miércoles, 25 de enero de 2023

Dos mulas y una mujer

 

 

Aquí Clint Eastwood volvía
 al western ya consagrado
 como tipo duro, como 
siempre le vimos 
―dijo Juan Gordal viendo 
Dos mulas y una mujer.Es como rehacer los 
spaghetti western pero 
con más fama y dinero 
―comentó nuestro 
protagonista.Salvo por Shiley Mc Laine,
 que ya sabes que Sergio Leone decía que no ponía mujeres porque no sabía dirigirlas.
PuesquíesnecesariaporquedonClintyellalevantansolosestapéliculaesmuyagradabledeveryo
siempreladisfrutomuchomásquelasdeSergioLeoneytienemuchassorpresasporunavezestoydeacuerdo
convosotros ―intervino Doña Marta Palacios que también la estaba viendo.Pues no hay nada más que hablar, mamá. 

Dos mulas y una mujer era una nueva aventura en el western de la estrella que tomó el relevo en
el género a John Wayne. En 1970, después de consolidarse en la acción con títulos como La
jungla humana o El desafío de las águilas Clint Eastwood volvía de la mano de su nuevo director
fetiche a rodar sobre el salvaje oeste. En la película es un ex soldado norteamericano que decide
trabajar a sueldo de los juaristas durante el levantamiento contra el emperador Maximiliano.
Casualmente encuentra y rescata a una monja cuando unos forajidos iban a abusar de ella y
probablemente a robarla. Desde entonces la citada monja y el pistolero se unen y emprenden un
viaje para proveer y organizar un núcleo de partisanos juaristas, durante el cuál van congeniando
y aprendiendo el uno del otro hasta llegar a un sorprendente giro final.

En realidad es un paisaje de oeste, dos estrellas y nuevamente la banda sonora de Morricone 
―comentó nuestro protagonistaTambién los encuentros que tienen y las situaciones por las que pasan son muy entretenidos, 
como cuando la monja cambia su mula por ese burro enano ―dijo Juan.Sí, y Clint Eastwood responde con una de sus frases geniales: “aunque ese buen hombre haya
 hecho ese trueque, no lo encontrará usted en el cielo”.EsqueaquíhablannocomoenlasotrasquehabíaunmontóndeescenassinniunapalabrayDonClint
siempreesuntíoestupendoylodelamonjaquealfinaldaesegiroaunqueseveíavenircontantaacciónylas
dosvecesquesalavaaClint...Sí, mamá. Hay que verla. En su género de lo mejor. 

Ficha de la película, aquí.

Cruzar la calle

 

¡A veeeeeeeer! ¡Pasooooo ! ¡Apártense! ―decía aquel individuo a voz en grito.

Juan y Fran Gordal se pararon a mirar de dónde venían esas voces. En la concurrida calle, detrás de
ellos, destacaba un tipejo en proceso de quedarse calvo vestido con una camiseta imperio y unos
pantalones grises. No parecía forzar la marcha, ni tener especial prisa, pero iba gritando a voz en
grito. La gente se apartaba a su paso, provocando tapones y retrasos entre el resto de los peatones.
También los dos hermanos se apartaron. Una vez aquel sujeto pasó empezaron a comentarlo:

 

Te sorprende y le dejas
pasar, pero a un tipo que
 no tiene razón para 
correr ni parece que
 tenga
 prisa no sé tendríamos
 que dejarlo ―dijo Juan.El tío ni apresura el
 paso ni agradece ni 
nada. Mira a dónde
 ha llegado en un
 momento ―comentó Fran.
 Aún se le veía al fondo en medio del pasillo que le iba dejando la gente. Continuó así hasta perderse
 de vista, pero incluso entonces se le oía gritar a lo lejos.La verdad es que ha avanzado muy rápido ―observó nuestro protagonista.Pero no se puede molestar así a toda la acera. Ya, pero cuando oyes a alguien así no piensas. Te sale de dentro dejarle pasar.Imagínate que todos hiciéramos lo mismo. ¡Cómo sería entonces atravesar una de estas calles!Pues tampoco así es muy cómodo.

Juan observó lo lejos que aún quedaba la esquina donde ambos hermanos doblarían y observó
cómo costaba avanzar por ahí.

Al final ser educado va a ser una desventaja ―concluyó.Más mérito tenemos los que lo somos ―sentenció Fran. 


miércoles, 18 de enero de 2023

Carolina y los callos

 

 

¡Muchas gracias, mamá!
—dijo nuestro protagonista
 viendo los callos que Doña
 Marta
 Palacios había preparado.Denadahijolohepasado
muybienhaciéndolostenía
muchaganaporque
últimamentenotraíamosnunca
paraunguisoyyosoymásdeguisosquedeesascosasrarasquetraéisvosotrosahoravoyapoderporfincomer
algoquemeguste...Yo por las cosas del médico me pondré pocos, mamá, pero me gusta mucho. Muchas gracias también.

 Los Gordal Palacios eran unos auténticos fans de aquel plato típico de la gastronomía de la región donde vivían. Los callos eran una elaboración de casquería donde se cocían los estómagos de la vaca y otros despojos junto a embutidos y especias. Había varias variedades en diferentes zonas del país donde vivía la familia, pero en la región donde esto sucedía se solían poner con morro, chorizo, morcilla, cebolla, clavo y guindilla. Parecía que todo el mundo sería feliz con la comida de aquel día. Pero no fue así.Yo lo siento, no los quiero —dijo Carolina.¿¡Cómo?!—preguntó nuestro protagonista.Le ha dado por otras de sus gilipolleces con las comidas —intervino Juan.Perohijatodoloqueheestadohaciendoynolosvasniaprobartienesquedejardeveresascosasrarasqueves
porinternetundíaqueíbamosacomernormalmentetienesquesalirporpetenerasyanoquierescomerloque
yopreparo...Es que... —comenzó a decir Cárol.¿Qué? ¿Qué gilipollez te han dicho? —preguntó nuestro protagonista.No, si no es eso. Es que los callos del sitio donde fui el otro día están tan bien que soy incapaz de tomar otros.

 La familia se quedó patidifusa. Ahora Carolina había perdido el gusto por los callos que era de las pocas comidas que se le podían hacer sin temor.¿O sea que ni siquiera vas a probar lo que te prepara tu madre? —dijo Juan.De lo que es capaz por hacerse la interesante —comentó nuestro protagonista.Ayhijayaniconesosepuedeacertarymiraqueloshehechoprocurandoqueestuvieranatugustocon el picantequeatitegustaycociéndolosbienparaqueahorasalgasconestasaverquiéntemandacomerporahí
mevasamataradisgustos....Te ha preparado tu madre un guiso con ilusión y esfuerzo, así que cállate y come —razonó Fran.Bueno, servidme un plato, pero no creo que pruebe más.

 Carolina devoró el plato en menos de un minuto y poco después pidió más:Bueno, no son como los de esa tasca pero están muy buenos,No sé cómo serán eso, pero te estás pimplando dos platos como una campeona —habló  nuestro personajeSí bueno, ponedme más.Ya ves, mamá, al final unos callos bien hechos quitan la gilipollez — sentenció Juan.Sihijostendréquehacerlemáscallosquelaniñasemeestáponiendomuydifícilúltimamenteconesas
cosasrarasqueledaporhaceryesossitiosalosquevatemíaquenovolvieraatomarnadaencasaperoparece
quenohayparatanto...Si al final tomamos callos más a menudo hasta habrá valido la pena —concluyó Fran. 


La cuesta de los tebeos.

 

 Aquel domingo Juan y Fran Gordal habían vuelto a acudir al Rastro y estaban absortos 
contemplando las antigüedades y otras curiosidades que jalonaban este célebre mercadillo.
 Po supuesto lo que más interesaba a nuestros protagonistas eran los puestos de cómic.Los de la Editorial Bruguera siempre son curiosos —comentaba Fran.Pero yo busco la nueva edición de los de Toppi —respondió Juan.


Entonces Fran fijó su
 atención en un gran 
poster del teniente
Blueberry y avanzó
 unos puestos
 más Aquí había varias
 joyas como originales de Quino, grandes recopilaciones de Breccia, cómic
 europeo de Enki Bilal y otros... También novedades interesantes como el Nevada de Duval, 
Pecau y Wilson, pero Juan fue claro: Me gustaba más lo que tenían abajo, Fran. Y además el Jorge nos hará precio.¿Cuánto hace que conoces al Jor...? —comenzó a preguntar nuestro protagonista y al salir de 
la tienda se quedó estupefacto. ¡Joder! Parece un puto abismo esta cuesta.Sí, la hemos subido sin mirar alrededor ensimismados como estábamos.

 En efecto aquella calle tenía una pendiente verdaderamente inusual en la ciudad donde vivían los
 hermanos. Fran pensaba si en otros lugares había visto algo similar.Aquí en Madrid, desde luego, no. Quizás en Málaga y Toledo he visto pendientes similares.Yo subí una similar en algún pueblo de la Sierra. Aquí se podría hacer la llegada de alguna etapa 
de la Vuelta ciclista, incluso.Pues abstraídos con el cómic la hemos subido sin darnos cuenta. Igual los ciclistas ni la notaban.Va a ser que el cómic es más grande que la misma Vuelta.Será, sí. 

sábado, 7 de enero de 2023

Espacio en la cocina

 


Mientras recogía el paquete 

de harina y los ajos caídos

 de la encimera de la cocina, 

Fran tenía encima que oír a

 Carolina Gordal.

Si es que tiene que pasarte, 
tu manía de llenar todos los 
espacios con cosas que no se usan.Esverdadhijoyonsépara
quétenemosquetenerdosaceitestres
paquetesdeajosdosvinagrestes
salesqueencimacasinuncausamosyesospolvosdeespeciasquesolotomásitushermanosytúlasojadetodo
tenemosdosdesojaquetampoconadieusa... ⸺añadía Doña Marta Palacios.

 Fran dejó un momento la escoba y contestó.Os lo he explicado muchas veces que no he traído nada dos veces. Que el aceite, la soja y el
 vinagre se estaban acabando. ¿O es que queríais que se acabara de golpe el aceite, el vinagre y 
todo y no tener para hacer nada?Pues coloca tú todas las botellas que tenemos dos veces y apáñate.Lo estaba haciendo.Desdeluegohijoestolotienesquepensarporquenoesnormalquecadavezquehayaquecogeralgohaya
quehacerestosequilibriosnovescómotenemosahoratodoytecuestahastarecogerloquehastiradoqueno
puedesmoverte...Que esto no es normal, que se acabe todo a la vez. ¿Cómo hay que decíroslo?Venga, date prisa que luego hay que hacer la comida ⸺le apremió Carolina.Si también la voy a preparar yo. Estofado, ¿no? Aquítienesunpocodetomilloqueteharáfaltaylohetraídoparaquepuedashacerunbuenestofadolometes
todoenlaollaytevaasalirmagníficoluegodéjaloahídondelasespeciasqueesosíqueesnecesariosiempre
parahacerguisosdetodotipo...⸺dijo Doña Marta.

Fran se quedó estupefacto con la sugerencia de Doña Marta. Otro paquete de tomillo para la
cocina, cuando de esa hierba sí que tenían a kilos.

Joder, y luego os cabrearéis si las cosas se caen.Nodiscutasporqueeltomilloseusamuchoaquípodemoshacertodotipodecarneselconejoyelcorderolo
necesitanaversiahoravamosaestartodossintomilloporqueelniñolodicetodovaatenerquellevarlassojatú
déjaloyyahablaremos..Sí, cuando lo recoja del suelo ⸺sentenció nuestro protagonista.


El árbol legendario

 


Hacía tiempo que nuestro protagonista no pasaba por aquella zona del Retiro. Allí,
cerca de su salida hacia la calle de Alfonso XII se situaba un árbol muy especial.
Se le consideraba el árbol más antiguo de dicho parque , con una edad estimada según
el letrero donde se lo describe en 360 años. Era un ahuehuete, un árbol pariente de
los cipreses traído de México. Su forma era singular, destacando su gran anchura y
la rectitud de sus ramas hacia arriba. Cada vez que pasaban por ahí Fran o su familia
se detenían a verlo.

La verdad es que según oí ahora se considera que lo 
más probable es que se plantara en tiempos de Isabel II 
⸺comentó nuestro protagonista.
Yo eso no lo sé, lo que sé es que es un árbol muy bonito, muy singular, y de lo que no
 hay duda es que lo trajeron de México ⸺respondió Juan.Pues yo tengo entendido que lo trajo el mismo Colón y que los franceses apoyaron en 
su tronco una pieza de artillería en la Guerra de la Independencia ⸺intervino Carolina.Bueno, lo veáis como lo veáis yo tengo entendido eso. Además según varios estudios
 es consecuencia de la reconstrucción del Retiro tras ser arrasado por los franceses.Con lo que te gustan a tí las leyendas y la mística y tienes que venir ahora de desmitificadorDa lo mismo, los mitos seguirán corriendo, pero lo que es innegable es que es un árbol
 precioso, vamos a acercarnos.

Fran llegó hasta la reja que lo protegía. Allí pensó en lo bien cuidado que estaba el tronco, sin
pintadas ni ataques de otro tipo, al contrario que otros árboles del Retiro donde la gente grababa
o pintaba detalles estúpidos, y pensó en el acierto de aquella medida para un vegetal tan singular,
así como en lo triste que era verse en la necesidad de tomarla.

La verdad es que no me extraña que con su origen y su forma de para tantas leyendas. Mirad 
qué tronco y qué corteza.¿Y los ramos y muñecos que hay arrojado al parterre? ⸺preguntó Juan.

Entonces Fran y Carolina cayeron en la cuenta de que en efecto había en su base diversos objetos
que parecían remitir a rituales esotéricos. Alguien se dedicaba a hacer ofrendas o similares al árbol

Para que veas cómo la gente ve que es un árbol especial ⸺dijo Carolina.No me extraña, si yo creyera en esas cosas sería donde haría siempre mis conjuros 
⸺respondió Juan.En todo caso demuestra que una vez que las leyendas prenden es casi imposible borrarlas 
⸺sentenció nuestro protagonista. 


jueves, 5 de enero de 2023

Mientras hay familia hay Reyes

 

 

Pues al final, básicamente
todo lo de siempre: ropa, 
algo de tecnología,
 complementos..
.—comentaba nuestro
 protagonistaYo tengo que agradecer 
mucho este móvil. Ya me hacía falta —respondió Juan.No tiene mérito, se lo dejaste muy claro a sus Majestades de Oriente. A mí que me sigáis trayendo cosas de gimnasia no sé si me va bien, pero les sacaré el 
jugo —dijo Carolina.Y mamá tiene un  pedazo de regalo, a ver si le gusta.

Doña Marta seguía observando el limonero que le habían traído para festejar aquello. No paraba
de hablar y expresar una sorpresa grande pero agradable:

Perohijosnosécómoseoshaocurridoyaversilosécuidarmirayatienesuslimoncitosahoralovoyaponer
enunlugarpreferenteesperoquesigadandolimonestienedosnosésilospodremosconsumirperoesprecio
somuchasgraciashijos...¿Y eso que deías tú que habías tenido más problemas que nunca en el Corte Inglés?Síhijostendríaisquehabervistocómoestabalodelosrosconeslopasémuymalperoheconseguidoloque
queríaaquílotenéisyencimahabíaunmontyónderellenosytodoelmundocogíasóloeldenatapoeroestaes
micontribución...Pues vamos a hincarle el diente —dijeron los tres hermanos.Yo creo que mamá es quien más ha disfrutado su regalo. De vosotros no sé decir —comentó 
CarolinaBueno, yo agradezco tener a mi familia y mis regalos, pero para mí vendrán de verdad los 
reyes con un trabajo estable.Esotelotienesquebuscartúhijonoesunregalomiraquébienlohemospasadoestasnavidadesycómo
hemospasadoestosdíasquehastayohetenidoquecomponérmelasparaconseguirelroscónperotodos
tenemosundía bueno...Eso es verdad —dijo Fran sonriendo—. Con curro o sin él, mientras hay familia, hay reyes y
 navidades.