miércoles, 3 de abril de 2024

Karate Kid, el mito fundacional

 

 

Joder, parece mentira.
De aquí parte casi todo
 lo que después hemos
visto sobre artes marciales:
 el chico que aprende, 
los entrenamientos duros
 e incomprensibles, el viejo
 maestro excéntrico...
—comentaba nuestro 
protagonista con aquella
 emisión en la televisión de Karate Kid.Fue un bombazo. Además diciendo a todos los chavales que si se esfuerzan pueden lograr cosas 
de una manera muy divertida.Y eso que a mí los personajes no me parecen especialmente carismáticos.

Los dos hermanos comentaron uno de los máximos exponentes del boom de las artes marciales
orientales en el entretenimiento de los años 70 y 80. La historia de un adolescente tímido y
blandengue que conoce a un viejo maestro de Karate y de su mano se convierte en un luchador
invencible está muy trillada en el cine de acción, pero puede que Karate Kid sea la que consolidara
todos los mitos de esa pelea.

El rollito ese pacifista que parece que tiene que envolver todo lo relativo a los deportes de
 contacto sí que me chirría un poco —dijo Fran—. Pero ver el proceso de aprendizaje es muy 
agradable y muy entretenido.Lo curioso es que, en mi opinión, al ocurrir todo en el mismo pueblo y en escenarios familiares 
es como mucho más cercana que otras películas sobre superluchadores —comentó Juan.Sí, no es una superpelea por la supervivencia, es un torneíllo de pueblo donde se desarrolla la 
gran confrontación.Y lo de “dar cera, pulir cera” a mí me pasó un poco parecido en el gimnasio cuando me pusieron
 a saltar a la comba, que no entendía por qué era.Sí, pero es normal exagerar todo en las películas.Bueno, por algo marcó a muchos y por algo han intentado hace poco sacarle secuelas, remakes...El primo Mario sé que es fan. Le preguntaré lo que piensa al respecto. Sí, pero concluimos que aunque sea por ser la película fundacional de este cine, hay que verla. Desde luego.

Ficha de la película, aquí.

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