanto helado es bueno ⸻dijo socarronamente Fran.Puesosvaisatenerqueaguantaryonolopiensoperdonarmeheganadoyaelderechoahacerloquequiera
yyomewtomomiheladosiemprequepuedaqueparaesoestoyenlamesoquieroahoramismounhelado
dimelossabores...Dáselo, Juan, que no lo perdona ⸻dijo entre risas Fran. 

Los viejos rockeros

 

 

Hacía tiempo que no venían,
llevábamos años sin verlos 
⸻dijo Juan Gordal viendo a ese
 grupo de baile en aquel parque.Yo creo que los que había eran
otros, estos no bailan nada de
 indígenas, estos parece que
 bailan rock clásico ⸻observó Fran.

Aquel parque era un punto de parada habitual cuando los dos hermanos acudían a comprar o mirar
cómics y productos de lectura por aquella parte de la ciudad. Tenía un círculo de piedra, una especie
de escenario grande donde se reunían practicantes de muy diversas actividades, entre los cuáles los
grupos de baile eran los más habituales. Nuestros protagonistas habían logrado casi aprender por
observación una danza ritual de un grupo de mexicanos que practicaban folklore de su país. Pero
ahora el escenario lo ocupaba otro grupo.

No sé ni cómo caben ahí sin atropellarse ⸻dijo Juan Pegando un buen trago a su 
cerveza sin alcohol.Supongo que con años de práctica ⸻respondió Fran.Siempre sueles soltar eso cuando te pregunto cómo se hacen las cosas.Pues mira a ese señor, es un ejemplo clarísimo.

Fran se refería a un hombre mayor, de no menos de 60 años que había llegado con otra vieja
rockera que debía ser su mujer y que había bailado con varias chicas más jóvenes desde que
estaban. Aquel anciano dominaba ese arte como nadie.

Lo habrá usado para acercarse a chavalas jóvenes miles de veces ⸻comentó Juan.O no tan jóvenes. También las ha cogido de unos cuarenta, cincuenta años.Para él eso son jóvenes.Bueno, pues mira, si se lo pasa bien, por mí que siga. Pero desde luego te ha dejado a la
 altura de una alpargata. Tú en mucha mejor condición no le aguantas ni un paso.¿Cómo has dicho?Que practiques desde ya para cuando llegues a su edad hacerlo igual de bien 
⸻sentenció Fran entre risas.
 

miércoles, 5 de julio de 2023

Wonderball

 

 

Me ha gustado. Tiene
de acción tipo los 70, con 
Clint Eastwood, Steve 
Mc Queen y semejantes,
 historia, política...
⸺dijo nuestro 
protagonista al 
acabar de leer
 los cinco tomos 
de Wonderball.El secreto 
de este cómic es muy simple: molar ⸺respondió Juan Gordal.

Wonderball tomaba el nombre de un dulce popular a los Estados Unidos que es, básicamente, una
versión yanqui de los huevos Kinder: una bola de chocolate con un juguetito montable dentro. El
comisario Spadacini, protagonista de este cómic es muy aficionado a este dulce y sus sorpresas.
También es un duro agente que recibe el encargo de invertigar una serie de asesinatos ocurridos en
el San Francisco de los 80. Todo se va complicando cuando lo que parecía un simple caso de asesino
de mente perturbada va revelando conexiones con el gobierno y a Spadacini le trae recuerdos
dolorosos del asesinato de Kennedy y su labor pasada.

El tandem Duval-Pecau es una cima en el cómic francés de aventuras. Ahora mismo, para mí,
 los mejores en eso ⸺comentó Juan.Me gusta que consiguen muy bien crear un clima de acción clásica pero metiendo elementos
 que nadie se esperaría.Y el personaje de Spadacini tiene mucho carisma.A mí lo que más me gusta es eso, las ramificaciones que va teniendo todo en el cómic.Luego está el dibujo de Colin Wilson.Sí, que pocos pueden dibujar esto como él.Yo lo que me pregunto es si los chavales que llegan ahora al cómic apreciarán esto.Eso también habrá que pensarlo, pero desde luego para nuestra generación  es un caramelo.¡Y cómo jode decir ya eso!En fin, esa primera página en los 5 tomos de Spadacini comiéndose y montándose el juguetito 
de un Wonderball es hipnótica. 

Ficha del cómic, aquí.

Las vituallas de Carolina

 


Nuestro héroe se disponía a llevar al contenedor todas aquellas botellas y envases de vidrio
cuando Carolina Gordal apareció de algún pasillo y se le echó encima:

¡Espera! ¡Espera! No te habrás llevado ese
 bote de pimientos del piquillo ¿verdad?¿Uno que había al lado de la vitrocerámica?Sí, lo he estado lavando y limpiando para 
poner en él mis semillas de chía.¿Chía? Cada día me vienes con una estupidez 
distinta.No, es que como cereales porque el pan y las
 patatas son malísimos para la salud.Voy a echar una ojeada a esa especie de despensa
 con la que has ocupado la estantería de mis libros de no ficción.

Fran ya ni veía los tomos donde estudiaba todo lo que no fueran cómics o cine. Delante de ellos
había amontonados un montón de botes con diversas especias, frutos secos y cereales.

¡Joder! ¡Si tienes más que en la despensa de la cocina! A ver: tienes canela, coquitos del 
Brasil, semillas de lino, bayas de goji...Pues estoy sanísima.Ay, qué cargante eres. ¿Te crees que estos hidratos se diferencian en algo de los de las patatas?Pues mira en qué forma estoy y cómo tengo las tetas a mi edad.Ahora las tetas. Has retrocedido 20 años. Al menos podría ponerlos en la despensa de la 
cocina. O bueno, quizás no porque habría que sacar lo demás.¿Os afeo yo lo que coméis? Pues dejadme a mí.No, si yo a tus comidas ni me acerco.¡Ni se te ocurra! ¿Me oyes? Como toques mis especias la tenemos.De acuerdo, pero entonces tampoco uses nuestra pimienta, cominos, pimentón, tomillo... A 
ver quién se cansa antes ⸺sentenció Fran riéndose ante la sola idea de comer de las vituallas de 
su hermana.