-HombrehijoestáclaroqueelOviedoquecayó--
muybajoperohistóricamenteesdeprimerayelLugoquenos-
perdoneperoparecemuyclaronosénicómohas-preguntadoyoquenotengoniidealoveoclarísimofiatede-
míquelotengoclaro... -respondió Doña
Marta Palacios.
-Juan ¿tú que sabes más que tu
madre no opinas?
-Yo estoy muy ocupado escribiendo
esto.
-Espero que sea una de tus novelas más
sonadas.
Juan en todo el día no había dejado
el ordenador enfrascado como estaba en su creación literaria, pero
ya que no ayudase a su hermano con la quiniela era excesivo para
nuestro protagonista. En su ausencia solo podía recurrir a Doña
Marta Palacios, y esta no estaba muy puesta en fútbol y daba
resultados por corazonadas.
-Joder, Juan, cierto que el Oviedo
parece superior, pero llevamos varios unos seguidos. Di algo.
Mientras Juaan solo soltó un sonido
gutural ininteligible, Doña Marta insitió
-HijoquémasdacuántosunosllevestodostenemosclaroqueelOviedoessuperiorylaúnicarazónporlaque-
noloponesesquenotefíasdetumadrevayadisgustquéhabréhechoyoparaquenoconfíasenmíseguroquesi-
telodicelatíaMaríaCristinaquetampocosabedefútolloponías...
-Está, bien, no hagas chantaje
mental, lo pondré, pero como esta toque Juan no ve un chavo y te dy
su mitad a ti.
-Puesyoslacedoconmuchogustoqueparecementiraquedigasesodetuhermanoquesiempretehatratado-
bienyestambiénmihijo...
-De acuerdo, la sellaré.
Aquella semana ¡por fin! nuestro
héroe rascó premio en la quiniela : 1.50 Euros. Era exíguo, pero
cumplió su palabra: dio la mitad, 75 céntimos a un pobre, y 37 a
Doña Marta.
-Ayhijodáseloatuhermanoqunqueseasoloesamiseriamesabemalquedarmeconvuestrodinero...
-¡Pero si él no ha intervenido!
-Bueno, pero es mi voluntad con mi
dinero.
-De acuerdo, pero visto que él esta
vez no ha ayudado, y que es la primera vez en meses que rascamos, te
consulto las quinielas a ti a partir de ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario