miércoles, 8 de marzo de 2017

Y encima echan al satisfecho.

-Pues estoy harrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrta de este trabajo, Fran. Qué te voy a contar si tú lo tuviste y prometiste no volver a trabajar en él -decía Carolina Gordal por el teléfono a nuestro protagonista
-Sí, ser teleoperador es una mierda.
-¡Qué se puede decir de un trabajo donde uno está deseando que le echen, que te paguen lo que sea por despido improcedente y que dejen de darte la brasa!
-Pero joder, es que luego se extrañan de que haya tanta gente que quiera ser funcionario.
-Y así dicen que uno está saliendo de la crisis. No es ya que te paguen una mierda, es que son trabajos que le hunden la moral a cualquiera.
-Bueno, al menos Alvarito está feliz en su colegio haciéndole la comida a los niños.
-Sí, él al menos curra en lo que aprendió y los niños le caen bien .
-Pues me alegro de que haya alguien en la generación relativamente joven a gusto con lo que hace.
-Espera un momento, que llega Alvarito.

Fran esperó mientras oía a su hermana y su cuñado saludarse, colgar el abrigo, y después oyó que este le decía algo en tono grave y que Cárol exclamaba ¡joder!

-¡¿Qué ha pasado, Carol?!
-Pues que a Alvarito sí le han echado.
-Me cago en la leche. Encima echan al que está a gusto.
-Sácate tus oposiciones, aún estás a tiempo.
-Sí, porque de lo contrario lo que espera es la hostia.

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