Nuestro protagonista se preguntaba si aquel día habría algo bueno en la televisión.
Por el ordenador era por donde últimamente veía el grueso del cine que entraba por
sus ojos, pero seguía prefiriendo los formatos clásicos cuando tenía ocasión.
Doña Marta Palacios se alegró mucho:
―Ayhijopuesmealegromuchoporquehoyponenyestoy
deseandoverlaLoqueelvientosellevóyesuna maravillameimaginoquetúlaverásconmigoporquees
delomásbonitoquesehahechonuncaynuncadejode veraEscarlataO´Hara....Nuestro protagonista se quedó algo cortado. Aunque
aquella película era un auténtico mito y no se arrepentía de haberla visto no era en absoluto lo que
quería para esa noche. Trató de explicárselo a su madre:
―Bueno, mamá. Verás, es que a mí tanto dramón y cuatro horas de señoritas sureñas... ―Puestambiénponenenenla2CarrosDeFuegoqueatupadreleencantabayseguroqueatitambiénporque esdeinglesesydelasolimpiadasperonolasdeahoradehacecienañosynohacefaltalomíticasquetedigoque fue... Fran de nuevo se quedó sobrecogido y pensó cómo rechazarlo con educación. ―Es demasiado lenta para mí, mamá, aparte de que me la sé de memoria. ―Pueshijomejorespelículasquehoynovasatenerqueparecequesólotegustaloqueescojastúatisiempre tehaidoelbuencineyestoydeseandoveralgocontigoaversipodemoshacerloorqueyomelopasomucho mejorcontigo... ―Bueno, digamos que hay obras maestras que no apetece volver a ver. Me voy al ordenador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario