jueves, 25 de septiembre de 2025

Un estigma nada milagroso

 

 

No necesito
ninguna 
protección
 ni cura, ya 
va bien —decía
 nuestro
 personaje 
mirando 
la evolución 
de la quemadura 
de su mano.Pero llevas varios días sin poder trabajar ni hacer ejercicios con normalidad ni nada 
por el estilo.

Fran se había lastimado trabajando en una cocina al intentar coger una olla que todavía
no se había enfriado tanto como él creía. Acertadamente o no se había reventado las
ampollas que le salieron antes de que crecieran demasiado. Eso había hecho que durante
varios días nadie notara el estado de la palma de su mano salvo que él la enseñara, y
que pudiera realizar la mayoría de las tareas. Sin embargo, volver a coger utensilios de
cocina o levantar las pesas en el entrenamiento se había convertido en un suplicio
difícil de llevar.

Encima te ha dado por arrancarte los pellejos, con lo cuál se te va a poner la mano 
como la de Jesucristo tras la cruz.Bueno, estigmas y milagros creo que no voy a vivirlos.Déjate de tonterías y ponte una pomada o algo.

Fran volvió a practicarse una cura como las que le habían aconsejado en el trabajo
o su propia familia en los días anteriores. Sinceramente a él le parecía eso más
molesto que llevar la quemadura al aire y dejar que se curase de forma natural.

Tienes que tener más cuidado. Y eso no te lo quitas al menos hasta que te vayas a dormir.Cárol, de verdad, ya no está como estaba.Y no te tires de los pellejos, que pareces un crío cuando se hacen daño.De lo que voy a tirar va a ser de este apósito, o vendaje, o lo que cojones sea esto 
que me has puesto.A ver si ahora vamos a tener que vigilarte como a un niño pequeño. Lo que no hiciste
 a los 8 años lo haces a los 40 y pico.Y tú lo que no haces con un crío lo haces con un adulto. 


El molesto Favalli

 


Pues dice Coralia que
le ha tomado más
 manía que a 
ningún otro 
personaje de
 cómic —comentó
 Juan Gordal a 
nuestro protagonista.Bueno, es que es un
 cenizo. Es el típico chafardero disfrazado de realista —respondió nuestro
 hombre. 

Los dos hermanos hablaban de Alfredo Favallí, el amigo de Juan Salvo, protagonista
principal de El Eternauta, descrito como un eminente físico, pero también gran conocedor
de la psique humana o, como se ve en el cómic y la serie, de cualquier especie pensante.
En la historia de Oesterheld, Cada vez que los personajes supervivientes de la extraña
nevada de Buenos Aires parecen haber superado un peligro, una y otra vez la voz de
Favalli les previene del siguiente movimiento de los invasores extraterrestres y de nuevos
desastres que se ciernen sobre ellos. Y ese comportamiento, por supuesto, se

reproduce en la serie televisiva

Además lo dice siempre en tono pedante, como dánose aires —continuaba Fran.Yo no lo había pensado así, para mí sólo era un tío muy listo y que al final acaba 
teniendo razón.En mi opinión es un personaje interesante de cara a mantener el suspense de la trama, 
pero parece el típico cuñado cenizo, con la diferencia del lenguaje.Puede que tengas razón, pero en miles de tebeos y series he visto personajes que son
 auténticos canallas y que parece que a Coralia no le molestaban tanto.No se trata de que sea bueno o malo, un tío que no deja de poner peros y anticipar
 catástrofes e forma agorera es molesto.Bueno, puede que tengas razón. Ahora vamos a pasar a otra cosa. No puedes 
estar sin u  trabajo fijo más allá de la semana que viene. Porque un parón en tus 
proyectos te va a amargar, nos va a hacer gastar dinero y no estamos para ello.Mira, ¿ves? Esto es exactamente lo que decía Coralia.Bueno, pero no dejes de pensar en ello porque has acabado el contrato y no puedes
 permitirte ni un segundo de relajación.Bueno, no te pases, porque si esto carga en un personaje de ficción, imagínate en
 la realidad. 


jueves, 18 de septiembre de 2025

Una vuelta de tuerca a los milagros

 

 

Bueno, ¿no
hablaste del
 milagro de 
la vida? Pues 
seguro que
 con esto te
 entretienes 
—aseveró Carolina
 al dejar aquellos tallos mustios en manos de nuestro protagonista.
Pero Carolina, se puede dar vida a un hijo o a un nuevo ser, pero tú me
 estás pidiendo lo de «levántate y anda». O bueno, levántate y florece en 
este caso.Yo no te pido nada, pero como este ciclamen estaba en casa de Rafael y
 se nos estaba poniendo mustio, y ahora a ti te ha dado por la jardinería he 
pensado que igual te gustaba.


Fran observaba aquel matojo, o aquellos restos de lo que en otros tiempos fue
una planta con escepticismo y duda. De todas maneras en la nueva afición que
le había entrado levantar aquel vegetal suponía un reto bastante estimulante.

Bueno, déjamelo. Mañana miraré qué necesita y haré lo que pueda. Ahora, en 
el estado en que me ha llegado no prometo nada.Sabía que te gustaría. A ver de lo que eres capaz.Bueno, de momento del ciclamen sé que es una planta de frío, que no soporta
 el exceso de agua... La pondré en una zona de sombra. Y no la mováis que todo 
el mundo a quien he consultado me ha dicho que moverlas le va fatal a cualquier 
planta.Pues nosotros bien que la poníamos al sol.Lo que explica tantas cosas...

 Fran buscó en la terraza donde estaban sus plantas y las que había dejado Doña 
Marta Palacios y pensaba en el milagro de la vida que ya había conseguido. Me pregunto si Jesucristo en algún momento pensaría en rizar el rizo de sus
 milagros —pensaba para sí nuestro protagonista mientras se preparaba para 
intentar un imposible. 


La risa fantasma

 


¡No te
acerques
 a mi leche 
de soja!
—gritaba 
fuera de 
sí Juan
 Gordal—. Si quieres
 te pillas para ti, que yo me compro lo mío de mi dinero.Juan, sabes perfectamente que yo nunca me acerco a tus cosas, que prefiero 
acercarme a algo sagrado de los integristas musulmanes a tocar algo tuyo.¡Y no te rías, que me dan ganas de partirte la cara!No me he reído.

Los dos hermanos siguieron la discusión durante un cuarto de hora con Fran contestando
como podía las ridículas acusaciones de Juan. Si era absurdo pensar que nuestro
protagonista se bebiera la bebida de soja, que además de ser de Juan, a él le repelía, no
existía sabor más repugnante, lo de reírse cuando no había hecho el menor gesto le
resultaba ya grotesco. Poco a poco la discusión se fue pasando y casi Fran se había olvidado
de ella cuando llegó Carolina Gordal:

Fran, ¿has cogido tú mi espejo?¡Y yo para quñe lo quiero!—respondió FranEstá roto y nadie más rompe así las cosas. Has sido tú. Dímelo.¡Otra como Juan!¿me has visto alguna vez mirarme en él?Has sido tú que te conozco bien. Y no te rías que  esto es espantoso¡No me he reído!

 Por segunda vez en el día Fran recibía la absurda acusación de reírse cuando le 
estaban abroncando. En ambos casos tras echarle en cara la pérdida de objetos y
 sustancias que no tenían el menor interés para él. Pero en este caso Juan intervino:He sido yo Cárol. El otro día iba a salir con Coralia y cogí tu espejo, pero se me 
rompió en la esquina.¡Joder! Pues esto es terrorífico. ¡Ahora voy a pegarle un trago a la bebida de soja
 para asimilar esto! —respondió Carolina.¿O sea, que tú te bebes mi soja? Bueno, no me gusta, pero a veces cuando me llevo un disgusto...¡Y a mí me echáis las culpas de vuestras movidas! ¡Idos a la mierda!—gritó Fran. ¡Míralo ahora cómo se ríe el muy canalla!—dijo Juan.¡Que no me he reído, pero lo voy a hacer en vuestra puta cara! —concluyó nuestro 
protagonista de dónde podía venir la idea de esa risa que ni se había asomado a su rostro. 

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Ideas Negras

 

 

Bueno, te lo estás
 pasando bien, 
pero si lo piensas
 bien es un poco 
deprimente
—dijo Juan Gordal 
oyendo las 
carcajadas de Fran.La verdad es que 
es un cambio de
 tercio increíble. Y
 una demostración de estilo y capacidad de dibujo muy peculiar.Ya ves, lo hizo en una época de depresión y de hartazgo de todo el mundo.A veces los artistas que más sufren son los que parecen más alegresSí, pero aquí Franquin es más sarcástico que alegre.

Los dos hermanos hablaban de las Ideas Negras de André Franquin, una serie
que comenzó el gran autor belga, creador de Spirou y tantos personajes
blancos y edulcorados a finales de los 70. A la depresión que Juan había
comentado se añadía su frustración por la obligación que le imponía la
editorial de que sus historietas debían ser infantiles y de un humor
excesivamente blanco. En el semanario adulto Le trombone Ilustré que él
mismo fundó comenzó a publicas una serie de humor negro donde retrataba
la hipocresía y la vacuidad de la época que vivía. Unas historietas en
las que siempre alguien salía mal parado por los temas más variopintos,
de la religión a la industria alimentaria. Además para reforzar el concepto
de humor negro lo realizó dibujando como en contraluz, aunque su estilo se
reconocía en las sombras que protagonizaban sus historietas.

La del ingeniero que acaba muriendo como las gallinas de la industria alimentaria
 es tremenda—comentó Fran. Sí, aunque el mismo Franquin decía “pero hay que reconocer que si no fuera por 
esa industria hoy no comeríamos”.Y todos los de guillotinas y pena de muerte, que muere hasta el apuntador.Es que prácticamente de cualquier tema incluye algo, como el del precio de la
 gasolina y el tío que se quema a lo bonzo.Y luego esos versos que intreducen cada historieta.Sí, sin duda es un cómic a leer por su originalidad y por mostrar una 
cara muy poco conocida del autor.Y con un estilo único. Ahora, no para almas sensibles. 



Ficha del cómic, aquí.

El milagro de la vida

 


Fran no podía dejar de mirarlo. Allí, muchos días antes de lo que había supuesto
nuestro protagonista al plantar aquellas semillas su girasol estaba brotando.
Mientras hacía una limpieza en la cocina había descubierto dos de los cactus que
cuidaba Doña Marta Palacios y decidió continuar la obra de su progenitora. Pero
además podía ampliar si labor y volver a intentar tener una terraza agradable y
llena de vida. El girasol fue la primera planta que brotó y ver aquel diminuto
hierbajo verde cautivaba a nuestro protagonista.

Joder, Fran, pues yo porque te veo a ti, yo ni siquiera me hubiera dado cuenta
—comentó Juan Gordal.Pues míralo, es de verdad. Es un puñetero brote. Y encima has comprado un tiesto enorme para esa ridiculez.Es que no se va a quedar así, Juan. Si crece bien, un girasol es una planta enorme.Bueno, está bien que te de por las plantitas, pero ese armatoste en en mitad de la 
terraza no me gusta.Con algo de suerte dará hasta pipas. Es muy curioso, cuando sembré las semillas 
se veía que eran pipas pero diferentes de las de comer.O sea, que vamos a tener una plantación de pipas que ni siquiera se pueden comer.De momento tenemos un brote minúsculo.Y un tiesto gigantesco.

La conversación volvía una y otra vez al mismo sitio, pero Fran, en efecto, estaba
asombrado de que los manuales aconsejaran plantar los girasoles en macetas de
esas dimensiones. Que aquel minúsculo hierbajo pudiera llenar ese espacio era
una de las maravillas de la vida. Y si encima da pipas, pensaba Fran, sí que voy
a flipar de verdad.



 

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Carolina no aprende

 

 

¡Pues sí se lo
han comido!—dijo
 con asombro Carolina
 Gordal— . ¡Y en 
menos de diez
 minutos!

Cada día que los dos hermanos echaban su pan sobrante a la fauna acuática de los estanques
del Retiro tenían la misma conversación. Los peces en el estanque grade de las barcas y en
el del Palacio de Cristal estos y una pléyade de animales compuesta de tortugas, patos,
palomas y otros pájaros reducían siempre bolsas grandes de pan a la insignificancia en un
visto y no visto. Carolina siempre decía lo mismo y Fran respondía:

Vamos a ver, Cárol, que pareces nueva. Una vez cada quince días o así, cuando se nos 
acumula pan duro y no podemos hacer pan rallado ni caldos ni nada, se lo traemos. Los
 vemos formar remolinos y pelearse por el pan y entre todos se lo tragan, por eso se lo 
traemos. Y tú siempre pareces nueva, que no pueden con ello y tal. ¿Sufres algún tipo 
de pérdida de memoria?No, pero es que da igual dónde se lo echemos, siempre se lo acaban.Pues precisamente, ya deberías saberlo. Que esos críos que siempre miran no lo han
 visto y les sorprende, pero tú llevas viniendo aquí desde que nosotros teníamos la edad
 de esos niños. Sí, lo hacen desaparecer. Se lo traemos por eso.Bueno, es que no termino de creérmelo, saltan fuera del agua y todo para cogerlo.Se lo han acabado, anda vámonos. Anda, todavía queda un mendrugo —dijo Fran y
 observó a uno de los niños que había nombrado que miraba la escena con asombro—.
 Toma ¿se lo quieres dar tú? —dijo nuestro protagonista y dejó el pan en las manos del niño.Muchas gracias—dijo la madre del infante— Y tú dale las gracias al señor, Darío.

El niño obedeció y comenzó a despedazar el mendrugo y echárselo a la fauna del estanque.
Carolina volvió a observar absorta.

¡Todavía tienen ganas!Joder, Cárol, eres tú peor que.. Darío dijo su madre que se llamaba el chaval ¿no? Bueno, 
él es un crío, pero tú deberías aprender ya. 


El gustazo de la Disney

 


Bueno, pues
felicidades a
 la Disney—dijo
 nuestro protagonista
 al acabar de ver
 Indiana 
Jones y el dial del 
destino, quinta 
entrega de la 
saga del popular 
arqueólogo 
americano—. Ha ganado la confrontación con George Lucas del todo y se ha dado el 
gustazo de reducir al ridículo y el absurdo las dos sagas de su rival.Harrison Ford ya tiene una edad, Fran. Hay que aceptarlo—terció Carolina.No—intervino Juan—, yo sé lo que dice Fran y no es eso. Es una sensación general 
de que esta película no entraba en la saga, de que el tono a ratos es deprimente, impropio
 de Indiana Jones, con saltos temporales que no le van y un montón más de defectos. Y
 si querían hacer una como de recogida, crepuscular, ya estaba hecha con la anterior que
 sí parecía cuajar con el resto de la saga.

Aquí nuestro protagonista alzó la voz recordando un viejo debate y objeción que se
hizo sobre aquella película. Ya en aquella ocasión muchos fans conservadores de la
saga habían puesto el grito en el cielo.

Yo también creo que aquella era buena, desde luego más amena que esta, pero ya el 
asunto de los alienígenas se dijo que no encajaba en el espíritu de Indi.Lo que está claro es que la Disney todo lo pudre—le contestó Juan.Pero hasta el punto de reducir al absurdo Star Wars e Indiana Jones no creía yo—dijo
 Fran.Porque siempre las habías visto como las que más cra plantaban al Imperio Disney. Si 
al final George Lucas se cansa y las abandona en manos del entramado son una historia
 más igual de susceptible de echarse a perder.Pero hay algo que me intriga para el futuro. No creo, por más que yo tenga esa impresión, 
de que la Disney compre las dos sagas sólo por darse el gustazo de destruirlas. Querrán
 hacer algo con ellas, y bueno, el universo Star Wars es infinito, pero con Indiana Jones 
tendrán que hacer algo, no pueden seguir sacando a Harrison Ford hasta que muera y
 seguir pervirtiendo la saga.Probablemente la rehagan a su modo de alguna forma.Pues qué ilusión—sentenció Fran con sorna.