miércoles, 27 de julio de 2016

Las salchichas vigorizantes.

- Ya sabéis-dijo la Tía María Cristina-, de cenar sólo un cuarto de manzana.
-Tía, ya te la hemos cuidado otras veces, sabes que volverá mejor de lo que la has dejado.

Un año más, la Tía Maria Cristina se marchaba de vacaciones dejando a Malita, su perra, al cuidado de los Gordal Palacios. La perra ya tenía 15 años, pero se la notaba rebosante de salud. Sin embargo, pronto comprobaron los hermanos que los años no pasaban en balde, y que con el calor se quedaba más aplatanada, además de andar menos.

-Bueno, ningún año ha sido muy andadora -decía Juan.
-Aparte de que Diez tampoco quiere llegar ya al Retiro.

Lo cierto es que ambos animales solo caminaban ya hasta el parque que había al final de la calle donde vivían nuestros protagonistas, y a la vuelta la perra se echaba rendida en el suelo.

-Pobrecita -dijo Doña Marta Palacios-, está hecha una abuelita.
-Bueno, vamos a cenar y preparar las cosas -pensó nuestro hombre.
-Pero dice mi hermana que sólo le demos un cuarto de manzana.
-Pues se lo daremos.

Así lo hicieron, pero los Gordal Palacios observaron con asombro que por primera vez la anciana perra daba muestras de verdadera energía: ¡Se peleó con Diez por una salchicha! Los separaron y Juan tuvo la idea más lógica viendo aquello:

-Vamos a darle salchichas a ella.

La perra devoró tres salchichas, y parte de unos restos de callos que quedaban en la nevera. Y luego se puso a jugar con su muñeco. Diez se acercó, pero tuvo que forcejear con ella.

-A ver si no va a ser tanto que está mayor como que le dan poco de comer -dijo nuestro protagonista.
-Bueno, les ha llegado a los quince años. No creo que esté mal cuidada -contestó Juan.
-Ahora la vamos a sacar un poco -dijo Doña Marta-. Los perros salen por la noche taambién.

Pero entonces Diez y Malita volvieron a echarse en sus colchonetas y parecían incapaces de volver a moverse.

-No sé si dejarlos ahí o darles una salchicha si bajan -dijo Doña Marta.
-La verdad parece de coña que solo se hayan movido con eso.

lunes, 25 de julio de 2016

Números redondos y subiendo.

Pues aquel año, nuestro protagonista despertó el día de su cumpleaños algo atribulado. Era una de esas edades redondas, cada 5 años, donde uno tiene tendencia a plantearse cómo está llevando su vida, si las cosas están saliendo... El hecho innegable es que había llegado a los 35 años. Tenía estudios, había ayudado a su familia viajado... Pero seguía sintiéndose incapaz de dejar su casa y de avanzar con ninguno de sus proyectos. ¿Trabajo? Poco y malo. ¿Había logrado sacar alguna de sus series de ficción proyectadas? No. ¿Amor? No le iba nada bien en este aspecto. Pero sin embargo notaba algo dentro de sí que le movía a empujar por sus deseos, algo que le impedía abandonar. Se duchó y se levantó pensando qué podría ser. Y cuando salió de la ducha, Doña Marta Palacios, que venía de sacar a Diez, le saludó muy efusivamente:

-¡Hola, hijo pequeño! Parece mentira que ya tengas esa edad.
-Hola, mamá.
-Ven que te felicite. Te voy a preparar unos callos y ahora iremos a por la tarta.
Fran se sintió reconfortado, y por un momento olvidó todo lo que se había levantado pensando. A la hora de la comida, Juan Gordl le sorprendió de verdad:

-Bueno, debería darte mucho más que esto, pero aquí está mi regalo.

Nuestro protagonista no podía creerlo: ¡La nueva camiseta del Atleti!

-Te has pasado Juan. No me lo puedo creer.
-Tú mereces eso y mucho máas, sólo falta que sea una camiseta de campeones.

Carolina Gordal y Alvarito, por su parte, le trajeron vales para las piscinas y le ofrecieron un viaje en la autocaravana.

-Muchas gracias me vendrá muy bien
-Todo lo que queremos es verte feliz.

Y así, un año más, nuestro protagonista entendía qué le animaba siempre a seguir. La gente tan maravillosa que le rodeaba. Y por la tarde habló con el primo Mario, La tía Maria Cristina, la tía Clara, sus amigos... Sí, esa gente le dará fuerzas patra lograr todo lo que se proponga.

miércoles, 13 de julio de 2016

Sankara y la revolución.

-Pues la verdad, quizá como tebeo en sí no sea muy bueno, pero es el único que he visto yo sobre África, y sonbre un hombre pococ conocido aquí -dijo Fran Gordal al acabar de leer Sankara y la Revolución
-Es que el autor ni siquiera es dibujante. Es músico, diseñador... Pero dice que ha creado este cómic a partir de fotos y discursos porque admiraba a Thomas Sankara -precisó Juan Gordal.

Thomas Sankara, al que ambos hermanos no conocían antes de leer el cómic, fue el mayor representante del socialismo en África. Era un militar que se levantó en 1983 contra el gobierno del antigua Alto Volta. Aunque teóricamente el país se había independizado de Francia, el gobierno era clarísimamente un títere de la vieja potencia colonial. Sankara se levantó contra ellos, y en cuatro años realizó obras muy importantes, como campañas de vacunación, programas de igualdad de la mujer, abolición de privilegios de líderes tribales, y una lucha sin cuartel por evitar el endeudamiento de los países pobres que provocan instituciones como el FMI. Sus campañas de vacunación salvaron a 2.5 millones de niños, y tuvo mujeres ministras ¡en la Africa de los años 80! Además, como símbolo de ello fue el que cambió el nombre del Alto Volta por el actual de Burkina Faso, que en lengua de las tribus locales significa “el país de los hombres íntegros”. Lamentablemente su labor solo duró cuatro años, pues al interferir con sus ideas sobre la deuda n África en intereses de gobiernos occidentales e instituciones financieras, varios servicos secretos occidentales con la colaboración de un traidor en sus filas, Balise Compaoré,organizaron su asesinato. Pero su ejemplo perdura entoda África. Si quieren sabr más de este gran hombre, puedn verlo aquí. El artista multidisciplinar francés Vianney Raynal, conocido como Viané oyó de él trabajado con músicos del país africano, y a pesar de no haber sido nunca autor de cómics, lo admiró hasta el punto de escribir el tebeo.

-La verdad es que el dibujo parece de libros de primaria -dijo Juan.
-Y la historia en este caso venía dada, pero creo que la labor informativa de este cómic lo hace muy reomendable para todo el mundo.
-Y a mí me reconforta ver que el cómic sigue siendo vehículo de las ideas revolucionaria.
-De todas formas, bien hubiese hecho Viané en buscar la colaboración de alguien que supiese un poco de cómic.
-En eso estoy de acuerdo, que la narración a veces es también aburrida. Sin embargo puedo decir que es mi tebeo malo favorito.
-Y sumamente ilustrativo. Demostrando una vez más cómo barren los intereses financieros a todo el que les ose plantar cara.
-Bien haría la gente en irlo aprendiendo.

 Ficha del cómic, aquí.

Trayendo la selva a trozos.


 Aquella mañana, nuestro protagonista hizo algo poco habitual en él, habían venido la tía María Cristina 
y el Tío Paco de mañana y lo sacaron de su sueño para ir al Retiro. El Retiro a esas horas era un lugar 
muy agradable en los meses veraniegos, pero nuestro protagonista cada vez lo pisaba menos desde que 
Diez, que se iba haciendo mayor, se negaba a andar como antes. Aquella mañana vino de improviso la tía
 María Cristina y llevó a nuestro protagonista al parque. Fran, que conocía bien el parque intentó
 enseñarles cosas del mismo que pudiesen no conocer, y en especial el río artificial que había cerca de
 la Rosaleda.

 -Bueno, ya veis. Aquí hay patos y peces, y algunos animales que no suelen verse.
 -Parece casi un arrollo de la selva -dijo el tío Paco.
 -No exageréis, se nota mucho que es de ciudad. Mirad a los patos y...
 
 La tía María Cristina interrumpió a nuestro protagonista observando algo:

 -¿Qué le pasa a ese pato? No puede nadar bien ¿Estará enfermo? 
 
 
 
 El tío Paco y nuestro protagonista se fijaron en él. En efecto un pato joven nadaba de forma irregular.
 De primeras pensó nuestro héroe que tuviese una pata enferma. Y no se equivocaba, pero cuando se 
acercó pudo precisar un poco más su mal: una enorme tortuga de las que habían colonizado los 
parques urbanos le tenía cogido de la misma. Los tíos de nuestro protagonista empezaron a pensar 
cómo liberarlo: tiurarle una piedra, un palo... El tío Paco se apostó con un palo enla orilla esperando 
que ambos animales pudiesen acercarse lo suficiente para ayudar al pato. Pero en ese intervalo logró 
soltarse por sus propios medios y fue a refugiarse a la orilla.

 -Joder, pues ya ves, una escena de documental de la selva aquí mismo.
 -Están metiendo tantos bichos en los parques que están creando ecosistemas raros aquí mismo.  Y yo 
que decía que esto no dejaba de ser urbano..

 En esto una cotorra de las que están colonizando árboles y parques berreó desde lo alto de uno de 
esos enormes nidos de palos que tejen.

 -Otro bicho exótico que no hace más que joder aquí. Y no hay forma de pararlas -dijo el tío Paco.
 -Pues sí, al final vais a tener razón, nos están trayendo a trozos la selva a casa. 
 

3.50 euros menos.

Todo empezó una tarde en que nuestro héroe metió la mano en el bolsillo, y encontró su cartera entreabierta y las monedas rodando por el bolsillo. Sacó la cartera y vio que ya no cerraba bien. Bueno, habría que comprarse otra. En un primer momento pensó en comprar una buena en la tienda de deportes de su barrio, pero cayó en la cuenta de quizás así le costase más que el dinero que pudiese meter dentro. Se decidió y bajó a los chinos de su calle y miró las que tenían allí. Había de muchos tipos, pero no lo que él necesitaba: las había que estaban pensadas evidentemente para chicas jóvenes con dibujitos y estrellitas, tipo cartera de señora mayor, y de cuero negras, lo más parecido a lo que él buscaba, pero de tamaño mucho menor. Nuestro protagonista se debatía entre pillar una de éstas e intentar guardar en ella sus cosas o esperar hasta principio de mes y pillar una normal. Viendo la molestias de las tarjetas y monedas rodando por el boslsillo se decidió y la compró. Y entonces empezó una absurda lucha por encajar sus pertenencias en la tercera parte de espacio en la nueva cartera. Se dio cuenta de que le hacía un bulto muy malo en el pantalón, y que aun así no podía meter todo. No había otra, habría que comprar una normal en cuanto fuese posible. Pero eso y le había costado un pedazo de cuero inútil en casa. Por lo menos, se dijo Fran no era muy caro. Pero ya le tenía 3,50 euros menos que meter en su nueva cartera. Y tres días más de la incomodidad de la antigua.

domingo, 3 de julio de 2016

Sexismo en el cómic y por qué molesta.

-Tres meses fácilmente llevan con esto -dijo Juan Gordal.
- Pues pasa de ello si no te gusta ese debate.
-No puedo, en todos los lugares a los que voy es el único tema de discusión o debate.

El mayor de los hermanos gordal Palacios se quejaba de que cada vez que intervenía en foros y conversaciones para tratar del rumbo del cómic siempre aparecía el tema del papel de la mujer en el medio. Con los mismos topicazos de siempre: que si las superheroínas son demasiado voluptuosas, que si solo aparecen como objetos sexuales, que si no tienen importancia...

- Y yo siempre respondo que en autores como Allan Moore y Frank Miller no es así, que sus mujeres son parte activa en la trama y a veces las desencadenantes.
-Yo creo que a ti hay algo que te mosquea en toda esa discusión, Juan, porque nunca he visto que entres en esos debates.
-A mí lo que me enfada es que es una de las soplapolleces de las discusiones sociales en general que se ha pasado al cómic.
-Pues ignóralo como haces con esas discusiones.
-No, yo siempre he sabido de cómic, y tengo que demostrar que la mujer ha sido tratada como en cualquier otro medio.
-Bueno, a fin de cuentas en el cómic son personajes ficticios y dibujados, aun en caso de haberla no creo yo que fuese tan grave.
-Verás, Fran, precisamente me han dicho que personajes hay muchos, pero que qué autora femenina importante hay.
-¡Ya lo decía yo! No conociendo ninguna te duele en tu orgullo de sabiondo de cómic.
-Bueno eso es otro tema. Pero ¿cuál conoces tú?
-Pues no sé, Rumiko Takahashi, la autora de Ranma ½, varias de tiras cómicas...
-Pero coño, dime una de cómic tal y como lo entendemos en Europa.
-Eso tendrás que descubrirlo tú, que para eso eres el listo.
-Y lo que me jode es que encierto modo, me están obligando a reconocer cierto sexismo en el medio.
-No te duele tu orgullo no sabiendo ninguna para hacerte el listo.