jueves, 31 de diciembre de 2015

Por fin, un año trae avances.

-Bueno, pues un año más la cena del cochinillo y las doce uvas, Fran -dijo Juan Gordal
-Un año más, sí. Aunque este año supongo que no saldremos en esta fecha.
-Nos hacemos mayores y nada cambia.

Nuestro héroe no podía creer lo que decía su hermano. Se conoce que tenía tan asumida esa letanía que ya la repetía cada Nochevieja.

-Juan, en este caso no tienes razón. Siempre estás en el pesimismo.
-Pero nuestros amigos se han ido, cada vez nos cuesta más quedar con ellos no salimos...
-Mira, este año, yo he subido un nivel de natación, he aprendido a montar en bicicleta, hemos ido a sitios donde hemos conocido chicas y ya verás lo que trae Carolina.
Esto intrigó Juan, que no sabía qué novedad podía traer reparó en algo:

-Pues ahora que lo dices, me han llamado los franceses para hacer algo con los libros que envié. ¡Y va a salir Perramus, el mítico tebeo argentino sobre la dictadura que tantonto esperé!
Entonces llegaron Carolina y Alvarito. Traízn algunos productos para la cena y hablabn de la San Silvestre, la gran carrera popular que se celebraba en la ciudad en fin de año. Pero Juan aún se preguntaba:

-¿Qué traéis de cra al nuevo año? Fran me dice que tenías una novedad importante.
-Sí, cuñado. En donde yo trabajo se ha abierto un proceso para contratar en la administración gente. De momento podéis ser camareros en centros de acogida y coss así. No es mucho pero es un sueldo base asegurado, lo que ahora no es poco. Además, lo sabe poca gente y el temario es corto. Si queréis tendréis trabajo.
-¿Te das cuenta, Juan? Puedes conseguir ingresos mientras mueves tus libros. Hazme caso, que este año viene bueno.
Entonces, intervino Doña Marta Palacios:

-Yaveshijotienesunaoportunidadúnicayoahoravoyaprepararlacenaqueesteañovaasermuybuenoy
traerácosasbuenasvamosarcibirlobienquehetraídolasuvasqueeranmuybuenasyallamaratodoelmundo
queesdíay...
-Mamá, que te vas a ahogar. Feliz 2016 a todos. Por primera vez en mucho tiempo creo que he avanzado de verdad.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Digan lo que digan, son días especiales.

-¿Está ya el turrón? -preguntó nuestro protgonista a Doña Marta Palacios.
-Síhijoyelpavoestáhaciendoseylosmariscos...

Nuestro protagonista volvió un año más a comprobar lo que hace especiales estos días, unos días en los caules digan lo que digan, todo el mundo disfruta y reparte su amor a la familia. Y aunque le faltaba Don Luis Gordal, estaba seguro de que él, allí donde estuviese, prefería verle en su casa, feliz con todos, que aquellas nocheviejas en el hospital. Carolina Gordal y Alvarito llamaron y la puerta:

-Hola, os traemos estos embutidos y... -comenzó a decir Crolina, y se quedó parada al descubrir el belén que había montado Doña Marta-. ¡Qué bonito! T traeré alguna pieza del mercadillo de Móstoles.
-Y yo os traigo patés y cerveza -dijo Alvarito, el cuñado de nuestro héroe.
-Joder, Fran, no se me ocurre qué mas podemos pedir.
-Este año encima, nueva peli de Star Wars. ¡Feliz Navidad a todos, qué cojones.

La salsa y ponerse enfermo.

-Un manojito de romero... ¡Y voilà! -dijo orgulloso nuestro protagonista.

Aquella salsa quedaría con el pollo asado de maravilla y sería un verdadero manjar para comer. Incluso Juan, melindres por naturaleza la apreciaría. La verdad es que las dos horas que quedaban hasta el momento de sentarse a la mesa fueron muy largas para nuestro héroe, porque estaba deseando que Doña Marta Palacios y Juan apreciasen su salsa. Por fin llegó Doña Marta palacios. Venía tan frenética como siempre:

-Ayhijomenosmalquellegoporqueheestadoponiendolasnotasamisalumnosyalgunosvienenareclamar
porcdaestupidezquetedanganasdemandarlosapaseoperoyonopuedoporqueafindecuentaslosquieroson
buenoschicosy...
-Bueno, toma aire y siéntate a la mesa. Ahora voy a despertar a Juan. ¡Juaaaaaaaaaaaaaaaaaan , reptil despreciable, despiertaaaaa!
-No le hables así, es tu hermano.
-Pero duerme como una marmota, el cabrón. Debe de ser animación suspendida o letargo. ¡Tenemos que comer ya!
-Gvoy a dungcharbe -dijo Juan con su voz de recién despertado.
-¡Joder, pues date prisa! Y yo que tenía todo pensado!
-¡Cómo te pones con la comida! -dijo Doña Marta.
-Hay motivo -respondió Fran y se sentó a esperar.

Veinticinco minutos después, Juan salió de la ducha. Parecía que por fin iba a poder lucir su obra. Pero llamaron al teléfono, y Doña Marta Palacios se puso a atenderlos. Eran los responsables del gas, que pedían hora para una revisión.

-¡Mamá, cuélgalos rápido y vamos a comer!
-¡Ay, hijo, las cosas llevan su tiempo!

Por fin los colgó, y se sentó a la mesa.

-Bueno -comenzó a decir Fran-, después de acordar la revisión...
-No, no he conseguido hora, ya lo hablaré.



Nuestro héroe contuvo su ira y decidió seguir sirviendo el pollo y su salsa. Pero de nuevo Doña Marta interrumpió:

-¿Hay pan?
-¡¿Cómo?! ¡¿No has traído tú?! -dijo nuestro protagonista.
-No, hijo, hoy venía de lo de las notas y..
-¡Joder, bueno ya bajo a por él.

Dos barras de pan y diez minutos más tarde, ya sí que parecía todo a punto para que se luciese. Sirvió la salsa y comentó:

-La he hecho con el jugo del pollo, un limón y...

En este punto Juan quiso coger una servilleta, pero al hacerlo no midió bien un movimiento brusco de su brazo y volcó la salsera, tirándola toda.

-Mira, me dan ganas de... Se me ha quitado el hambre y todo.
-¿Te hago una manzanilla, hijo? ¿Estás enfermo? -dijo Doña Marta.
-No, me habéis puesto enfermo, que es distinto.

Una ilusión que da vida.

-Joder, parece increíble, pero ha llegado el día.
-Y yo que creía que ya estaban hechas todas las pelis. No, Star Wars, para mí es dogma de fe, y como tal es eterno.

Y es que aquel viernes 18 de diciembre se producía por fin el esperadísimo estreno de la séptima entrega de la saga. Todos los seguidores de nuestro héroe sabrán lo que eso suponía: nervios por conseguir entrada, búsqueda de espacio para merchndising, actualizar su vestuario... ¡Aún no tenía ninguna camiseta de la nueva entrega!

-Bueno, ahora que hay paga extra ya te pillarás.
-O en los reyes, pero hay que verla cuanto antes. Las críticas de momento la ponen bien, en especial al androide BB8. Ya me come la impaciencia por verla.
-Y ya sabes, hubo uno en concreto, que le mantuvo con vida unos días más esa ilusión.


miércoles, 9 de diciembre de 2015

Fran el derrochón.

-Pues aquí tenéis, cuatro ostras -dijo nuestro protagonista a Carolina, Alvarito y Juan.
-¡Estás loco! -dijo Cárol-. Te has dejado en invitarnos una barbaridad.
-¿Una barbaridad? Cuatro ostras y las cervezas, 10 euros, no es que sea una fortuna.
-¡¿Y ese décimo, qué?!

Fran recordó que unos minutos antes había comprado una participación de lotería de Navidad que vendían en aquel bar. 22 euros sería mucho para gastar en lotería todos los días, pero era una vez al año y todo el mundo la compraba.

-¡No se te puede dar nada! Te gastas todo en bebida y juego -prosiguió Carolina.
-Joder, no creo que una ración de siete pavos y comprar un décimo en Navidad sea mucho pedir.
-Tú te crees que eres Mayweather -intervino Juan-. Una salida tuya debe ser con la mano delante y la mano detrás.
-Mira cómo Alvarito y yo lo guardamos todo.
-Cárol, me has invitado tú a más cervezas en las últimas semanas que yo atí en toda mi vida.
-Yo tengo ingresos fijos y.. Dile tú lgo, Alvarito.
-Yo me callo en cosas entre hermanos -dijo el cuñado.
-Bueno, ya has oído a Mister Caravana. No me parece que este gasto en navidad sea excesivo.
-Ya hablaré yo con mamá, ya.



Nuestro protagonista se reía, pero al entrar en casa Doña Marta Palacios lo reprendió:

-¿Es verdad que andas despilfarrando el dinero de la paga extra todo en cerveza, ostras y juego?
-Mamá -dijo sorprendido nuestro protagonista-, tú también has pillado décimos de lotería.
-¿No lo niegas? A ver si este año para ti no vienen los Reyes.
-Joder, que han sido 27 euros y..
-¿Y te parece que estás para invitar?
-Mamá, que no es todos los días, lo he hecho el día antes de Navidad que viene mi hermana.
-Pues nada, tú sin Reyes.
-¡Hay que joderse! Uno invita mínimamente a la familia y parece que haya estado quemndo billetes. Pues yo también, como toque el décimo no os doy ni un céntimo.

Sustos y risas en el fútbol.

-Está bien, puede continuar -dijo aquel agente a nuestro protagonista.
-¡Menudo despliegue! Espero que no ocurra nada. Y eso que parece haber buen rollo entre las aficiones y todo.

Fran y Juan Gordal habían sacado como todos los días a Diez aquel 29 de noviembre, cuando Rayo y Athletic de Bilbao jugaban en Vallecas. En el último mes, todo el planeta de nuestro héroe estaba en alerta ante posibles atentados terroristas, y en los partidos de fútbol había unos cordones policiales fuera de lo normal. Por ello los dos hermanos, que ni siquiera iban en aquella ocasión al fútbol, fueron cacheados en la puerta. Y había varias líneas policiales alrededor del campo, la calle del Payaso Fofó cortada, etc etc. Y fuera del campo ambas aficiones con sus banderas entonando sus cánticos, pero al parecer bien avenidas.

-A partir de ahora, Fran -dijo Juan-, venir al fútbol va a ser un coñazo.
-Pero yo creo, y que me perdonen los del Rayo, que puestos a atentar, lo harían en un campo más grande, con más repercusión.
-Desde luego, aquí hubo a veces altercados de aficiones y no había ni la mitad de maderos.
-A ver si ahora, todos los días vamos a vivir en estado de excepción, hasta el fútbol parece ya cosa de valientes. Las veces que de verdad hemos ido al partido nunca nos había pasado esto.
-Ya no será posible tener un momento de relax ni viendo al Atleti. Me preocupa.

Apesadumbrado con esto seguía nuestro protagonista cuando llegó la jornada copera del día 2 de diciembre. El Atleti ganó su partido sin problemas, bien es cierto que ante un rival menor, el Reus de 2ª B, pero el fútbol parecía haber dejado de divertirle, pues no le era posible pensar más que en aquel cordón policial. Y aquella jornada copera, sin grandes duelos ni dificultades para los equipos teóricamente superiores no ofrecía demasiado espectáculo que hiciese olvidar este trago. Y entonces ocurrió por fin algo a comentar. El tercer equipo de la ciudad de nuestro héroe, aquel repugnante a los ojos de cualquier observador con un mínimo de objetividad saltó al campo ante un rival inferior. E iba a proporcionar por un camino insólito la gran sorpresa copera. Manolo Lama, Paco González y su equipo estaban recitando su alineación en la radio, cuando de pronto intervino su compañero que llevaba las estadísticas:

-Oye, ¿ha habido una amnistía o algo así para los que arrastrasen una sanción en copa? -preguntó.
-Pues no que yo sepa -respondió Paco González-, pero ahora lo miramos.
-Es que si no es así, Cheryshev no puede jugar este partido.
-¿En serio?
-Que sí, que en la temporada anterior acumuló tres amarillas y tendría que cumplir una sanción en copa. Si juega es motivo de eliminación inmediata según el reglamento.


Aquello desencadenó una actividad frenética en la radio. Nadie podía creer que el equipo cuyo nombre es indigno de aparecer en este blog estuviese cometiendo tan estúpido error. Pero tras mirar todas sus listas, tablas y estadísticas, se confirmó, ese jugador no debía estar participando en aquel partido. La afición del Cádiz, famosa por su sentido del humor, para la media hora de partido ya se había enterado y empezó a entonar cánticos burlescos al respecto. Pese a ganar el partido 1-3, el equipo vecino del Atleti había hecho un monumental ridículo que todo el mundo pasó a comentar, las más de las veces con un denominador común: seguro que aquel año las chirigotas del carnaval de Cádiz iban a versar de aquel incidente. Aún intentarían de forma pueril los servicios jurídicos de dicho club durante toda la semana siguiente que no se les aplicase el reglamento arguyendo estupideces del estilo de que no se lo habían comunicado, cuando se sabía desde el mismo momento que aquel jugador vio la amarilla. O que ese reglamento era para otros casos. Eso no hizo sino aumentar su humillación, y por fin nuestro protagonista volvió a sonreir con el fútbol. Como en la vida, el fútbol demostró esa semana tener un ciclo de sustos y alegrías que lo hace incomparable. Y dio gracias al equipo vecino por ser así de estúpido y proporcionar un momento de risa cuando le hacía más falta con el fútbol.


jueves, 3 de diciembre de 2015

Diez podría acabar la discusión.

-Bueno, a él sí parece gustarle, en esta no escarba.
-Pero parece la casa de los gnomos, Juan.

Desde que llegó a casa, la nueva caseta de Diez era tema de discusión en la familia. Cuando su anterior habitáculo reventó, principalmente porque el perro escarbaba en su suelo y terminaba por romperlo, la familia Gordal intentó remediarlo trayendo una nueva, como era lógico. Sin embargo, aquella vez, parecía que en el establecimiento no quedaban del modelo que usualmente compraban, como una casita de trapo con tejado a dos aguas. Esta vez, Diez tuvo que conformarse con una caseta rematada en pico, de planta cuadrada que recordaba lejanamente a los tipis de los indios y las cabañas móviles de alguna otra civilización nómada. A nuestro protagonista le desagradaba ese artefacto en el salón, y a Juan y Doñ Marta no es que les entusiasmase pero eran más condescendientes.

-No deberías ser tan intransigente con cosas así de pequeñas, Fran -decía Juan nuestro protagonista.
-Pero este perro, que de por sí a veces parece un ewok, mira el efecto que hace saliendo de allí.
-Pero ya te digo que no escarba, parece que a él le gusta. No quiere acondicionarla. Si pudiese explicarnos él si l gusta, se acabaría la discusión.
-Espérate, que ya ves lo que hace con la comida y el agua cuando las necesita. ¡Cómo se hace entender cuando quiere, el jodío! Bueno, a ver si nos lo explica de algún modo.

La ropa en el camino de los Reyes Magos.

Como cada año en el último mes, la ciudad de nuestro héroe empezaba a engalanarse. Ya aparecían las tradicionales luces navideñas (aunque ahora eran de la moderna energía LED), los belenes, el mercadillo de la Plaza Mayor... Y también ese enorme árbol monolítico que el organismo de loterías de su país plantaba en la Puerta del Sol. Ya era momento de pensar en cenas, salidas, regalos... Este año pensaba en muchos tebeos de la Fnac, en hacer grandes salidas nocturnas con sus amigos en un claro propósito de conseguir un puesto en la administración el próximo año, en conseguir al fin su segundo título universitario... Pero entonces, oyó un pequeño chasquido proveniente de sus pies. Y cayó en la cuenta: anualmente sus botas se gastaban y solían enviarle señales de que su primer regalo de reyes iba a envolver sus pies. Esos cordones a punto de romperse, esas lengüetas moviéndose, esas plantillas interiores que comenzaban deslizarse eran ya una tradición navideña como cualquier otra. Desde luego, para acabar el año alcanzarían, pero era un alivio que una fecha en que se contemplaba con más indulgencia el gasto económico soliese coincidir con el ciclo de su calzado. Y también cayó: mis Jerseys han encogido en la lavadora, solo tengo de un color, no combinan bien con mis pantalones. D pronto, veía su mayor temor: que su navidad se invirtiese íntegra en ropa. Por suerte, al pasar cerca de un establecimiento de prendas y complementos, vio que sí tenía chaquetas y prendas de abrigo de todas las que hacían falta. ¿Y aguantarían sus pantalones? Todo eran incógnitas, pero sí, una vez más la ropa se interponía en sus proyectos navideños.

martes, 1 de diciembre de 2015

Tyson-Douglas, un combate del que sacar lecciones.

 "Lo que acabamos de ver deja la Cenicienta a la altura de una triste historietilla."

(Los comentaristas de la HBO trs bver a Tyson noqueado por Buster Douglas)

-Bueno, a ver qué te parece -dijo Juan Gordal a nuestro héroe-. A mí ahora que sé cómo fueron las cosas para ambos a partir de aquí, me da un poco de lástima.
-Sin embargo no se puede entender a Tyson sin este combate.

El 10 de febrero de 1990, en Tokio, se disputó un combate que desde luego no pasará a la historia de los pesados por el magnífico espectáculo ofrecido, fue más bien un combate ramplón con pocos momentos de espectáculo, pero que sí nos dejó una de las más grandes sorpresas que ser recuerdan no solo en boxeo, sino en cualquier deporte. Mike Tyson, el gran dominador de la categoría durante los años 80, el mejor peso pesado desde Muhammad Ali, volvía al ring. Aunque su vida y carrera daba algunas muestras de ir cuesta abajo, sobre todo desde que le faltaba su preparador, Cus d´Amato, aún nadie le había derrotado en el ring, y de hecho pocos de sus rivales le habían aguantado los doce asaltos. Se presentaba aquella noche en Tokio con un récord de 37-0 y 32 K.O.s, 17 de ellos en el primer asalto. Por lo visto, había perdido hábitos e intensidad en sus entrenamientos, y su vida privada empezaba causarle muchos problemas: problemas con su novia del momento, relación tensa con sus managers y preparadores... Aun así, las apuestas le daban favorito por 42 a 1. Enfrente, James “Buster” Douglas, un oponente desconocido entonces, una víctima propiciatoria para Tyson. Douglas se presentaba con un récord de 29-4-1 a la pelea, y no había tenido grandes rivales hasta aquel momento. Los directores de la carrera de Tyson pretendían que fuese para él un mero trámite antes de una anunciada lucha con el que sí se esperaba que fuese por fin un rival que diese algo de juego a Tyson, Evander Holyfield, que por entonces ya empezaba a despuntar. Lo que ocurrió nadie podía esperarlo.

-Para mí Douglas está controlando bien la pelea -dijo Fran-, pero Tyson, y más en ese momento tenía un peligro tremendo.
-Eso se ha discutido muchas veces, hermano. Hay quien dice que Tyson se dejaba hacer, que Douglas sorprendía... pero sí, era superior hasta que... Bueno, ya verás lo que ocurre en el octavo asalto.

En efecto, llegado a ese punto, Tyson derribaba a Douglas y parecían volver las aguas a su cauce, pero este se levantó. Siguió plateando igual el combate, y en el décimo, fruto de ese control Tyson encajaba primero un uppercut y después una combinación tremenda que le mandaba a la lona. Douglas, contra todo pronóstico se convirtió en el rival que plantaba cara y derrotaba al fenómeno. Lo que no había podido hombres como Michael Spinks, Frak Bruno o Larry Holmes (que volvió al ring solo para ver si el último campeón podía hacer algo contra Tyson) lo consiguió el desconocido Douglas. Dado que siempre había estado muy ligado a su madre, y la perdió poco antes del combate, toda su esquina, llorando de emoción, le dedicó la victoria.

-Esto a los americanos les debió encantar -dijo Fran-. Siempre les ha gustado la historia de gente que hace realidad lo imposible contra todo pronóstico.
-En efecto, Fran. Quisieron convertirle en un símbolo de superación, en un deportista que encarnase el “si quieres, puedes.” Pero después de esto nunca volvió a boxear así de bien. Holyfield, que esperaba a Tyson, boxeó con él ocho meses y medio más tarde y le noqueó entres asaltos. Era un boxeador del montón que tuvo la suerte de hacer el combate de su vida con Tyson. Además, por lo visto, era medio adicto a la comida, sobre todo desde la muerte de su madre, y eso combinado con que era diabético hizo que llegase a sufrir un coma. Pero cuando se dió cuenta reaccionó, ganó su buen dinero, siguió con su carrera un tiempo, y, yo creo que con buen criterio, se retiró cundo vio que no iba a volver a tener un combate con Tyson que le hubiese enriquecido mucho más. Ahora vive en un rancho en su Ohio natal y escribe libros de cocina para diabéticos además de tener una fundación contra la diabetes.
-Sí, incluso la marca de videojuegos Sega lanzó un juego de boxeo de Douglas para Mega Drive y Master System, porque era la época de máxima rivalidad con Nintendo, que había sacado uno de Tyson para la  Nintendo. El mensaje que querían lanzar era muy obvio.Y Tyson ya nunca volvió a ser el mismo. Su vida personal se había jodido y le quedaba el ring. Aquí también lo perdió.



-Una lástima. En todo caso, este combate si ilustra un tópico muy manido pero que allí está: puedes tener mucho más talento, que si no sabes gestionarlo, los resultados no serán buenos. Douglas, con mucho menos que Tyson, se fue con una carrera bastante aceptable, y se retiró bien.
-Y sobre todo, llevó bien su vida personal, cosa que Tyson no hizo desde que perdió a d'Amato.

 Como siempre, este narrador les ofrece la oportunidad de opinar. Aquí tienen el combate completo para que quien quier juzgue por sí mismo.