miércoles, 3 de abril de 2024

El cordón

 


No sabía nuestro protagonista qué hora de la noche sería cuando empezó a notar esa
molestia en la cadera. Por sus simples reflejos de búsqueda de comodidad apartó esa
zona de su cuerpo un milímetro,no más de donde estaba y se calmó. Casi al instante
pareció adormecerse, pero en cuanto se descuidó aquella sensación de pinchazos
volvió. En su duermevela pasó un tiempo largo de comodidad y de sosiego que en
realidad no debíeron duran más que unos pocos segundos cada segmento, pero le
parecieron en su duermevela ser mucho más largos, hasta que al fin despertó y vio
lo que ocurría. No había ninguna fuerza sobrenatural. Simplemente era el cordón de
su pijama, que cuando se colocaba de una determinada manera se le clavaba en las
carnes. Por fin se despertó del todo y se colocó el pantalón con calma. Miró
instintivamente su reloj y vio que aún le quedaban unas cuantas horas de sueño. Volvió
a echarse y poco después el despertador le advertía que debía ponerse en marcha para
solucionar los asuntos personales que tenía que abordar aquel día. En realidad no era
«poco después», había dormido durante varias horas, pero en ese estado de duerme vela
la noción del tiempo se perdía un poco.

¿Has dormido bien? Mira que de esa documentación depende lo que puedas cobrar este 
mes —le dijo Carolina Gordal.Bueno, he dormido que no es poco.Yolehehoídoqueensucamasemovíaunpocoperoluegosehaquedadoasícomoseduermeelniñoqueda
tranquilidadvercómorespirayseguroquelovaahacermuybienporqueduermecomounángelyseguroque
puedecontodo...—comenzó a decir Doña Marta Palacios.Si me visto bien supongo que sí, mamá —le contestó nuestro protagonista.Ayhijosisiemprevaspreciosoyocreoquetúnopuedesvestirtemalaunquequierasporqueteveosiempre
quedanganasdedarteunabrazoaversilaschicassedancuentadeunavezdeloquevalemihijoqueahoraya
inclusovaacobrar...Bueno, pero cuidaré de colocarme bien los calzones y los pantalones, que siempre te pueden 
sabotear.Ayhijoquécosastienesencuantotedigoalgoyaestáspensandoengroseríasaversivoyatenerquevolver
apegartecomocuandoerasniñonoseytepuededecirnadabuenoconeducaciónporquemeteslatontada
nohayquienhablecontigo...Leugo te lo explico mamá —sentenciñon nuestro protagonista mientras se cercioraba de que 
la experiencia de la noche no le hubiera dejado una marca, y mientras se colocaba con sumo 
cuidado el cinturón de la calle. 


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