—Buf, cualquiera se
lee eso con ese título
dando tan mal rollo
y lo que era capaz
Tezuka cuando le
daba por ahí—dijo
Juan viendo a su
hermano con El
libro de los insectos
humanos en las manos.
—Es muy curioso, es una
muestra de todo lo que era capaz Tezuka cuando le dejaban y no le imponían desde las editoriales:
dobles, sentidos, dualidad, una trama muy poco corriente...—contestó nuestro protagonista
—He oído a algunos decir que la protagonista se ha querido tomar como icono feminista.
—Bueno, vamos a ver, eso es uno de los puntos de la dualidad de esta historia. Lo que cuenta
es que un periodista va a investigar y escribir sobre una escritora de éxito que además había
destacado como diseñadora y en muchas otras profesiones. Va investigando y descubriendo que
ha sufrido daños y desprecio a lo largo de su vida, lo que ha hecho que en cierto modo se tome
la justicia por su mano plagiando a otra gente con talento y ocupando su lugar. Tezuka usa la
metáfora de los insectos que se transforman para sobrevivir. Cada vez que se hace pasar por
otra persona Toshiko Tomura, que así se llama, lo destroza, lo vampiriza y le quita todo. Y
a ratos se la ve cruel y despiadada. Entonces el mérito de Tezuka es que logra equilibrar todo
de manera que la puedas ver como una justiciera a favor de las mujeres o como una psicópata.
—Como conozco a Tezuka me imagino que usará su dibujo expresionista y exagerado para
transmitir todo eso que tú hablas.
—Sí, y luego está la trama de casi todos los personajes que la rodean, desde pobres desgraciados
a capos mafiosos, pasando por un montón de infelices. Y además el blanco y negro de Tezuka
le va muy bien.
—¿Dirías que está entre las grandes obras de Tezuka? Porque eso es también otro tema de
controversia.
—Para mí sí, pero yo te digo que si esta es una obra menor de Tezuka sólo habla de la dimensión
del autor. Hay que leerla.
—Bueno, pues lo haré si hay algún momento para ello.
Ficha del cómic, aquí.