domingo, 25 de agosto de 2024

El dios de los grandes almacenes

 


Fran se dirigía a hacer unas compras a aquellos grandes almacenes. Se dispuso a atravesar las puertas
del mismo y cuando ya pensaba en empujarlas observó que se abrían con una célula fotoeléctrica.
Pero ese vestíbulo no daba directamente a los almacenes, sino que había una segunda puerta que
debían atravesar los visitantes. También se abrió, y aún tras un largo pasillo pareció una más.
Nuestro protagonista tuvo una extraña sensación entre el hartazgo y sentirse en cierto modo poderoso,
casi sobrenatural cuando las barreras cedían a su paso. Dejándose llevar por un deseo casi infantil
volvió hacia atrás y volvió a pasar esa puerta. Se sentía casi un dios hasta que otro usuario le dijo:

¿Pero sale usted o entra? Que me está poniendo nervioso.
 

Nuestro protagonista se avergonzó viendo el espectáculo que estaba dando y se sonrojó, aunque
más tarde pensó que poner nervioso a otros usuarios también era un superpoder. Aún se ufanaba
de esto cuando otro usuario le advirtió:

Me está obstruyendo el paso. ¿Quiere comportarse de una vez como un adulto?

La segunda vez que un transeúnte te amonesta ya es un aviso serio de que no es precisamente
un dios ni un jefe lo que pareces. Fran se rehizo y entró en los grandes almacenes. Se dirigió a
la librería y cogió un libro de un estante. Comenzó a ojearlo y observó cómo una página se rajó.
Parecía que aquel día no iba a tener ninguna experiencia buena en ese establecimiento. Pero es
porque soy un ser poderoso, poderoso como Galactus pensó para sí.




 

No hay comentarios:

Publicar un comentario