⸺Estaeslaensaladilla
hijoestámuybuena
aunquequizáyo
hubieratreidocordero
perosivostrosqueríais
estooslotraigoque
loquequieroesque
todoelmundoesté
muycontentoenmi
cumpleañosahora
voyacoger
algodepostre...
⸺Me siento un poco raro, mamá,
celebrando un cumpleaños sin reunirnos con la familia, sin poder
traerte un regalo...⸺dijo nuestro héroe sintiéndose un poco
estúpido por no haber tenido la previsión de pedir por internet
algo para su madre unos días antes.
⸺Yo te iba a preparar una
comida, pero he creído que era mejor que te trajeras tú lo que
querías.
Desde que se se declarase la
plaga que tenía recluida en sus casas a la tercera parte de la
población del planeta de nuestra protagonista, la familia Gordal
Palacios había visto en la tele reportajes sobre gente, usualmente
niños, que recluidos en sus casas habían cumplido años. Solían
aparecer en la tele porque a través de balcones o de
videoconferencias les intentaban hacer una fiesta y llevar una tarta
o regalos. Doña Marta había dicho varias veces que esperaba que
para su cumpleaños ya se hubiera levantado el confinamiento, pero al
llegar su día, si bien ya se permitían salidas a la calle bajo
ciertas condiciones, la pandemia seguía presente. Dado que la
matriarca de los Gordal Palacios había pedido varias veces ocuparse
un día de la comida, Juan, que usualmente compraba y preparaba en
aquella época, le dejó que lo hiciera en su cumpleaños. De modo
que extrañamente, lo que recibía Doña Marta era ocuparse de una
tarea que normalmente le evitaban.
⸺Ayhijossinopasanadateníamuchasganasdeprepararunacomidaydesaliralacalleyverlagentehayquienmedicequeestoymásguapaoqueteníanganasdevermemepreguntancomohepasadoelconfinamientopero
loquemásmehagustadohasidoescoermelatarta...
⸺Esto no puede quedarse así,
mamá. Te hemos fallado ¿Qué quieres o qué necesitas? En cuanto
abaran las tiendas lo tendrás.
⸺EstoybienconvosotroshijossiacasocambiaríaquevenganCarolinamihermanayAlvaritosoislomás
importanteymehabéisayudadomuchoteniéndomebienlacasayvigilandoquenomeexpusieraenla
cuarentenanituvieraquehacernada...
Entonces Fran recibió una señal
que no conocía en su móvil. No le anunciaba una llamada, sino una
videollamada, algo que antes del confinamiento no había hecho nunca.
Era Carolina quien apareció en la pantalla de su móvil. Fran se
sorprenció un instante, pero luego comprendió:
⸺Pues yo ni sabía que esto se
podía hacer ⸺dijo nuestro protagonista.
⸺Ya ves, Fran. ¿Dónde está
la del cumpleaños? ⸺contestó Carolina a través de la pantalla.
Doña Marta, que estaba al lado,
intervino con muchas ganas al ver aquello.
⸺Ayhijaquealegríaverteibaallamarteyoperoestoesincreíbleyyoqueibaallamarteydecirtequenopoder
verteeralopeordeldíayquenopoderhablarteenpersonaeraterribleyquetengoqueprepararteotracomida
porquetútemerecestodo...
⸺Mamá, precisamente quiero
preguntarte qué querías para ti.
⸺Aytodosconlatonteríahijopuesloquequieroestenerosmuchosañosmegustaríadarteuntrozodetartay
abrazarteperomehagoaloquehayparamidescubrirelcosoestedelapantallitayaesalgoincreiblequeno
sabíaniqueexistíatengoqueaprenderausarlo...
Oyendo esto Fran pensó en
regalos inmateriales para su madre. Vio que su hermana había logrado
darle una alegría muy grande con algo muy simple. Y propuso:
⸺¿Quieres en espera de algo
más que te enseñe a usarlo, mamá?
⸺Túmeenseñashijohayqueilusionesperoaprenderrapidoqueyonopensabaenestohastaquenolohevisto
peroesincreibleyyanosehacenllamadasnormalesperoloprimerotendrásqueexplicarmedondetieneeste
móvillosbotones...
Oyendo aquella pregunta sobre un
móvil de pantalla táctil Fran se asustó pensando en la tarea que
tenía por delante. Pero era por su madre y lo haría. A fin de
cuentas bastante había metido ya la pata no previendo nada para
aquella fiesta. Y hacer que Doña Marta pasara muchos años feliz era
su deber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario