—¿Pero no has visto que
había secreto de cerdo y pescado que no comimos ayer? —dijo
nuestro protagonistaa Doña Marta Palacios. —Ayhijoquépesadossois
quenuncamedejáiscomprarnadahecogidoyoyhetraídocomidacomodebeser queestoyhartadevuestroconejoyesamerluzaquetraéisvosotrosquenohayquinelacomayoheidoala compraquetraéisempanadillasycosasasí... —Pero mamá, si fuiste ayer mismo a por unos gallos que no nos comimos.Fran intentaba no gritar, su progenitora era una persona de otros tiempos muy hecha a undeterminado proceder alimentario. No le importaba que alguna vez se trajera ella lo que legustaba. Pero mirando la compra y la nevera donde ya había nuestro protagonista dispuestouna comida para el día se encontró con secreto de cerdo, los gallos, calamares, boquerones...Se preguntó si los Gordal Palacios comerían lo suficiente para que todo aquello no se estropeara.
—Y yo ayer preocupado de que no se echara a perder una masa de empanadillas. Que por hacerlas putas empanadillas no comimos el pescado. —Pueslotenemosparahoyhijonotepreocupesquetodosecomeráyomevoyaponerahacerahoralosfiletes deterneraquemeapetecíanmuchoqueesoquetútraesnoescarneniesnadaquenotraéismásquecosasdeesas queosvan...Lo cierto es que nuestro protagonista encontraba apetecibles aquellos filetes pero tenían sobre todo
—Si no hicieras tonterías de empanadillas y tal y nos dieras de comer bien esto no pasaría. —¡Ay la leche! Pero si aquella masa de empanadillas la trajiste tú y la olvidasiteis... —Buenohijosloimportanteesqueahoratenemoscarnedeverdadqueestámuybuenayqueosvaadar proteinasdeverdadquenoséyocuantoytiempollevábaissintraercarnequelametéisenelcongeladoryla sacáispocoapoco... —¡Pero si comimos estofado ayer! ¡¿Cómo que no hay carne?! —gritó nuestro protagonista. —El caso es que gestionas esto de puta pena. Lo dice todo el mundo —insistió Juan. —¡Pues te haces tu cargo de los diez kilos de pescado que sin que nadie pida ha traído tu madre!
pescado para varios días. Encima cuando Juan llegó le culpó a él de la situación:
—Nihablarmeharécargoyoquemequeréisdardeladoperoaúnestoyaquíymenosmalporquesiporvosotrosfuerayoyaestabaenunamecedorasinmovermeynomevaisaanularyoseguiréhaciendolascosas quequierasinpedirayudaanadie... —De verdad que cuando os juntáis yo no puedo con vosotros —sentenció Fran.


No hay comentarios:
Publicar un comentario