—Pues sinceramente no
yo a comprar nada. Me
guardo mi dinero que
me ha costado mucho
ganarlo—dijo nuestro
protagonista observando
las novedades en la
FNAC. —¿Estás seguro? Mira
que no sabes cuándo
volverás a tener tanto
dinero como ahora
—le contestó
Juan Gordal. —No todo se va a ir en tebeos. Ya pillaré otras cosas.
Los dos hermanos habían acudido al establecimiento animados por varios golpes de fortuna en
el trabajo y la familia que habían hecho que sumaran una gran cantidad de dinero. Pensaban
adquirir algun objeto de ocio con lo que habían juntado, pero la verdad es que casi todo lo que
le apetecía a Fran ya lo tenía. Entonces Juan vio algo que llamó su atención: —
—¡Mira! ¡Cassandra Drake de Posy Simmonds! Este a tí te va a gustar.
Fran sorprendido por la indicación de su hermano cogió el volumen y ojeó la sinopsis, pero
mucho más elocuentes que ésta fueron los recuerdos que empezaron a llegar a su cabeza de
otras obras de la autora británica, siempre centradas en la angustia y el sufrimiento en cuanto
reconoció su estilo de dibujo.
—No es que no me lo vaya a pillar, es que si te lo pillas tú tampoco me lo voy a leer —dijo Fran. —¿Cómo que no? Si es una historia muy buena de navidad con misterio y... —Píllatelo tú si quieres, yo de esta tía no vuelvo a leer nadaJuan se quedó como en blanco una vez que comprendió que su hermano no iba a gastar en
eso. Entonces vio un recopilatorio del Príncipe Valiente y volvió a sugerir a nuestro
protagonista que lo comprara.
—¡Joder, Juan, que no! —exclamó nuestro protagonista—. Tú también tienes pasta. Ráscate el
bolsillo. Yo no te voy a comprar tus caprichos. —Pero no puede ser que desaproveches esta oportunidad. —Tú tranquilo, que el dinero siempre tiene salida. Yo se la daré. ¿Por qué no me compras tú
por ejemplo unas zapatillas? —Pues nada, volveremos a casa y ya verás cómo te arrepientes de esto. —Podré cargar con ello. Pero vamos, tampoco me regales ninguno de esos tebeos para mi cumple.
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