miércoles, 31 de octubre de 2018

El glamour real.

Fran observaba aquel reportaje mientras desayunaba. Abundaba en algo que nuestro héroe ya conocía: un forense de la policía explicaba que en la vida real, recoger muestras orgánicas en escenas de crímenes era mucho más difícil de lo que sugerían algunas películas y series policiacas, especialmente las de la saga CSI.Además de que el material no siempre funcionaba como era necesario, en la vida real, por lo visto, es muy frecuente que la muestra esté degradada, o que incluso aportando información, esta no resuelva nada del caso, algo que nunca sucedía en esos telefilmes.

-El fenómeno del cuñadismo parece que también afecta a la policía científica -dijo Fran a Doña Marta que le acompañaba en la mesa.
-Ajhijoyoestoytodavíasobrecogidaporelreportajeanteriordedoshamponesdegollandoaunniño
pequeñocomovenganzaaversicientíficamenteocomoseacogenaesagentuzaquenosepuedesertancanalla
yencimadecíanenElPadrinoquesielcódigodehonorytal...
-Ya ves, mamá, no hay que confundir realidady ficción. Los asesinos de ningún tipo tienen glamour en la vida real.

Entonces el telediario habló de la pesca furtiva de tiburones, para cortarles en vivo sus aletas, lo único que se aprovechaba, y devolver el animal agonizante al mar, y de un reportaje parecido sobre como algunos millonarios se hyacen buscar y acorralar animales selváticos `para pegarles un tiro a bocajarro sin saber ni calibrar la escopeta.

-Igualito que la caza y la pesca que se ve en las películas de aventuras, sí.
-HijoelpropioNelsonMandelarotestócontraesaprácticadiciendoquesupadrehabíasidocazadordeleones
deverdadqueibaconlasmanosdesnudasyunalanzaaenfrentarseconelanimalenlaselvaqueestonoescazaniesnada...
-Pues parece que los millonarios horteras como el Blesa son muy fans de esa práctica.

A continuación, la televisión mostró un barco factoría japonés despedazando una ballena. Fran pensó en todas las veces que había disfrutado leyendo Mobi Dick, y comparando a aquellos balleneros decimonónicos que en barca y con sus propias manos se jugaban la vida por un montón de productos sumamente necesarios en esa época, con aquellos cazadores industriales que cuentan con todas las ventajas a su favor, y que están exterminando algunas de las criaturas más valiosas del mar por una carne perfectamente sustituíble en la dieta del hombre moderno. Parece mentira -pensó-, ¿no hay nada que gane de la realidad a la ficción?



miércoles, 24 de octubre de 2018

El hombre del trabajo tranquilo,

-Pueden pasar, la entrada es libre -dijo aquel hombre a nuestro protagonista y a la tía Maria Cristina.
-¿Pero qué tienen aquí ? -dijo la Tía-. ¿Sólo monumentos?
-Sí, no suele venir mucha gente.

El Panteón de hombres ilustres de Atocha era uno de los monumentos más interesantes, pero aparentemente menos vistados de la ciudad de Madrid. Durante el siglo XIX, el siglo del nacionalismo, en el que se intentaban construir las identidades nacionales de los diferentes países europeos, el de nuestro protagonista tuvo la idea de reunir en un gran panteón a las figuras de su historia. Tras muchos avatares históricos, al fin, en 1891, se empezó a construir cerca del convento de nuestra señora de Atocha el proyecto del arquitecto Fernando Arbós y Tremanti . Aunque la idea inicial quedó muy devaluada, lo cierto es que el bonito edifico neobizantino acoge los restos de varios políticos importantes del siglo XIX y principios del XX como Cánovas del Castillo, José Canalejas, o Agustín Argüelles. La tía y nuestro protagonista habían entrado de casualidad, y eran los únicos en pasearse entre los monumentos funerarios. Sólo una señora de la limpieza fregando, y aquel conserje rompían la soledad de los ilustres enterrados.

-¿Y ese conserje, si la entrada es gratuita, qué pinta aquí? -dijo nuestro protagonista.
-Pues vigilará que nadie rompa nada.
-La verdad, tiene un trabajo envidiable.
-No sé, Fran. Son muchas horas solo entre muertos, aunque sean ilustres.
-Bueno, también está la señora de la limpieza.
-Pues ya ves. ¿Quieres pasarte la vida limpiando y leyendo el Marca?
-Me gustaría, y además daría tiempo para estudiar y aprender cosas. Por no hablar de la inspiración de tantos personajes ilustres.
-Bueno, si eres capaz de soportar vivir todos los días entre muertos...

Doña Marta y la comida mexicana.

- Así que nos has preparado unas tortas mexicanas -dijo Fran-. Muy bien, si está bien hecha la cocina mexicana tiene mucho sabor y está muy buena.
-Pues creo que la he preparado mejor que bien -respondió Juan con orgullo mal disimulado-. La carne en su punto, el picantito justo, las salsas bien ligadas...
-Ahora falta que mamá quiera tomarlas, que ya sabes cómo es con todo lo que se sale de lo normal
-Hombre, Fran. A esto no dirá que nó.

Pero esa afirmación era un poco temeraria refiriéndose a la matriarca de los Gordal Palacios. Doña Marta sentía un terror casi primitivo a todo lo que se saliese de los alimentos que conocía. Con argumentos tan de peso como "eso aquí no lo hemos tomado nunca" o "huy esto es muy fuerte" con cualquier cosa con un sabor más intenso que el de un queso brie. Además, sin haberla probado nunca, tenía perfectamente interiorizado que la cocina mexicana era picante hasta extremos insoportables.

-Hombre, en el fondo son ingredientes muy normales: carne, aguacate, tomate, cebolla... Lo único el pimentón picante y el tabasco -decía Juan.
-Bueno, por lo menos no se lo sazones antes de servírselo.

Los dos hermanos tomaron toda clase de precauciones y Doña Marta Palacios observó antes que nada todos los ingredientes:

-Ayhijosseosocurrenunascosasquenuncasehanvistoaquíseguroqueesopicacomoundemonioydónde
habréisvistoprepararesoquenadieaquílohacomidonuncadesdeluegomedejáisasombradacadavezque
hacéisvosotroslacomida...
-Mamá -dijo nuestro protagonista-, cálmate, y prueba, está bueno.

Para sorpresa de ambos hermanos Doña Marta cogió una torta vacía, sin ponerle el relleno y la empezó a masticar con cara de gusto:


-Huyquebuenosabeapanquecosasmásrarasmetraéisperosiempreestánbuenasmeparecéisadmirables
loquellegáisadescubrirytodoestodecísquelosacáisdeinternetaversiaprendoyoabuscarmiscosasque
tambiéntengoganasdeaprender...
-Mamá -susurró casi Juan-, la idea es tomarla con la carne, elguacamole, los pimientos...
-Huyhijoahoravasymedicesquemezclesaboresesonomegustaasíestámuybiuenotúpiensaencomertodo
apelotonadoconlossaboresquenisondeunacosanisondeotrayencimaseguroquelehabéisechadopicante
conloqueamímerepele...
-Va a ser una comida muy dura -dijo para sus adentros nuestro protagonista.


miércoles, 17 de octubre de 2018

Superdetective en Hollywood.

-Mira que hay películas de detectives duros investigando incluso más allá de lo que les permiten sus jefes, pero esta parece que ha quedado y que sigue gustando a la gente joven -dijo Juan Gordal.
-Es que aquí Eddie Murphy sí parece que lo controlan un poquita, y de acción y argumento capta de sobra la atención.

Superdetective en Hollywood era una de las películas más concoidas y taquilleras de la serie B ochentera. Narrava la historia de un policía de Detroit que recibe la visita un amigo suyo implicado en negocios no del todo claros en Beverlly Hills. Cuando ambos son asaltados y su amigo muere, el policía se las paña para ir a investigar el caso in siti, aunque sus superiores se lo prohibian. Por supuesto esto conlleva una larga cadena de descubrimientos, enfrantamientos y tiroteos. Pero Axel Foley, el personaje de Eddie Murphy, que como dijo nuestro protagonista aparece en esta peli ligeramente encausado y no llega al histrionismo que se le ve en otras, se las va apañando para conseguir información y que el caso no quede impune.

-La verdad es que yo no sé si los que lo veis ahora os reís tanto como nos reímos en mi tiempo con los plátanos en el tubo de escape.
-Sí, esa es muy buena. En ninguna película de este estilo he visto que se inutilice un cohe de los malos así.
-Y hay muchas señas de su época, por ejemplo cómo salen retratados aquí los traficantes de coca.
-La chica es muy de los 80, hoy la ves y piensas que la han vestido y caracterizado así a posta,
-Y bueno, luego está su banda sonora versionada multitud de veces.
-Todo eso en conjunto hace de ella una película muy recomendable para pasar un buen rato sin más
-Bueno, depende ¿eh? Que en el colegio a los 12 años había quien la creía la mejor de la historia,



El bikini de Atocha.

Fran y Juan Gordal iban por Atocha, hablando de que la ciudad parecía más limpia últimamente. En los últimos tiempos habían cambiado el pavimento, y la zona de Atocha, al menos la pegada a la estación casi nunca presentaba papeles o basura. Pero de pronto, ambos encontraron algo sumamente inusual:

-¿Eso es un bikini? -dijo nuestro protagonista señalando al suelo.

En efecto, una braga y un sujetador con evidentes adornos y colores playeros yacían abandonados en el suelo de la plaza.

-Qué raro, eso no es algo que uno pierda, no se lleva por ahí al aire expuesto a la caída.
-Bueno, déjalo que mirando esto de esta forma hacemos muy mal efecto.
-Pero me sé de una que va a tener que aficionarse al nudismo.

Los dos hermanos reemprendieron su ruta y pronto vieron a dos chicas interesarse en el mismo.

-¿No me digas que se lo van a quedar? Mira que intercambiarse eso no es recomendable.
-No, parece que lo devuelven a su sitio.
-Pues yo algo así que me encontrara tirado ni lo tocaría
-Bueno, la verdad es que encontrar algo así en la calle es inusual, pero no creo que tampoco de para el mitin y observación que estamos dando -dijo nuestro protagonita-
-Pues sí tienes razón.

Pero cuando los dos hermanos reanudaron su camino, el bikini parecía empeñado en seguirlos. En concreto un perro había cogido una de sus partes y escapaba calle arriba. Su dueña le gritaba que parase y que si no le daba vergüenza, que dónde habría estado aquello...

-La verdad no sé por qué lo tiraríanm. Ha dado más juego en menos tiempo del que he visto dar a muchos otros objetos en días.
-Su dueña lo echará de menos, sí -dijo Fran.

jueves, 11 de octubre de 2018

Interrupciones,

-Bueno, Fran, vamos a hacer nuestros ejercicios.
-Sí, Juan. Hay que ver, ya se va notando, ya cada vez me canso menos.
-Es verdad, habrá que meter más caña, aunque también dependemos de un horario.

De modo que los dos hermanos comenzaron su rutina de ejercicios, sudaban y resoplaban, pero de modo agradable. Estaban a punto de pasar al la rutina de abdominales, cuando Doña Marta Palacios les interrumpió:

-Oyequeyotengoquepasaramicuartoporquenohesacadomiropaytengoquevestirmequemevoyalteatro
conmihermananecesitoponermeguapaporqueconmihermanasiempredesentonoyademásnecesitolas
zapatillas...


Los dos hermanos se quedaron estupefactos, ya que Doña Marta había estado una hora y media dando vueltas por el pasillo antes de que se pusieran:

-Pero si dijiste que ya habías terminado -dijo nuestro protagonista.
-Habíaterminadoenmicuartoperonomehabíavestidoademñashoynoescomootrosdíasquesolotengoque
sacarlaszapatillashoytengoquevestirmedeltodoporquetengoqueponermeguapayaoshedichoqueenel
teatrohayqueirbien...
-Bueno, pasa .dijo Juan-. Pero por favor no tardes.
-Notardaréhijosenunminutomehevestidoaversiluegopodéisseguiryosoylaprimeraquequiereacabar
cuantoantesporquetengounahorafijaqueelteatroesunespectáculodondehayqueestarpuntualdesdeluego
yonoquierointerrumpiros...
-Pues pasa y a ver si es verdad.

Doña Marta seguramente corrió todo lo que podía, pero los cierto es que pasaron más de treinta y cinco minutos, y Doña Marta seguía ahí:

-¿Falta mucho , mamá? Nos estamos quedando fríos.
-Deverdadqueahoraacabohijosperoesquesolotengodosmanosyosoylaprimeraquequiereacabarcuanto
anteshoyyaoshedichoqueesmáscomplejodelohabitualperoesparaelteatroquetambiéntienesuhorayhay
quevestirsebien...
-Bueno, tú sigue y a ver si acabas.

El reloj siguió corriendo: diez minutos más, quince...


-Mamá. ¿Cómo va eso?
-Miraahorayacasiestácreoquepuedosalirmepongoelpintalabiosfuerayalotengolosientomuchohijosya
mevoyosdejoporquemeparecéisadmirablessiempreestáisentrenándoosytenéisunafuerzadevoluntad
tremenda...
-Bueno seguimos.

Los hermanos reanudaron el entrenamiento, pero lo cierto es que se habían enfriado, y parecía mucho más difícil reanudar la rutina.

-Bueno, por lo menos ya hemos llegado a las flexiones.
-Sí, pero cuesta lo suyo.

Entonces llamaron por el teléfono, y ambos hermanos tuvieron que volver a parar:

-Juanquequierenhablarcontigonoséquienesperodeberíasatenderleporquedicequeestasemanaquieren
salircontigoparecequesontusamigosnosécuántotiempohacequenolesvesaversicogesbienelrecado
porquesiempreestásaquí...
-Mamá, ahora no puedo.
-Peroesquemehaninsistidomuchoaverquélesdigoyademásestoydeacuerdonuncaquiereshacernada
esimposiblehacercasinadacontigocuandosiemprehassidoamableysalíascongenteahoraparecequehacesporencerrarte...
-Bueno, ahora voy -dijo Juan y de nbuevo los dos hermanos se interrumpieron.

Esta vez fue menos, diez minutos, pero de nuevo costó un triunfo ponerse en marcha. Los dos hermanos lo comentaban.

-Joder, no puedo ir porque el día me viene mal. Pero la verdad es que piensan en mí.
-Bueno, a ver si acabamos.

Así siguieron hasta que en la parte final de su rutina, con las pesas el teléfono volvió a sonar.

-No lo cojas, que se quede el número y ahora llamamos -dijo Juan.

Así lo hicieron, y al acabar devolvieron la llamada a la tía Clara, que quería información sobre el horario de las parroquias de Madrid. Al acabar, Fran hizo una reflexión:

-Pues no es por los ejhercicios, pero tanta interrupción me ha cansado como hacía tiempo que no me cansaba.
-Sí -dijo Juan-, desde luego las condiciones también cuentan en un ejercicio. Pero lo hemos hecho.

Cine cuando no se hace cine,

-¿Pero qué haces viendo ahora pelis de Stallone de los 80? Si no ves fútbol de los 60 es cine de los 80 -dijo Juan Gordal.
-Bueno, he descubierto la productora Canon y estoy viendo la serie B de esa época...
-Y luego os cabreáis cuando yo veo en el ordenador los estrenos.
-Hombre, Juan, lo que nos cabrea, como tú dices, es que monopolices el ordenador.
-Es que parece que de golpe ya no os interesa nada de lo que pasa ahora. Mamá tambi´`en va ahora al teatro a la zarzuela...
-Juan, me parece raro que precisamente tú digas eso. Que el cine y los espectáculos hayan avanzado no quiere decir que se olvide todo lo anterior. Por ejemplo, cuando yo veo por el ordenador partidos de los 60 es para conocer a los jugadores de los que tanto hablan ahora. Y reconoce que la producción cinematográfica actual no ayuda.
-En eso tienes razón. Llevamos sin ir al cine de verdad un huevo.
-Y mamá tampoco tiene nada que le interese...

Entonces, Doña Marta Palacios entró por la puerta y formuló una proposición que parecía venir al tanto de lo que hablaban los hermanos:

-Holahijotesqueréisveniraverelciclodecinedelapazhoyponenunatitulada"Sotabosc"deunnegrollegado
aCataluñabuscándoselavidaydecómolotratanesunasuertehaberdescubiertoestodelCineBellasArtes
estoyviendomuchaspelículasquedeotromodonovería...

Nuestros protagonistas recordaron las películas que había visto Doña Marta: de paralíticos cerebrales, de afectados por catástrofes naturales, de náufragos... Todas ellas, además, rodadas con pocas palabras y de forma lenta y aburrida. La respuesta parecía obvia:

-Bueno, mamá... -dijo nuestro protagonista- es que yo tengo ahora Yo el halcón...
-Ayhijoesolotienesahisiempreventeahoraaverestonohabráotromomentonuncavenísconmigoyestabais
hablandodequequeríaisvercosasparaunavezqueosloofrezcovenidaunqueseaunavezqueestecinetiene
cosasmuyparticulares...
-¿Pero es que se ha acabado el cine normal? -aulló, casi, desesperado Juan.


miércoles, 3 de octubre de 2018

Normalizando la estafa.

-Pues son cinco eruros todo -dijo esa cajera a nuestro protagonista.

Mientras buscaba en su bolsillo, Fran se alegró de que al menos aquella vez no había caído la apostilla de últimamente cada vez que compraba algo. Pero pronto comprobó que se equivocaba:

-¿Y no quiere por un euro más una caja de rosquillas?
-No, gracias -dijo nuestro héroe viendo aquel aparatoso paquete con dos rosquillas rancias en su interior.

No había manera. Cada vez que últimamente hacía una compra, le ofrecían la morralla del día anterior o algún producto inservible más que no necesitaba. El día que se compró una nueva chaqueta para el frío que empezaba a volver a la ciudad, si por el dependiente hubiera sido se hubiera llevado unos vaqueros de la temporada anterior. Cuando Doña Marta Palacios lo envió a la ferretería a por tornillos, le ofrecieron un bote de pintura. Y cada día en el supermercado lo que no hubieran vendido: bollos revenidos, ambientadores cutres, etc. Se ve que se había extendido esa práctica comercial en todos los establecimientos para deshacerse de lo que tuvieran en el almacén, y de paso, vender a algún despistado algo que no necesitara o que no quisiera de salida. Nuestro protagonista estaba resuelto a no aceptar nada nunca de esas proposiciones, ya que sin duda, si ese producto se vendiera bien o fuera de calidad no necesitarían esa táctica. Y además por lo general, eran completamente inútiles e innecesarios Pero parecía que la práctica se estaba imponiendo, y eso sólo quería decir una cosa: así lograban hacer dinero. Y no era difícil suponer entre quién. Nuestro protagonista aún recordaba la anciana que había visto algunos días, incapaz de contar ella sus monedas, y que daba con todo el dinero el bolso a la cajera. Y tirando de allí recordaba los infames casos de estafas bancarias a ancianos que muchas veces habían sido permitidos. Y antes, las llamadas telefónicas ofreciendo que si instalaciones de gas, ofertas de telefonía... Todo, parecía, dirigido al mismo público con la misma intención, y las mismas víctimas. Lo de ahora, en comparación con otros casos que habían surgido, principalmente en el sector bancario y financiero, era irrisorio. Pero era un timo que podía hacerse a diario y que se sumaba a los anteriores. Seguramente la cajera había recibido esa orden de su jefe y no podía hacer sino obedecerla. Pero lo que realmente inquietaba a nuestro protagonista era que muchos estaban dispuestos a tragar con eso:
"Pues si no te enteras de lo que es no compres", "No se puede vivir por encima de tus posibilidades"... Todo con frases casi siempre aprendidos de los estafadores de ancianas. Por suerte en casa de nuestro protagonista parecían libres. Pero al llegar, Doña Marta Palacios según recibió a su hijo le habló de otro intento de timo:

-HolahijohanllamadolosdelBankiaquedicenquetienenunpréstamode12000eurosamidisposiciónque
yasabenquenolespiensocogerperosigueninsistiendoytambiénconplanesdepensionesyonosécómo
hacenparaenterarsedeeso...

Y esto puso en alerta a nuestro héroe. Por suerte, Doña Marta Palacios aún estaba lúcida, pero los grandes estafadores consentidos querían echar las redes en su casa. Y fácil era suponer que en todas donde hubiera un pensionista. Y llegó a una conclusión clara: no se sabe cómo, pero hay que parar esta espiral.

Silvestre en la vida real.

Aquella imagen era impactante y patética. Esa pobre chica lloraba acariciando a ese gato blanco de Angola moribundo sobre la acera. Juan y Fran Gordal miraban entre conmovidos y atónitos. Que se te muera tu animal de compañía es una de las experiencias más desagradables que hay, y normalmente suele ser un momento íntimo que nadie ve. Pero es que a aquel pobre gato le había ocurrido algo sumamente inusual.

-¡Y yo que me reía cuando salía al alféizar del la ventana! -sollozaba su afligida dueña.

Al parecer, el infeliz animal había resbalado y se había caído por la ventana. ¡Saliendo al borde y a dar saltos como se ve hacer a todos los gatos miles de veces! Nuestros dos protagonistas dejaron sola a la desafortunada dueña y al animal, que bastante tenían con su desgracia para encima sorportar la multitud de gente morbosa que miraba sin hacer nada.

-Voy a llamar a emergencias a ver si pueden hacer algo, aunque no creo -dijo Fran-. No mandarán al SAMUR, pero igual ya existe un servicio para estos casos.
Cuando acabó nuestro protagonista de hablar, su hermano le comentó:

-Es inusual, Fran, pero se ve que a veces pasa. ¿Qué animales mueren cayéndose de los árboles? Los monos, porque son los que suben.
-Sí, y la verdad es que ese riesgo es natural en los gatos. Se lo he visto hacer a miles de ellos, y nunca he visto uno que se cayera.
-En realidad, aunque muy remotos, en la vida de todos cada día se toma riesgo. Es mejor no pensarlo, porque si no uno no haría nada.
-Ya, pero a esa pobre chica le ha tocado la lotería al revés con su gato.
-Y lo peor es que ni siquiera ha podido pasar ella sola el mal momento de que se te muera tu animal.
-Eso, encima a la vista de todo el mundo cuando seguramente lo que más querría era tranquilidad. La próxima vez que vea en los dibujos al gato Silvestre caerse por un precipicio, no sé si me lo tomaré a risa.


La Búsqueda del Pájaro del Tiempo.

-Pues el final me ha dejado mal cuerpo, pero es un buen final en el sentido de que no me lo esperaba en absoluto -dijo nuestro protagonista a Juan Gordal.
-Sí, y ¿a que el mundo fantástico que ponen sí que te ha gustado? Por algo se consagraron con él , Regis Loissel y Serge Le Tendre. Loissel se ha convertido... bueno, qué te voy a decir yo. En el gran rostro del cómic francés actual.
-Aunque hay que remediar el hecho de que cuando a alguien lo encumbramos, normalmente ya roza los 70, como Loissel.

La Búsqueda del Pájaro del Tiempo era uno de los mejores ejemplos del género de espada y brujería escrita a mediados de los 80 por estos autores franceses, y que había destacado por su sentido del humor, el atractivo de sus personajes, y la idea general, en la que un mundo fantástico está en peligro por el próximo renacimiento de un dios malvado. La hechicera Mara, el Guerrero Bragon y la hija de ambos (aunque con tremebunda sorpresa final) Pelisse parten a una odisea por salvar dicho mundo. Por el camino nos dejan unas ilustraciones increíbles, un montón de aventuras, sentido del humor y todo ello rematado en un final que seguramente nadie preveía. Además hay un contrapunto de los personajes, en todos los sentidos, carácter, sexo, edades...

-La verdad que ilustrar todo eso debía ser un trabajo tremenemdo -dijo Fran. Y de todo tipo, que hay retratos, panorámicas, ciudades... Y todos los animales y criaturas fantásticas que se inventaron, que en nada desmerecen los mejores bestiarios fantásticos.
-Ya te digo, para convertir en estrella a Loissel.
-Y el mundo está muy bien retratado y definido, pero sobre todo los personajes son la leche. Bragon es muy salao, Mara es muy intrigante, y Pelisse... bueno, es una auténtica caja de sorpresas y giros de guión
-La lástima es el nombre de Bragon, que en español suena algo ridículo.
-De todas maneras, es muy a tono con la serie B de su momento. Hay que leerlo.
-Y la edición que han sacado aquí es muy buena. Con material como las primeras ilustaciones, la primera versión de ciertas historias. etc
-Todavía dice Loissel que todos los días se enfrasca con él, ensayando todas las manera posibles de dibujar las viñetas.

lunes, 1 de octubre de 2018

De retrete a río.

-¡Pero cómo se les pudo ocurrrir, si se podía tener esto así, tener el río como una cañería de retrete! -dijo Juan Gordal contemplando el estado actual del Manzanares renaturalizado.
-Pues no te sorprenda, Juan. Es que hasta hace cuatro días se consideraba que eso era lo que había que hacer con los tramos de río que pasaban por una ciudad.
-Lascosasesvolucionanhijoperomira lobonityoqueestáahora
esincreíblesiempreesmejordejarala
naturalezaseguirsucurso
yenelecasodelríoesloque
másporqueesprecisamenteaguasiguiendosucursoa
verlacantidaddeanimalesquevanllegando... -añadió Doña Marta Palacios

Mira que el plan que había transformado aquella "cañería de retrete" clorada y con patos moribundos era sencillo: dejar al Manzanares sedimentar y que se formen de nuevo riveras, hábitats fluviales... Ahora en ese tramo había vuelto la vida, estaba volviendo la fauna natural de los ríos españoles, y todo ello en plena ciudad.

-Me gustaría ver, que dicen que hanb vuelto, los galápagos leprosos naturales de aquí. Los que estaban perdiendo el sitio con las tortugas de florida que la gente soltaba de los acuarios.
-Pero mira eso...

Una bandada de unas aves zancudas que nuestro protagonista no sabía identificar estaba andando por el río. En los documentales los había visto, esa era su actitud cuando pescaban. ¿Garzas, quizás?

-Yo no en la ciudad, pocas veces he visto un río como este en ningún lugar. Parece mentira, es que era tan sencillo como dejar esto al natural.
-Y está hasta más limpio, si la gente ve esto tiene hasta más reparos en tirar basura que al retrete que tú decías.
-Lo que me preocupa es que estos bichos que han vuelto puedan sobrevivir bien, que no dejan de estar en medio de una ciudad.
-Con las orillas canalizadas y el curso anterior, esto es casi como un invernadero de río, Fran.
-Parece mentira que los madrileños vayamos a poder presumir de río. Es un milagro.
-Los madrileños podemos conseguir todo lo que nos propongamos.
-Y ojalá que los ríos vuelvan en todo el mundo a ser así.
-YoquisierasabersiestoeraasícuandoQuevedoescribiósufamosopoemaenelquesatirizabaal
Manzanaresllamándolo"arrolloaprendizderío"queselemuerendesedlasranasylosmosquitosaversi
entoncesyaestabacanalizado...
-Y seguramente, Quevedo, un hombre inteligente, pero de su época lo prefería artifiacl, mamá.