jueves, 15 de agosto de 2024

Un olvido funesto

 


Nuestro héroe corrió todo lo que pudo aunque sospechaba que ya poco podría hacer para
solucionar el problema que le acuciaba . La abrió, se dispuso a tender, sacó la
primera prenda, una camiseta y... No había nada que hacer. Lo que temía había ocurrido.
Se había olvidado de tender esa colada durante varias horas y consecuentemente la ropa
se había quedado sumergida en un agua usada y tomado aquel característico olor. Sólo
quedaba volver a cargar detergente y repetir la tarea, esta vez sin olvidarse.

¿Pero otra vez vas a volver a lavar? —le preguntó Carolina llevada por la absurda idea que 
en otras ocasiones tratamos. Pues sí, Cárol, porque resulta que esto se ha quedado aquí y es como si no hubiera lavado.Te pasas así la vida. Creo que es la primera vez que me ocurre.Además mira cómo te queda. Huelen a agua estancada. Nadie diría que has lavado esta ropa. ¡Pero si acabo de explicarte lo que ha ocurrido!

La disputa de los dos hermanos acabó por llamar la atención de Juan Gordal que traía su propia
visión:

Yo sólo digo que necesito mi ropa cuanto antes que casi no me queda. Y a ver qué haces con ella
 que nunca me la devuelves en condiciones.A ver, que he metido la pata, lo asumo, pero así y todo os estáis pasando un poco. Dijo nuestro 
héroe pulsando el botón de encendido del aparato.¡Lavar! ¡Otra vez a lavar! —dijo Carolina.A ver si para mañana me das una camiseta —inquirió Juan.De acuerdo, pero luego lo tendéis vosotros —sentenció nuestro protagonista. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario