⸺Pues ya está
la lona, ahora a ver si funciona durante quince días por lo menos⸺dijo nuestro protagonista cuando acabó de extender aquella tela que le habían recomendado para proteger del frío las plantas que tanto le había costado cultivar. ⸺¿Quince días? Igual estás así hasta abril⸺respondió Carolina Gordal quien
observaba la operación.Con la llegada de aquel invierno a Madrid nuestro protagonista, después de haberse
iniciado aquel año en el cultivo de plantas ornamentales y de hogar, descubrió que
muchas de ellas no aguantaban bien las heladas. Era un problema con el que nunca
había lidiado, pero en los mismos libros y páginas web donde lo había leído había
visto que existían varias soluciones, entre las que la más habitual era cubrirlas con
una lona térmica. Lo puso en práctica con algo de duda, no le gustaba tener así la
terraza tres meses o más y además no sabía si surtiría efecto o se le echaría alguna
a perder.
⸺Bueno, Fran, es el ciclo natural, los árboles pierden las hojas, llega el frío y enla primavera todo se repone ⸺comentó Carolina. ⸺Desde luego. Si no funciona esto y se echa a perder alguna, hasta la primavera
no tocaré nada. ⸺¿Aguantarán cubiertas tanto tiempo? ⸺No sé, nunca lo he hecho. Sólo sé que de momento estoy librando una batalla
contra los elementos. Soy una especie de dios protector, pero una birria de dios que tiene a todo el Olimpo por encima suyo. ⸺También hace muy mal efecto tener una tela blanca cubriendo toda la terraza. ⸺Si cesan las heladas la quitaré, pero me ha costado tiempo y esfuerzo cultivar
esto y no quiero que se pierda. ⸺Bueno, pues suerte en tu batalla contra los elementos. Tu bosque será el único
que tire para adelante. ⸺Y pase lo que pase, por una vía o por otra, el bosque resurgirá en primavera.
Así debe ser.












