miércoles, 4 de septiembre de 2024

Dos semanas más con ellos

 


¡Venga, vamos!
Tenemos que
 sacarlo cuanto
 antes —dijo 
Juan Gordal 
empujando 
aquel viejo 
armario que
 los hermanos
 querían dejar en la calle tras las últimas obras y limpiezas que habían hecho en la casa.
Hago lo que puedo, pero no es fácil sacar este armatoste por la puerta.


Los dos hermanos se preguntaban cómo había podido entrar aquel mueble en la casa en otro
tiempo cuando claramente no pasaba ese trozo del pasillo.

Está claro, Juan: lo montaron en tu cuarto —comentó Fran Gordal mientras lo empujaba y forcejeaba.Pues ahora que lo dices debió ser así. Corre, trae el destornillador y vamos a desmontarlo.

Nuestro protagonista obedeció de mala gana, sobre todo pensando en la hora que ya era para
ponerse a hacer un trabajo como aquel. Pero con el destornillador y un serrucho lograron
desmontarlo tras un buen rato de trabajar, girar, aserrar... Al final el armario quedó reducido
a un montón de tablones que cabrían por la puerta. Pero justo entonces llegó de la calle el sonido
del camión de recogida de muebles viejos, que se llevaba lo que había en la acera. Los dos
hermanos no pudieron pillarlo.

Pues la próxima recogida es en dos semanas. Nos va a quedar un montón de maderas al
 retortero—sentenció Fran.Bueno, pero dentro de dos semanas ya estará todo hecho. Venga, vamos a ver cómo podemos
 guardar estas piezas —dijo Juan.
¡Venga, vamos! Tenemos que sacarlo cuanto antes —dijo Juan Gordal empujando aquel viejo 
armario que los hermanos querían dejar en la calle tras las últimas obras y limpiezas que habían 
hecho en la casa.Hago lo que puedo, pero no es fácil sacar este armatoste por la puerta.

Los dos hermanos se preguntaban cómo había podido entrar aquel mueble en la casa en otro
tiempo cuando claramente no pasaba ese trozo del pasillo.

Está claro, Juan: lo montaron en tu cuarto —comentó Fran Gordal mientras lo empujaba y
 forcejeaba.Pues ahora que lo dices debió ser así. Corre, trae el destornillador y vamos a desmontarlo.

Nuestro protagonista obedeció de mala gana, sobre todo pensando en la hora que ya era para
ponerse a hacer un trabajo como aquel. Pero con el destornillador y un serrucho lograron
desmontarlo tras un buen rato de trabajar, girar, aserrar... Al final el armario quedó reducido
a un montón de tablones que cabrían por la puerta. Pero justo entonces llegó de la calle el sonido
del camión de recogida de muebles viejos, que se llevaba lo que había en la acera. Los dos
hermanos no pudieron pillarlo.

Pues la próxima recogida es en dos semanas. Nos va a quedar un montón de maderas al 
retortero—sentenció Fran.Bueno, pero dentro de dos semanas ya estará todo hecho. Venga, vamos a ver cómo podemos
 guardar estas piezas —dijo Juan.
—Vamos a dormir de puta madre durante dos semanas. 

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