-Tres días me ha llevado leérmelo, Juan. Creo que nunca me
había costado tanto leer un tebeo tan fino. Porque no es que sea un
tomaco de 800 páginas -dijo nuestro protagonista tras acabar de leer
el recopilatorio del Doctor Niebla que le había pasado su
hermano.
-Esta edición cansa, las letras son muy pequeñas.
-No es eso, creo que es el estilo de tebeos de esta época. Con
La Familia Ulises, por ejemplo, me pasaba lo mismo. Muchas
viñetas en poco espacio, mucha letra... Un estilo con el que no
estoy familiarizado.
Los dos hermanos habían pasado dificultades similares para leer
aquel cómic. No estaba mal hecho, en absoluto. En tres páginas se
planteaba siempre un caso que resolvía el justiciero que le daba
nombre, con planteamiento, nudo y desenlace. Pero la diferente
composición de las viñetas, de los textos, hacía con mucha
frecuencia necesario volver sobre los páginas ya leídas, observar
otra vez viñetas... Todo ello había llegado a llevar a nuestro
protagonista a necesitar en una ocasión 45 minutos para entender del
todo una de las historietas.
-Pues me alivia oírte decir eso, Fran, porque cuando me pasó a
mí creía que me estaba volviendo tonto.
-Bueno, es un poco como el cine mudo o en blanco y negro, que hay
películas buenas, pero es algo que ya no se hace.
-Pero a mí no me descoloca tanto ver una peli antigua como un
tebeo de estos.
-No sé, yo lo achaco al formato. Cuando me leo los de La
Familia Ulises me parecen graciosos, pero tampoco me puedo leer
más de cuatro seguidas..
-Los primeros del Spirit, o los del Litle Nemo, son
iguales. A lo mejor si se hiceran de otro modo o se sacaran en otro
tamaño me ocurría menos.
-Pero Juan, es que cualquier tebeo de ese estilo queda con ese
aspecto si se edita como se hace hoy.
-No sé. Yo me pregunto cómo se haría hoy una historieta de
este estilo.
-Los de grapas serían los más parecidos.
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