miércoles, 6 de abril de 2016

Cornucopio.

-¡Ay! -gritó desgagradoramente Doña Marta Palacios-. ¡Venidaquíahoramismoporquenoveáisloque
mehasucedidoconlasacelgasestoesincreíblemiradloqu
eveníaestoyatónitanopuedeseresincreíbleno
sabéisloquehapasado...
-¿¡Qué pasa!? -gritó Juan llegando a la cocina donde estaba su madre.
-Que...que...queestabalavandolasacelgasparacocerlasymira
loque ha aparecidoesun...un...

Fran lo observó. Era un caracol vivo un caracol comiendo y deslizándose sobre las hojas de acelga que su madre se proponía cocer.

-¡Joder, no hay para tanto! Eso demuestra que la acelga es fresca y natural. Pero cómo te has puesto.
-Déjaloaquíconunahojadelechugamañanamelollevoaunapraderaoparquepobreanimalvoyasoltarlo...

Entonces Juan dijo algo que traería consecuencias:

-¡No, hombre! Quédatelo como mascota.
-¡¿Qué?! -dijo Fran.
-AyhijoyocreoqueseríamejorsoltarlouncaracolnoatiendenoescomoDieznocreoquelopodamostener
demascota...
-No, quédatelo.
-Pero Juan -dijo nuestro protagonista-, ¿no ves que tu madre no diferencia las bromas y se lo cree?
-Que no, que lo digo muy enserio. Le voy a llamar Cornucopio.
-Bueno, mira allá vosotros. Yo lo soltaría -sentenció nuestro protagonista y se fue la cama.

Pero al día siguiente por la noche, antes de cenar, vio que el caracol seguía en el rincón sobre su hoja de lechuga. Y encima muy activo.

-Mamá -dijo nuestro protagonista-. ¡No me digas que no lo has soltado!
-Nohijotuhermanodicequeloquiereyonomeatrevo....
-Juan, vale ya, dile a mamá que era una broma y que lo suelte.
-¿Pero dónde va a estar mejor que aquí?
-¡Como en la huerta, en cualquier sitio húmedo y con verde!
-Deja que tu madre lo tenga y...
-Juan, que no es un perro, no es como Diez. Mañana, cuando baje con el perro el parque, Cornucopio se va.
-¿Ves? Hasta tú le llamas ya por su nombre.
-Yo me lo voy a llevar.
-Nohijoparaesolobajoyoquetrabajoalladodeunparquey...
-Bueno, a ver si mañana se ha idfo.

Pero al día siguiente el caracol seguía en el rincón

-¡Se acabó! -dijo Fran-. ¡Me lo llevo!
-Noyomañanadeverdadquemelobajosemehaolvidadoestoesmilabor...
-Yo me lo quedaría -insitió Juan.
-Bueno, si no sé para qué me meto. Hced con él lo que queráis.

Y el caracol siguió allí un día, otro, otro... Y finalmente Fran reflexionó

-Al final sí que vas a ser de la familia, scargot.



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