jueves, 25 de marzo de 2021

Quo vadis.

 


Ayhijopuesamímecuestamucho
buenoporlomenosdejabienalos
cristianosperomíralosiesque
esidiotayPeterUstinovparece
quererlucirse
conello...
Bueno, mamá, esta película, obviamente dista mucho del rigor
histórico, pero que hubiera un mandamás gilipollas ya ves que
ocurre hasta en nuestros días.

creerquehubieranacidasídeidiota

comoponenaNerónaquípero

Quo Vadis era una de esas películas de temática religiosa que abundaban en las cadenas en Semana

Santa. Narraba las difíciles condiciones en las que desarrollaban su vida y sus costumbres
los primeros cristianos durante la época de Nerón, interpretado por el actor británico y
representado en la película con la imagen egocéntrica y caprichosa que todos tienen de él,
pero llevada hasta casi la caricatura. La relación entre los cristianos y el poder oficial
se nos cuenta a través de la historia de Amor entre uno de los más importantes generales
romanos y una cristiana. Por el camino asistimos a los deliriosos de grandeza de Nerón, los
viajes apostólicos de San Pedro, la persecución a los cristianos y su condena en el circo
romano, etc.

La verdad es que sobre todo es un panegírico a los cristianos, pero es entretenida —dijo nuestro protagonista.

Ayhijoesquequémaníatenéisconquetodolocristianoesmalomiracómoseopusieronalpoderdeunloco
comoestequeincendióRomayquepretendíaserélunDiosynoparabadehacercosasparaquelehicieran
casoclaroqueesbuena...
Bueno, mamá, tú sabes tan bien como yo que no se hizo con intención de ser realista,
pero la historia es buena, hay espectáculo, los actores están muy bien...
SíperoPeterUstinovyolehevistomejorenmuchasotraspelículasynoestanodiososupongoquesierasu
papellohizomuybienesquellegaasacarmedequicioyserálavozperopareceaúnmásidiotacuandohabla
aversisecalla...

Entonces apareció Juan Gordal e hizo un comentario que perturbó a nuestro protagonista
y la matriarca de los Gordal Palacios:
Pues se parece a ti, Fran.
¡¿A mí?! ¡No jodas! Será por lo poderoso que soy y la iniciativa que tengo.
AyhijocómoteatrevesparecementiraquedigasesodetuhermanoFranesmuchomásguapoynocreoyo
quequemaseestoniquesepusieraaexterminaraloscristianosydesdeluegonoloveoasíconunarpapídele
perdónquesiyofueraélteretirabaelsaludo..
Bueno, mamá, no exageres. Si me diera por matar cristianos mal lo tendrías tú. En fin,
es una buena peli de Semana Santa.

 Ficha de la película, aquí. 

miércoles, 24 de marzo de 2021

Segunda pasión durante la pandemia.

 

 

Por segundo año consecutivo, la plaga que

tenía en jaque el planeta donde vivía nuestro

protagonista se llevaba por delante la

celebración de una de las fiestas religiosas

más importantes del calendario. La Semana

Santa, si bien no iba a celebrarse enclaustrados

en las casa como había ocurrido con la anterior, iba a distar mucho de ser plena. Las hermandades

habían suspendido muchas procesiones, las iglesias tendrían aforos, etc. Por lo menos las torrijas

no podrán quitárnoslas, pensaba nuestro protagonista. Por otro lado, Doña Marta Palacios no

parecía dispuesta a renunciar a una de sus épocas favoritas del año:

Puesyoyahemiradodondesonlosoficiosylosconciertosytengoqueiracogersitioqueporelbichodelas
nariceshayaforoperodesdeluegoyonofaltoaestasmisasquesonlasmejoresdelañoydesdeluegolevoya
pediraDiosqueestosepase...

Bueno, me parece muy bien que tengas misas de esas que oyes tú que la gente normal no sabe ni
que existen. Pero por favor, protégete que seguimos sin vacunarnos. Yo no iría, ya te lo digo.

Buenohijoperoyosítúcelebraestocomoquierasquenadietehaobligadonuncaperoyoyamequedéelaño
pasadosinverlonoestoydispuestaestavezencuantosepuedapediréplazaenvariasiglesiasqueesunapena
quenohayalaProcesióndelsilencio...

Yo esto podría entenderlo en sitios con gran tradición, pero aquí, en Madrid... Cómo me gustaría irme
estos días fuera.

PueshijonosepuedeperoaquíenMadridaunconelbichomelovoyapasarmuybienyvoyaquedarmeen
pazmuyagustoyendoalasmisasyluegotendremoscinedeldeSemanaSantaenlateleyharétorrijasy
prepararéelpotaje...

Esta aseveración trajo la respuesta de siempre por parte de nuestro protagonista que todos los años
respondía lo mismo sobre aquella comida:

Ya sabes que las torrijas me parecen muy bien pero no soporto el potaje.

PueshijoesloquemandalatradiciónyademásloquesetomaparacelebrarlapasióndenuestroSeñoramí
megustamuchoprepararloaversitraenlosingredientesalmercadovoyapensarencómodesalarelbacalaoy
lasespinacashayque lavarlasbien...
Bueno, tú avísame cuando vayas a preparar las torrijas.


La espera incierta.

 


PuesdiceAlvaritoqueasuspadresyaloshan
vacunadoyélmismoportrabajarenuncentrodocentey
serconsideradopersonalesencialperoyonosecuando
mevaatocaryencimalohacentodoporelordenadorcon
lobienqueseenterabaunocuandoleescribíancartas...—voceaba Doña Marta Palacios.
Y mientras yo es que no tengo ni idea de cuando me tocará ni de como enterarme —comentó
nuestro protagonista.

Ya hacía casi dos meses que la campaña de vacunación contra la plaga que tenía sumido en el caos
el mundo y el país de nuestro protagonista estaba en marcha. En teoría esta inmunización debía llevar
al fin de aquel sombrío tiempo. Pero también había degenerado en un caos entre varias empresas
farmacéuticas intentando colar sus productos, varios personajes de la capa alta social saltándose su
turno... Todo lo que sabía nuestro protagonista es que se había puesto un calendario basándose en
diversos colectivos atendiendo al sector donde trabajaban, edad y otros criterios de modo que los más
vulnerables y necesitados fueran los primeros beneficiados con la movilización. Sin embargo no
paraba nuestro personaje de ver cómo a su alrededor muchos recibían sus dosis mientras él estaba en
la inopia más absoluta al respecto.

Yo entiendo que todavía no estoy en edad de riesgo, que no veo a gente a diario... Pero es que no hay
calendario, ni avisos, ni nada.
Yohellamadovariasvecesaquemelodiganperosolohayunagrabacióndeesasunrobottontoyantipático
nocomoeranR2D2yC-3POenLaGuerradelasgalaxiasyyonecesitohablarconunapersonaqueestoy
perdidanadieresponde...
Pero es que tampoco ponen una web, ni nada. Todo es aproximado, sin concretar. Y creo que Cárol,
por ejemplo, sigue esperando.
Y en cambio vacunados el primo Mario y Alvarito que lo pasaron —añadió Juan Gordal.
Bueno, será necesario. Pero yo no sé si es que yo no me aclaro, si está mal hecho... Lo único que
se es que no se nada.



viernes, 19 de marzo de 2021

¿Queda algo por salir de esto?

 


Pues juegos de mesa no creí yo
que llegaran a salir con esto del
virus —dijo nuestro protagonista
viendo aquel stand de la Fnac
donde destacaba dicho artículo
relativo al mal que afligía
desde hacía ya un año su ciudad

y su mundo.

 
Si han puesto de actualidad novelas como El Médico de Noah Gordon, películas como estallido, todos
 los cómics apocalípticos, videojuegos como The Division, ¿por qué eso no ? —respondió Juan.

De pronto nuestro hombre cayó en que había visto ya hasta niños jugando al contagio
pandémico. Intentó recordar todo lo lo que había visto crecer desde que aquella plaga
había cambiado la vida de todos. Nuevos productos de limpieza, de vestir, reportajes
sobre temas que nunca había considerado que dieran para tanto... Lo de los juegos de
mesa podía ser llamativo, pero en realidad tenía mucho sentido viendo cómo había dado
en ser el mundo que le rodeaba.


¿Qué crees que nos puede quedar por ver? —preguntó entonces Fran.

No sé, lo último parece ser el espectáculo de las vacunas, que si una es mejor que otra, que si hacen
falta x dosis o y...
Joder, es verdad, acabarán dándonos un kit para que las fabriquemos.
Pues no sé si has visto del todo el juego de mesa. Mira, mira aquí.


Y Juan mostró a Fran un nuevo kit del juego que ofrecía una segunda parte, el desarrollo de
tratamientos y vacunas en un laboratorio.

Pues ya vemos lo que parece que van a aprender los crios de ahora —comentó Juan

Espero que a ninguno le de por ponerse a jugar con cosas peligrosas de laboratorio sin tener más
idea que lo que vea en un jueguecito.
Te haces mayor, Fran.




sábado, 13 de marzo de 2021

Buscando en el almacén.

 


Oiga, perdone estaba buscando... —dijo nuestro
 protagonista a aquel dependiente.

Sí, sí, ahora le atiendo. Vaya mirando y luego

nos vemos,

que acabe con este caballero.
Pero lo que yo le quiero preguntar...—intentó explicar

Fran pero ya se quedó con la palabra en la boca

mientras el dependiente se alejaba.

En la planta de caballeros de aquellos almacenes había ropa muy apetecible para quien tuviera o bien
mucho poder adquisitivo, o bien necesidad imperiosa de ir bien vestido por algún motivo. Pero nuestro
protagonista había entrado allí buscando otra cosa. Sabía que debía estar más esquinada no en el centro
de aquel piso lleno de trajes, prendas Hugo Boss y similares y calzones pero de 80 euros el par. Llevaba
como diez minutos buscándolo y no había manera de encontrarlo. Por fin vio el símbolo en el pasillo
que llevaba a los ascensores, pero no fue capaz de abrir la puerta. Desde entonces vagaba por aquella
planta intentando preguntar a alguien. Pero todos los dependientes respondían como se ha visto.

¿Puedo ayudarle en algo? —le dijo al cabo de un rato otro trabajador del almacén.
¡Hombre ! —gritó nuestro protagonista—. Y era hora mire buscaba el servicio
No lo hay —dijo el dependiente—¿Desea algo más?
¡Cómo que no lo hay! He visto el simbolito por la escalera, por los pasillos, pero llego a la puerta y no
se abre.
Si, se lo estaba diciendo. El otro día se rompió una cañería general y están arreglándolo.
¿Y dónde puedo ir?
Bueno, hay uno en el edificio de enfrente.


Nuestro protagonista bajó a todo correr y en el
edificio de enfrente, también propiedad de

aquella cadena de almacenes repitió toda

la operación. Llegó a la planta que indicaban

los carteles, en ese caso la de tecnología y

comenzó a dar vueltas.

¿Qué busca usted? —le preguntó una chica—.
Tenemos una buena oferta en ordenadores

portátiles...

Al final, pensó nuestro protagonista, me la voy a sacar aquí y voy a pegar a alguien. Y encima como

esta es una chica quedaría muy mal.

La lejía.

 


¡No me lo puedo creer!—dijo nuestro protagonista viendo sus buenos pantalones negros con aquellas
manchas rosas— ¡Cada vez que pongo ropa blanca lo mismo!¡La puta legía!
¿No obtuviste así aquellos calzoncillos mágicos que tanto te molaron cierto tiempo?—le preguntó
Juan Gordal.
Joder, pero los calzones me los ven mucho menos de lo que megustaría. Estos eran de mis mejores
pantalones, mira que lo he hecho con cuidado, que he vigilado... Y aquí están, convertidos en unos
pantalones de pijama a topos rosas.
Hijotienesquetenermuchocuidadoconlalejíayotambiéntuvequeaprenderamanejarlaavecesesdifícil
tienesquemedirmuybienynopuedesecharladesdemuylejosporquecomosalpiquelomásmínimopasaeso
ahoratuspantalonesestánasí...—intervino Doña Marta Palacios.
Bueno, mamá, ya tomaré mis disposiciones.

Lo cierto es que nuestro protagonista no tenía mucha ropa blanca, solo la que le habían obligado sus

últimas actividades yque lavaba por su cuenta ya que no podían ir con el resto en la lavadora. Desde

el principio había tenido claro que la lejía era una cosa que había que manejar con mucho cuidado.

Primero se le había estropeado una camiseta de marca que no había lavado con las dos batas blancas

pero sí tendido cerca de ellas. Tras un gran disgusto creyó poder controlarlo, pero sus calzones también

sufrieron desteñidos que ni siquiera eran tan resultones como el color casi de camuflaje de aquellos

calzoncillos mágicos que le recordó Juan. Lo último era lo de hoy, eso pantalones reducidos a una

excentricidad. Nuestro personaje estaba empezando a odiar el blanqueante de ropa.

Creo que no voy a volver a ponerla puta lejía, salgo a un disgusto cada vez —comentaba nuestro

Hijotendrásqueecharlaconcuidadosiyoaprendítupodrásyavesqueconseguídominarloescuestionde
tenercuidadocuandolaechessegurosquenoestandifñicilytúhasaprendidocosasmuchopeoresnosepuede
estarsinlejía...—respondió Doña Marta Palacios
¿Y no hay otra forma de lavar la ropa blanca?—preguntó nuestro protagonista.
Bueno, Fran eres muy drástico —dijo sonriendo Juan.
Nuestro protagonista sonrió y reflexionaba sobre lo que podría hacer con sus pantalones desteñidos
cuando un grito de Juan lo sacó de sus pensamientos:


¡Fraaaaaaaaaaaan!
¡¿Qué es esto?! —gritó Juan
blandiendo una camiseta azul
marino que tenía con
un terrible desteñido.
Lo... lo siento mucho
—balbuceó
nuestro protagonista con
consternación—. Joder, con lo que tú te
fijas en eso.
Hijoscomoostomáisdeenserioestoquenohayparatantosiqueréismeocupoyoperocreoqueserámejor
queaprendáisvovotrosquenosiemprevoyaestaraquínoosllevéisestosberricnchesquenadie

saleheridodeestonoesparatanto...
¡Aprenderé! —sentenció Fran.
Pero hasta entonces mi ropa no la tocas —concluyó Juan.

miércoles, 10 de marzo de 2021

Rituales, Álvaro Ortiz en su máxima expresión.

 


Pues otro bueno de este autor. Es sorprendente cómo casa todo con el hilo conductor del idolillo —comentó nuestro protagonista.
El ídolo es muy del estilo de Ortiz ¿verdad? Con ese rollo sobrenatural suyo, un poco inquietante.
El título, Rituales está muy bien puesto.

Este trabajo del gran autor aragonés nos muestra varias historias de diversos personajes con obsesiones o inquietudes diversas y con muy variadas resoluciones que tienen en común el haber ocurrido cerca de un pequeño ídolo de aspecto precolombino con un enorme pene. Este ídolo es encontrado por un estudiante que se obsesiona con su vecino de abajo, un anticuario al que nunca se ve. Además el dibujo a veces tratado como simple del autor aragonés acompaña de maravilla el relato, proporcionando siempre el aspecto y los elementos necesarios para que cada presencia, cada escenario se te quede en la cabeza.

Lo curioso es que en ningún momento llega a pasar nada extraordinario y te mantiene en tensión continuamente —comentaba Fran.
Ese es el rollo ese sobrenatural del Ortiz, que es capaz de presentarte cosas muy comunes como con misterio, con algo encerrado dentro.
Y de ponerte que las fuerzas sobrenaturales y sus efectos están a la vuelta de la esquina.
Desde luego no me extraña su éxito porque es un autor que no se parece a ningún otro.
Y lo que hace con ese dibujo es sorprendente.
Ya, le oí decir que evita las caricaturas y las caras en primer plano porque no se le dan... Y con los elementos que domina hace su propio mundo, el cabrón.
Eso es lo más difícil. En fin, que muy recomendable, y a ver qué más hace. El último era más en plan graciosete.


sábado, 6 de marzo de 2021

Tipologías de deportista.

 


Bueno, Fran, disfruta, que aún cuesta encontrar parques abiertos —comentó Juan Gordal a nuestro héroe.
Casi había olvidado lo que era el aire puro —respondió Fran con gran satisfacción.
Mira cuanta gente corriendo y haciendo deporte, se ve que aprovechan cada vez que se abre.
Y como siempre es muy fácil saber cuál se ha puesto por mala conciencia en estos mese encerrado y quién es corredor habitual y seguramente ha seguido en su casa.
Alrededor de nuestros personajes había una amplia variedad de corredores y gimnastas de palo dando a los ejercicios más diversos. Parecía que la pandemia que aún afligía el mundo de nuestro protagonista había movido a la gente a apreciar más aquel momento de esparcimiento y asueto.
También es curioso que los que se ve que son habituales suelen ir en grupo y los gorditos con mala conciencia en solitario.
O hacen amistades cuando se juntan o es que el relacionarse con gente anima —dijo Fran.
Entonces se fijó en un grupo llamativo: tres amigos de entre veinte y treinta años, pero muy llamativo por el aspecto que mostraba:
Joder, estos entrenarán juntos, pero el de en medio le luce mucho más —comentó nuestro protagonista viendo que este estaba marcado y definido mientras sus dos acompañantes apenas cabían en la ropa deportiva que se habían puesto.
Eso debe ser que los dos amigos gorditos le han pedido que les ayude a ponerse en forma.
A ver si les resulta, pero daría algo por verles hoy a la salida. Seguro que el cabrón sonríe y sus dos adláteres lloran.
Pero bueno, si hace eso por ellos es buen amigo.
Y durante dos semanas disfrutará, el cabrón. Pero los corregirá. 



miércoles, 3 de marzo de 2021

El pan nuestro de cada día ya no es lo que era.

 

 

Aquella tarde nuestro
protagonista estaba 
merendando con su 
familia en una pastelería
 pija que habían puesto cerca de 
su casa. En los tiempos en que vivían con las precauciones
 que había que tomar las reuniones familiares eran cada vez más difíciles, de modo que 
si Carolina Gordal informaba de su visita en cualquier momento no se le ponía ninguna 
traba. Aunque fuera en aquel establecimiento, donde nuestro protagonista jamás iría en 
condiciones normales, pero que ahora servía para la reunión.Ayhijapuesmenosmalquetevemosporqueahoraesmuydifícilperoyoatitebuscohuevosiemprequese
puedaqueestábamosdesdeReyessinvernoslacaraaversisevayaelbichoasquerosoperobuenoporlomenos
aquípodemosreunirnos...  —peroraba Doña Marta PalaciosHombre, tenemos que veros, que yo si no no estoy tranquila sin ver a mi familia —respondía
 Carolina.Sí, que tengo comprobado que la gente cada vez se ve menos con sus familias. Es un alivio 
—comentó nuestro protagonista.Yo hubiera preferido otro sitio, pero es lo que hay. ¿Qué queréis? —preguntó Juan— Creo además
 que aquí hay que pedir y traerlo a la mesa.Yountéqueldescafeinadodemáquinanomegustaaversilohacenbienconunpocodelechequesoloigual
esmuyamargoeltésenotamuchocuandosehacebienycuandomalperoamíelbuenomegustahastamásque
elcafé... —comenzó a decir Doña Marta PalaciosVale, pues yo también té —dijo Carolina.Yo quiero una cerveza —comentó Alvarito.Yo quiero frío como mi querido cuñado, pero tónica —pedió FranVale pues yo un descafeinado —sentenció Juan y se levantó.

 

Al cabo de un rato la familia notó
que Juan no volvía. Pasado un rato
 nuestro protagonista fue al lado 
de su hermano, y lo encontró 
guardando una cola.Ya ves, lo lento que va esto, 
pero bueno, ya nos toca.Menos mal, creíamos que te había pasado algo.Bueno, ya viene la camarera.¿Qué va a ser? —preguntó la chica.Yo quiero un descafeinado...¿Árabe? ¿Colombiano? ¿Con leche? ¿Capuccino?Este... el más normal que tengas.Todos son normales, cariño, pero descafeinado suele tomarse el colombiano y no me queda.Bueno, pues entonces tomaré té. Ponme tres tes y...¿Verde? ¿Rojo? ¿Con hierbabuena? Rojo —dijo Juan disimulando, pero ya dando síntomas de hartazgo.¿Y lo quieres con azúcar blanco, moreno, sacarina..?Tres normales rojos con azúcar blanco, por favor —acabó de decir ya un poco quemado.Ahora veo por qué tardan tanto. Por esto no me gustan estos sitios pijos —dijo Fran.

 Cuando volvieron a la mesa el comentario fue unánime:Ayhijocuantohabéistardadoyapensábamosqueoshabíapasadoalgobuenoporlomenostraéislostés
creíamosqueíbamosatenerquebuscarosnosécómopuedesertancomplicadopediralgotansimpleaversi
porlomenoseltéestábien...Pues para empezar lo han mezclado con la leche en la tetera, no sé si me va —comentó Carolina.

 Los dos hermanos comentaron la peripecia de ir a buscar aquella modesta petición y todos los
 problemas que les había traído.Por lo menos la camarera estaba buena, que si no eso no había quien lo sufriera.Pues vaya mierda. Los sitios de toda la vida con menos variedad y más baratos me gustan más,
 la verdad —comentó Carolina.Y cada vez hay más de estos. Si vierais cómo es buscar curro ahora en cocinas...—intervino Alvarito.Puesyonosécómosecomplicantantoyotodalavidaheidoalsuperyhevistoeltéelazúcarynoadmitemás
vueltasperoahoraparecequeesmásmodernoestoytodotiendeaserconmilesdevariedadesquenohacenmás
quecomplicarhastaelpan...¡Ay, el pan! Ya que lo dices voy a aporvechar y llevar de aquí que no tenemos en casa —dijo Cárol.Espérate, voy contigo, quiero ver algo —pidió nuestro protagonista.

 Fran y su hermana se acercaron a la parte de panadería de aquel local y esperaron. Cuando por
 fin llegaron, Carolina hizo su petición:Una barra, por favor.¿De cereales?¿Gallega?¿Napolitana?¿Bretona?¿De centeno?¿Espelta?¿Maíz?¿Integral? —espetó el
 panadero.Lo suponía —sentenció Fran. 



lunes, 1 de marzo de 2021

Los 40 rondando los 40.

 


Mientras estaba en aquel
 bar disfrutando de aquella 
cerveza sin alcohol nuestro
 protagonista reparó en la
 música que sonaba de fondo. 
Miró a la gran pantalla que 
había al fondo del local
 y al final del video vio 
el título de aquella canción: Blinding Lights cantada por The 
weeknd. La había oído miles de veces en reportajes de fútbol, cuñas radiofónicas, algún 
programa de la tele... Pero no sabía nada de ella salvo que era el acompañamiento de muchas 
campañas en los medios de comunicación en los últimos tiempos. Después apareció otro video 
de Dua Lipa, una artista femenina de la que básicamente conocia su existencia... 
De pronto le asaltó una duda de las que empiezan a aparecer en la mente de la edad 
que estaba alcanzando:
Oye, Juan: ya casi no hay programas de música en la tele y los que hay son reposiciones. ¿Cómo 
oyen la música los de esta generación? Hombre, Fran, eso que lo pregunte mamá vale, pero tú... A ver, ¿Cómo ves tú al Maldini? ¡Ah, claro! Por el You Tube y similares. Claro, yo pensaba en cuando veía los 40 principales 
en la tele con el viejo y tal. ¿Y qué hacen ahora los artistas con lo que antes era sacar un disco? 
¿Colgarlo en redes o qué?Hombre, discos ahora aún encuentras, pero supongo que sí, que lo importante será su impacto en redes.Pues mira, me has despertado una curiosidad. Me voy a poner una lista de los 40 en casa.Recuperando hábitos ¿eh? No creo que te guste como antes. Que tú si que estás llegando a los 40.

 Nuestro protagonista dudó un poco, ya que lo que le decía su hermano parecía razonable, pero aun así 
se sentía llevado a hacer la comprobación. ¿Cuántos artistas de los que él oía seguirían con nuevos 
temas en la lista? ¿Le gustaría alguno de los nuevos que no conocía? Así que Fran se puso los cascos 
en los oídos, tecleó y se puso a la escucha. Pero pronto su ánimo cambió viendo el 
panorama musical que aquella lista ofrecía. Aunque había alguna canción que le 
gustaba oír, como las del mencionado The Weeknd, lo cierto es que la mayoría 
eran artistas hispanoamericanos mediocres a los que no nombraremos, cantantes 
anglosajones más bien cursis, música electrónica,algún retal de cuando él oía aquel 
programa... 
La conclusión fue clara:
La música de ahora, salvo dos o tres en una mierrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrda —dijo a Juan Gordal 
nuestro pr0tagonista.Bueno, cuando tú lo oías estaba Alex Ubago, o La Oreja de Van Gogh... Yo creo que lo que pasa es
 que tú estás viejuno, no que ahora sean peores.¡Pero cómo que no son peores si el número uno era...!

 Aquí nuestro protagonista se cortó y se estremeció, porque aquel primero de la lista era...¡Dani Martín!
 Un cantante que con su grupo había tenido mucho éxito durante la tercera década de vida de nuestro 
protagonista, pero que él odiaba. Sí, parecía que la mayoría de los 40 siempre había sido igual de 
ramplona, destacando solo unos cuantos. Y también parecía que él no era tan joven como cuando oía el
 programa. Mira, Juan —dijo con la voz temblorosa por el estremecimiento que aquello le había causado—, papá 
se lo pasaba bien cuando lo veía conmigo. No es que sea viejuno.No, pero te comparas con él, no con los veinteañeros de ahora —respondió Juan.
 
  Y nuestro protagonista pasó varios días sin poder conciliar el sueño, y viendo a un abuelete cada vez
 que se miraba al espejo. Pero eso sí, esperaba que ocurriera lo que ocurriera siempre hubiera en la 
música que ya no le gustaba alguna excepción, como The weeknd.