miércoles, 25 de agosto de 2021

La pandemia interminable

 


Por fin, aquel domingo, se cumplían dos semanas desde que nuestro protagonista recibiera la segunda dosis de la vacuna que estaba empezando poco a poco a aliviar los problemas derivados de la pandemia que desde hacía como año y medio afligía su planeta. Recordaba que el día en que se la pusieron salió del centro de salud contento pensando que ya estaba por lo menos mejor preparado para resistir una posible infección del virus. Pero las recomendaciones del personal sanitario y las noticias que oyó luego le advirtieron que hasta que la vacuna actuara y preparase su sistema inmunitario pasarían otros quince días.

Y aun así hay que seguir llevando máscara, porque aunque tú no desarrolles la enfermedad puedes
portar el virus —comentó Juan.
Es el cuento de nunca acabar, ahora hablan de que si nuevas variantes.
Desanima un poco, sí. Y la vacuna no es efectiva del todo. La gente se harta.
Pues que no se harten tanto, porque con todo y con eso, de todas las pandemias que ha habido a lo
 largo de la historia, esta es la que nos ha pillado mejor preparados, la que ha tenido vacunas 
disponibles en menos tiempo, y efectiva cien por cien no es ninguna vacuna. Ya, se pongan como se 
pongan, falta menos para llegar al final.
Suerte también que no hemos tenido efectos secundarios ninguno de la familia.
Eso siempre puede ocurrir.
Sí, pero dicen que ayer fue el día con más muertos en mucho tiempo.
Aquella era una situación recurrente del tiempo de declive de la pandemia: cada vez que las cosas
parecían ir a mejor, alguien encontraba que un enfermo vacunado había muerto, que las nuevas 
variantes pegaban fuerte... Parecía que la normalidad completa era reticente a volver a la vida de los 
habitantes del planeta de nuestro héroe.
No quiero ni pensar cómo de larga debió hacérseles la espera a los de la peste medieval —dijo en
voz baja para sí nuestro protagonista.


Mejor que un título

 
 

No era un partido de liga más. Normalmente un

Atlético de Madrid -Elche hubiera sido tan
rutinario que nuestro protagonista no le

hubiera prestado atención. Pero era el primer

partido con público tras la pandemia que afligía

el planeta donde vivía nuestro protagonista.

En muchas ocasiones durante el último año y medio se había comentado que cuando los

espectadores volvieran a las competiciones deportivas sería la muestra inequívoca de que

aquella plaga había quedado atrás. Además, el Atleti improvisó un homenaje a los socios que,

por desgracia no habían podido alcanzar aquel día. En concreto una ofrenda de 379 , uno

por cada abonado fallecido, claveles rojos y blancos, los colores del club, y una

interpretación al violín del himno. Además, había coincidido con la ceremonia de entrega

del trofeo de liga ganado en la última temporada, lo cuál volvía el instante aún más

emotivo. Así, una victoria ramplona, con un gol de Correa fruto más bien del error en la

salida del portero ilicitano que del acierto del argentino pasó a ser un partido memorable.


Casi se me saltan los lagrimones —comentónuestro protagonista.

Bueno, este día tenía que llegar, todos vamos ya superando el trago. Las vacunas empiezan a hacer su

trabajo

Ahora tengo que volver yo al campo.
AyhijoquñebonitotútendríasquehaberidohoymiraquenomegustaelfútbolytiromásbienhaciaeReal
MadridperoelhomenajequehahechoelAtletiasussocioshasidopreciosoyesodelviolínunaideagenialque
noséaquiénselehabráocurrido...
Todavía es difícil ir, mamá, solo había menos de la tercera parte de aforo. Y además, después de todo
este partido no era de los más importantes. Yo esperaré a que vaya alguien con más fuste.
Perocuandotúvayassíqueseráunpartidoordinariolosuyoerahaberidohoycontodosloshomenajesylos
clavelescuandotúvayassolohabrácánticosygolesynadiedaráunacopaniseacordarádenadieaunquegane
elAtleti 5-0...
Tenemos una visión diferente de lo que es importante en el fútbol, mamá, pero sí, ya falta menos para
recuperar nuestra vida normal. Ir aquí es mejor que la liga que ganamos.

 

El enemigo interior

 


Ahí está, hay que hacerlo, se repetía mentalmente nuestro protagonista. Joder, ponerse ahora con esto,
con lo bien que estaría leyendo aquel tebeo o escribiendo a sus seres queridos el correo. Pero es
inaplazable, se animaba a moverse. Tengo que coger la bolsa y ponerme. Sí, sacó la bolsa con los útiles
de su lugar y se quedó pensando en el color de la misma, muy chillón y, casi por inercia buscó en el
móvil por internet modelos de bolsas para guardar útiles. Pasado un rato se dio cuenta de que todo eso no
era más que una excusa ante sí mismo para no acometer la tarea. En marcha de nuevo, se dijo. Pero
¿estaría todo lo que necesitaba? Destornillador, sí. Tornillos, sí. ¿Del tamaño y forma adecuados? Eso
era más dudoso, pero sí, lo eran. ¿Cola de pegar? Sí. Pero... ¡Anda! Si era la edición esa tan buena
que tenía juan de las historietas de Richard Corben. Había que echarle un ojo, Fran creía perdida para
siempre aquella recopilación. Veinte minutos después se dio cuenta de que no estaba disfrutando la
lectura con su tarea pendiente. Venga, de verdad que me pongo. Aunque ¿qué habrán dicho en Twitter
de las últimas declaraciones del Cholo Simeone? Unos metiéndose con él, Fran nombrando a toda su
familia, leyendo miles de estupideces de gente poco interesante... Y no disfrutando mientras la tarea
siguiera sin hacer. De nuevo se encaminó, y entonces Juan llegó:


Fran ¿has atornillado ya la puerta de ese armario de tu cuarto que se ha caído?

Llevo toda la tarde con ello.Joder, Fran, no puede ser tan complicado. ¿Me dejas que lo haga yo?No, no, mira lo de Corben que he encontrado.

Sí, toda una tarde para pegar tres tornillos y algo de cola. Sabía hacerlo, no era complicado, pero es
que juntar ganas de ponerse a limar, atornillar, buscar útiles, soportar el calor... Seguramente si ya lo
hubiera hecho todo esto le parecería sencillísimo. Pero cada vez que intentaba ponerse a la tarea se
daba cuenta de que su mayor impedimento era el mismo.

 

miércoles, 18 de agosto de 2021

Tito el robotito

 


Ayhijosquemonoessitienecaritaytodoyademásesmediorojo
yblancodecoloresquésimpáticoyoloquieroparamíesquees
monísimodedóndelohabéissacadoyencimaparecequetiene
unventiladorytodoesdeliciosonosédondelohabéisencontrado...
—comentaba Doña Marta Palacios viendo aquel robot ventilador.

Lo hemos visto en los chinos y hemos pensado que era lo mejor 
para nuestra madre —respondió Fran.

Fran y Juan Gordal en una de sus salidas por la calle habían encontrado en una tienda baratillo este juguete que creyeron útil para su madre, ya que la habían visto abanicarse con libros, sudar, resoplar y cambiarse ropa aquellos días. Dado que la matriarca de los Gordal Palacios no deseaba un abanico, los hermanos pensaron que ese ventilador portatil, además sin pilar, funcionaba accionando una palanca, sería lo ideal para su progenitora. Sin embargo Doña Marta parecía ver aquel aparato de otro modo:

Ayhijosmedapenahastatocarloqueyonoloquierorompernosénisilovoyasacardecasaqueloperdería
porahíhayqueponerleunnombreporqueesmonísimoytienehastasonrisalovoyateneraquínolovoynia
tocarquenoseestropee...Mamá, es un ventilador, no un adorno. La idea es que lo uses cuando haga mucho calorNohijosyonoloquieroromperlevoyabuscarunsitioaquíenlaestanteríaentremislibrosdelecturajuntoa
lasestampitasdelavirgenaquívaalcirmuchoconesoscolorinesquéalegríacadavezquevuelvaami
estanteríaylovea...—añadió Doña Marta mientras se secaba la cara con la manga de su blusa.Joder, para esto te traemos un clic de Playmobil y se acabó.Eso hubiera sído más caro que este robotito, Fran —comentó Juan.LosclicdePlaymobillostuvisteisvosotrosdepequeñonolucíancomoestemuñequitonoerantan
simpáticosestoeslomejorquemehabéisregaladoenmuchotiempoesencantadorlevoyaponerunnombre
quenosemeocurre...Vale, mamá, pues Tito el robotito —dijo resignado Fran.AysiholaTitoquégraciosoerescómotequieroaquíestarásmuybienquéalegríacadavezqueteveoyme
guardarásloslibrosqueleotantasveceseresidealahoravaaestaraquíparasiempreylovoyacuidarmejorque
anadaquehayatenido...Bueno, Fran, lo importante es que le ha gustado —sentenció Juan. 

Nieve en los bolsillos.

 


Hay que ver, es increíble. Los problemas que dice que había en Alemania exactamente iguales que
los de los inmigrantes de ahora.

Es que Kim lo conocemos sobre todo como autor de cachondeo, pero cuando se pone enserio es
capaz de maravillas.


Nieve en los Bolsillos era un cómic autobiográfico del dibujante barcelonés Joaquim Aubert Puigarnau,
más conocido como Kim, cuya obra más conocida era la parodia de los ultra Martínez El Facha. En él
comentaba sus peripecias como inmigrante español en Alemania en los 60. Las ideas que le motivaron a
irse, cómo llegó hasta ahí, lo que encontró una vez llegaba... Y también la influencia de las coyuntura
política del momento, de la propaganda franquista y de la división de Alemania.


Como los grandes capitalistas de ahora había muchos en Alemania que se aprovechaban de los ilegales para que trabajaran, que no pagaran...—comentaba Fran.

Sí, y el Kim dice que él salió por probar suerte y ganar algo de pasta antes de hacer la mili, pero que 
muchos huían de la España facha.Sí, incide mucho en el tema de que encima el gobierno franquista vendía la emigración como un 
éxito que les había acercado a Europa.De todas formas eso que pretende algún facha de ahora de que los españoles iban a Alemania a 
levantar el país con contrato y que por eso les apreciaban y que los inmigrantes de ahora vienen a 
joder es difícilmente sostenible a la luz de lo que cuenta aquí Kim.Como aquí, el pueblo alemán en general era solidario y había hijos de puta que los usaba como 
mano de obra barata.¿Y los fachas alemanes que por ser español en esa época daban por sentado que era fanquista?Bueno, al final parece que hemos hablado más de Martínez el Facha que de Nieve en los bolsillos. 
Será porque hay cosas que no cambian.Exactamente. 


Ficha del cómic, aquí.

lunes, 16 de agosto de 2021

El calor y los aparatos.

 


El verano trajo una ola de calor a a la ciudad de nuestros protagonistas que evidenció la necesidad de un ventilador nuevo.

Joder, cualquier electrodoméstico de estos de clima aquí no dura más de un año —dijo Juan Gordal mientras intentaba montar las piezas del nuevo aparato —. Y encima estoy pasando un calor para montarlo que no es ni normal.

Ahora cuando lo conectemos nos quedaremos un rato al fresco.YolohubieratraidodelCorteInglésporqueahílascosastienengarantíasepuedendevolveryesmucho
mejorqueestoquehabéistraídoseguroqueyaveníamontadolopondríamosyyaestaríamosalfresco
tendríaisquehabermedejadotraerlo...—comentaba Doña Marta Palacios.Mamá, has tenido casi dos semanas de calorón —dijo nuestro protagonista mientras le buscaba a su 
hermano las herramientas. 

Por fin la operación de montaje terminó y la familia puso en marcha el ventilador. Sin embargo,

mientras se aliviaban un poco comprobaron que en el rincón donde se acumulaban trastos viejos tenían

el ventilador del año anterior, un calefactor que no sabían si iba bien o no, un mando de la tele que ya

funcionaba...

¿Y cómo cojones se ha acumulado todo esto aquí? —se preguntó nuestro protagonista.Nadahijoquelovamosdejandonuncanosacordamosperoyalollevaréyoalpuntolimpioquevienentodos
losluneshayquedejarloenesebancoquehayenlacalledearribanopodemosseguircontodoestoaquíaversi
mepongoylobajo...No, mamá, déjalo. Ya lo bajo yo —respondió nuestro protagonista mientras recogía sus herramientas
 y hacía un fardo con los trastos viejos.¿Pero estás seguro de ir ahora? Mira que da todo el sol —dijo Juan Gordal.

Ante la perspectiva de andar seis calles bajo el peor sol de agosto , nuestro protagonista optó por
servirse una bebida fría y dejar pasar un par de horas. El ventilador refrescaba el ambiente, pero solo
ver aquel montón de aparatos le provocaba un tremendo sofoco. Casi más que el de forcejear y buscar
herramientas para montarlo.

De momento, con el aparatito las he pasado más putas que en toda la ola de calor.Siempre cuesta un poco mejorar las condiciones de todos, Fran —respondió Juan.Será. Voy a darme una ducha fresca y a quedarme un cuarto de hora aquí tirado.

miércoles, 11 de agosto de 2021

Beber sin alcohol

 


Bueno, Fran, ¿que te parece? —dijo Juan mostrando aquel establecimientio que se anunciaba con diversas
bebidas frías.

Para nuestro propósito de reducir el consumo de alcohol está bien —sentenció nuestro héroe.


Los dos hermanos se habían propuesto llegar a sus pesos ideales y entre otras cosas, reducir su consumo

de alcohol para ello. Llevaban un tiempo bebiendo solo cervezas sin alcohol cuando descubrieron aquel
establecimiento. Les llamo la atención sus anuncios de granizados de frutas y limonadas con sabores. Las servían con hierbabuena, gengibre y varias otras especias. Pero Fran parecía decidido a pedir otra cosa: el granizado de mango, fruta por la cuál sentía debilidad nuestro protagonista. Sin embargo según entraron la dependienta les cambió los planes:

Aquí estamos cerrando, id a la terraza de enfrente que también es nuestra.

Los dos hermanos se sorprendieron, además, del tono autoritario, casi hosco, con que lo explicó. Pero bueno, si esos eran los horarios se irían a la terraza de enfrente. Una vez sentados comentaron el suceso:


Yo la verdad es que no entiendo ni ese horario discriminatorio entre centros, ni esa mala educación

—dijo nuestro protagonista.
Y además no es que fuera una chica jovencita que ya aprendería. Esa de los 35 años no bajaba.

Lo importante es que nos sirvan aquí. Tendrán el granizado de mango, digo yo.Yo prefiero una limonada con gínseng.

Vaya cursiladas que hay que pedir para no beber alcohol. Me acuerdo de cuando en Túnez el moro
me vendió el gínseng prometiendo que me convertiría en una fiera en la cama.

Y no es que desde entonces las chavalas acudan a ti a kilos.

Los dos hermanos discutían la broma una vez más, y a los cinco minutos se dieron cuenta de que
tardaban un montón en atenderlos. Juan decidió acercarse a pedir.

Dice que ahora viene, que pensemos bien lo que queramos.Pero si ya lo tenemos pensado. Oye, casi estoy por irme y pasar de dar dinero a estos sorbe frutas.
Espérate, hombre. Vamos a ver un poco los libros que hemos comprado.

 En el tiempo en que el camarero tardó en llegar a la mesa los dos hermanos pudieron leer los libros,
 hablar de cómic, consultar el twitter... Por fin llegó el dependiente a tomarles nota:Pues un granizado de mango...Se nos ha acabado el mango, se lo traigo de sandía, si quiere.

 Fran contuvo sus impulsos, y como reacio a irse tras esos casi diez minutos de espera aceptó. Pero 
en su interior sentía una rabia muy difícil de controlar, y menos aún cuando Juan pidió su bebida y el 
encargado volvió a responder:Gínseng tampoco nos queda. Te la traigo con hierbabuena.No, mira, mejor no —dijeron asqueados ambos hermanos.

De camino hacían lista de agravios: negativa a atenderlos, tardanza, falta de lo que pedían... Sí, irse sin
consumir estaba justificado.

Llega uno con toda su buena voluntad a beber sano y parece que te quieran joder el propósito.Parece que quieran fabricar alcohólicos, de verdad. 

lunes, 9 de agosto de 2021

Málaga, todo un descubrimiento.

 


Qué ingenioso lo del canalillo por la ciudadela para que corra el agua —dijo Fran en la Alcazaba de
Málaga—. Los moros medievales eran la leche.

Con eso del Terral algo hay que inventar para sobrevivir aquí —respondió Carolina.


La ciudad andaluza en la que Alvarito pretendía
construir un futuro laboral mejor había sorprendido a
nuestro protagonista en muchos aspectos. Escondía mucha historia de todas las épocas, el día anterior
nuestro protagonista había observado el recuerdo a las víctimas de una masacre ocurrida en una guerra
civil que había sacudido su país hacía casi 90 años. Ahora recorría la fortaleza de época medieval, situada
muy cerca de un antiguo teatro romano.


Es que desde entonces, desde época romana, también hay cultura, y hoy sigue que los espectáculos
marengos nos han cautivado —comentaba Fran.

Pero yo donde me lo paso mejor es en el Parque del Morlaco —puntualizó Carolina.

El Parque del Morlaco era una reserva natural del ecosistema primigenio mediterráneo que cobijaba
ejemplares de muchas especies amenazadas o endémicas. Otro ejemplo de la variedad de la ciudad.


Por no hablar de las playas. Mañana iremos a bañarnos, que creo que ya tenemos todo lo visible
visto —propuso Fran.

Eso, que la playa da hambre y luego tomaremos otro espeto y jibias.

Es que encima se come bien. Muy buena ciudad.

A pesar del inconveniente este del Terral.

El Terral era como se conocía un fenómeno meteorológico que provocaba unas temperaturas altísimas
en la ciudad, sobre todo en meses de verano. Era lo único que Fran había encontrado como defecto a
esa ciudad. Pero como él decía, el tiempo nunca puede ser excusa para perderse una ciudad lo
suficientemente grande para que un madrileño no sienta que se le acaba en cuanto empieza a andar, y
llena de muchos atractivos.