sábado, 3 de agosto de 2019

El mal de todos los veranos



-Joder, esta sensación de tener los pies cocidos no me gusta nada -decía nuestro protagonista.
-Perohijosiyaesveranoyallevabassandaliascomotegusta
yonoentiendoporquévuelvesaponertelasbotas
claroquelopasasmalconesoyloscalcetinesen
veranosellevanlospiesmásfrescoscomocasitodoaversi
ahoraenagostocualquierdíateponesunjerseydecuellovuelto...
-Pero mamá, es que se me resecaba el talón.



Nuestro protagonista pasaba por ese problema una vez cada verano, así como el invierno era lógico coger un resfriado o gripe en algún momento, la sequedad del talón en verano era un problema que en algún momento había que pasar. Nuestro protagonista solía pasar una semana de cada verano llevando de nuevo las botas y calcetines que sólo se ponía regularmente en invierno. Tras un mes con los pies al aire, donde la amenaza de grietas se empezaba a materializar, llevaba dos días con las botas y los pies sudando más de lo normal.



-Hijoynjoseríamejorquelodejarasmiracómollevoyosiemprelassandaliasyenveranohagolascosas
normalmenteaversitecreesqueponiéndomelasbotasylasmediasahoraibaahaceralgonohayquiense
muevasíyovoybienatodaspartes...
-Mamá, que has tenido grietas que te han llegado hasta las rodillas. Eso, precisamente eso es lo que trato de evitar.
-Sihijotodoloqueyohagoestámalyvosotroslleváislospiescomoqueráisyosiempremeequivoco
nuncamevasahacercasolasgrietaslastuveporqueyoqueríanoesquemedolieranycasinopudieraandarysillevosandaliashagomal...

-Mamá, que esto no va de sandalias, por favor. Voy a darme una ducha en los pies que ahora los tengo recocidos y en casa quiero estar cómodo.

Nuestro protagonista observó el pie que se le había secado y notaba cómo poco a poco iba a mejor. Con tres o cuatro días más de ese tratamiento podría volver a ir en sandalias. Poco después se sentó en la mesa para cenar creyendo haber olvidado sus diferencias con Doña Marta Palacios, pero no fue así:

-Puestevoyacomprarotrasbotasporqueahoraenveranonecesitarásmáshijoquemetienescadadíamás
preocupadamiraqueempeñarseenrecocerselospiesconloqueestácayendosoistremendosavercuando
osccomportáisconlógica...
-Mamá, en serio, que de mi ropa ya me ocupo yo que soy mayorcito, sabes perfectamente que las botas las llevo por un motivo muy claro.
-Síporqueyolohagotodomalnuncahayquehacerloqueyodigaaversiosvolvéistarumbascomoyopuesno
mevaisaanularyoséloquehagoylovoyahacerquesiosdejaramemandabaisyaaltyaaltanatoriopero
afortunadamentetengoautoestima...
-Juan, explícaselo tú -dijo nuestro protagonista volviéndose hacia su hermano que contemplaba la escena con una media sonrisa.
-Ni pensarlo, yo ya me peleo suficientes veces con mamá, arréglalo. tú.




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